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43.

—¿Sabes nadar?— indaga el varón, viendo su reloj de pulsera, el cual marcaba las 6:27pm.

Luego de un pequeño accidente en la habitación, ambos terminaron en el baño, recordando todo lo que habían disfrutado anoche.

Flashback:

Semi quedó con ganas de desquitarse con Jimin por no dejarla descansar tranquila. Por lo que decidió molestarlo en el baño. Sin quitarse la camisa de Jimin, caminó con pasos lentos hacia el lugar donde se encontraba él. Antes de entrar, pudo escuchar cómo corría el agua desde afuera. Sin pensarlo más, giró el picaporte, adentrándose en el lugar.

Jimin por su parte sólo escuchó cómo se abrió la puerta, y tranquilamente giró su rostro hacia la entrada, viendo a su novia en ella. Sonrió de lado al ver sus ojos traviesos recorriendo su anatomía desnuda.

—¿Se te perdió algo, amor?— pregunta burlonamente, pero con un tono pícaro envolviendo su cuestión nada inocente.

Semi lo observa finalmente a los ojos, y luego de segundos, niega con la cabeza de manera lenta.

—Nada.

Viendo a Jimin con tanta seguridad sólo la hace sentir tímida, no sabía qué hacer allí dentro, por lo cual decide retirarse.

—¿Sabes qué? Creo que mejor me voy— asegura ella, pero no fue lo suficientemente rápida, ya que sólo le bastó girarse para que Jimin se acercara con agilidad hacia ella para adentrarla más al lugar, alejándola de la puerta.

Semi queda inmóvil ante su acción, y su novio comienza a acariciar lentamente sus hombros y cuello, detrás de ella. Colocando su barbilla en el hombro de la chica, decide dejar un par de besos en su nuca, lo cual hace que la chica suspire plácidamente.

—¿Viniste a verme, pequeña?— susurra.

—Quizás— suspira.

Ahí fue cuando Jimin la hizo girar, tomándola de la cintura, logrando que hubiera intenso contacto visual entre ellos.

Inevitablemente, Semi desvió su mirada hacia el pecho de su chico y comenzó a subir lentamente, quedando viendo fijamente sus labios. Básicamente, el novio se percató de cómo las ganas de apoderaban de ella, lo cual logró hacerlo sentir de la misma forma, acariciando su cintura pequeña comenzó a arañar suavemente su piel. El contacto visual se volvía cada vez más intenso y ardiente, Semi desea sentir a Jimin otra vez, se siente derretida ante él sólo manteniendo contacto visual, pero la sonrisa sensual que le dedicó el varón a continuación fue la gota que derramó el vaso. La chica posa sus manos sobre los hombros del varón, ejerciendo un poco de presión, para evitar desvanecerse por la debilidad que le causa. Jimin se percata de la situación de su chica, por lo cual decide sostenerla, ayudándola. Pero luego, ve más eficiente acorralarla a la pared, ésta sirviéndole de apoyo.

Los ojos de Semi desprenden lujuria y la mirada del contrario se oscurece sobre ella, dejándole conocer, una vez más, ése lado posesivo y sensual que se apodera de él cuando la situación lo amerita.

Acercándose a su campo auditivo, pregunta en un susurro.

—Dime, linda..¿quieres repetir lo mismo de ayer?— aleja lentamente su rostro luego de la cuestión, viendo nuevamente a sus ojos a su chica, ésta asiente, provocando una sonrisita picarona en el rostro del rubio— bien, sólo necesitaba un permiso.

Ya declarado ésto, no esperaron ni un momento más para devorarse, y fusionar sus cuerpos y almas en uno.

Fin del Flashback.

—Claro que sé nadar, Jimin— ríe levemente.

—Ah, ok— responde y asiente levemente.

—¿Por qué?

—Ya sé que si te lanzo al agua no te pasará nada— ríe de manera traviesa.

Semi lo observa ofendida.

—¿Piensas hacer eso?

Éste encoge sus hombros y vuelve a reír.

—Nunca se sabe, capaz sea yo quien termine tirándote al agua, Park— contraataca y se gira dramáticamente, dándole la espalda.

Jimin se acerca con una sonrisa encantadora y la abraza por detrás, como de costumbre. Semi retiene todos sus deseos de relajarse y sonreír con tal de fingir dureza, pero con un beso suave en la mejilla por parte de su querido, poco a poco fue ablandándose.

—Estaba de broma, linda— deja otro beso— y no me llames Park, que suena muy frío.

La chica alza ambas cejas, incrédula, y se gira para verlo.

—¿Cómo quieres que te llame entonces?

El rubio hace una mueca torcida y frunce un poco el ceño, fingiendo pensar, lo cual le pareció demasiado tierno a la chica.

—Es mejor que salga de tu boca, lo que sea viniendo de tí lo aceptaría.

—¿Sí?— se aleja un poco de él.

—Claro, hermosa.

—Pues..— se acerca un poco— sigues siendo Park— se aleja y comienza a caminar hacia el agua.

—¿¡En serio!?— queja.

—Sí, como oyes— sonríe de manera traviesa y lanza un beso, sin dejar de caminar en reversa.

—Ven aquí, no te me escapas— éste comienza a perseguirla con un paso más apurado.

—No, no me sigas— deja de caminar en reversa, para correr de frente, alejándose de Jimin.

Éste imita su acción, siendo más rápido y atlético que ella, claramente al final termina alcanzándola, encerrando su cuerpo delgado entre sus brazos bien fuertes y definidos.

—¡Ya! ¡Suéltame!— pide riendo.

—¿Park dijiste?

—Eres Park, es tu nombre— ríe aún.

—Pero no quiero que me llames Park, pequeña.

—No seas caprichoso— bromea.

—¿Qué?— lleva sus manos hacia sus costillas y comienza a provocarle cosquillas.

La chica comienza a retorcerse y a reír sin poder evitarlo.

—¡Déjame! ¡Apenas respiro!— suplica ente risas, pero el chico no se detiene.

—¿Volverás a decirme "Park"?

—¡No! ¡No lo haré! Por favor, ya déjame.

El rubio la suelta y ella gira, quedando frente a él. Ella no puede evitar reír levemente, por lo que lleva una mano a su rostro, acariciando suavemente su piel blanca, hasta llegar a su cabello rubio.

Fue un instante de silencio entre ambos, con el sonido de las olas y el cantar de los pájaros como música de fondo.

Él atrajo su pequeño cuerpo con ayuda de su mano derecha sobre su cintura. Quedando así más cerca uno del otro.

—¿Qué pasa por tu mente?— indaga el varón, al percatarse que ésta seguía mirándolo fijamente.

Semi sonríe.

—Que no me equivoqué de persona— contesta con seguridad y ladea un poco su rostro— eres el mejor chico que he conocido, y creo que el mejor que conoceré de todos.

Jimin al escucharla siente su corazón latir con fuerza, por lo que lleva sus manos hacia las de la chica, retirándola de su cabello, entrelazádola con la suya.

—Tú eres la chica de mi vida, Semi.

—Y yo no dudo que tu seas el chico de mi vida.

La sonrisa contagiosa de Semi logró causar la misma sensación de alegría y enamoramiento al varón frente a ella.

La pelinegra sintió inmensas ganas de envolver entre sus brazos al varón, y no dudó nada en hacerlo.

—Te quiero mucho, Jimin.

Éste corresponde, apretándola fuerte sin lastimarla, brindándole seguridad.

—Yo más a tí, Semi.

Se mantuvieron en ésta posición por varios segundos, podían sentir el latir de sus corazones y las sensaciones que les provocaban estar juntos de aquella forma.

Pero de repente, al varón se le ocurre algo.

—Linda.

—¿Sí?— responde sin separarse.

—No me sueltes, ¿está bien?— pide y ésta aprieta su agarre.

—¿Vale?

Jimin hace que la chica enrolle sus piernas sobre sus caderas, lo cual hace que la pelinegra suelte un chillido por su inesperada acción.

—¿Jimin?

Éste no responde y comienza a caminar hacia el agua, reteniendo la risa.

—Jimin..

—¿Qué?

—No estarás pensando mojarme ¿o sí?

—¿Cuál es el problema? Si ya te he hecho mojar en más de una ocasión— responde tranquilamente, sin dejar de caminar.

Su comentario sonroja a la chica.

—¡No me refería a eso! ¡Hablaba del agua!— aclara, aunque fuera innecesario, ya que el chico comprendió desde un principio.

—Tarde, cariño. Ya estamos dentro.

—¿Qué?

Sin más que agregar, la suelta y ésta se moja hasta sus caderas. Casi chilla por la temperatura del agua; casi helada.

—¡Park Jimin, te mato!— amenaza tiritando.

—Te quiero, linda— guiña y se aleja, saliendo del agua y dejándola adentro.

Semi lo observa ofendida.

—¿Sabes que no te hablaré más durante el regreso?

—Pero ya te lancé al agua, estoy satisfecho— responde de espaldas a ella, conteniendo la risa.

—¡Te odio!— grita desde su lugar.

—Me quieres, me lo dijiste hace segundos— contesta divertido y se gira aventando un beso abstracto para luego seguir caminando.

Semi cruza sus brazos por el frío y comienza a salir lo más rápido posible, para salir de aquella frialdad.

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