28
—hiciste lo correcto, hubiera sido peor desaparecer de la nada—dijo Pan para hacer sentir mejor a Mia—ellos van a estar bien
—si queremos encontrarlos vamos a necesitar ayuda—dijo Mia sentándose en una banqueta
—no estarás pensando en buscar a Jaeden ¿Verdad?—pregunto Pan y Mia no respondió—él oculta algo Mia, no podemos confiarle algo tan importante como esto
—¿Tenemos alguna otra opción Pan?—dijo ella hacia el hurón—excelente, mientras no tengamos más ayuda, Jaeden es el único que nos puede ayudar
—¿También a él le dirás que tienes poderes y que tienes un hurón que habla como compañero?—comento Pan
—claro que no, solo le diré que tal vez encontré a mis hermanos y que necesito su ayuda—Mia alzo los hombros—vamos
Ambos llegaron a un teléfono publico y Mia marco el teléfono de la casa de Jaeden, espero unos minutos, rogando que alguien contestara.
—¿Hola?—esa era la voz de Jaeden, pero se notaba que estaba dormido
–soy Mia, se que es tarde pero necesito tu ayuda—dijo la rubia—¿Puedo ir a tu casa?
—si claro, te espero con café para que me expliques que está pasando
Mia colgó y fue a la dirección que le había dado Jaeden, cuando llego se encontró con una pequeña casa y al chico afuera esperándola.
—¿Todo esta bien? ¿Paso algo con tus padres?—pregunto Jaeden al ver a la chica con una mochila
—es complicado, te contare adentro—ambos entraron a la casa y se sentaron mientras tomaban una taza de café cada uno—los Langdon no saben que estoy aquí, ni siquiera Paris
—eso quiere decir que ¿Huiste?—pregunto Jaeden
—algo así, resulta que esta mañana descubrí que mis hermanos perdidos están aquí en Dallas y no se donde demonios buscarlos o la manera de reunirme con ellos otra vez—contó Mia—y tú eres la única persona que puedes ayudarme con eso
—vaya, eso es bueno, me alegra que hayas encontrado a tu familia, y claro que te ayudare ¿Somos amigos no?—Jaeden sonrió
—gracias—Mia tomo la mano de Jaeden—¿Tu madre no le molestara que este aquí tan tarde?
—oh si sobre eso, hoy descubrí que ella me dejara unos días solo por mi hermana, me dejo lo suficiente para sobrevivir un par de días por mi cuenta—dijo Jaeden—así que estaremos bien hasta entonces
En ese momento, la puerta fue tocada, asustando a ambos chicos, ya que por la hora no era común tener visitas.
—¿Esperabas a alguien?—pregunto Mia a Jaeden y el chico negó—entonces será mejor salir de aquí antes de descubrir quien te busca
Pero antes de que pudieran salir de la sala, la puerta recibió varios disparos haciendo que los dos chicos se agacharan para cubrirse de las balas, vieron a tres personas de cabello rubio entrar con uniformes, los dos chicos supieron que eso no era una buena señal. Y aun más para Mia, que debía de arriesgarse y usar sus poderes si quería que los dos salieran vivos de ahí.
Los tres hombres disparaban hacia donde estaban los dos chicos, así que Mia salió de su escondite y lanzaba llamaradas de fuego hacia ellos, uno de ellos se fue contra Mia mientras los otros dos contra Jaeden, pero cuando Mia iba a ir a ayudar a su amigo, vio como el chico sacaba rayos de sus manos y los lanzaba contra los dos hombres.
—eso no puede ser—se dijo a si misma Mia
Pero en su descuido, uno de los suecos la ataco lanzándola contra los muebles, en eso Pan decidió salir, se transformo en un tigre y lo ataco alejándolo de Mia, del lado de Jaeden, Kaisa también había salido para ayudar a Jaeden con los otros dos.
—Jaeden, agáchate y tapate los oídos—dijo Mia y Jaeden hizo caso a lo que le dijo, Mia puso un pie delante del otro y soltó un grito que desato su poder, lanzando varias ondas sonoras hacia los dos hombres, mandándolos lejos de ellos
Cuando Mia vio que ya no había peligro, miro a Jaeden con desconfianza y se acercó hacia él.
—ahora mismo me vas a decir ¿Quién demonios eres?—Mia puso su brazo sobre el cuello de Jaeden
—te dije que algo ocultaba—Pan regreso a su forma de hurón y subió al hombro de Mia—nunca confié en él
—espera ¿Tú también tienes un daemonion?—pregunto Jaeden al ver a Pan y eso confundió a Mia
—¿Cómo sabes de ellos?—volvió a decir Mia con tono amenazante
—yo también tengo uno—en eso, la rata blanca subió al hombro de Jaeden—ella es Kaisa, mi daemonion
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