18
Mia empezaba a retomar la conciencia y abría sus ojos lentamente por la luz que le daba directamente y le costaba mantener abiertos los ojos por completo, la rubia vio el lugar y noto que estaba en un lujoso cuarto que por todos los juguetes que había, pertenecía a una niña.
—a la próxima pon tus direccionales antes de cruzar así—dijo Pan también despertando—te recuerdo que yo siento lo que tu
—que bueno que despertaste—la puerta fue abierta y una niña un poco mas pequeña que Mia entro al cuarto, Pan se escondió de nuevo en el abrigo para no ser visto—no sabía cuánto tiempo más estarías así
—¿Qué fue lo que paso?—pregunto Mia a la niña
—bueno, saliste de la nada y mi auto te atropello—comento como si nada—soy Paris Langdon
—Mia Hargreeves—la rubia estrecho la mano de Paris—una pregunta algo tonta, ¿En que año estamos?
—estamos en enero de 1963—al decir esto, Mia se recostó frotando su cara con sus manos
—entonces no fue un sueño, Klaus me mando al pasado—dijo Mia en voz baja
—de seguro tienes hambre, vamos por algo para que comas—dijo alegremente la chica y Mia se levanto de la cama para seguir a Paris hacia la cocina
Pero cuando salió del cuarto, Mia quedo boquiabierta al ver lo grande que era esa casa, parecía mas bien un castillo muy lujoso, había cosas demasiado finas y caras por todo el lugar.
—y yo que creía que la Academia era inmensa—dijo Mia sin dejar de observar la casa
—mamá, papá, nuestra invitada ya despertó—dijo Paris a sus padres que estaban sentados en el comedor
—gracias a Dios que estas bien, creímos que te había pasado algo—dijo la madre de Paris yendo hacia Mia
—estoy bien, creo que lo más que podría tener es unos moretones—bromeo Mia—pero estoy bien, muchas gracias
—¿Quieres que te llevemos a tu casa nena?—dijo con cariño la señora y por un momento, Mia recordó a Grace
—creo que ese es el problema, no se donde esta mi familia—dijo Mia ahora con expresión triste-no se en donde están mis hermanos y hermanas
—oh cariño no te preocupes—la señora le acaricio el cabello a Mia—te ayudaremos a encontrar a tu familia
—puedes quedarte con nosotros hasta que alguien venga por ti, ya hay muchos locos en las calles como para dejarte a tu suerte—dijo ahora el padre de Paris—te anunciaremos en el periódico
—agradezco su amabilidad, pero no podría aceptarla—dijo Mia apenada
—nada de eso, te vas a quedar conmigo—interrumpió Paris—siempre quise tener una hermana mayor
—entonces no hay más que discutir, te quedaras con nosotros—dijo la señora—Paris te enseñara todo el lugar y mañana mismo haremos los arreglos para tu cuarto e irte a comprar ropa nueva
Mia asintió aun con algo de pena de quedarse en un lugar (y época) que no conocía, pero hasta no saber como regresar a casa, quedarse ahí era la única opción.
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