—¿Lista?— indaga Ara.

—Vámonos.

La menor lucía un vestido púrpura sin tirantes, con escote corazón. La cubría hasta sus muslos y no era muy ajustado. Combinado con unas botas negras de tacón bajo. En su cuello una gargantilla con un amuleto pequeño. Cabello recogido en un moño y de maquillaje usó rizador de pestañas, delineó sus ojos y un labial beige.

La doctora llevaba un vestido color pastel, que cubría hasta la mitad de sus muslos y cubría todo su pecho hasta sus codos, siendo más apretado que el que usaba Semi. Tacones bajos en color blanco, cabello suelto y un collar de perlas blancas. Más un maquillaje leve.

Viéndose en el espejo se percató de que nunca había visto a Ara vestir elegante, ella tampoco suele hacerlo, aún así se veían y sentían bonitas.

—Preciosa— halaga la doctora.

—Tú más— sonríe.

—De hecho, hablaba de mí— corrige en broma.

—¿Se te están pegando los hábitos de Kim Seokjin?— ríe incrédula.

—Es broma. Estás preciosa— aclara con una sonrisa.

—Muchas gracias, tú más.

—Bien, ya listas, podemos bajar.

Asiente y caminan hacia la puerta para así comenzar a bajar las escaleras. La madre no se encuentra porque también ha hecho planes con unos viejos amigos, por lo que Semi agarra las llaves de encima de la mesa y comienzan a caminar hacia la principal para llegar a su destino.

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—¡Jin!— llama la doctora, éste gira y al verlas sonríe y se acerca.

—Me alegra verlas, están hermosas. No más que yo, obviamente, pero sí—  ambas ríen, hace un leve movimiento con la cabeza señalando el interior de la casa— pueden pasar.

—No nos emborraches, Jin— regaña Ara en broma.

—La botella está ahí, quienes se emborrachan son ustedes, no yo— alza sus manos a la altura de sus hombros, quitándose culpa, a lo que las chicas ríen y terminan de entrar.

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—¿No que era una reunión pequeña?— recuerda la doctora en voz alta, por el volumen de la música.

—Bueno, es pequeño si te das cuenta, sólo que hay música y bebidas— responde Jin y finalmente encoge sus hombros.

En el lugar se encuentran los amigos de Jin; Jeon Jungkook y su novia, Jung Hoseok y su chica, y Han Jisung con Lee Minho. Más Ara y Semi, quienes ya habían bebido un poco, pero traían vibras diferentes.

Mientras Ara se veía contenta, Semi observaba con una expresión de aflicción a Lisa, quien no se ha separado de Jungkook e intenta animarse pero se le es difícil. Ara se da cuenta de cómo observa a la chica pelicorta, por lo que se acerca.

—¿Qué pasa, Semi?

La menor sin apartar la vista de la enferma, suspira y responde.

—¿Te acuerdas de las chicas supuestas amigas mías?

Ara observa a Lisa.

—¿Esta es una de ellas?

—Sí, esta es Lisa.

—¿Por qué la observas como si sintieses pena por ella? Ni siquiera te fue a ver cuándo estabas invidente.

—Ella se está muriendo.

Ara abre los ojos sorprendida y baja la mirada.

—¿Cómo lo sabes?

—Me lo afirmó, no puede pagar su operación— responde y se gira a verla— Ara, sin importar que no me haya ido a ver quiero ayudarla, nunca le habría deseado éste mal, menos cuando ella me pidió disculpas y me está ayudando a volver a confiar en Jimin.

Ara se acerca.

—¿Qué te dijo de Jimin?

—Rosé era quien le escribía y llamaba.

—La víbora— murmura.

—La misma. Bueno, resulta que Jimin sí me mintió, sí se equivocó, pero es que Rosé le dió justo donde le duele, y ahí es el autoestima, ¿entiendes? Aún así, Lisa asegura que él la odia y me lo probó enseñándome un audio donde decía que no le importaba nadie más que yo— cuenta.

La doctora sólo escucha y observa a Lisa.

—¿Qué quieres hacer para ayudarla?

—Ara, eres la mejor doctora que he conocido. Te pido que si puedes hacer algo por fuera por favor hazlo. Yo pondré dinero para ayudar con la operación.

Suspira suavemente.

—Ayudaré a ésta chica entonces— asiente.

—Eres un encanto, Ara.

—Aquí el verdadero encanto eres tú, Semi. La ayudas aunque no te haya ayudado a tí cuando lo necesitabas, eres una genial persona— admite.

Semi sonríe ante su halago.

—Muchas gracias Ara, por todo, de nuevo.

—Pero, regresando al tema anterior, cuando vuelvan a ser la parejita feliz tú y Jimin asegúrate de demostrarle que él es mejor de lo que cree, ayúdalo con su autoestima y te aseguro que algo así no volverá a pasar— aconseja.

—Él realmente necesita a alguien que le recalque lo bueno que es— asiente.

La mayor sonríe ampliamente.

—¿Qué esperas, Goo? Ve a por tu chico— ordena emocionada.

—¿Ahora?— abre los ojos de más.

—¡Claro! Toma un taxi y cuando llegues avísame por mensaje, pero ¡por favor, vuelvan!— suplica juntando sus manos.

Semi sonríe recordando las palabras de Jimin en el audio.

—No hemos roto— aclara.

—Eso me gusta— asiente— anda, vete— indica y señala la puerta.

—Me da mucha pena con Jin..

—Llevas aproximadamente dos horas aquí— observa la hora en su celular— mira, 10:26PM, yo te cubro— guiña.

—¿Dormirás en mi casa o–

—Puedes dormir con Jimin— interrumpe con un tono pervertido.

—¡No dije que– se interrumpe a sí misma y respira profundamente— mira, mejor me voy ya.

—Tranquila, Jin que me lleve en el auto si regreso muy tarde.

—Seojoon no es celoso, por lo que veo— alza una ceja.

—Ay, para nada. Es un encanto— sonríe ilusionada— igual que Jimin. Ahora vete a verlo.

—Vale— se levanta del asiento— avísame cuando llegues a casa— la señala con su dedo índice.

—Lo haré, mamá— bromea y sonríe. Se levanta para darle un abrazo de despedida— cuídate mucho, Semi.

—Tú más— se separan— no bebas demasiado.

—Sólo un poco más y ya— encoge sus hombros.

—Lo que sea— blanquea sus ojos con una sonrisa— debo irme ya— da media vuelta y observa por última vez a Lisa, quien conecta miradas con ella. Semi sonríe levemente haciendo que ésta le devuelva el gesto débilmente. Finalmente se retira de la casa.

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—Ara, ya estoy aquí, por favor cuídate mucho— envía un mensaje de audio y apaga su celular para volver a adentrarlo en su bolso pequeño.

En la vivienda de Jimin, da leves toques a la puerta. No quería ser escandalosa a esa hora de la noche, pues ya era tarde.

Sintiendo unos pasos acercarse no pudo evitar apretar los labios por los nervios. No sabía quién iba a salir y de qué forma. Podían reclamarle por el horario, o peor gritarle cosas y echarla del lugar.

Al sentir la puerta abrirse quiere darse la vuelta e irse, pero permanece en el lugar y aprieta sus puños reteniendo los nervios.

Ya abierta la puerta alza lentamente su mirada, viendo a aquella persona que deseaba ver, sintiendo así un gran alivio interno.

Jimin al verla no puede evitar sorprenderse, por lo que frunce el ceño confundido. Además de que estaban distanciados, que ella haya llegado hasta su casa a esas horas de la noche lo dejaban en blanco.

—..¿Semi?