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—Jimin, ¿podrías dejar de hablar así tan fuerte?

El rubio observó a su mejor amigo como si hubiera dicho lo prohibido y el  pelinegro sin querer se preguntó si haber llamado a su amigo había sido lo Correcto pues con la petición que hizo muy fácilmente él podría decirle algo como-. .

—¿Qué no hable fuerte? Taehyung, me llamaste por primera vez en ocho años que te conozco para ayudarte a vestirte.

Sí, algo como eso.

El pintor ante aquello sólo se quedó en silencio, sintiendo ambas orejas algo calientes.

—S-si, tienes razón, nunca te pedí algo así.

Taehyung comenzó a "mirar" hacía todas partes porqué en realidad lo qué hacía era recordar dónde la voz de su amigo había resonado; Jimin al notar el gesto sonrió, acercándose y tomando al pelinegro de las manos con tal de calmarle.

—No tengas vergüenza, TeTe, lo que me importa es qué lo hayas hecho. ¿Sí?

—¿No te incomoda?

—Para nada, de hecho deberíamos ir a escoger el atuendo. ¿Vamos?

El pelinegro asintió suavemente, en la dirección donde creía se encontraba su amigo por la cercanía de su voz.—Está bien.

Ambos fueron caminando lentamente hasta la habitación qué Taehyung usaba como armario, siendo éste guiado por las manos de su mejor amigo.

Al llegar Jimin prácticamente fue comido por el closet, dejando de paso a Taehyung en uno de los sillones en el cuarto con un libro de braille en mano.

—¿Y qué color te gustaría? Tienes mucha variedad; rosa, azul, terracota, verde lima.

—¡Blanco!—Jimin frunció su entrecejo hacía Taehyung, aún sabiendo que no lo vería.—Digo, em. . . Blanco estaría bien, creo.

Entonces el rubio sintió un bombillo en su cabeza prenderse, recordando como sí hubiera sido ayer su primera plática  con el asistente del de ojos opacos.

“—. . .Dime Jeongguk, ¿Porqué deseas ser asistente del pintor V?

El castaño observó al mayor, con un muy suave pero perceptible brillo en los ojos qué no paso por alto para Jimin.

—Siendo honesto Mr. Park, simplemente deseo aprender y no hay mejor forma de hacerlo qué observándo.

—Sí pero hay otros pintores, incluso con más experiencia, dispuestos a enseñar y lo qué harás no será serán clases. Vas a ser asistente de pintura, Jeongguk.

—Lo sé, pero. .—El menor alzó la mirada y con "disimulo" fijandola en el pelinegro  qué a varios metros de ellos pintaba con suavidad en el lienzo por varios segundos para devolverla al mayor.—Sólo quiero estar aquí.

Otros días Jeongguk veía al pintor pero no tanto cómo hoy y ahí fue qué Jimin intuyó qué era debido a qué por primera vez desde que el castaño conocía a Tae, éste usaba ropa blanca.

—¿Se ve bonito, no crees?

Y aunque el rubio se esperaba qué negara o sólo evadiera la pregunta el menor asintió, hipnotizado.

—Es un ángel. . .”

Todo se conectó en la mente del mayor rápidamente, Tae podía ser ciego pero no sordo y lo más probable fue qué sin ellos darse cuenta estuviera atento a lo qué hablaban.

El mayor se sintió traicionado. ¿Porqué su mejor amigo no le decía qué se quería ver lindo para alguien?

Pero otra brillante idea pasó por la  mente del chico, sonriendo tanto qué quién en ese momento lo viera pensaría que estaba imitando al grinch cuando esté tuvo la idea de robar la navidad.

—No te preocupes, TeTe. Escogere algo precioso para ti.

[. . .]

El timbre sonó, justo a tiempo pensó al instante Park con otra de sus sonrisillas traviesas.

—Bien, Taehyungnie, te dejo con Jeon para qué pintes.—Con suaves caricias en el dorso de la mano de su amigo el mayor se despidió, mientras trataba de aguantar su risa.—Nos vemos mejor amigo. . .

A prisa Jimin fue a abrir la puerta y por supuesto era el castaño. Los ojos del rubio lo inspeccionaron, estaba más arreglado qué de costumbre además de qué olía distinto. ¿A canela?

Su amigo amaba con toda su alma la canela y qué el menor la usará en su loción definitivamente no era una coincidencia.

Bien jugado Jeon, pero veamos si sigues igual de emocionado al ver a Tae.

—El pintor está en su estudio, ¿ya sabes las reglas, no?

Algo distraído el chico asintió, viendo e inspeccionando cada parte de la enorme pieza.

—Es tan. . .

—¿Bonito, majestuoso, lujoso? Lo escogí especialmente para Tae-. .

—Solitario.

—¿como dices?—Ante aquella palabra y la mirada de Jeongguk–Qué antes estaba chispeando pero ahora era de un tono más oscuro–Se sintió descolocado por completo.—¿Dijiste solitario?

Sólo en ese instante qué el rubio le habló fue qué Jeongguk salió de aquella burbuja en la qué se metió con sus pensamientos, observando al mayor y rascando su nuca obviamente nervioso.

—Hablé en voz alta, en verdad lo siento Mr. Park.

Debía decirle algo, preguntarle al chico porqué pensaba aquello del lugar dónde vivía su mejor amigo. . . Pero lo había dejado pasar.

—El joven Kim está en su estudio, no lo hagas esperar mas, ve.

No sabía porqué, pero lo hizo. Se dijo a si mismo el mayor que sólo eran  simples pensamientos y mientras el chico no se los dijera a Taehyung no había necesidad de corregirlo.

—Sí, eso haré. Tenga buen día, Mr. Park.

Jeongguk le dio una última mirada, para caminar hacía el estudio bajo la atenta mirada de Jimin en su espalda.

—¿Porqué siento qué ese chico no tiene sólo un crush por TeTe? Es tan extraño todo.

Al ver como la puerta del estudio se cerraba él sacudió la cabeza, no había forma que fuera así.

—Nadie siguió sintiendo algo por TeTe después de saberlo todo, ni siquiera él. . .

[Dos horas más tarde]

Estaban callados, no había ningún sonido excepto el del aire acondicionado y Jeon Jeongguk se sentía qué moriría de ansiedad si no decía algo en los próximos cinco minutos.

Y aunque nunca en la vida el menor se lo imaginará, también el pelinegro.

Tanto así qué hoy el pintor más de tres veces había dejado caer el pincel y dos  también de paso se había manchado las mangas de su camisa verde menta con pintura. Porqué sí, Jimin había vestido muy extraño al pelinegro.

Tenía una camisa mangas largas color menta, unos pantalones rojo oscuro con rotos y una chaqueta azul suave pero con las hombres felpudas.

Y Jeongguk apenas puso sus ojos en él se sorprendió un poco, pero de buena forma, se veía tan tierno.

Pero a pesar de todo ambos estaban en silencio sin mediar palabra, sintiéndose ansiosos de escuchar las voces del otro sin éxito.

Hasta qué Taehyung dejó caer el pincel por cuarta vez en el día, está vez en sus zapatos.

—¿J-joven Kim?

Al Jeongguk llamarle el pintor alzó un poco su vista y buscó al menor por el sonido de su voz, “tranquilo.”—¿Sí, que sucede?

—Su zapato. .—De nuevo la mano del castaño viajó hacia la nuca, rascandola con nerviosismo.—El pincel cayó. . en su zapato, Joven Kim.

—Oh.—Los cabellos del menor se habían erizado, nunca era capaz de aguantar más de dos frases de parte del pintor sin sentirse hipnotizado y ahora más al ver como sus labios formaban una pequeña mueca de lo más bella y preciosa.—No puedo limpiarlo ahora, sólo déjalo así.

—No, se ven caros, no puedo hacer eso.

Sin pensarlo mucho se acercó lento al  de ojos opacos, arrodilladose frente a él y sacando un pañuelo de su bolsillo trasero.

—¿J-jeongguk, q-que haces?

—No tardaré nada, será un segundo, ¿si? Confia en mi.

El nombrado se sonrojó violentamente, lo supo por cómo el calor incluso en sus orejas más asintió al aire, dejando qué el castaño limpiará.

—E-está bien. . . Jeongguk.

Pasaron unos segundos pero él ya deseaba qué su asistente dijera otra palabra. Cualquiera cosa.

Háblame, dime algo, por favor lo qué sea.

—¿Y vive aquí sólo siempre, Joven Kim?

¡Sí!—Casi siempre, afuera no hay mucho qué pueda hacer más qué ir al jardín.

Aunque Taehyung no podía ver como el chico fruncia el entrecejo si pudo sentir por la cercanía como se tensó.

—¿No sale con Mr. Park de vez en cuando o algo parecido?

—¿Mr. Park, así es como Jimin te hizo llamarle?—Soltó una pequeña risa y al instante Jeongguk casi se cae por ser la primera vez qué lo oía reír.—No debes  sentirte obligado a llamarle así, es sólo uno de sus juegos.

—. . . Entiendo.

Estaba terriblemente enamorado hasta lo más profundo del mayor. No tenía dudas de ello pues con sólo escucharle unas cuántas oraciones se sentía rendido a los pies del artista de bella– aunque transparente–mirada.

Estaba tan enamorado de Taehyung qué hasta dolía.—Ya terminé. Lamento haberle tocado sin permiso.

Se alejó, levantándose dispuesto a darse la vuelta y buscar un lugar donde dejar el pañuelo lleno de pintura. Más nunca esperó qué su amor platónico  tomara un pedazo de su pantalón reteniendolo de alejarse.

—Taehyung.

—¿D-disculpe?—Y es qué aunque no se diera cuenta el mayor, estaban cerca el uno del otro. Demasiado, tanto qué si se mantenían así más tiempo Jeongguk perdería el aliento.

—Te pedí qué me tutearas y dijeras mi nombre. Dilo por favor.

Se estaba mareando, sabía qué el mayor también le afectaba la cercanía de forma inconsciente entre ambos pero aún así se mantenía firme en sus palabras y hablaba con una calma que lo estaba asesinando.

Tan cerca, tan malditamente cerca.—J-joven Kim, debo ir a-. .

—Dilo.

Y no pudo ocultarlo más, su respiración
Cambiando, haciéndose intranquila. Su labio temblando. Deseaba tanto besar a su ángel.

—¿Porqué, Taehyung?—El menor alzó la vista, encontrándose con la del joven frente a el aún sí éste no lo sabía, dando descargas a todo su cuerpo por tenerlo a pocos metros de si mismo.—¿Porqué siempre me siento. . . tan tuyo?

.

. 

¿Les gustó? Quería preguntarles eso
Y decirles qué muchas gracias por leer está historia de paso. Los adoro, 💕.

𝑨𝑪💫.