—creo que ya se porque te dio ese resfriado express—dijo Pan sobre la cabeza de Mía—tal vez ese sea un mecanismo de avisarte que tienes una nueva habilidad, o algo por el estilo

—puede ser, porque cuando probé el poder pareció que nunca me hubiera enfermado—comento Mía—pero aún así me parece raro que no se haya manifestado esto antes, ¿Por qué ahora?

—¿La pubertad?—bromeo el hurón haciendo que ambos rieran

Al llegar al campo, Mia busco el lugar más alejado para evitar que alguien en la carretera la viera, después dejo su mochila a un lado.

—¿Y qué se supone que debo de hacer?—pregunto Mía a Pan—¿Debo de estornudar?

—no lo sé, debe de ser algo relacionado a tu voz, pero hablar dudo que lo sea porque si no ya estaría todo en llamas—dijo el hurón—¿Y si intentas gritar?

—está bien, vamos a intentarlo—Mia se puso en posición, cerro los ojos suspirando fuerte esperando que este poder pudiera controlarlo

La rubia gritó y efectivamente, varias ondas salieron disparadas de su boca haciendo que las plantas del campo se lanzaran por todas partes, Mia cerro la boca y las ondas se detuvieron.

—¡Eso fue asombroso!—grito el hurón saltando de la emoción—¡Tú poder es el grito sonico!

—ahora no se cual de los dos es más peligroso—Mia alzo los hombros

—inténtalo otra vez—la motivo Pan, y Mía no muy segura volvió a gritar soltando nuevamente varias ondas

Poco a poco Mia fue dominando el grito sonico además de que lograba controlar con mayor facilidad sus poderes de nacimiento, lo que le asombraba demasiado a la rubia, ya que en los dieciséis años que llevaba en la Academia, nunca pudo lograr un control tan grande.

Después de pasar varias horas practicando, ambos tomaron rumbo de regreso a la ciudad ya que no faltaba mucho para que Paris llegara de la escuela, y no quería explicarle cómo milagrosamente se había recuperado.

—¿Sabes que creo?—dijo Pan—que alejarte de la Academia es lo que te está haciendo bien, me refiero a que antes de este accidente, no habías logrado controlar tu poder y mucho menos descubrir uno nuevo

—¿Quieres decir que mi familia era el problema de mi inestabilidad emocional?—contestó Mía sonriendo—puede que tengas razón

—oye Mía, sigo insistiendo en que sería mejor que te alejes de Jaeden—Pan se transformó en un pequeño pájaro para volar frente a Mía—cada que está cerca mi pelaje se eriza, hay algo que no cuadra con él

—estás paranoico, Jaeden se ve que es una buena persona—dijo Mia—y en cierta parte es como nosotros que viene de una familia adoptiva

—voy a investigarlo más a fondo, y verás que encontraré algo sobre él, el instinto de los daimonion nunca se equivoca—finalizo Pan

Mientras tanto, en la casa de Jaeden, el chico había experimentado los mismos síntomas que Mia, parecidos a un fuerte resfriado, aunque con Jaeden y Kaisa fue más fácil descubrir la nueva habilidad del chico, ya que de repente Kaisa no podía verlo, pero a los pocos segundos volvió a ser visible.

Y así fue como ellos descubrieron que la nueva habilidad de Jaeden era la invisibilidad.