Semi se alista para asistir a clases. Lleva una blusa de tirantes color beige, con la frase "Eat And Sleep" de color negro como adorno. Se cubre los brazos con una chaqueta de mezclilla azul marino apretada. Debajo, unos jeans negros y unas converses bajas púrpuras. Su cabello lo llevaba recogido en una coleta alta, dejando a la vista sus pendientes. Maquilló levemente su rostro, con un labial rosado claro y alisó sus pestañas.

Definitivamente se veía mejor que el primer día, había amanecido de mejor humor y tenía ganas de arreglarse y verse bonita para sí misma.

Viéndose al espejo sonríe ampliamente, sintiéndose sencillamente bonita.

Agarra su mochila, donde guardaba sus cosas y baja las escaleras, viendo a su madre, quien preparaba el desayuno antes de irse a trabajar. Ella también se veía arreglada, aunque era más común, ya que siempre se ocupaba de su imagen.

Al girarse a ver a su hija sonríe sorprendida.

—Oh~. Buenos días, hijita— la observa atentamente.

—Buenos días, mamá— ríe un poco y se acerca.

—Te ves muy linda hoy— asiente— más linda— rectifica.

—Gracias, tengo buenos ánimos hoy.

—¿Eso significa que han arreglado las cosas?— pregunta curiosa sirviendo un vaso de jugo de naranja.

Semi lo toma en su mano y niega con la cabeza.

—Aún no, mamá— bebe un poco— pero no basaré mi día en preocuparme por ello— sonríe— me han invitado a una reunión con Ara.

—¿En serio?

—Sí, hoy hablaremos bien de ello y te doy los detalles— deja el vaso sobre la mesa.

—Me alegra verte sonreír, hija. Regreso enseguida— indica y la menor asiente.

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Muchos estudiantes que se encontraban en la entrada de la institución observan a Semi, mientras ella simplemente prefiere seguir concentrada en la música que escucha en sus audífonos.

Dr. Bebe de Pentagon le parecía una buena canción para empezar el día con ánimo.

Cantaba levemente mientras su mirada estaba en el frente, sintiéndose por primera vez como el centro de atención, cosa que no le gustaba mucho pero no volvería a esconderse detrás de los demás estudiantes para no ser notada; ella iba a ser vista, criticada y halagada por quienes quisieran hacerlo.

Viendo hacia un lado, notó como los chicos que la veían algunos desviaron sus miradas hacia el suelo, pero entre los admiradores se encontraban aquel trío de chicas que tanto su madre desprecia. Ellas, en cambio, no desviaron la mirada. Semi simplemente decidió continuar su camino, ignorando las miradas.

Jennie la observaba desinteresada, como era ella, envidiándola por lo bajo. Lisa sin duda alguna la observaba asombrada, mientras que Rosé mantenía una mueca de disgusto al verla.

—Se ve muy linda— opina Lisa, en un susurro.

—Supongo— se encoge de hombros Jennie y sigue mirando sus uñas.

Rosé las mira ofendida.

—¿Qué? Esa moda es anticuada, por favor.

—Ah, y supongo que tú te ves mejor que ella, ¿no?— defiende Lisa.

—Obviamente, por si no lo sabes logré separarla de Jimin— sonríe victoriosa y admira su nuevo color de uñas— aunque realmente no tuve que hacer casi nada, el chico resultó ser un poco mentiroso y ella extremadamente tonta. Nada me sorprende— ríe.

Lisa se levanta rápidamente del banco donde estaban sentadas.

—Qué miserable eres, Park— insulta.

—¿Miserable yo?— se levanta y se acerca a ella con la misma sonrisa— dime Liz, ¿por qué ocultas tu cabello en ese gorro? ¿Acaso ya el tinte te dejó calva?— ríe fuerte.

Ésta se mantiene seria y acomoda aquel gorro, que como bien explica Rosé, cubre todo su pelo.

Jennie observa la discusión sin intervenir, prefiere mantenerse alejada de aquello y esperar a ver a Yoongi, realmente le daba igual lo que pasara con Lisa o Rosé.

—Quizás— responde Lisa y la rubia vuelve a reír, mientras que la contraria comienza a caminar, alejándose de ella.

—Qué rara es Lalisa— opina y recupera el aire que perdió de reír mientras acaricia su cabello, mira a Jennie— ¿Entramos?

—Estoy esperando a Yoongi— contesta.

La rubia rueda los ojos y entra a la institución.

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Semi caminaba hacia su casillero, pero al no escuchar nada y tener sus ojos puestos en su cinturón, el cual iba arreglando a medida que iba caminando, aumentaba el riesgo de chocar con algún estudiante o superior.

Para su mala suerte se sintió chocar contra un cuerpo más alto, pero no llegó a caer al suelo, ya que el contrario la tomó rápidamente entre sus brazos, evitándolo.

Ella fijó sus ojos en aquella persona, viendo esos luceros oscuros que removían numerosas sensaciones en su interior.

Él tampoco la había visto, veía su celular mientras caminaba. Quedó paralizado al verla, normalmente se veía hermosa, sencilla, sin llamar la atención de nadie. Pero al verla lucir un estilo diferente no pudo evitar desear apreciar su arte por largos minutos.

Para la chica, el varón siempre se veía bien. Quería intentar desviar su mirada para continuar, pero aquella sudadera gris con esos jeans negros lo hacían lucir demasiado bien.

Él mismo la enderezó nuevamente y ahí fue cuando la chica reaccionó que debía alejarse un poco.

Se encontraban en el medio del pasillo, donde cualquier estudiante podía verlos y comenzar a molestarlos, pero les da completarme igual.

—Estás bonita— dice en un tono bajo.

—¿Dices que sólo hoy me veo bien?— bromea y sonríe levemente.

—"Gracias, Jimin, tú también"— imita su voz, haciéndola reír un poco.

—Gracias, Jimin, tú..— se detiene— tú también.

—Gracias, Semi.

Un silencio se adueña del momento y sin saber qué decir o hacer, la chica muerde levemente su labio y desvía la mirada. Éste quiere decirle tanto pero siente que no sabe si es el momento adecuado.

—¡Semi!— grita una voz masculina desde atrás y ésta gira sobre sus talones, viendo a Seokjin.

—Hola, Jin— sonríe ampliamente y camina hacia él.

Jimin por su parte aprieta sus puños y suspira pesadamente. Temía que éste chico pudiera arrebatarle a su chica con los encantos que no niega que tenía. No podía permitirlo, pero intervenir entre ellos y montar una escena de celos no era prudente, por lo que prefería sólo observar de lejos.

—¿Se mantiene lo de hoy?— indaga sonriente.

—Por supuesto— sonríe— en la noche estaremos allí.

—Genial. Entonces, hasta la noche— asiente— te ves muy linda hoy.

Jimin desde su punto pudo escuchar la conversación, escuchando sus planes y su halago final. Por lo que apretó sus labios y entrecerró un poco sus ojos mientras asentía levemente.

—Gracias, Jin, tú también.

—Siempre— bromea y ríen— bueno, hasta luego.

—Nos vemos, entonces.

Éste le regala una última sonrisa y se retira. Semi regresa y ve que Jimin seguía en el mismo lugar. Ella le regala una media sonrisa y abre su casillero.

—Semi..— llama él.

—¿Sí?

—¿Tú.. estás saliendo con Jin?— indaga.

Sabía que no era el momento adecuado, pero no pudo controlar sus impulsos ni su curiosidad. La chica voltea, quedando frente a él.

—Jimin, creo haberte dicho que eso es mi problema— explica sin ser hiriente.

Cierra sus ojos y asiente, dándose una palmada mental por impulsivo.

—Perdón— abre sus ojos— diviértete hoy— desea inexpresivo y gira sobre sus talones para comenzar a caminar.

—Jimin..— llama ella y éste se detiene pero no voltea— gracias por recuperar el pendiente— agradece.

Luego de varios segundos, responde.

—No fue nada— continúa caminando.

Semi observa cómo se aleja, sin mirar hacia atrás y se pregunta si fue demasiado dura con él. Suspira suavemente y dirige nuevamente su mirada hacia el casillero para así guardar sus cosas.

Jimin se detuvo en un pasillo vacío, cerca de los baños, donde suspira frustrado.

—Dios, qué idiota— susurra y cubre su rostro con sus manos.

—¿Frustrado?— reconocería esa empalagosa voz donde fuera, no se movió ni reaccionó ante ella, simplemente se mantuvo estático, por lo que la chica decidió caminar hacia él— ¿Por qué? ¿Por ver cómo Kim Seokjin pretende quitarte a Semi?

—No sigas, Rosé— separa sus manos de su rostro.

—¿Por qué sigues ahí? ¿Piensas volver con ella luego de haber roto?

—No hemos roto.

La rubia se asombra al escucharlo.

—Pero.. ustedes ya no se hablan.

Sonríe amargamente.

—No hemos roto— repite.

—Jimin, estás luchando contra Kim Seokjin— levanta sus cejas, esperando a que continúe— o sea, un chico muy guapo, amable con las chicas, coqueto, adinerado, popular.. no creo que ganes contra eso— se acerca y acaricia su hombro mientras habla con voz suave y coqueta— así como hay mejores chicos, hay mejores chicas— se acerca a su oído— más lindas, con más dinero, populares..— susurraba— y con más para entregarte.

Éste se aleja de la chica rápidamente y éste lo observa ofendida.

—No me interesan esas cosas, Rosé.

—¿Qué tiene esa maldita Semi que yo no?— pregunta frustrada.

Y éste comienza a caminar pero antes responde:

—Ella tiene lo esencial.

—¿Qué es eso?

—Lo que es invisible a los ojos. Entiende que la belleza no lo es todo— declara y comienza a caminar al sentir el timbre sonar, dejando sola a la frustrada rubia.