—Eso es genial— exclama Semi, hablando por teléfono. Se encontraba sentada en la cama.

—Sí, Ara realmente pudo salvarme.

Semi sonríe ampliamente al escuchar aquel nombre; el nombre de la fémina que la salvó. Sin ella nunca habría podido recuperar la visión de manera satisfactoria, ni habría conocido al amor de su vida. Le debe mucho, y el hecho de que salve a otras personas la hace sentir realmente orgullosa.

—Me alegra mucho, Lisa— asiente.

—Gracias, Semi. Si estoy aquí es gracias a tres personas y tú estás incluída. A pesar de que no merezco tu ayuda.

—Cállate, Lisa— ríe levemente— después de todo eres mi amiga y necesitabas ayuda, no iba a ignorar tu condición.

—Eres lo mejor— sorbe su nariz, sintiendo su voz agudizar— ustedes tres son lo mejor.

—¿Quiénes?— indaga curiosa.

—Tú, Ara..— suspira fuerte— y Jungkook.

A la pelinegra le alegra demasiado que esa relación haya funcionado y que ese chico que ella siempre creyó un posible engreído, la apoye en los peores momentos, como era aquel. Estaba muy agradecida con él, pues no todo hombre se mantendría a su lado.

—Jungkook y tú tienen una relación muy especial por lo que veo— comenta feliz.

—No sabes lo feliz que me pone saber que voy a seguir amándolo, que ésta no era mi última oportunidad— responde conmovida.

Ahora sí estaba completamente segura de que valió la pena ayudarla. Cuando alguien  se va, el cielo te recompensa con una mejor persona. Dejando de lado a Rosé y Jennie, llegó Jungkook a ocupar aquel espacio; valió la pena atacar a ese chico, aunque la rubia era quien tenía deseos de hacerlo suyo.

Quien los viera hoy en día, dijera que se invirtieron los papeles de la película, y quien realmente conoce a los personajes diría que acaban de mostrar su doble cara.

—Bueno, Liz, amo que te encuentres bien. En serio.

—Sí, Sem, gracias a ustedes.. nunca estaré tan agradecida.

—Cuídate mucho, ¿vale?

—Te quiero mucho.

—Igualmente. Adiós— sonríe y cuelga el teléfono, para luego liberar un suspiro cansado y relajar su cuerpo sobre su cama.

Pero unos toques sobre la puerta llamaron su atención.

—¿Debería llamarte alarma?— bromea en un tono alto, conociendo esos toques.

Quien se encuentra tras la puerta, seguido de escucharla la abre.

—No me engañas, te gusta que te despierte en la mañana— sonríe victorioso.

—No te acostumbres, Park— imita su acción, curveando sus labios. Éste se acerca a ella.

—Ya lo hice.

Ambos ríen levemente y el rubio se acerca, dejando un beso sobre sus labios.

—¿Qué tal dormiste?— pregunta ella.

—Solito— hace un puchero con sus labios, y Semi frunce el ceño sintiendo ternura por su gesto.

Habían pasado dos semanas desde que se quedaron en la cabaña en la playa, desde entonces se habían vuelto unos melosos enamorados.

—Yo también dormí solita— ella imita su acción, y ahí es cuando Jimin se dejó embobar por su ternura, tanto que olvidó que estaba haciendo papel de bobo.

—Creo que volveré a dejarte dormir sola— comenta él.

—¿Te gusta verme sufrir?— indaga fingiendo ofensa.

—No, pero tus pucheros son adorables— sonríe.

Semi frunce el ceño y ríe mucho, lo cual confunde a Jimin por un momento.

—¿Qué?

—¿Por qué nos comportamos como unos tontos cuando estamos juntos?

—Porque lo somos. El amor es así— canturrea divertido.

La pelinegra acaricia el cabello de su chico tiernamente, cuando el silencio se adueñó del momento.

—Háblame de Ara.

—Está en Daegu, de vacaciones con Seojoon— responde en un suspiro.

Jimin sonríe.

—Ellos se ve que tienen mucha química— Semi asiente en acuerdo— me recuerdan a nosotros.

Ambos ríen.

—Jimin..

Éste la observa.

—¿Dime?

—Me asusta que esto algún día tenga que acabar— comenta.

El varón sonríe enternecido y toma su mano.

—Yo no te dejaré, y te trataré como una reina para que ésto nunca acabe por tu decisión. Semi, te haré feliz.. más feliz— aclara al final.

La chica, conmovida por las resumidas palabras de su chico, siente sus ojos picar.

—Nada de lágrimas, cosita— pide él, al notar las gotas a punto de caer. Por lo que acaricia su rostro— mejor sonríe y así somos felices los dos.

No pudo evitar sonreír.

—Diablos, no sé qué hice para merecerte.

—Existir. Tú existencia ya es suficiente— contesta tranquilo.

—¡Deja de ser tan lindo conmigo!— exige ella, sonrojada pero riendo.

—No puedo evitarlo, si soy lindo, amor.

—Presumido— niega sonriente.

—Tomé clases de Seokjin, cariño— bromea, haciéndola reír fuerte.

Pero luego de las risas, el silencio vuelve a reinar entre ellos, hasta que Semi tiene una inquietud.

—Jimin.

—¿Sí?

—¿Qué final feliz imaginas para nosotros?

Él lo piensa por un momento.

—Tendría que haber sido la cita romántica en la playa, ya que era tu fantasía sexual, pero–

—¿¡Fantasía sexual!?— interrumpe ofendida y sonrojada— nunca dije eso, Park.

Ríe.

—Lo sé, pequeña. Era tu sueño, tu fantasía sexual soy yo en la playa contigo— guiña coqueto.

Semi rueda los ojos.

—Termina tu respuesta, Park.

—Bueno.. se supone que era el final.

—¿Entonces?

—¿Por qué piensas en un final, Sem?

—Toda historia tiene un final, ya sea feliz o triste, pero tiene.

Jimin, al oírla, ríe.

—No toda historia necesita un final, Semi. Lo que no sabes, es que nuestra acaba de empezar.

—¿Qué propones para continuar la historia, señor?

Él vuelve a pensar.

—¿Tengamos hijos?— bromea.

—No tan jóvenes, Park— ríe.

—Anda..— se posiciona sobre ella con un movimiento ágil y rápido— aún nos faltan muchísimos intentos— susurra sobre sus labios, antes de atacarlos con un apasionado beso.

“Comprendí que amar a ciegas, es la mejor forma de amar; no ves su rostro, ves su alma, lo que esconde tras ése físico que dice tantas cosas sobre él que nadie sabe si es cierto o no. Nunca me había enamorado antes, no sabía qué se sentía, creí que nunca iba a hacerlo. Pero ¿quién diría que gracias a un accidente que me quitó temporalmente la visión conocí nuevas personas que hoy en día son verdaderamente importantes. Gracias a ese accidente aprendí la diferencia entre mirar y observar, lo importante que es conocer profundamente a una persona, aunque dicen que uno nunca termina de conocer a alguien. Ese accidente limpió mi círculo de amistades, demostrándome una vez más de que mi mamá tenía razón y que nunca me dejará sola, no importa lo que pase. Ese accidente me quitó la vista, pero me regaló una hermana doctora, ese accidente apartó amistades falsas y me recompensó con el amor de mi vida. Ese accidente me enseñó a observar, y Park Jimin me demostró que lo esencial es invisible a los ojos.”

—Goo Semi.

Fin.