"Primer cadáver"

Leanne

Imaginen que su mejor amigo te invita a una fiesta en una mansión a las afueras de la ciudad con la excusa de que cualquier cosa es motivo de emborracharse hasta no acordarse. Aceptas, vas, bailas, tomas, juegas, te diviertes. Miras a un chico, luego a otro y así toda la noche. Tu mirada cae en uno en particular. No entiendes qué o por qué pero algo en él te llama y no solo su físico en cuestión. Como si no bastara eso, su grupo de amigos te generan el mismo sentimiento, la misma sensación de querer acercarse y perderse entre sus ojos, dejar que hagan lo quieran contigo y no pensar nada.

Tus amigos te encuentran echándoles un ojo y por molestarte te hacen un reto creyendo que no te atreves. Pero inusualmente aceptas dicho reto. Tratas de acercarte a ellos. Los sigues, una chica de su círculo te sorprende en la persecución. Te dice algo que no entiendes pero antes de querer preguntarle que dijo, hecha a correr junto al resto.

Confundida te acercas, tratas de ser silenciosa. ¡Sorpresa! Terminaste metida en un bosque a más de 10km de la fiesta. Te sientes desorientada. La adrenalina corre por todo tu cuerpo. No dejas de sentir que algo pasará, no sabes determinar si es bueno o malo. De repente, destellos luminosos aparecen en tu campo de vista. Un aro de luz a mitad del bosque se expande al tamaño de casi dos personas promedio. Alucinada, no piensas mucho, solo te acercas con el pensamiento "ver un poco más de cerca no hará daño".

Error, eres succionada por aquello brillante y terminas tropezando con un chico. No cualquiera, sino con uno que anteriormente habías tropezado ya: en la fiesta. Levantas la cabeza aún desorientada, confundida y algo mareada por el alcohol en tu sistema y...

Te encuentras en un lugar que jamás en tu vida habías imaginado que existiera; cielo rojo, árboles mucho más altos que los que conocía y de tonalidades de verde más oscuro. Una neblina densa cubre todo el resto del paisaje a unos pasos tuyos.

Ignoras al grupo arcoíris que te habla, ya no te parecen tan inofensivos como antes pero no quieres dejarles ver el temor que crece cada segundo que caes en cuenta de lo sucedido. Entras en crisis y en un corto lapsus te les enfrentas hostigada de tanta información que no creíste nunca escuchar de verdad.

Y de un momento para otro, tu visión se apaga y lo próximo que sabes es que despiertas en una ambulancia ubicada afuera de la mansión donde fue la fiesta, con el chico sexy que te llevo hacer semejante locura y un dolor de cabeza peor que la resaca. Oh, una venda en tu cabeza y recuerdos borrosos también.

Si, justo así me encuentro ahora.

Obligué al chico jodidamente sexy a explicarme lo que me pasó, no le dije que recordaba la mayoría y que solo quería saber como terminé con esta herida en mi cabeza. Aún no me decido si quiero que sepa que le creí todo lo que me dijeron o dejarlo creer que olvidé todo y pienso que fue un sueño de lo más random.

—Entonces tú le pediste explicaciones al chico pero creo que te impactó lo que te dijo, ya que caíste desmayada hacia atrás antes que cualquiera de los que estábamos de expectantes nos diéramos cuenta. Por suerte la ambulancia llegó rápido y ahora estás vivita y coleando —dice lo último con sarcasmo.

Presiento que no le caigo del todo bien, ¿por qué será?

Quizás odia a las entrometidas, que lastima.

—Ya, ¿y como es que tú terminaste acompañándome y no alguno de mis amigos? —empiezo a palidecer al caer en cuenta—. ¿Has visto a mi mejor amigo? ¿Los chicos con los que estaba?

Siento mi respiración acelerada. No me gusta estar sola en estos momentos. Mi angustia crece al percatarme de la situación; no hay una sola ambulancia, hay tres. Hay coches de policía, quizás cuatro o cinco. Y como cereza del pastel: escuché hablar, a dos chicas que pasaron cerca mío, de un posible asesinato.

¡¿Qué mierda sucedido mientras yo no estuve?

Necesito encontrar rápido a Grayson e irnos, no me gusta lo que estoy sintiendo y mi cabeza solo hace que me preocupe más. Pienso en un sin fin de escenarios dramáticos, turbios y perturbadores del que pudo ser parte él o alguien que yo conozca mientras me encontraba de chismosa siguiendo al grupo arcoíris. No me creo que hayamos terminado envuelto en algo así.

Es decir, el crimen en New York es normal. Estamos acostumbrados a este tipo de cosas pero nunca presencié en vivo y en directo tal escena.

Con Grayson solemos ver La Ley y El Orden: UVE. Recuerdo haber hablado de un capítulo donde ocurrió algo similar a esto y él me decía: "¿te imaginas haber bailado y tomado con el asesino? ¡Sería de locos! Tendríamos una de las anécdotas más neoyorquinas de nuestras vidas". Se ganó un golpe en la cabeza de mi parte y dejó de decir burradas. Que ahora no parecen serlo tanto.

Espero esto sea suficiente anécdota porque yo ya tuve suficiente y recién empieza.

—No los he visto hace tiempo, deberías buscarlos —contesta pareciendo buscar a alguien también.

Hago ademán de hablar pero llegó una de las chicas que antes que vi junto a él. Se ve seria, tal vez asustada. ¿Será que vió algo?

—Nyx, no creerás lo qué pasó. Mientras tú te ibas con la chica para que la curen, nosotros quisimos adentrarnos a la mansión porque... —presiona sus labios dándose cuenta que la estoy escuchando—. En fin, creímos que había algo pero unos policías nos detuvieron el paso. Llegue a ver enfermeros y más policías por todas partes. Según varios grupos de personas, se cometió un asesinato en la madrugada mientras no estábamos —susurra lo último mirándolo fijamente a los ojos.

—Tranquila, ¿y el resto? —le rodea sus hombros con un brazo y me mira—. Será mejor que vengas con nosotros, si en el camino ves alguno de tus amigos, vete con ellos.

Empiezan a caminar sin esperar respuesta mía. Me gustaría decir que soy valiente y que no temo andar por ahí buscando a mis amigos pasando entre tantos jóvenes sospechosos de asesinato. Pero la verdad es que estoy tan asustada que solo puedo hacerle caso a lo que me dijo el chico, ahora con nombre extraño «Nyx», y aprovechar la oportunidad para ver el lugar más segura. Algo irónico, porque sigo estando con extraños y no sé hasta qué punto es cierto lo que dijo la chica: "se cometió un asesinato en la madrugada mientras no estábamos". Por las dudas, tendré un ojo sobre ellos.

Resignada los sigo a paso más lento, quiero encontrar a Grayson rápido e irme.

Veo hacia todos lados, pero no hay nadie que conozca. Me estoy sintiendo perdida, desorientada. El lugar no parece igual. El olor alcohol y marihuana solo me causan ganas de vomitar. Tengo mi boca seca. Y siento que no es la misma gente con la que estuve hace unos horas atrás compartiendo una de mis mejores noches de las que van en el mes. Ahora, una de las peores.

—Vamos hermano, ¿donde te metiste? —susurro angustiada sin saber dónde mirar ya.

La chica se gira a verme y me hace señas de que adelanta mis pasos hacia ellos. Me agarra del brazo como yo antes lo hice con Nyx cuando desperté y le pedí explicaciones. Le ofrezco mi intento de sonrisa agradecida, de alguna forma me reconforta no estar completamente sola en esto. Aún si dudo en sobremanera de todo su grupo. Me devuelve una sonrisa diminuta y seguimos en la búsqueda.

Después de un rato, sigo con el grupo arcoíris. Me he mantenido algo apartada y callada, no deseo hacer amigos en estos momentos. E igual dudo que ellos quieran; sus caras son serias, muy serias y extra serias. Me perturba un poco, más que nada porque nos hemos puesto un tanto lejos del resto, más cerca del comienzo del bosque. Aunque no puedo quejarme mucho, desde aquí tengo una vista panorámica del lugar y veo más gente que si estuviera metida entre ellos buscando caras conocidas.

¿Lo malo? Mi altura no ayuda. Por momentos debo estirar mi cuello y hacer puntitas con el fin de llegar a ver algo más. Pero es inútil, no veo absolutamente nada. Solo personas de allá para acá, cuerpos de especialistas yendo y viniendo de la mansión, gente vomitando y otros tantos fumando a causa del estrés de la situación.

Nyx y su grupo siguen a mi lado, un tanto alejados. Creo que esperan que les avise de que encontré a mi amigo. Ojalá pudiera pedirles ayuda pero aún sigo aturdida por el golpe que recibí, y ser cada vez más consciente de la situación me entran ganas de vomitar.

—Oye —se me acerca la chica que antes me había agarrado del brazo—. ¿Quieres que te ayudemos? Tal vez así sea más rápido.

Su voz se me hace demasiado relajante y suave. ¿Cómo puede estar tan tranquila teniendo este caos frente a ella?

Asiento cohibida por su serenidad y trato de darle la descripción más detallada de cómo es Grayson.

Estamos en una maldita comisaría como si fuéramos unos jodidos criminales. ¿En que momento pase de beber y divertirme con mis amigos a estar en cuarto de interrogación junto al grupito arcoíris?

Presiento que quieren matarme, porque fueron arrastrados por mi culpa.

Estábamos intentando encontrar a mi mejor amigo cuando tres oficiales se acercan a preguntar por mi. Tal parece que no encontrábamos a Grayson porque había sido llevado en una patrulla a la comisaría en el momento que yo estuve desmayada. Fui notificada de estar bajo sospecha por ser cercana al cadáver y mi presunta desaparición mientras sucedía eso. Y no solo eso, sino que se me ocurrió abrir mi boca simplemente para decir «estuve todo este tiempo con ellos» señalando al grupo arcoíris a mis espaldas.

Así es como terminamos envueltos en esta situación que no deja de sentirse turbia, perturbadora y de mal gusto. Al menos para mi.

Observo a Nyx que está sentado en el suelo con las rodillas flexionadas hacia su pecho y sus brazos encima de estas. Parece muy entretenido jugando con uno de sus tantos anillos de plata. Pero no lo veo alterado por la situación es como si no le importa. Como si esto fuera totalmente estúpido. Recorro mi vista por el lugar, dándome cuenta que la mayoría se ven igual que Nyx. Tal vez algunos más absortos en sus pensamientos que otros pero se nota a lenguas que les da totalmente igual esta situación.

¿Tendrán algo que ver con esto? ¿No será la primera vez que están en algo así?

Nah, no creo tener tanta mala suerte para mezclarme con un grupo de adolescentes que parecían ser modelos o de una vida bastante cara y terminaron siendo asesinos seriales. Aunque el término «asesino serial» solo sería bien dicho si cometieron más de un asesinato y con el mismo patrón.

Resoplo abatida y trato de mostrarme como ellos. Si les hago creer que no me importa nada, quizás se olviden de mi existencia y o me hagan daño.

—¿Cuál es tu nombre?

Giro mi cabeza a la derecha al escuchar una voz... ¿melodiosa? ¿Eso existe? Porque si es así, esta chica tiene un tono de voz perfecto.

Me quedo viendo a la rubia de mechas turquesa. Ella fue la que terminó arrastrándome con los demás al bosque. Bueno, en realidad podría haberme detenido apenas veía que no los alcanzaría y que nos estábamos metiendo en el bosque. O quiero creer que si podría haberlo hecho. Recordar ese momento de horas antes me hace querer retroceder el tiempo y nunca haber aceptado el estúpido reto. Ni siquiera me han dicho aún quién murió que supuestamente yo soy cercana. No sé si los policías saben sobre lo que es tener ansiedad o no, pero en estos momentos estoy luchando por no ahogarme con mis pensamientos y nervios.

—Soy Leanne, me dicen Lea o Anne —susurro algo incomoda. ¿Será que les gustan saber el nombre de sus víctimas antes de acabar con ellas? No sería descabellado, hay muchos casos sobre asesinos donde tienen ciertos... gustos a la hora de matar.

—¡Por fin, alguien con un nombre raro! —suspira como si verdaderamente fuera un alivio encontrar a alguien con un nombre poco común—. Soy Mermeid, puedes decirme Mer.

—¿Te llamas sirena en inglés? —pregunto sin pensar.

Me gano risas del resto excepto de Mer que pone una mueca disgustada.

—Pasaron 19 años y ella aun no supera que nuestros padres son originales a su manera —se burla el chico frente suyo. Está apoyado con la espalda en la pared de brazos cruzados. Hasta hace un momento estaba tan serio que podría decirse que me intimidaba. Cruzamos miradas y nota mi confusión—. Soy Trent, mellizo de ella —la señala con su mentón sonando indiferente.

Ok, lo capto, aún no supera él que mandé a dormir a su amigo supuestamente "lobito".

Asiento con la cabeza en señal de que lo escuché y nos volvemos a sumergir en un silencio incómodo.

Después de lo que se sintió como una eternidad, una oficial entra al cuarto de interrogatorio y dice mi nombre en voz alta buscándome con la mirada entre todos. Levanto levemente la mano indicándole que soy yo a quien busca.

—Seré breve, señorita...

—Kane.

Completo con mi apellido.

Carraspea.

—Como decía, señorita Kane. ¿Le es familiar el nombre James Hoffman?

¡¿Cómo dijo?!

Y por segunda vez de lo va esta madrugada para nada encantadora; vuelvo a desmayarme.

¡Acá Lux!

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