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Extra

Sentía una cálida respiración sobre su rostro, conocía esa manera de exhalar un poco fuerte mientras dormía, sin duda alguna se trataba de su novio.

Sonrío.

Por supuesto que lo hizo, porque él la hacía feliz, había mantenido su promesa de hacerlo, y no volver a arruinar algo tan bonito como lo era su relación, sólo por culpa de una inseguridad o un secreto.

Al sonreír, sintió su alma brincar de emoción y alegría, además de su corazón latir con más fuerza. Se acercó más a él para abrazarlo, apegándose de la misma forma como habían dormido.

El varón no puede evitar despertar de su profundo sueño al sentir a su chica removerse un poco debajo de él, puesto a que ella colocó su cabeza sobre su pecho para descansar, podría sentir cualquier movimiento, más si no se hacía con la suficiente suavidad y cuidado.

Él, a diferencia de ella, sí abre los ojos, se ubica en el lugar donde se encontraban de manera lenta, pero sólo para sí mismo, porque, en realidad, le había tomado instantes ubicarse y sonreír sabiendo que es el hombre más feliz junto a la chica que le devolvió el autoestima y los deseos de amar.

También sonríe, ambos están haciéndolo sin saberlo, puesto a que no se han visto aún los rostros. Pero el varón se inclina un poco para besar la cabeza de su fémina con suavidad y delicadeza, además de con su fuerte brazo envolverla más en él.

El cómodo silencio reina en aquella habitación, donde sólo se encuentran dos almas amándose y sintiendo la felicidad golpear su pecho cada vez que recuerdan que no necesitan más nada para ser felices.

Aunque se sentían lo suficientemente tranquilos como para continuar soñando y descansando, ya no sería posible, puesto a que habían consumido todas sus horas y la energía regresaría a ellos; siendo las 9:00AM en aquellos momentos.

—Buenos días— murmura él, cerrando nuevamente sus ojos.

—Buenos días— responde ella, con un poco más de energía, y besa su pecho— ¿cómo dormiste?

—Como he venido durmiendo desde que estoy contigo— contesta y ésta sonríe sintiéndose sonrojar.

Ante su contestación, ella abre los ojos y recuerda sus primeros momentos juntos, quizás comenzaron con el pie izquierdo y definitivamente no se vieron bien. Pues, ¿quién iba a imaginar que aquellas almas, luego de un trato poco respetuoso por parte del varón, terminarían juntas?

Wow— suspira— ya ha pasado un tiempo, ¿verdad?

Él asiente.

—Un año y dos meses..— besa nuevamente su cabeza— y vamos por más.

Ella logra observarlo, alzando su mirada. Al hacerlo, se convence, por milésima vez, de que él es el hombre de su vida y que ni se arrepiente de haberlo escuchado, y haberle entregado una segunda oportunidad para retomar lo que creía perfecto, pero lleno de inseguridades y miedos. Se convence de que está totalmente enamorada de aquel varón que la ayudó espiritualmente a continuar, el motivo de sus sonrisas diarias y que definitivamente era el amor de su vida.

—Mucho tiempo, ¿no crees?

—Ha sido mi relación más larga, pero seguiremos extendiéndola— habla con una voz más grave, por el escaso cansancio.

—Esta es mi única relación, pero definitivamente no me arrepiento— manifiesta ella.

Ella aspira el aroma que este derrocha naturalmente y sonríe de nuevo, ya se había acostumbrado a sentirlo.

¿Cabe destacar que ella lo reconocería con los ojos cerrados, conociendo la manera en la que ambos se enamoraron?

—Te amo, Semi— declara él, sin dudas ni miedo.

—Yo más todavía, Jimin.

Luego de sus declaraciones amorosas, tan normales para ellos en aquellos días, puesto a que se recordaban a cada momento cuánto aprecio y amor se tenían, ambos eran sus más fieles recordatorios.

¿Discusiones? Existían, pero muy escasas, y siempre sabían cómo erradicar el problema con charlas, y disposición de encontrarse nuevamente felices.

¿Sus madres? Ambas madres adoraban a sus yernos, y muy estaban de acuerdo con su relación.

Hablando de madres..

El celular de Semi comenzó a sonar, tratándose de una videollamada, lo supo por el tono que había colocado.

Ella se voltea lentamente y agarra el dispositivo sobre la mesita de noche al lado de la cama.

—¿Quién es?— gruñe el varón antes de preguntar, mientras se restriega el ojo derecho.

—Es tu suegra, pequeño— ella lo observa burlonamente y éste sonríe.

Semi le da el dispositivo para que lo sostenga con su mano libre, así ambos pudieron salir en cámara.

Sin más nada que esperar, aceptaron la solicitud.

La sonrisa de la madre de Semi alivió una vez más el corazón de su hija. Aunque pase más tiempo con su novio que con su madre, no deja de preocuparse por saber de ella, así como hacía la mujer por su hija. Pero saber que la pequeña estaba viviendo sus mejores momentos junto a un chico maravilloso, la hacía demasiado feliz y confiaba en que todo se encontraba bien.

Pero continuaba el trauma del accidente, había afectado psicologicamente a ambas féminas, por eso no podían evitar los flashbacks de la tragedia y en ocasiones llegar a sentir tanta ansiedad como para llorar sin parar, con miedo de que podría pasar nuevamente. A pesar de eso, siempre habían personas con la disponibilidad de ayudar, porque sí, la madre de Semi también pudo encontrar un alma que quiere entregarle y demostrarle mucho.

Y Semi, aunque no confiaba al cien por ciento, se sentía feliz por su madre.

—¡Hola!— agita su mano eufóricamente al ver a sus dos niños grandes favoritos.

—¡Hola, mamá!— saluda con voz aniñada su hija, mientras abraza un poco a su varón.

—¿Cómo estás, mamá?

Jimin se sentía lo suficientemente cómodo para llamarla de esta forma, desde que ella misma hizo una broma respecto a esto. Aunque en una cena familiar en casa de Jimin, sin querer el varón la llamó por aquel apodo, estando su madre allí, lo cual la desconcertó, y las dos féminas que sí comprendieron no pudieron evitar reír.

—Bien, hijo— sonríe— veo que a ustedes les va perfecto.

—¿Qué puedo decir, ma'? Sabes que amamos pasar tiempo en la playa— afirma su pequeña.

—Sí, lo sé, y estoy esperando a que me inviten a mí y a tu mamá real, Park.

Esto hizo a Jimin reír, ya que recordó aquel día de la cena familiar.

—Pronto, pronto pasará— contesta él.

Ella suspira suavemente, sintiendo alegría por el bienestar de los jóvenes.

—Bueno y.. ¿qué harán hoy? ¿Van a regresar hoy mismo?

—Bueno, podríamos pero eso sólo será si la chica lo desea— responde él, refiriéndose a Semi, quien repentinamente ya no sonríe, y tiene su mirada perdida.

Jimin al notar esto, frunce el ceño y sólo la observa. Obviamente, su madre también se da cuenta de que algo no va bien con su hija.

—¿Semi?

Ella repentinamente se levanta de la cama, y corre hacia el baño del dormitorio.

Lo siguiente fueron arcadas provenientes de ella misma, dando a entender que se encontraba vomitando. Parecía sentirse mal, o algo no le había hecho bien la noche anterior.

La situación se tornó penosa, ya que Jimin aún tenía el celular en su mano, y su madre sólo sabía sospechar una cosa.

Lo más probable.

—Park— dice ella.

Él no tiene cómo verla a los ojos, no se atreve por un instante, sólo quiere apagar el celular y correr a ayudar a Semi. Pero no sería lo idóneo, y sería una falta de respeto y educación, debía enfrentar la situación.

—¿Sí?

—¿Esa es Semi vomitando?

Segundos después, contesta.

—Sí. De seguro algo no le hizo bien ayer.

Ella alza una ceja.

—O capaz algo se esté formando en su organismo.

—Ehm.. creo que..— dudaba de hablar, sintiéndose extremadamente apenado— creo que es un poco pronto para pensar que fui yo.

—Siempre empiezan así, con esos síntomas.

Traga en seco, no sabe qué más decir. Él solo quiere pensar que es sencillamente una revuelta de estómago. Sin embargo, no sabe cómo justificarse.

—¿Vamos hoy y le hacemos la prueba de embarazo?— sugiere él, tratando de calmar a la madre.

Asiente.

—Creo que sería lo mejor— ella ya no sonríe ampliamente, en cambio, no se ve molesta, ni preocupada, simplemente parecía un shock.

—Bueno, entonces la veremos más tarde.

—Vale— baja su mirada— Jimin..

—¿Sí?

Ella lo observa.

Siempre he confiado en tu persona, si esto fuera lo que estuviera pasando en realidad, espero que no abandones a Semi.

Jimin al escucharla sintió su corazón latir con rapidez, sólo imaginarse la situación le provocaba nervios, pero no, no abandonaría a Semi, menos en esos momentos tan difíciles.

—Me enamoré ciegamente de Semi, así como ella, literalmente, lo hizo. Éstas situaciones sólo refuerzan las relaciones, independiente de qué actitud y decisión se tome. Y yo no podría dejar a su hija en esos momentos tan difíciles que lo único que se necesita es atención y amor— toma una bocanada de aire— me haría responsable de mis actos.

Al escucharlo sonríe levemente, es como si la confianza hubiera vuelto a ella.

—Me alegra escucharlo, Jimin. Siempre dije que quería a un nieto Park— bromea y éste se sonroja— bueno, los dejo en paz. Cuida de mi hija, Jimin. Y regresen a salvo, ¿ok?

—Lo haremos— sonríe levemente— cuídate mamá— dice aún tenso, pero para relajar.

—Adiós, hijo.

Sin más que agregar, se corta la videollamada. Momento perfecto para que Jimin vaya a ayudar a su chica, la cual solo expulsaba desechos por la boca en el baño.

La mente del varón era un caos y estaba nervioso.

¿Serían padres o ésto es solo una falsa alarma?

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