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Extra V

Semi se sorprendía cada vez más de su pareja, de la persona que el mundo le había colocado en su camino, de ese chico que sin importar qué tan difícil fuera la hacía feliz, y procuraba hacerla sonreír y hacerla ver las cosas de manera positiva, sin importar qué tan asustado o inseguro se encontraba él internamente.

Verla tranquila era el motor que lo impulsaba a hacer las cosas bien, puesto a que ella está confiando en él y sus palabras, ahora era su turno de demostrar lo expresado.

Ninguno se arrepiente y sienten que pase lo que pase no podrían arrepentirse, debido a que dejaron una bella huella en la vida del otro y si de algo estaban convencidos es que nunca conocerían personas iguales a ellos, son únicos y especiales. No saben si su relación amorosa duraría para siempre, pero podían afirmar que nunca podrían odiarse, ni desearse el mal, cuando fueron lo mejor de la vida del otro en un momento.

Ella nunca había sentido amor igual por un hombre, siempre se había mentalizado en que debía ser una persona independiente y fuerte. Aún así sentía soledad al ver cómo las chicas de su edad ya experimentaban este sentimiento hermoso y parecían felices con sus respectivas parejas. Su grupo de amigas no la hacía sentir completa, puesto a que no la entendían y no la incluían de la forma en que ella quería, parecía más una obligación de ellas para no dejarla sola. Pero de nada sirvió, pues cuando se accidentó, la única persona que estuvo siempre a su lado fue su creadora; su madre, la única mujer por la que daría la vida. Para compensar el trágico suceso, la vida le ofreció dos regalos, Jimin y Ara, las dos personas que salvaron su salud y elevaron su espíritu, con las cuales está completamente agradecida y nunca se  arrepentiría de haberlos conocido. Sumado a ello la experiencia de quiénes son verdaderos amigos y el valor de la vida.

Ella estaba ciega y no lo sabía.

Él por su parte, se encontraba enmendando su corazón, intentando recuperar toda la seguridad en él luego de que la chica que lo arruinó le hiciera sentir desconfianza e inseguridad. Había cambiado tanto, sólo con tal de no pasarla mal nuevamente, incluso cambió de escuela para no volver a verla nunca, comenzó a hacer ejercicios para convencerse de que se vería mejor, pero la voz de su exnovia no podía salir de su mente, se estaba sintiendo frustrado con ello. Su madre lo notó, la pequeña Jiyu lo notó, notaron un cambio en el chico de sus ojos, el cual sonreía y era amable con ellas dos, y se sintieron preocupadas. Aún así, Jimin es tan buena persona que, aunque la chica acabó con su estabilidad, no le deseaba ningún mal. Estaba cerrado amorosamente, y se negaba a conocer a alguien nuevo, alguien que podía hacerlo recaer en ese terrible episodio que deseaba eliminar. Estaba cerrado hasta que el destino le ofreció conocer al amor de su vida. Un accidente, una mala presentación, arrepentimiento, una segunda visita, una disculpa, y el interés de continuarla conociendo, así comenzó a ayudarse a sí mismo, y ella logró derrumbó sus muros de protección. Ella hizo que recupera su sonrisa, su confianza y la seguridad en sí mismo.

Él se estaba siendo consumido por sus inseguridades y se estaba perdiendo a sí mismo.

Ambos fueron la salvación del otro.

༺ ᴮᴸᴵᴺᴰ ᴸᴼᵛᴱ ༻

—Amor..— susurra ella, adormilada, buscándolo con sus ojos cerrados aún.

—¿Sí, amor?— contesta él, con una voz grave a causa de su recién despertar.

Ella ríe levemente, ama ésto, despertar a su lado, es algo que siempre quiso experimentar, el sentimiento era demasiado hermoso, y mejor persona no le pudo haber ofrecido el destino, así que valió la pena esperar.

¿Cómo dormiste?— abre lentamente sus ojos.

—No digas nada, vuelve a dormirte— ordena él, lo cual confunde en gran medida a Semi.

—¿Por qué?

—Sólo házlo— insiste él sin mirarla.

Semi, totalmente perdida, se da la vuelta y cierra sus ojos nuevamente, sabiendo que no dormiría, pero se pregunta porqué Jimin le habrá pedido eso.

Inmediatamente, siente unos brazos fuertes envolverla con suavidad y posteriormente un beso sobre su cuello, que logró erizarle la piel, como ya era normal en su organismo. Se le hizo inevitable el evitar sonreír ante su ternura, por lo cual la curva se asomó en sus labios.

—Buenos días, amor— susurró esté en su oído y posó otro beso sobre la zona.

Semi se volteó hacia él con una mirada incrédula pero una sonrisa.

—¿Tú realmente insistes en que debes despertarme tú todas las mañanas?— indaga ella.

—Me gusta despertarte, no me quites ese gusto.

—Pero a mí también me gusta despertarte de la misma forma.

—Esta vez te desperté yo, acéptalo— alza una ceja en broma.

Semi entrecierra sus ojos y niega levemente.

—Tontito— se levanta de la cama con dirección al baño, pero había olvidado que no se había puesto nada más que sus bragas, captando la atención de su novio, quien no dudó en llevar sus ojos a ella.

—Amor, voltéate— pide él, fingiendo inocencia, ella, con verdadera inocencia se voltea, sin haber caído.

—¿Para que–

Al observarse a sí misma miró de mal modo a su chico, quien sólo sonrió y se dirigió hacia el baño. Este no dudó en ir tras ella, pero sí traía puesto su bóxer.

Abrió la puerta y ésta no pudo evitar sobresaltarse porque no esperaba verlo tan rápidamente. Jimin la hizo girar sobre sus talones luego de sostenerla por la cintura, creando así contacto visual.

—Te dije que te voltearas— vuelve a susurrar sin dejar de mirarla— ¿por qué no me haces caso?

—Por pervertido— contesta, sin molestia alguna.

—Pero no finjas que no te gusta mi perversión, mi amor— se defiende, dirigiendo su rostro al cuello de la chica.

—No me gusta— miente.

—Como a mí no me gusta el deporte.

—¿Por qué mientes?

—Ah, creí que jugábamos a quién decía la peor mentira— ríe levemente y pega finalmente sus labios sobre el cuello de la chica, haciéndola largar un suspiro plácido, y llevar su mano diestra hacia su cabello rubio.

Arquea aún más su cuello dándole más espacio para que devore su cuello tal y como ambos querían, los deseos no hacían más que aumentar. El rubio lleva su mano izquierda hacia la pierna correspondiente de la chica, con intención de elevarla, dándole más accesibilidad.

Justo cuando comenzaban a cegarse por el ambiente lleno de placer que habían creado..

Comenzó a sonar el teléfono.

—Jimin..— dice ella, con dificultad— el.. teléfono— suspira sin poder evitarlo, él parece no oírla, prefiere no hacerle caso y seguir disfrutando.

—Déjalo sonar— susurra él, con sensualidad.

Ella muerde levemente su labio inferior al sentir los dientes del varón rozar su piel, por lo que olvida por un segundo el teléfono y decide aprovechar el momento. Pero éste vuelve a sonar, llamando completamente su atención al ser una segunda llamada seguida.

—Jimin..— dice un poco más firme. Este chasquea la lengua y se aleja de ella, maldiciendo un millón de veces al teléfono.

—Para la próxima desconectaré el teléfono— comenta, haciendo reír a la fémina por su inconformidad.

—Esto es una pausa, tranquilo— guiña un ojo sonriente y camina hacia la habitación nuevamente, levantando la llamada— buenos días.

¿Semi?

—Oh, hola, Ara, ¿cómo estás?— el ánimo cambia al oír la voz de la doctora.

Bien, gracias. Espero no haber molestado.

Jimin al escuchar carraspea la garganta, haciendo a su novia reír nuevamente.

—Tranquila, no lo hiciste.

De todas formas.. llamo para informarles los resultados de la prueba.

Semi se sintió enfriar al escucharla, había olvidado completamente lo de la prueba de embarazo.

Guardó un largo silencio, procesando todo nuevamente.

—¿Semi?

Jimin al ver el estado de su novia agarra el teléfono por ella.

—Sí, estamos aquí, dime.

Oh, Jimin ¿Semi está bien?

—Está nerviosa, dímelo a mí.

Bueno, dile a Semi..

Guarda silencio, lo cual preocupa más a Jimin y Semi no reacciona.

—¡Habla Ara!

Dile que para la próxima use condón si no quiere volver a pasar un susto así. Las pruebas son negativas.

—¿O sea que ella no está embarazada?

Ara ríe.

No, puedes dejar los sobrinos para otra ocasión, chicos— dice burlona y suspira— bien, era eso, tengo que seguir trabajando, descansen.

—Gracjas por todo, Ara.

Es mi trabajo, Park. Cuida bien de Semi, adiós, los quiero— se despide cálidamente.

—Nosotros a tí— cuelga el teléfono.

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