34.
—..¿Semi?
—¿Te.. interrumpo en algo?— indaga ella, jugando con sus manos, apenada.
Éste niega con la cabeza, mientras no deja de observarla fijamente.
—¿Puedo..pasar?— habla con timidez.
Sin mencionar alguna palabra, Jimin asiente y se hace un lado para que pase. Quedando embobado por tanto contacto visual.
Semi baja por un momento la mirada y camina hacia dentro. El varón cierra la puerta tras él y ella se gira a verlo.
—¿Hay alguien aquí?— habla bajo.
—Mi madre y Jiyu ya duermen— explica susurrando— vayamos arriba— indica y ésta asiente para seguirlo.
Era primera vez que Semi entraba a casa de Jimin, le parecía sencillamente bonita y organizada, dejando claro que vivían mujeres en la casa. Las paredes estaban pintadas de color amarillo claro y habían colgados algunos cuadros de pinturas famosas.
Comienzan a subir las escaleras hasta detenerse en la puerta que llevaba a la habitación de Jimin. Ahí, éste abre la puerta girando el picaporte. Semi observa cortamente todo a su alrededor, fijándose cómo la habitación era más pequeña que la de la chica, había una mesita de noche con una lámpara al lado de su cama. Una ventana de tamaño mediano, un armario con varias gavetas y un espejo.
Observa luego al chico tras ella, quien llevaba observándola con intensidad desde que entraron al lugar.
—¿Cómo sabes dónde vivo?— indaga él, confundido.
—Una vez me lo dijiste cuando aún estaba en el hospital, ¿no te acuerdas?
Él piensa unos segundos hasta que finalmente asiente.
—Eso fue hace mucho— comenta bajito— ¿por qué tan tarde en la noche? ¿No deberías estar con..— traga fuerte— Seokjin?
Semi sonríe levemente ante su mueca de celos.
—Seokjin me invitó a una reunión con sus amigos y yo fui con Ara, Jimin. Si conozco al chico más popular de la escuela es porque mi amiga fue quien lo curó una vez— explica.
Jimin abre sus ojos y asiente lentamente.
—Soy un idiota, ¿verdad?— baja la mirada y ríe levemente.
—Sí, la verdad— bromea.
—Pero.. dime..— la mira— ¿por qué estás aquí?
Semi lo observa sin decir una palabra y da un paso, quedando más cerca de él. El contacto visual se había vuelto demasiado intenso, pero ambos pudieron soportarlo.
—Me he enterado de todo— afirma.
Jimin frunce el ceño.
—¿Cómo dices?
—Lisa.. ella me contó la verdad.
—¿Tenía que venir Lisa a decírtelo?
—Jimin, no digo que me estuviste mintiendo— aclara— pero me molesté porque no había necesidad de mentirme con respecto a eso, ¿entiendes?
Frustrado pasa su mano por su frente y aparta el cabello de ésta zona, pero su flequillo rebelde volvió a su lugar cuando su mano regresó a su lugar.
—Ya lo sé, ya lo sé. Lo siento muchísimo— niega con la cabeza y baja la mirada— te juro que no sé porqué lo hice, estoy muy arrepentido.
Semi observa el arrepentimiento escrito en sus ojos, e inmediatamente recordó aquel audio, estando convencida de que éste no mentía.
—Te perdono.
El varón alza su mirada, conectando sus ojos con los de su chica. Frunció el entrecejo y abrió la boca intentando decir algo que no pudo salir, hasta que tomó un respiro.
—¿Hablas en serio?
Ella sonríe, mostrando sus dientes.
—Sí, Jimin.
Éste no puede evitar sonreír a dar un paso más cerca.
—Significa que..— se detiene por un momento— ¿somos novios de nuevo?
Semi sin alejar aquella curva de sus labios rodea con sus brazos el cuello de su contrario, teniendo su rostro un poquito más cerca, gracias al tacón de sus botas.
—No hemos roto, Park— éste ríe y ella acerca más su rostro al suyo hasta unir sus labios en un suave beso de reconciliación.
Se extrañaban mutuamente, aunque ambos intentaban no llamar la atención del otro; el varón por no querer molestar a la chica y ella porque seguía molesta. Pero dejarían ése pequeño malentendido en el pasado, dispuestos a continuar juntos, sin importarles quién pudiera interponerse entre ellos, pues no permitirían volver a separarse por falta de confianza.
Se separan lentamente y abren sus ojos segundos después.
Semi de manera inconsciente muerde levemente su labio inferior, y Jimin se percata de ello. Por lo que sonríe y lleva su mano derecha a su barbilla para acariciar la zona mordida con su pulgar.
—¿Me extrañaste tanto como yo a tí?
—Estaba enojada, pero miento si te digo que no quería verte más. Te extrañé mucho, la verdad— asiente.
El varón observa sus labios entreabiertos y luego regresa su mirada a sus ojos.
—Si no queremos volver a separarnos tendremos que confiar uno en el otro— dice.
—Nada de mentiras..— la chica retira la mano del chico de su barbilla delicadamente, para así entrelazarla con la suya— ..Park Jimin.
—No habrán— asegura.
—¿Lo prometes?— alza una ceja.
—Lo prometo— observa fijamente sus ojos mientras asiente levemente.
Semi sonriendo, siente el impulso de querer abrazarlo con fuerza, y no duda en hacerlo. Éste la recibe gustosamente entre sus brazos y la aprieta, sin intenciones de dejarla ir de nuevo. No arruinaría algo tan bonito y no volvería a caer en ningún juego sucio de nuevo.
—Te quiero, Semi. No te dejaré ir— susurra.
—Te quiero más, Jimin— aprieta más su agarre sintiendo la emoción llenarla.
El varón la levanta del suelo por unos segundos, y ella retiene un chillido de miedo por no despertar a nadie en la casa, pero dió un golpe en su hombro para que la bajara, lo cual fue para él como una caricia porque la chica no poseía tanta fuerza. Luego de segundos en el aire la bajó nuevamente.
—No vuelvas a hacer eso— ordena ella, viéndolo amenazante.
—Perdón— ríe y besa cortamente sus labios.
Ella rueda sus ojos y sonríe.
—No.
La sonrisa socarrona de Jimin desaparece.
—¿No me perdonarás?
Niega.
—¿Tengo que hacer algo en específico?
Semi alza una ceja sorprendida.
—¿Harías lo que sea?
—Sin que incluya mi hermana o mi madre, sí— declara.
La chica sonríe por el gran amor que éste siente por ambas féminas. Aún así, enfrenta su mirada.
—Tíñete el cabello— ordena con una sonrisa traviesa.
Jimin no sabe cómo reaccionar ante su petición, no esperaba algo así.
—Semi..
—Si no lo haces, no te perdono— cruza sus brazos cual niña caprichosa.
Jimin se ve serio. Muerde la pared interior de su mejilla y alza sus cejas luego de parpadear. Una mirada de total incredulidad.
—¿De qué color?
Semi sonríe ampliamente ante su aceptación.
—¿Rubio?— sugiere.
—Lo haré, pero tú también harás algo.
La fémina frunció su ceño.
—¿Qué quieres que haga?
Observa su cabello con sus labios abultados y entrecierra sus ojos.
—Voltéate— pide y ella lo complace.
Con sus manos deshizo aquel moño que recogía su cabello, dejándolo totalmente suelto. Ella sacudió su cabeza de un lado a otro, alejando cualquier ondulación, y éste se movió de un lado a otro, quedando liso nuevamente.
—Listo.
Ella se voltea hacia él.
—¿Eso? Creí que pediría algún cambio también.
—No, estás perfecta así— toma su cintura.
Ahí es cuando Semi cree que hizo mal al pedir el cambio, recordando sus problemas serios de autoestima quizás no le gustó escuchar eso.
—Jimin, lo del cabello fue una broma— remedia.
—Igual me diste una idea— encoge sus hombros— debo hacer algo nuevo— sonríe.
—No te lo tomes a mal, no lo dije en serio.
—Aunque hubiera sido en serio, está bien— resta importancia.
—¿Seguro?
—Claro, pequeña— sonríe.
Asiente y vuelven a unir sus labios en un beso tierno.
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