Sí, como su título indica vi a Dooly en una panadería que suelo ir cuando mi madre me ve sin hacer nada y me manda a comprar pan o algo que necesite, aunque esta vez la historia cambió un poco.

¡Un día cualquiera!, donde me levanté con mi calentito pijama de Pikachu y fui a la nevera, saqué los ingredientes para mi sándwich y después de abrir la despensa vi que no había pan. Como el flojo que soy volví a guardar todo y decidí desayunar cereales, pero en ese mismo momento apareció mi madre, alias "Yeti" (no preguntéis por qué) y me exigió ir a la panadería a comprar pan, porque a ella también se le antojó uno y bueno..., sorpresa, no había.

Así que con tooodo el dolor de mi perezoso cuerpo de un sábado, me vestí con lo primero que pillé y bajé para comprar el dichoso pan.

¡... Y allí estaba!

Con una simple sudadera color gris, pantalones negros y una gorra del mismo color. Vale, no iba muy arreglado, pero igual era hermoso. Aún si vistiera con un saco de patatas se vería como un sexy Dios griego.

¿Qué hice yo?, nada, no dejar de mirarlo mientras hablaba con una señora mayor. Luego le tocó a él y escuché su dulce voz mientras le sonreía a la panadera... Admito que me dieron algo de celos.

Pero todo era tan perfecto, el encontrarlo allí, tenerlo tan cerca, el oírlo hablar y verlo sonreír... Todo duró tan poco... Incluso varias abuelas se colaron delante mío por estar de baboso mientras lo observaba caminar por la calle.

Todo lo bueno dura poco. Así que volví con el pan, me puse de nuevo mi llamativo pijama y me hice el sándwich.

Creo que fue el sándwich con mejor sabor de la historia, pues no podía parar de pensar en él mientras lo comía (no vale pensar mal).

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08/10/2016

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