Jimin comienza a abrir los ojos lentamente y bajando su poco la mirada pudo ver cómo ya una personita lo ha estando observando.

Semi tenía una sonrisa en su rostro, mientras veía atentamente a su chico quien dormía tranquilo y plácidamente.

Éste ríe levemente.

—¿Qué tanto ves?

Ella se encoge de hombros divertida antes de contestar.

—Hace poco recuperé la visión, no quiero volver a cerrar los ojos a menos que sea para dormir— cometa mientras aquella curva no desaparece.

Jimin enternecido deja un beso sobre su frente.

—¿Dormiste cómoda?— indaga atento.

—Mucho— sonríe— para ser mi primera vez durmiendo con un chico, fue demasiado cómodo.

—Me alegra saberlo, pequeña— acaricia delicadamente su mejilla.

—¿Y tú?

—Cómodamente— suspira— tu habitación es muy cómoda, valga la redundancia— ríe.

—Para la próxima duermes sólo aquí— finge estar ofendida a lo que éste la abraza con una sonrisa burlona en su rostro.

—No me dejaste dormir anoche, Semi— reprocha.

—¿Ah no? ¿Qué dice?— cuestiona confundida.

—No dejabas de hacer crujir tus dientes.

Ella abre los ojos e instantáneamente golpe su definido brazo.

—¡Yo no hago eso!— alza la voz ofendida mientras éste soba la zona golpeada y ríe.

—Estoy de bromas— se acerca a dejar un beso en su mejilla— ¿cuándo podemos repetirlo en un basurero?

—¿Por qué en un basurero?— ríe confundida.

—¿Qué tiene? Quien me importa eres tú— sus mejillas se encendieron inmediatamente y el varón se levantó de la cama— Semi, ¿puedo usar el baño?— señala dicho lugar con su dedo índice.

—Claro— asiente.

Jimin imita su acción y se adentra en dicho lugar. Semi sonríe sin poder evitar morder su labio inferior, se sentía tan diferente y se podría decir que el varón le causaba unas sensaciones tan bonitas que ni ella misma sabía explicar; pero lo reduce a un cosquilleo corporal y latidos acelerados, por no mencionar que cualquier cosa le hace sonreír sin poder evitarlo, pues una emoción la invade. Es raro, creía que así se sentía el amor jóven.

No quería que nada malo ocurriera y es que sentía miedo de que algo cambiara, de aburrirlo, o que se fije en alguien más, que comience a ignorarla, la trate fríamente, la evite y maltrate. Ese miedo la invade y no era agradable sentir esa inseguridad todo el tiempo.

Pero luego recordaba lo lindo que era con ella, las cualidades que no había encontrado en ningún otro chico y se tranquiliza. Piensa que finalmente existe alguien para ella, no podía rodearse de personas superficiales que sólo buscan buenos físicos y riquezas; ella no era así.

El vibrar de un celular llamó su atención, por lo que llevó sus ojos al suyo, percatándose de que aquella notificación no era proveniente de su dispositivo. Al percibir una segunda vibración llevó su mirada al celular de Jimin, viéndolo encendido, por lo que salió de dudas.

Alarmada agarró el celular, creyendo que podía ser algún familiar preocupado y se tomó el atrevimiento de leer el mensaje para luego decirle que informara que todo estaba bien.

Pero lo que leyó la desconcertó bastante.

“Gracias por venir a mi casa cuando más lo necesitaba, estoy muy agradecida, Jimin.”

“Nos vemos mañana en la escuela.”

Semi quedó boquiabierta leyendo aquellos textos, y cómo su corazón comenzó a latir fuerte contra su pecho.

Se estaba viendo con alguien más y la estaba haciendo quedar como una ciega. En aquel momento no pudo pensar con claridad, no tendría nada que explicar, claramente lo había leído todo y no se tragaría el cuento de que es un familiar, ni que es un amigo cuando ella –fuera quien fuera– reveló que era una mujer a través del texto.

Aún con el dispositivo en sus manos, desvió su mirada de dolor y enojo hacia el frente en algún punto de la pared.

Sintió cómo era girada la puerta del baño y ni siquiera miró ni se movió; no reaccionó. Quedó en su posición sin hacer nada, como segundos antes.

Jimin frunció el ceño al ver a Semi con su celular y tan seria.

—Sem, ¿ocurre algo?— se acerca e intenta acariciarla pero ésta se levanta de la cama y camina dándole la espalda, evitándolo— ¡Semi!— confundido, alza un poco la voz para que ésta deje que ignorarlo.

Ésta se voltea seriamente.

—¿Qué?

—¿Qué ocurre? ¿Por qué estás así?— cuestiona perdido.

Semi lentamente se acerca aún con su celular en la mano derecha, ya estando frente a él levanta el dispositivo para que pudiese leer los recientes mensajes notificados por su celular. Jimin está sorprendido, abre su boca para decir algo pero las palabras simplemente no salen, se veía anonadado, claramente no esperaba eso.

—Semi, eso no es–

—No me dijiste que estabas quedando con alguien— interrumpe ella.

—Escúchame, eso no es lo que crees–

Ella le entrega el celular en su mano, sin dejar de observarlo dolida y enojada.

—¿Es por eso que me evitaste y trataste frío esos días?

—¡No!— alza la voz sintiéndose frustrado e impotente— simplemente pido que me escuches.

Los ojos de Semi se encuentran cristalizados y enrojecidos, por lo que baja la mirada.

—No quiero escuchar nada— intenta que su voz salga lo más firme posible, pero la última palabra salió quebrada.

—No, no, no llores, hablemos— intenta alzar su barbilla pero ella aparta su mano.

—Jimin, vete— ordena.

—¿Me echas sin saber qué es lo que significa eso?— habla frustrado.

—¿¡Qué me explicarás ahora!? ¿Por qué no me lo dijiste cuando lo estuviste haciendo?

—Hablas como si te hubiera sido infiel, Semi, cosa que obviamente no pasó.

—Eso no lo sabré yo, lo sabrá la persona que quedó contigo— sonríe falsamente.

—¿Desconfías de mi palabra?— indaga insultado.

—¡Lárgate!— alza la voz.

Éste para no evitar que la chica se sienta peor, sólo agarró su camisa y abrió la puerta de su habitación, pero no salió sin antes dejarle saber:

—Nunca te engañaría con nadie, Semi, ten claro eso— ella le da la espalda pero lo escucha claramente— y también ten claro que no pienso rendirme hasta que sepas la verdad— declara y cierra la puerta detrás de él.

Ahí fue donde Semi aprovechó para derrumbarse libremente. Se sentía decepcionada de su persona ¿Por qué ocultar tus visitas a su novia ciega? Si tan sólo hubiera hablado a tiempo y haberle hecho saber qué hacía, la pelinegra no estuviera enojada. Pero adolorida además, porque de sólo crear un falso escenario en su cabeza donde ella no fue nada importante para Jimin y se encuentra con alguien más la destruye.