🦇| Capítulo II
"Maldita humana."
Nyx
Fue una noche bastante tranquila para ser que estuvimos en una fiesta repleta de humanos por donde miraras. Y eso no era bueno.
Habíamos salido de la mansión donde se llevó acabo la fiesta. Estábamos en la esquina de la cuadra hablando de las cosas que habíamos hecho cada uno antes de volver a casa.
Reíamos de lo idiota que podía ser Aramis, mi hermano mayor. Su seriedad, y el hecho de que por naturaleza somos silenciosos, le cobró factura al asustar sin querer a una humana haciendo que ésta le tirara la bebida encima por reflejo. Él solo quería sacarla a bailar porque le pareció bonita y termino bañado en cerveza.
Definitivamente era algo que no nos íbamos a olvidar ninguno de mis hermanos y amigos.
Más que nada porque aún seguía apestando a cerveza y se notaba a lenguas que estaba incómodo. Incluso su cabello blanco que siempre está pulcro y brillante ahora estaba opaco y duro.
De reojo veo a la misma chica que hasta hace un rato estaba viéndonos fijamente dentro de la fiesta. Podía notar que tenía cara dudosa, como si no supiera si acercarse a nosotros o no.
Sonrío internamente.
Interesado por saber cuáles serían sus pensamientos para haber llegado hasta ahí. Decido que usar un momento mis poderes no hará daño. ¿Cierto?
—Ni siquiera lo pienses, Nyx —susurra a mi lado Mermeid.
Volteo a verla sorprendiendo y con la duda brillando en mis ojos. No puede ser posible que fuera tan obvio, apenas y le eché un ojo a la humana esa. Encarno una ceja en señal de pregunta ante tal interrupción.
—Lleva viéndonos hace tiempo, déjame encargarme de ella —habla haciendo brillar sus ojos.
—Recuerda no dejar evidencia —le sigo el juego.
Parpadea rápido haciendo que sus ojos vuelvan a su color natural. Bufa al saber que no dejaré que le haga algo a la humana indiscreta. Empiezo hacerle burla para molestarla, logrando que me mire mal y terminemos en una competencia de miradas para ser la víctima del otro al final.
Somos interrumpidos por Beatrix, quien me sopla los ojos agarrándome desprevenido y escucho la risa de júbilo de Mermeid por ser la ganadora de nuestra muy madura competencia.
Volteo a mirar mal a mi hermana menor pero dejo mi drama al sentir que algo no va bien. Conecto mirada con mi mejor amigo por instinto y sé que algo grande nos espera, puedo ver su enojo y como se contiene por no convertirse en un lugar repleto de humanos.
—Tenemos que volver —ordena Nike liderando nuestra caminata rápida.
Somos conscientes que aún estamos bajo la vista de muchas personas y que estás no dudarán en hablar si ven algo raro. Por lo que nos toca caminar lo más rápido posible hasta salir del foco y convertirnos.
Observo impaciente nuestro alrededor, aún estamos lejos del bosque. Mi cuerpo cosquillea ante el mal presentimiento y sé que no soy el único. Puedo sentir la ansiedad y el enojo envolviéndonos en el aire, y lo único que pido es que mis padres se encuentren bien. Trato de pensar que nada grave sucedió, que de ser así lograron enfrentarlo para bien y nos esperan para contárnoslo como anécdota.
Pero mis esperanzas caen al escuchar lo que nos notifica mi mejor amigo; su manada estaba en el reino y todos fueron atacados. Lo poco que pudo decirnos Blake es lo que le dijeron a él a través de su conexión como alpha. Según lo que le dijo su beta, habían cuerpos caídos que seguían con vida, el cielo se veía raro y que no logró ver nada más allá que los haya atacado antes de perder conexión dejándonos con un mal sabor de boca.
Los mellizos se apresuran abrir el portal cuando llegamos al medio del bosque. Al abrirse, pasamos con apuro sintiéndonos libres de movernos como somos y poder llegar al rescate del resto pero una densa neblina gris se interpone en nuestro camino quedándonos a pocos pasos del portal sin entender nada.
Nos miramos confundidos sin saber qué hacer. ¿Qué fue lo que ocurrió? Jamás había visto una neblina como esta en mi vida, y bien que he vivido un buen tiempo.
Poco pude ver, todo el reino, mi hogar y el del pueblo estaban completamente sumergidos en aquella neblina sospechosa. Nuestro clima no es conocido por ser cálido, más bien es similar al clima que caracteriza la ciudad de Londres. Pocas son sus diferencias; el cielo rojizo en el día y el sol blanco resaltan entre ellas.
Y aún así, nada de eso está a nuestro alcance visual. Todo es gris. Un silencio profundo es el que nos acompaña, que solo hace que nuestra preocupación aumente más.
—Los brownies de marihuana si que pegan fuerte —escucho decir.
Me giro quedándome perplejo ante la escena que veo. La humana que me observaba de lejos en la fiesta, ahora se encuentra en el suelo y mi querido mejor amigo permanece inerte a unos pasos más adelantes de ella, tapando la mitad de su cuerpo con la neblina entrometida.
—¡Black! —el grito de mi hermana nos hace reaccionar.
—Ni te atrevas acercarte —ordena Aramis alejándola.
Dudo si moverme para ayudar a la humana que sigue embobada sin darse cuenta de que está en el suelo o ver si mi amigo aún reacciona.
—Oye, chica, ¿te gusta la tierra?—habla Treween serio de brazos cruzados.
Empiezan una pelea entre ellos que ignoro olímpicamente teniendo ya decidida mi elección de a quien ayudar. Y claramente, no a la humana.
Arrastro con la ayuda de uno de mis hermanos el cuerpo de Black fuera de la neblina. Hago una mueca cuando lo soltamos, me dolió hasta a mi. Intento tocar su cuello para buscar su pulso pero me paro en seco al ver como su cuerpo se sacude.
¿Acaba de roncar o fue me imaginación?
—¿Solo está dormido? —pregunta Mermeid confundida.
Nos quedamos callados procesando la situación sin saber que hacer. Si es cosa solo te duerme... ¿Significa que nadie en el reino está herido?
—¡Qué suerte! Ya me preguntaba donde iba a esconder el cuerpo... —intenta bromear la humana.
Todos volteamos a mirarla raro haciendo que se encoja de hombros y su rostro se ponga rojo. Ruedo los ojos exasperado. Nunca fui de tener tanta paciencia, menos en ocasiones como estas donde no tengo control de la situación. Por esto, y otras cosas más, es que nací para ser principe y no rey.
Puedo ir a galas, puedo mandar, puedo brindar la seguridad que necesita el pueblo con unas palabritas y sonrisas, puedo escuchar a mi pueblo. Sin embargo no podría liderar todo un reino, tener tal peso sobre mis hombros día a día por el resto de mi vida sería ponerme una soga al cuello. Demasiada responsabilidad que no estoy dispuesto a tomar ni aunque me amenzaran con mi vida llegaría aceptar. No funciono bajo presión, ¿y si hay una guerra y en plena batalla debo tomar una decisión importante? No, gracias.
Por eso mismo, Aramis, el segundo de nosotros cinco, será el rey de Moan cuando nuestros padres así lo vean oportuno. Desde niño siempre fue el que más se interesaba en la política de nuestro reino, sus leyes y los tratados. Luego de nuestros entrenamientos, él se encerraba horas y horas en la biblioteca del palacio. Siendo adolescente fue el primero en entrar a la oficina oficial de nuestros padres y el único que fue invitado para ello mientras que con mis otros tres hermanos siempre entramos a hurtadillas y regañarnos.
En conclusión; Aramis es el favorito de madre y padre.
A nosotros cuatro nos queda el alivio de solo mantener nuestros títulos de príncipes y princesas sin más obligaciones de las que conocemos de nacimiento.
Miro el cuerpo de mi mejor amigo que empieza a estirarse después de su peor siesta y despierta totalmente confundido.
—La humana de aquí al lado tropezó contigo y te mando a dormir gracias a la neblina —explica Peitho calmada—. ¿Te encuentras bien?
Asiente levantándose del suelo y sacudiéndose la tierra que quedó en su ropa.
—Soñé con una mujer que jamás en mi vida vi —comenta después de unos minutos con la mirada perdida—. No vi su cara pero tenía algunos símbolos en sus brazos, tatuajes creo.
—Podrían ser runas —dice Mer.
—También tenía sus manos brillosas y estaba tapada de cabeza a pies. Solo pude ver sus brazos en un momento, pues, lo único que desde el comienzo me dejo ver fueron sus ojos; uno verde esmeralda y otro... —se queda callado.
—¿Rosa? —preguntó preocupado.
Mira a mi dirección confirmando mi pregunta. Siento mi piel perder color; lo cual es estúpido teniendo en cuenta que los vampiros somos blancos cual papel a falta de pigmentos y conocemos ese tipo de sensaciones. Pero somos testigos de cómo Black, Mermeid y Treween sí pueden perder color en sus rostros al ser otras especies, y es justo eso lo que pasa.
Esto está muy mal, si por algún segundo creímos que podríamos encontrar una solución a este extraño clima y despertar a nuestra gente, estuvimos muy equivocados. Si Black soñó con una bruja apenas cayó dormido al tocar esa neblina, significa que fue la causante de todo esto. Y no solo eso, esta bruja permitió que él viera sus ojos cuando ellas jamás dejan que alguien los vea que no sean su cerrada comunidad.
La comunidad mágica es la más pequeña de nuestras especies, ya que hace siglos atrás hubo una guerra que acabó con la mayoría de brujos, magos y hechiceros. Por lo que a través de los años, estos decidieron desligarse de todos nosotros y crear su pequeño lugar donde habitar completamente protegido gracias a su magia. Desde entonces, a todos nosotros se nos ha enseñado sobre ellos por si algún día atacan como venganza. Lo único que sabemos con seguridad es lo sanguinarios—irónico que un vampiro lo diga—, vengativos y poderosos que son. Pues, el comienzo de dicha guerra fue porque ellos empezaron a capturar vampiros, lobos, sirenas y tritones, elfos, hadas, y más especies de nuestro mundo para sus sacrificios.
Con el tiempo, aprendimos lo poco que nuestros antepasados sabían y fueron compartiendo. También algunos hechiceros que estaban en contra de lo que su especie nos hacían, se ofrecieron a vivir con nosotros y enseñarnos algunas cosas. Sin embargo, sabemos que no tenemos oportunidad contra ellos aún si lo intentáramos.
Por esto mismo se tomó distancia de ellos. Temíamos que algún día quisieran acabar con todos nosotros y castigar a los hechiceros que se convirtieron en nuestros aliados en aquellos tiempos.
—Si la bruja tenía los ojos de diferentes colores significa que es muy poderosa —habla bajo Beatrix con cara de espanto.
Hago una mueca ante lo sabido y me acerco abrazarla.
—Tranquila, encontraremos la solución —le susurro mientras esconde su cabeza en mi pecho.
Miro a mis hermanos y a mis amigos sin saber que hacer. ¿Cómo haremos para enfrentarnos a una bruja poderosa que seguramente conoce más de todos nosotros que nosotros mismos?
—Tenemos que irnos de aquí, estar a las afueras del reino me da mala espina —comenta Peitho mirando a nuestro alrededor.
Same, hermanita.
—Volvamos a New York, allá estaremos más seguros que acá y podremos mezclarnos entre los humanos en el caso de que nos estén buscando.
—Lo cual es muy probablemente teniendo en cuenta que somos la próxima generación de líderes de nuestras especies —secunda Mermeid a su mellizo.
Aceptos sabiendo que no tenemos más opciones que ocultarnos en el mundo humano hasta que encontremos alguna respuesta de cómo despertar al reino sin enfurecer a una bruja poderosa en el camino. Y comenzamos a movernos hacia el portal nuevamente para irnos cuando la humana grita.
—¡¿Qué mierdas de cosas son ustedes?!
—Me preguntaba cuando iba a reaccionar —comenta Nike divertido volteándose a ella—. Chiquita, somos cinco vampiros, un lobo, una sirena y un tritón que se esconderán de una bruja, por si aún no te has dado cuenta de lo que llevamos hablando media hora frente tuyo —explica tranquilo deleitándose con la cara de pánico de pobre chica.
Ya había olvidado su existencia, debería agradecerle luego. Por su torpeza descubrimos todo esto.
Encarno una ceja a su dirección cuando suelta una carcajada. Estoy seguro que no nos creyó aún cuando ella misma pudo observar la magia a nuestro alrededor. Y si nos seguía, hasta nos vio convertidos. Ahora que lo pienso mejor, es incluso ofensivo que no nos crea con todo lo que presenció.
—Claro, y yo soy un elfo —se burla.
—No podrías, ellos tienen más altura que tú —comenta Aramis serio con inocencia.
Ahora es nuestro turno de explotar en carcajadas burlescas—excepto Aramis que no entendió y la humana que está roja de furia—y hacer comentarios a su costa.
—Chica, si fueras uno de ellos sabrías que no mentimos —Treween finge pensar—. Aunque ciertamente ellos son bastante inteligentes y tú, bueno, has visto más que cualquier otro humano e igual hiciste la pregunta tonta de qué somos nosotros por lo que...
Deja la frase sin terminar dejando en claro su punto sin perder la burla en su voz.
Iba a opinar que sería mejor dejar las burlas para después ya que me preocupa un tanto el cambio de color en el rostro de nuestra invitada. Pasó de estar rojo furioso infierno a estar blanco vampiro...
...y vampira no es.
Pero antes de poder siquiera decir algo, esta cae en seco al suelo dejándonos atónitos.
—¿Se desmayó? —pregunta Mermeid provocando que éste le diga que ella tampoco podía ser parte de los elfos por su falta de inteligencia. A lo que, claramente, se lo devuelve con un golpe duro en el estómago que lo tiene tratando de recuperar el aire.
Me pongo alerta al escuchar pasos a lo lejos. Son varios. Vienen deprisa.
—Será mejor que nos vayamos cuanto antes, no son los buenos —ordeno cargando sobre mi hombro izquierdo a la humana desmayada y tirando del brazo de mi hermana para apresurar el paso al portal.
[...]
Son las 05:00am cuando salimos del bosque acercándonos a la mansión donde horas atrás se daba la fiesta.
Ahora hay tres patrullas y una ambulancia fuera de esta. Está repleto de universitarios en sus peores estados. Pero no es eso lo peor, alcanzo a divisar como dos enfermeros cierran una bolsa negra y unos cuantos policías especiales sacan fotos a lo que parece la escena de un crimen.
Nos miramos confundidos cada vez más cerca del lugar y bajo a la humana de mi hombro al oler sangre. Demasiada.
—Creo que la pobre chica al desmayarse se golpeó fuerte porque siento un olor intenso a sangre viniendo de ella —comenta Peitho arrugando la nariz—. Será mejor que la lleves con la ambulancia para que la reciben.
Ahora soy yo quien arruga la nariz disgustado ante la idea de hacer de cuidador. ¿Tengo cara de querer preocuparme por una humana en estos momentos?
—No necesitamos un cadaver —susurra Black solo para mi, o hace el inútil intento, porque todos aquí poseemos un oído más desarrollado que un simple humano.
Suspiro resignado sabiendo que tiene razón y que es mejor llevarla para que la revisen. Con suerte alguien la reconoce y se la lleva lejos de nosotros.
Convencido con la última idea, me acerco hacia la ambulancia, con la humana cargada entre mis brazos, donde hay un enfermero con una libreta.
—Disculpe —finjo cortesía ganándome su atención—. Esta chica se desmayó hace un momento y creo que se golpeó demasiado fuerte en la cabeza, está sangrando.
—Puede dejarla en la camilla de ahí —señala tras su espalda sin siquiera verme—. Y puede esperar a su lado, ya los atiendo —se va dejándome descolocado.
¿Qué no es grave el golpe que tiene?
Confundido la dejo donde me indico. Debo hacer un gran esfuerzo por no mirar donde corre su sangre, su olor es realmente intenso. Pasados unos minutos, viene una enfermera al rescate.
Rescate mío, porque no aguanto este lugar.
Amago levantarme pero la enfermera me retiene pidiendo de mi ayuda para levantar a la chica y así poder curarla. Luego de limpiarle y vendar su herida, intento de nuevo irme pero vuelve a prohibirme el paso diciéndome todos los cuidados que debe tener la humana.
Frustrado me acomodo mejor esperando que despierte. Según me dijeron, no tardaría en despertar y era mejor que cuando lo hiciera, pudiera ver a alguien conocido o podría asustarse y llegar a herirse sin darse cuenta.
¿El problema? No me conoce.
¿Otro problema? Ya despertó y está con cara de "que coño me pasó y por un chico sexy está a mi lado"
En realidad, eso lo dijo en voz alta.
Encarno una ceja y la sostengo cuando intenta levantarse:
—Yo no haría eso si fuera tú, te has dado un golpe muy fuerte —comento tranquilo.
—Más fuerte fue el sueño que tuve, eso si fue de locos —trata de reír pero termina quejándose por lo bajo—. ¿No tendrán alguna píldora? Siento que mi cabeza va a explotar, peor que una resaca, joder.
Disimulo mi risa al verla gruñir. Me hace acordar a los animalitos que solía cazar de niño junto a mis hermanos.
Le ofrezco el medicamento y el agua que me dejó hace un momento atrás la enferma antes que despertase ella. Y esta vez, si logro levantarse e irme de esa maldita ambulancia con olor a hospital. Odio los hospitales.
Escucho que me llama la chica. Y en serio quisiera decir que la ignoro, sigo mi camino y hago como si nada pero mi madre me enseñó ante todo modales. Suspiro sonoramente y doy la vuelta acercándome a ella.
—¿Podrías decirme mi nombre?
Abro y cierro la boca sin hallar mi voz. ¿Me está tomando el pelo?
—Bromis, no te enojes —sonríe inocente—. En realidad quería preguntarte qué sucedió, si no te molesta contarme...
—La verdad es que si me molesta —la miro serio.
—¡Que amable! Sabía que podría contar contigo para que me ayudes a recordar —se engancha a mi brazo feliz.
Esto me gano por ser buen vampiro. Incluso puedo escuchar la risa divertida de mi madre a sabiendas cuanto me molesta esta situación.
Yo solo quería dejar a la chica en su dimensión y proseguir con lo que sucede en mi reino.
¿Qué gané? Una garrapatas malherida.
Maldita humana.
¡Acá Lux!
¿Qué opinan? Nyx es wojdhwkd. Lo amo, les juro.
¡No olviden votar y comentar, me ayudarían muchísimo <3!
Redes:
Tw: iamluux
Ig: luxiernaga.c
Tiktok: luxiernaga.c
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro