XL: Final
Nadie se movió cuando la realidad de la situación comenzó a asimilar.
El único sonido se podía escuchar era de los desconocidos animales salvajes de la noche en lo profundo del bosque.
- NOOOOOOOOO... - Donovan chilló a todo pulmón. -No. No. No... Daya... oh Dios... -
Ella yacía en el suelo, sus ojos mirando sin vida hacia adelante.
Las rosas rosadas y amarillas detrás de ella estaban pintadas con rayas escarlata. Era una escena verdaderamente macabra.
Donovan golpeó el suelo con los puños, gimiendo en voz alta y empujando la sangre que brotaba hacia ella como si la devolviera a su cuerpo. Él la agarró por el cuerpo y la meció.
-¡Daya... Dayana! ¡Despierta! - Estaba al borde de la histeria.
Había matado a Dayana sin saberlo.
Espera un minuto...
¿Por qué llevaba exactamente el mismo vestido que yo llevaba?
Empezó a tener sentido.
Dayana probablemente había entrado en el laberinto del jardín para detener a Donovan, y Donovan no sabía lo que estaba usando. La había confundido conmigo y le había disparado.
¡No sabía que era su hermana!
Donovan me miró a los ojos. Ahora tenían un destello maníaco.
- ¡Es tu culpa que esté muerta! -
Me había congelado en el acto, y luego se me ocurrió la lógica cuando me di cuenta de que necesitaba alejarme de él antes de que me matara de verdad esta vez.
Me arrastré en la dirección opuesta, adentrándome más en el laberinto. Pero su mano sobresalió cuando me tiró y me estrellé contra el suelo.
Un rayo de dolor agudo atravesó mi brazo. Estaba bastante segura de que ya me había roto el brazo.
Ignorando el dolor, comencé a salir de allí...
Donovan tomó su arma de nuevo cuando Lauren lo tacleó, se sentó encima de él y comenzó a pegarle. Los dos estaban luchando entre sí por el dominio.
Sus rostros estaban ensangrentados mientras continuaban luchando.
- ¡Te mataré! - Donovan chilló.
Su necesidad visceral de venganza lo hizo una docena de veces más letal, alimentó su agresión.
- ¡Si te hubiera matado ese día, nada de esto habría sucedido! Mi hermanita todavía estaría viva... -
Dejó escapar un gemido mientras continuaba golpeando a Lauren con sus puños.
- ¡Déjala! - Salté a su pelea para sacarlo de encima de Lauren, pero movió su brazo con tanta fuerza que caí a un lado.
Las manos de Donovan rodearon el cuello de Lauren mientras intentaba estrangularla, tenía los dientes apretados y la cara contorsionada como un hombre poseído.
Lauren jadeó por respirar, estaba luchando por su vida, tratando de sacar a Donovan de encima.
¡Iba a matar a Lauren!
- ¡Detente! Por favor... - Lloré.
Busqué algo a mi alrededor.
Cualquier cosa funcionaría en su contra.
- ¡Destruiste a mi familia! - Donovan gritó, un fuerte lamento de frustración.
Vi una pala de jardinería que habían dejado los jardineros en la esquina.
Vi a Donovan sacar una navaja de su bolsillo y estaba listo para hundirla en Lauren.
Sabía que no llegaría a tiempo.
Es algo de lo que te das cuenta en ese momento crucial en el que la muerte de Lauren fue evidente.
No fui lo suficientemente rápida.
La recogí y eché a correr hacia ella cuando otro disparo reverberó y me detuvo en seco.
¿Quién había hecho eso?
Me di la vuelta para mirar.
En la oscuridad que rodeaba el laberinto, vi una pequeña forma parada a la distancia, las lágrimas corrían por su rostro y sus manos temblaban visiblemente.
Taylor sostenía una pistola.
Una mancha de sangre comenzó a esparcirse por la camisa de Donovan, la apretó, mirando a su hermana menor con desconcierto.
- ¿Qué diablos, Taylor? ¡Cómo te atreves! -
- Mataste a Dayana, y ahora estás tratando de matar a Lauren, quien me da dos mil dólares de mesada. ¡Tú me dabas cien dólares! ¡NO PUEDO VOLVER A ESO! - Taylor estalló.
- ¡Mierda! - Donovan maldijo frustrado. - ¡Baja esa pistola! ¡Ahora! -
Volvió a levantar el cuchillo para apuñalar a Lauren cuando otra bala penetró en su cuerpo.
Esta vez en su cuello.
Era insoportable ver morir a un hombre sin importar cuánto lo odiaras.
Taylor había retrocedido con la fuerza de los disparos, y fue entonces cuando Chris apareció de entre las sombras, en pijama.
- ¿De qué se trata todo este alboroto? - preguntó adormilado y luego sus ojos registraron el horror frente a él. - ¡Mierda! -
Nadie intentó ayudar a Donovan mientras se ahogaba y salía sangre.
Nos quedamos allí mirando.
Lauren empujó a Donovan y caminó hacia donde yo estaba parada.
- ¿Estás bien? ¡Pensé que te había disparado! - Dijo, sus dedos entrelazados con los míos.
Se alegró de que estuviera bien. Toqué su rostro ensangrentado y traté de limpiarle la sangre.
- Llama al 911 - Le dijo a Chris, alcanzando a Taylor y tomando el arma de su mano.
Taylor se dio cuenta de lo que había sucedido y preguntó. - ¿Por qué no se mueve? -
Lauren no respondió y tiró de Taylor en un abrazo, apartando su rostro de la escena.
- Le disparaste para salvar mi vida. Eso es lo que sucedío aquí -
Taylor guardó un silencio sepulcral.
A mi modo de ver, esto era justicia poética.
- Hola, es la residencia Jauregui. Necesitamos ayuda -
***
El funeral se celebró en la capilla de la familia junto al cementerio.
¿Quién hubiera pensado que esto pasaría?
Había dos ataúdes blancos enterrados en el suelo que se suponía que eran para mí y Lauren.
Taylor no había llorado ni una gota. Parecía una muñeca rota.
Lauren tenía heridas en la cara y personas que ni siquiera conocíamos estaban en la casa presentando sus condolencias y discutiendo los horribles eventos. Parecían conmovidos por la hermana que iba a ser asesinada por un medio hermano hambriento de dinero.
Taylor había optado por salir del funeral por completo. Quería estar encerrada en su habitación, leyendo cómics y Lauren no la había presionado para que asistiera.
Me había dicho que la dejara en paz. Había visto la tristeza filtrarse en los ojos de la niña y sabía que necesitaba tiempo para comprender todo.
Donovan le había dado entrenamiento de tiro desde que tenía diez años para defenderse en casos de emergencia. La ironía de eso fue algo enfermiza.
El abuelo Hugh también estaba abajo. Winston se mantuvo cerca del anciano, pero a Hugh no parecía importarle lo que estaba pasando. Estaba hablando y hablando de algo.
Chris y su novia estaban acurrucados en una esquina y lo había visto abrazarla, íntimamente cerca mientras ella lo consolaba. No importa lo malvado que fuera Donovan, seguía siendo su hermano.
- ¿Estás segura de que no quieres que nadie se quede aquí contigo? - Pregunté cuando fui a la habitación de Taylor para ver cómo estaba.
Tenía el aspecto angustiado; la niña había matado a su propio hermano.
Estaba tratando de actuar duro, sollozó. - Cami, ¿voy a ir a la cárcel? -
Cerré la puerta detrás de mí y llegué a su cama donde la envolví en un abrazo. - No claro que no. No fue tu culpa, Taylor. Donovan nos habría matado. Salvaste nuestras vidas -
Sus grandes ojos me miraban fijamente.
- ¿Lo prometes? - Preguntó sacando el meñique.
Asentí con la cabeza. - Lo prometo -
- ¿Lauren me enviará a un internado? Donovan me dijo que iba a hacerlo - Negué con la cabeza.
- No la dejaría -
Levantó su meñique de nuevo. - Tienes que prometérmelo a doble meñique -
Enredé mi meñique con el suyo de nuevo. - Doble promesa -
Me abrazó de nuevo de repente, y luego un fuerte lamento llenó el silencio.
La abracé contra mí hasta que no le quedaron lágrimas. Necesitaba que alguien le diera un poco de amor y atención maternal, y yo podría convertirme en esa persona.
Fui a buscar a Lauren más tarde, pero no pude encontrarla dentro de la mansión. Entonces alguien me dijo que la habían visto caminar afuera.
Finalmente, la vi. Estaba sentada junto al lago sola, mirando el agua serena que tenía delante. Se había quitado la chaqueta y estaba sentada con una camisa oscura y pantalones, algunos botones abiertos en el cuello y el pelo revuelto. Incluso con las heridas en su rostro, le daban un aspecto rudo. Hubiera sido inapropiado pero tuve el repentino deseo de besarla.
Me senté a su lado y miramos el lago en silencio.
Me ofreció un vaso. - ¿Quieres un sorbo? -
Sonreí, quitándoselo. Tomé un trago y el alcohol me quemó la garganta.
Se lo devolví.
- Debería haber hecho algo para ayudarlo - me dijo Lauren.
Puse mi mano sobre la suya. - Estaba cegado por la venganza, Lauren. No puedes sentirte culpable por esto -
Ella asintió con la cabeza, tomando otro sorbo. - ¿Cómo está Taylor? -
- Lloró -
- Eso es bueno. No debería reprimir sus sentimientos. Le gusta actuar ruda -
- Le preocupaba que la enviaras a un internado, dijo que Donovan solía amenazarla todo el tiempo -
- Bueno, deberías haberle dicho que no asistirá a un internado. En su lugar, irá a una escuela militar -
La miré con horror, ella me miró y nos echamos a reír.
Después de recuperarse, dijo. - A Donovan le gustaba amenazarla con cosas así para mantenerla a raya, y no creo que sea un método muy eficaz para disciplinar a una niña. Las cosas van a ser diferentes a partir de ahora porque yo estaré a cargo -
- Sé que era tu hermano, Lauren, pero no lamento lo que pasó. ¡Casi mueres! -
No respondió y nos sentamos en un agradable silencio.
- Ella vino a verme esa noche -
La miré interrogante.
- Dayana - dijo. - Ella me dijo que Donovan no haría ningún movimiento a menos que yo le diera mi palabra de que habría una tregua. ¿Y sabes qué? Le dije que sí. Le dije a Dayana que no quería violencia y que estaba lista para dejarlo todo si se mudaban de la mansión familiar a otra. Coexistimos pase lo que pase, así que le di un ultimátum y ella estuvo de acuerdo -
- ¿Y luego qué pasó? -
- Instinto, supongo. Sabía que Donovan estaba empeñado en matarme -
Cerró los ojos por un momento como si estuviera tratando de encontrar el valor para hablar. - Sabía lo que vestía Dayana. Te di ese vestido a propósito - Volvió sus ojos hacia mí. - Hice que mataran a mi hermana, ¿no es eso jodido? -
Cerré mi mano alrededor de la suya. - Hiciste lo que tenías que hacer -
Tomó nuestras manos unidas y besó mis nudillos, las lágrimas surcaban su rostro.
- Te lo prometo, Camila. No te volveré a fallar. Te amaré como mereces ser amada -
Me acerqué un poco más a ella y apoyé la cabeza en su hombro. - Me alegro de que haya terminado -
- Sí yo también. Este será un nuevo comienzo - ella sonrió cálidamente. - Has tolerado un montón de mierda en nombre de mi jodida familia y te compensaré por el resto de mi vida -
Echó un vistazo a su alrededor para asegurarse de que nadie miraba y luego posó sus labios sobre los míos.
Es como si pudiera leer mi mente.
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