—Dame un beso.

Ante la petición de su chica éste se paraliza un segundo y luego respira profundamente.

—Está bien, pero cierra los ojos— pide.

—¿Por qué cerraría los ojos?— ríe confundida.

—Sólo házlo— insiste.

—Está bien, Park Jimin— sonríe y rueda los ojos para luego cerrarlos.

Jimin siente cómo si hubiera pausado el tiempo, piensa si está haciendo lo correcto, y qué pasará después. Pero no puede huir para siempre de revelar su rostro. Agarrando un poquito de confianza en sí mismo bajó su cubrebocas y se acercó a ella.

Semi al sentir su cálida respiración sobre ella sonríe levemente, al fin vería el rostro misterioso de su novio y le hacía ilusión.

Unen sus labios en un beso suave que nuevamente aceleró los latidos de la chica, sentía la misma sensación del primer beso pero logrando corresponder sin inseguridades, ya que Jimin le brindaba esa seguridad y confianza.

El varón coloca su mano derecha sobre su mejilla profundizando la unión, la fémina imita su acción posicionando su tacto sobre sus hombros.

El beso parecía ser eterno, hasta que finalmente comenzaron a separarse con lentitud. El de cabello gris fue el primero en abrir los ojos, viendo a su chica aún con los suyos cerrados, lo cual le pareció extraño.

—¿Por qué no abres los ojos?— indaga preocupado.

—¿Es normal que sienta nervios ahora?— ríe ella.

—Créeme que más nervioso que yo no estás.

Semi comienza a abrir sus ojos sintiendo su corazón latir con rapidez. Jimin al verla tan nerviosa quiere escapar de ésa situación pero no lo haría, no podía huir para siempre.

Alza la mirada, encontrándose con una sorpresa. Pero su expresión facial sólo logró poner más tenso al varón, por lo que apretó sus labios.

—Tú..— entrecierra sus ojos evitando una confusión— ingresaste en mi escuela hace tres meses ¿No?— indaga viéndolo fijamente.

Éste frunce su ceño y asiente levemente. Semi desvía la mirada, cuando un flashback golpeó su mente:

—¡Hay un chico nuevo en la institución que si lo ves te mueres!

—No quiero morir aún— bromea— seguro no debe ser la gran cosa.

—No lo sabes porque nunca estás al tanto de nada, deberías salir y socializar, señorita— toma su mano y la arrastra hacia el patio, donde se encontraba ese chico nuevo, sentado tranquilamente, escuchando música. Semi se sorprendió con lo que vió, pues se dió cuenta que su amiga no exageraba; se veía demasiado bien.

—¿Cómo se llama?

—No lo sé aún, mientras tanto es el chico nuevo con muy buen aspecto.

El timbre interrumpe su conversación y Semi se apura en irse.

Luego de recordar ésto se dió cuenta de porqué Rosé comenzó a odiarlo tanto. Esa persona con la que había chocado estando ciego era alguien que ya había visto antes; el amor platónico de su amiga.

El varón no entiende qué tanto piensa, simplemente siente que sí está decepcionada por lo que vió, por lo cual sintió cómo su corazón dió un vuelco y sus pocas esperanzas cayeron.

—Entiendo que no te guste lo que veas— comenta en un tono afligido, asiente y da la vuelta para empezar a caminar.

Semi se alarma al ver la reacción del chico, quien no entendía porqué de repente quedó paralizada y pensativa. Se sintió como una tonta pues su acción lo hizo sentir mal. Rápidamente corrió para quedar frente a él y bloquearle el paso.

—¿Qué pasa ahora?

Ésta no dice más nada, rodeando su cuello con sus brazos junta nuevamente sus labios en un beso cálido que hipnotizó al chico unos segundos después que correspondió.

Comenzando a separarse la fémina sonríe luego de juntar sus frentes y rozar sus narices.

—Lo esencial es invisible a los ojos, ¿recuerdas?— abre sus ojos y comienza a alejarse para verlo mejor— no podría sentirme decepcionada de la persona que me enseñó a querer a ciegas; que me hizo tanto bien cuando nadie estuvo a mi lado, a excepción de Ara y mi mamá— sonríe— te debo tantas cosas que me habría dado completamente igual cómo te ves, y creo que esa es la forma correcta de enamorarse.

Al escucharla sonríe levemente.

—Tú eres demasiado especial, Goo Semi. La primera chica que no busca perfección en un hombre.

—No busco perfección, pero aún así.. tú eres perfecto para mí.

Jimin aprieta sus labios y baja la mirada un segundo, vuelve a alzarla a los segundos.

—Sé honesta conmigo, ¿me veo muy mal?

Semi sonríe ampliamente y niega con la cabeza.

—No sé de dónde sacaste tus inseguridades, Jimin. Fíjate, la primera vez que te ví estabas en el patio escolar solo— desvía la mirada recordando— me habían hablado de tí, diciendo que eras muy guapo y no quería creerlo— vuelve a mirarlo— pero al verte no me cupo duda alguna.

El varón se siente aliviado por sus palabras, siente que no debe continuar huyendo y que seguirían siendo la misma pareja de siempre sin tensión ni superficialidad. Eso lo hace sentir feliz.

—Ahora— toma su mano— ¿podemos quedarnos un rato aquí?— pide la chica.

El chico hace una mueca torcida y le susurra.

—Dos condiciones; no beberán ni te alejarás de mí.

Alza la ceja ante su demanda.

—Puedo soportar lo de no beber pero lo otro no.

Éste la observa ofendido e instantáneamente ríe la chica.

—Estoy bromeando, ¿qué más quisiera yo?

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—Jimin, ¿te he dicho que realmente te ves bien?— balbucea ella.

—Me vas a desgastar, Semi— ríe.

—Es que sí, eres muy hermoso— afirma viéndolo.

—Tú más, preciosidad.

Al final la condición de no beber no fue impedimento para Semi, Ara convenció a Jimin de que la dejara beber un poco luego de que la menor lo acusara con ella.

Ella comenzó a observarlo sintiendo un aura provocativo apoderarse de él.

—No pensé que fueras tan sensual.

—¿Semi, estás en tus cinco sentidos?— frunce el ceño con una sonrisa nerviosa.

—Cinco, seis sentidos y más— se acerca a él de manera traviesa.

La bebida no le afectó mucho, pero la impulsó a decir lo que sentía sin sentir tanta vergüenza.

—¿Segura?— susurra y coloca sus manos en su cintura, sin poder evitar dejarse llevar por ella.

—Sí— asiente y se acerca a su oído— vámonos.

Éste la observa.

—¿Realmente quieres eso?

—Estoy completamente segura de lo que estoy diciendo, Park Jimin— sonríe levemente.

Asiente levemente.

—Hablemos con Ara y nos vamos.

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—¿Tu madre estará despierta?— susurra al estar frente a la puerta.

Semi observa el pequeño reloj de pulsera que traía Jimin, visualizando la hora que éste marcaba.

—12:26AM, ella tiene que ir a trabajar temprano mañana— observa a Jimin— imposible que esté despierta— hace una carita pervertida que sólo hizo reír al chico.

Abrió la puerta usando sus llaves, sin llamar la atención ni hacer mucho ruido.

—Vamos— susurra ella, y caminando en puntillas se dirigieron hacia la escaleras para subir a su habitación.