Semi bajaba lentamente las escaleras, haciendo resonar sus tacones contra el suelo. Su corazón se aceleraba cada vez más, mientras menos faltaba para llegar al living.

No se atrevía a levantar la mirada, sentía demasiados nervios, más de lo normal, y se pregunta si es por el hecho de la intrigante cita de Jimin, o si es porque esa noche podría darse su oportunidad.

-Cariño, al fin bajas- habla su madre y señala con su cabeza que Jimin estaba sentado en el sofá, que se dirigiera hacia allá.

Ella apretó sus labios y caminó hacia su chico, con su mirada baja. Él, en cambio, la observaba fijamente, escaneaba cada detalle de su persona, convenciéndose por milésima vez de que Goo Semi era una chica demasiado hermosa y que todo encajaba con ella.

Al ver su nerviosismo no pudo evitar sonreír.

-¿Piensas mirar el suelo toda la noche?- bromea divertido y se levanta.

Lentamente la chica comienza a alzar su mirada, haciendo sus ojos viajar por todo su cuerpo. Jimin vestía completamente de negro, menos su chaqueta mezclilla, la cual era azul marino. Semi ya comenzaba a delirar sin ver su rostro.

Estando uno frente al otro, el varón se ve en la obligación de alzar la mirada de su chica colocando su mano sobre su barbilla, conectando finalmente sus miradas.

Shock.

Jimin se veía igual de apuesto y atractivo que siempre, pero hubo un detalle que hizo sonreír ampliamente a Semi, al recordar su petición de hace un tiempo atrás.

-¿Qué?- indaga él.

-Te queda perfecto el cabello rubio, Park- expresa en un suspiro.

Él sonríe.

-¿En serio?

-Demasiado.

-Gracias- baja un momento la mirada, tímidamente, pero segundos después regresan al contacto visual- tú estás impecable ésta noche.

Toma su mano derecha, haciendo que ésta dé una vuelta sobre su eje, para mayor apreciación.

Regresando su mirada a su chico, responde.

-Gracias, Jimin.

Ambos quedan cinco segundos en silencio, hasta que el chico toma una bocanada de aire para así hablar.

-Bien, ¿nos vamos?

Asiente.

Pero un carraspeo detrás de ellos los detiene. Ambos observaron a la madre de Semi, quien se cruzó de brazos y sonrió de lado.

-Ya sabes lo que tienes que hacer.

-Sí, señora Goo. La traeré sana y salva.

-No, Jimin, hablaba con Semi- aclara sonriente- confío en que así será.

Semi ríe levemente y asiente.

La madre se refería a que debían protegerse en caso de que se les diera una oportunidad.

-Bien, diviértanse- asiente y se despide agitando la mano.

-Adiós mamá- se despide su hija, con una sonrisa enorme en su rostro.

-Hasta..- se queda pensativo- hasta luego, señora Goo.

Ella entendiendo su tardanza al responder, sonríe.

-Nos vemos, yerno- guiña un ojo.

Ambos giran sobre sus talones para salir por la puerta, pero Semi siente el tacto de su pareja sobre su cintura, lo cual la sorprende en un principio, pero finalmente consigue relajarse.

Abren la puerta, viendo un automóvil esperándolos fuera. La chica no puede evitar sorprenderse.

-¿Jimin, sabes manejar?

Éste la ve y sonríe.

-Sorpresa- ladea su rostro divertido y toma su mano para así acercarse al vehículo color blanco.

Semi con el ceño fruncido, sonríe y se adentra en el auto cuando Jimin se lo permite, tomando asiento en el lugar del copiloto.

Éste rodea el vehículo y se sienta en el lugar del piloto, posteriormente cierra la puerta y coloca sus manos sobre el volante, pero antes de arrancar, observa a Semi.

-¿Lista?

-¿Lista para qué?- frunce el ceño.

-¿Para escaparte un rato conmigo?- sonríe.

-¿Escapar? ¿De qué?- indaga perdida.

Jimin ríe levemente ante su confusión y sin mencionar alguna otra palabra, arranca.

-Jimin, dime adónde vamos- pide la chica.

-Ya lo verás, amor.

Éste apodo hizo que la chica se callara instantáneamente y que sus mejillas se tornarán rojas. El varón al verla sonrió ampliamente y posó sus ojos al frente.

De pronto un recuerdo golpeó la mente de la chica, y la expresión de su rostro se tornó preocupante. Jimin al sentir en el ambiente que algo no andaba bien, se detuvo un momento y la observó atentamente.

-¿Semi?

Ella no responde, sólo puede apreciar cómo observa algún punto fijo, y su respiración se vuelve pesada. El varón comienza a alarmarse ante la actitud de su novia.

-Semi, ¿estás bien?

Segundos después, la chica responde.

-El accidente..- susurra y lo observa- siento miedo que vuelva a ocurrir algo, no sólo a mí, a tí también.

Jimin chasquea la lengua ante su preocupación y toma sus manos.

-Yo nunca dejaría que algo te pasara, Semi, te juro que seré el ser más cuidadoso al manejar, y haré ese pequeño trauma desaparecer cuando vayas conmigo- sonríe tranquilizándola- ¿está bien, cariño?

Ella hace una pequeña mueca torcida y asiente.

-Confía en mí, bebé- se acerca a dejar un beso corto en sus labios- ¿seguimos?

Sonríe.

-Con la condición de que me digas dónde vamos- chantajea.

-Muy inteligente, Goo- se aleja con una sonrisita y vuelve a arrancar el auto para continuar el recorrido.

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-Jimin, ¿cuánto tiempo estaré con los ojos cubiertos?- indaga con dificultad para caminar.

Desde que llegaron, Jimin cubrió los ojos de su novia, evitando que pudiera ver el lugar donde se encontraban. Los cristales del auto al ser oscuros, no permitían ver hacia fuera.

-Yo tú ya debería saber dónde estamos por el ambiente.

Semi, pensando en las palabras de su novio, caminó con más lentitud. Ya el suelo no era duro, sus tacones no resonaban contra éste. Hacía frío en dicho lugar, pero un clima agradable. Lo que realmente le llamó la atención a la chica fue el olor del lugar.

-Creo saber.

-Si aciertas, te descubro los ojos.

-¿Por qué siento que estamos en..- al sentir ese sonido característico, sonríe confundida- ¿estamos en la playa, Jimin?

El varón descubre los ojos de la chica, y ésta finalmente los abre, viendo cómo no había fallado en su intento. Asombrada, observó todo a su alrededor, extrañaba demasiado el mar, la arena, la brisa.. ese ambiente en general. Sintió una enorme felicidad en su interior, nunca imaginó que él la traería a su lugar favorito; definitivamente sería la mejor cita de su vida; en su lugar favorito con su chico favorito.

Ella voltea a verlo con una gran sonrisa, que expresaba sin palabras todo lo que estaba sintiendo internamente. La felicidad de la chica hace que el varón respire tranquilo y se sienta orgulloso de sí mismo al hacerla sentir alegre, ahora debía ocuparse de cuidarla y hacerla sentir cómoda a su lado.

-Pero ésto.. ésto es..

-Sorpresa- sonríe.

Semi muestra su dentadura en una curva de mayor amplitud y se acerca a abrazarlo con fuerza. Él corresponde a su muestra afectiva y cierra sus ojos, perdido en la paz que le transmite estar entre sus brazos. Esconde su rostro en su cuello, y siente embriagarse con su dulce aroma.

-Hmm..- vocaliza sobre su cuello.

-¿Ocurre algo?- susurra ella, sintiendo tranquilidad.

-Nada, es que..- respira suavemente- tú fragancia es hipnotizante.

-Oh, ¿e-eso es malo?- indaga ella, sin entender al varón.

Éste niega sobre su cuello, y logra sacarle cosquillas por la manera en la que respiraba sobre su piel.

-Es bueno, se siente bien- susurra y deja un par de besos cortos sobre su piel.

Ella no pudo evitar suspirar ante su suavidad y delicadeza, Jimin era un verdadero caballero con la chica, en todos los sentidos.

-¿Jimin?- llama y éste vocaliza, en señal de que la está escuchando- ¿cuánto tiempo estaremos aquí? Pregunto porque ya es de noche, y no creo que manejarás de madrugada.

Éste al escucharla, levanta su rostro de su cuello y sus cuerpos se separan por un momento para así crear contacto visual.

-El plan.. era quedarnos una noche aquí, sólo si tú estás de acuerdo.