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🕯️' Dos

—Detesto decirlo, en verdad que sí, pero padre está en lo cierto.— aspiró profundamente. —Debes parar y aunque yo no sepa lo que pasó hace tiempo, las cosas se están volviendo más peligrosas.— agradeció la ayuda que le brindó y más cuando lo acomodo en una silla.

Era bien sabido que su padre manejaba grandes cantidades de energía y no precisamente buenas, aunque fuera un desgraciado incluso con sus propios hijos, él tenía un método para parar lo que Jongdae hizo y sí, eso incluía a Minseok.

Llamar a Baekhyun no sería bueno, ya que principalmente ellos tenían que venir de forma voluntaria. Blind City tenía sus propias reglas y entre estás era dejar entrar a quienes lo querían realmente.

—Yo se eso y no estoy impidiendo nada, es solo que él no sabe verdaderamente lo que está haciendo.

Una pelea entre hermanos en esos momentos no sería buena para nada, era claro que su padre quería parar a Jongdae y eso incluía manipular a Jongin.

Saber la verdad tampoco era bueno en esos momentos, aunque no fuera tan importante los sentimientos que ahora estaba experimentando Jongdae por todo lo que hizo. No podía ir tras su padre con la cara destapada y es por eso que prefirió guardar silencio.

—Es que no los entiendo.— hizo una leve mueca. —Padre quiere algo y se nota lo debilitado que esta.

—Basta Jongin.— pidió cansado. —No te metas, no quiero que salgas herido.— tocó levemente su hombro para después darle un apretón.

Jongin no debería indagar más allá de lo que claramente no entendía, las cosas obscuras debían tomarse de manera madura, con eso no se jugaba y era más que claro que su padre lo hizo sin medir las consecuencias.

Lo peor de todo es que Jongdae se estaba llevando la parte más horrible de lo que hizo su padre en el pasado, pero como en toda historia, debían conocer todas las partes y eso tenía que incluir a los más ancianos.

La noche estaba siendo más larga, no era extraño ya que desde aquel último año todo había cambiado, los ruidos que anteriormente no estaban, ahora empezaban a retumbar hasta lo más profundo de sus cabezas, el llamado de su padre a modo de gritos amenazantes, les hacía sentir muchísimos escalofríos, el pitido en sus oídos era por demás molesto y el cansancio repentino hizo que Jongdae perdiera el equilibrio y cayera de rodillas al piso alertando a Jongin, quién había perdido todo su color.

—Cierra los ojos.— pidió entre murmullos mientras tocaba un lado de su cabeza. —Jongin hazme caso.— trago en seco al escuchar el chillido de los pájaros negros.

Su padre les estaba robando parte de su energía para poder recuperarse, era un sinvergüenza por no poder controlar sus propios poderes oscuros.

—¿Por qué?— cuestionó adolorido. —Jongdae…— pero sus fuerzas se estaban yendo, sus ojos se llenaron de agua al notar como su hermano mayor hacía un esfuerzo sobrehumano para acercarse a él y así abrazarlo como si fuera un pequeño niño de cinco años.

—Yo te cuido.— sonrió cansado.

Jongdae estaba enojado con su padre, debido a lo que estaba haciendo en esos momentos, obviamente no le afectaba tanto como a Jongin, debido a que él era más viejo, aún así le dolía ver a su pequeño hermanito sufriendo por las estupideces de su padre. Quería llorar al recordar cómo su vida había dado un giro de ciento ochenta grados, no debió jugar con algo que era malo y por supuesto, jamás debió llevar a su bello esposo a conocer a su padre.

Encerró a Minseok sin siquiera saber lo malo que estaba siendo, era más que claro que su padre lo quería como ofrenda y el muy estúpido acepto pensando que así Minseok se quedaría para siempre. Pero, como todo plan mal armado, falló y sus esperanzas murieron el día en el que intentó traerlo de nuevo.

Los animales y sus chistidos le alertaron que pronto se acabaría el martirio para Jongin, aún así sabía que no debía dejarlo en el piso, así que con la fuerza que no tenía, se levantó. Sacudió sus manos y luego se agachó para cargar a Jongin cómo pudo, después lo llevó a pasos lentos y muy temblorosos a su propia habitación.

Sin dudas Blind City estaba cargándose de energía por culpa de su padre. Tenía que encontrar una manera rápida para poder acabar con eso y así vivir en paz de una vez por todas.

Arropó a Jongin como pudo ya que estaba demasiado frío y sudoroso, lo único que podía hacer por él en esos instantes era brindarle el máximo calor que se pudiera, ya que iba a necesitar reposar bien para poder recuperar esa energía que su padre le había robado.

Con cuidado de no hacer ruido salió de su habitación cerrando la puerta detrás de él, era mejor no hacer ruido si quería que Jongin descansará, por lo que saldría un rato a buscar algunas cosas, esa noche utilizaría algo prohibido por su padre y si era necesario pelear contra él lo haría.

Ya no le importaba recuperarse, al final estaba por demás acostumbrado a esas cosas, bastantes años de lo mismo lo hicieron casi inmune, aún así podía decirse que solo le causaba un mareo y por supuesto muchos escalofríos.

—¿A dónde vas?

Volteo rápidamente al escuchar la voz cansada de Jongin. Se supone que lo había dejado descansado, no debía moverse tan rápido y menos en esas circunstancias donde su padre era el más fuerte.

—Tengo cosas que hacer.— se encogió de hombros. —Vuelve a la cama.— ordenó pacientemente.

—No.— sonrió. —Te ayudaré, y no me importa lo que sea.— se tocó el hombro haciendo una mueca cuando lo hizo para atrás y tronó el hueso. —Vaya, no sabía que eso podía romper huesos.— sacudió su cabeza.

—Es imposible pelear contra tu terquedad.— negó. —Vamos.— le hizo una señal para que lo siguiera a la puerta principal, al estar ahí la abrió dejando entrar todo el viento helado. —Mierda, está vez se paso.— se abrazó a sí mismo, dejando de lado el adormecimiento de sus frágiles y huesudos dedos. —Creeme que eso no es nada, es capaz de matar si algo le estorba o simplemente lo quiere para su placer.— sabía que estaba revelando más de lo normal, sin embargo, sentía como que ya eso no importaba, al final Jongin debía saberlo ¿No?

—Te paso con Minseok, ¿Cierto?— cuestionó dudoso.

Se supone que Jongdae jamás hablaría de ese tema y claro que lo recordaba porque se enojaba cada que alguien le mencionaba a su ex esposo, pero al observar bien sus expresiones, Jongin se dio cuenta que, quizá está vez estaba dispuesto a darle su versión.

—Sí.— fue lo único que le contestó, antes de dar varios pasos fuera de su cabaña hacia la helada oscuridad llena de animales asustados.

Era mejor no decir nada más por el momento, Jongin miró con seriedad la espalda de su hermano mayor, ahora estaba sintiendo molestia, pero lo más raro es que no era proveniente de él, si no del mismísimo Jongdae que ahora había desaparecido en la oscuridad.

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