Cuando Mía llegó a la casa, todavía no había llego Paris así que fue a la cocina para prepararse un sándwich ya que todo el entrenamiento le había dado hambre.

—¡Mía, ya llegue!—grito Paris desde la entrada

—¿Qué tal te fue?—pregunto Mía saliendo de la cocina

—veo que ya te sientes mejor—dijo la niña —te dije que el descanso te ayudaría demasiado

—creo que fue algo de paso, solo para espantarme—Mía alzó los hombros—¿Te encontraste con Jaeden?

—no, fui a preguntar a tu salón y dijo que tampoco había ido—a Mia le pareció raro escuchar eso pero creyó que él si se había enfermado de verdad así que no le tomo importancia

Pero Pan no terminaba de tragarse ese cuento de que estaba enfermo, así que con cuidado de que Mia ni Paris se dieran cuenta, de transformó para ir al cuarto de Mía esperando que su plan saliera como lo esperaba.

Busco entre sus papeles el número de Jaeden q le había dado ayer y brincando en los botones del teléfono marco a la casa del chico.

—¿Hola?—respondieron del otro lado y era Jaeden

—ah si hola, soy el padre de Mía y llamaba para ver cómo estaba un compañero suyo—Pan fingió voz de adulto—dijo que no había ido hoy a la escuela y creí lo mejor saber si todo estaba bien

—gracias por preocuparse señor, pero estoy bien, solo me dio un pequeño resfriado pero ya estoy mejor—contesto Jaeden y ahí fue donde Pan empezó a sospechar aún más

—me alegro que estás bien, un resfriado hubiera sido terrible en estas fechas—siguió el hurón—eso era todo, me da gusto saber que estás bien, adiós

Sin darle tiempo a Jaeden de contestar, Pan colgó y regreso a donde Mia estaba, la encontró comiendo con Paris platicando sobre algo de una excursión que harían.

—como el presidente va a dar su recorrido cerca de aquí en dos meses, nos dijeron que debíamos de ir para hacer un proyecto sobre la visita del presidente —dijo Paris a Mía—¿Me acompañarías?

—claro, aunque creo que sería mejor darle un casco al presidente—comento Mía bebiendo su jugo, Paris no entendió a que se refería pero al ser del futuro, Mia sabía que pasaría con el presidente, pero prefirió no decir nada

Ya cuando al familia fue a dormir, Mia daba muchas vueltas en su cama, parecía tener una pesadilla.

En su sueño, podía ver a sus hermanos en una especie de teatro, ellos formaban un círculo y Luther por alguna razón cargaba a Vanya que estaba inconsciente.

—chicos—Mía se acercó feliz de ver a sus hermanos, pero parecía que ellos no la escuchaban

—sujétense, esto será una locura—dijo Cinco a los demás mientras usaba su poder para formar un extraño portal encima de los Hargreeves

Cuando Mia intento tocar a Allison que era la más cercana a ella, todo se volvió de color azul y de un momento a otro los Hargreeves desaparecieron dejándola a ella sola.

Y de golpe la rubia se despertó mientras intentaba calmar su respiración que se había vuelto agitada, Pan también despertó de golpe ya que había visto lo mismo que Mia.

—se sintió tan real—dijo la chica volviendo a acostarse—los extraño mucho

—no te preocuoes, yo estoy contigo y nunca te voy a dejar—Pan se acercó a Mía para acostarse a su lado

Ambos volvieron a dormir, y como cada noche, el rastro de polvo azul se asomaba por el cielo estrellado llegando a la casa de los Langdon para pasar del cuerpo de Pan a Mía, para fortalecer la unión entre ambos.

Aunque ahora también el rastro llegaba a otro lado de la ciudad, en donde se encontraba Jaeden con su daimonion, la única diferencia es que su madre a la que llamaban "La encargada" había estudiado este suceso desde hacía ya catorce años que fue cuando descubrió la presencia de Kaisa en la vida de Jaeden.

Para esas fechas La encargada sabía muchísimo acerca de estas criaturas, su vínculo que tenían con sus chicos y las consecuencias que habría en los niños si algo llegara a pasarles a sus compañeros, y eso podría ayudarle en sus planes a futuro.

Ya que estaba muy familiarizada con el tema de los chicos superdotados, cuando pasó la segunda oleada de nacimientos, ahora trato de conseguir a todos los niños posibles, enviando agentes de La Comisión para ayudarle con su trabajo, pero no tomo en cuenta que estos niños eran más poderosos y fuertes que la generación de Lila.

Muchos agentes murieron a manos de los poderes de los ocho niños superdotados, desapareciendo sin dejar rastro, pero con el último bebé fue diferente, ella misma fue a buscarlo y con engaños y chantajes, logró conseguirlo sin problema alguno.

Y ahora que tenía a sus dos hijos ayudando en su perfecto y elaborado plan, no habría nadie que le impidiera su camino hacia la gloria, aunque para eso también necesitaría ayuda de los Hargreeves, y que mejor carnada que su pequeña hermanita.