Jimin se encontraba en su institución educativa, acomodando sus libros en el casillero hasta que una persona tras él hizo que éste cerrara.

Frunció el ceño y se giró para ver quién había sido el responsable.

—Hola, Park— saluda ella.

Una chica rubia, delgada y de tez blanca. Él la había visto antes, muy popular junto a sus dos amigas.

Éste la observó indiferente, pero su expresión no era hostil. Mientras ella parecía coquetearlo.

—¿Cómo me conoces?

—Eres uno de los mejores alumnos en Ciencias ¿no?— indaga con una voz suave y se acerca.

—Sí, soy bueno ¿Por qué?

—Mira, pasa que el profesor Lee me asignó a un alumno tutor. Me menciono tu nombre y tu clase— informa.

—Comprendo— asiente y vuelve a abrir su casillero.

Ella abre levemente su boca, sintiéndose un poco ofendida por la poca atención que éste le brinda. Decide volver a hablar mientras él continúa organizando.

—Deberemos vernos para estudiar, Park.

—¿Qué?— éste la observa.

—Si no es así ¿cómo aprenderé?— sonríe.

—Tengo que hablar con el profesor Lee, él no me ha dicho nada de esto.

—¡No! ¡Por favor no!— interviene rápidamente— es que.. me da vergüenza, sólo habló sobre este tema conmigo— baja su mirada— yo realmente necesito ayuda.

Jimin la observa inexpresivo y respira profundamente.

—Bien, te ayudaré.

La chica sonrió ampliamente y asintió.

—Pero será rápido, tengo cosas que hacer.

—No pasa nada, me conformo— se acercó más, y de manera traviesa rozó su brazo izquierdo con su mano, dando una caricia sobre él— espero poder aprender mucho contigo, Park Jimin— sonríe coquetamente.

Éste se aparta de su toque y asiente.

—Te enseñaré nada más lo que debes saber, no más.

—Entiendo— dice apenada y se aparta un poco.

—Con permiso, tengo clase— hace una leve reverencia y gira sobre sus talones.

—Espera— ella lo detiene y vuelve a verla— es que no me he presentado.

—Ah, dime..

—Soy Park Rosé— sonríe levemente.

—Park Jimin, ahora sí, déjame irme al salón.

Ella quedó viéndolo y esperó a que se retirara completamente para reír en su lugar.

—Ay, Semi, tu relación está acabada— susurra para ella.

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—Cariño, Jimin está aquí— avisa la madre.

—Que se espere, aún me faltan dos horas— bromea desde atrás, haciendo reír al chico, quien la había escuchado.

—Te espero todo el tiempo que sea necesario— responde él.

Ella ríe y asoma su cabeza por el pasillo.

—Sube, Jimin— indica.

—Permiso— le dice respetuosamente a la madre de Semi y camina lentamente.

—¿Esperas un permiso de mi parte, Jimin?— indaga la madre y sonríe— sólo sube, hijo.

Éste sonríe levemente y camina hasta llegar a su chica, quien toma su mano para poder subir las escaleras sin dificultad.

—Ayúdame, no sabes cuánto tardé en bajar solita— hace un puchero.

—Ven aquí.

Jimin la tomó entre sus brazos y la cargó para comenzar a subir las escaleras. Semi se sorprendió de gran manera, no esperaba éste gesto.

—Dios, no me lo esperaba— exclama en tono bajo.

—Eres una princesita, Semi— ríe— es lo menos que puedo hacer— continúan subiendo hasta llegar a la habitación de la chica, donde baja cuidadosamente a la chica.

—Gracias— susurra y busca con su débil visión el picaporte de la puerta, abriéndola.

Jimin se fija en el lugar; pintado de violeta con algunos adornos blancos. Una cama grande cubierta por un sobre-cama color rosa. A un lado un estante de libros, y un armario al otro lado.

—Linda habitación— opina y se adentra con ella en el lugar.

—¿Te gusta?— se voltea hacia él.

—Está muy bien organizado— lleva sus ojos hacia el póster de la pared— ¿te gusta Twice?

—Mucho— asiente.

—¿Ves? No conocía tus gustos musicales— se queja divertido.

—Yo tampoco los tuyos.

—¿Qué crees que escucho?

—Tienes cara de escuchar Reggaeton.

—¡Ni siquiera has visto bien mi rostro!— hace un berrinche por su opinión, lo cual hace que Semi ría— ¿Cómo puedes sacar esa conclusión?

—Estoy bromeando, Jimin-shi— se retracta con un tono tierno.

El varón frunce el ceño.

—¿Cómo me llamaste?

—Jimin-shi, una vez escuché a Jiyu llamarte así y me gustó— encoge sus hombros— si tú me llamas: pequeña, o princesa, no debes tener problema con ello— sonríe.

—No hay ningún problema, pequeña— se acerca y la abraza por la cintura— se oye bien, sí.

—Me alegra que te guste— ríe y camina hacia la cama, donde se tumba— ven conmigo.

Éste asiente y se acerca, sentándose en el borde de ella.

—No seas tímido— se queja— somos novios.

—No es timidez.. pero.. ¿sabes qué? Al diablo— se recuesta a su lado y se deja abrazar por ella.

—Eres muy especial para mí, Jimin— lo observa— ¿lo sabes?

Éste crea contacto visual con ella y confirmo una vez más su enamoramiento por la chica.

—Te quiero mucho, Semi— susurra y acerca  su rostro para besarla, pero..

Una notificación llamó la atención del varón por lo que se apartó y sacó su celular para leer el mensaje.

“Espero verte mañana, Park Jimin, recuerda que quedamos.

—Rosé”

¿Cómo diablos consiguió mi número?— piensa.

—¿Quién es, Jimin?— indaga inocentemente Semi y éste suspira pesadamente.

—No es nada, es un amigo mío— miente y apaga su celular— ¿Iba a besarte?— indaga divertido— Sí, iba a hacerlo— vuelve a acercarse hasta regalarle un beso.