🕯️' Cuatro
Un nuevo día se podía ver a través de la ventana, las cortinas rotas que aún se mantenían frágilmente en su lugar le daban una vista que causaba una pizca de paz, que no sentía hace muchos años, incluso le parecía maravilloso como el sol estaba creando pequeños rayos que poco a poco se colaban por las distintas rasgaduras de esa cortina color blanca.
Y aunque el contraste no fuera del mejor, al menos sabía que le daba un pequeño toque a esa cabaña llena de malas energías, y no era su culpa, su padre había creado todo ese ambiente para demostrar su poder, el cual lo estaba destruyendo con cada día que pasaba.
Jamás hubiera permitido que todo avanzará, pero como todo, él no estuvo en ese momento e incluso le parecía extraño porque no tenía ni un mínimo recuerdo de su madre e incluso para Jongdae todo era borroso y su padre no era para aclarar todas sus dudas. No existían las fotos, los videos, ni mucho menos los recuerdos que toda persona debería tener, algo más estaba siendo escondido y así como Jongdae encontró aquella biblioteca, Jongin se encargaría de buscar documentos que probaran que sí tuvieron una madre o incluso una vida buena antes de esa mierda.
—¿Cómo te encuentras?
Parpadeo varias veces para intentar alejar todos esos pensamientos que había estado teniendo, era importante saber el origen de todo, sin embargo, le iba a ser un poco más difícil si se trataba de sí mismos.
—Mejor.— sonrió. —Solo que aún recuerdo ese aterrador grito ¿Qué pasó?— se acomodo mejor en la cama, sus articulaciones dolían e incluso podría decir que si cabeza estaba palpitando de una rara manera.
—Fue Kyungsoo.— respondió. —Padre no lo ha descubierto y eso lo agradezco, solo que ya no lo puedo tener encerrado en ese sótano, es peligroso incluso para nosotros.— se cruzó de brazos. —Necesito que vayas al otro pueblo y te lo lleves.— ladeó su cabeza mientras pensaba en más posibilidades. —Es necesario acabar con padre para que él pueda regresar a lo que era y sobre todo para dejar en libertad a Min.
Era una completa locura, jamás lo dejaría solo y claro que iba a reclamar, eso era una completa injusticia, no iba a permitir que peleará contra su padre él solo, tenía de perderlas y así tuviera muchos libros eso no lo salvaría. Por lo tanto se levantó de aquella cama, la cual ya estaba dejando de ser cómoda para poder enfrentarse a su hermano mayor, el dolor en su cuerpo aún estaba presente, sin embargo, no lo dejaría.
—Escucha Jongdae…— tragó saliva.
—No, escucha tú Jongin.— dio leves golpes con su dedo en el pecho del contrario. —Ya no puedo permitir que te haga daño ese desgraciado, bastante ya hizo con mantenernos en estás abominaciones, nosotros debimos irnos con madre cuando ella peleó.— parpadeo varias veces para alejar las lágrimas que estaban empezando a acumularse. —Él solo nos trajo a vivir un infierno, no tenemos nada bueno, ni mucho menos somos libres, estamos destinados a vagar por Blind City hasta que él y sus amigos bastardos mueran.— limpio con brusquedad su ojo derecho. —Yo soy el único que puede pararlos, muertos ya no podemos estar, porque padre nos mató desde el momento en el cual nos condenó a este sucio lugar.
Jongin quería llorar de la impotencia, no podía creer que su único hermano iba a suicidarse de esa manera tan espantosa, todo por culpa de un viejo estúpido que no sabía lo que era parar con la ambición. Quería abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien, pero, la realidad era otra. La crueldad de las personas no tenían límites, cuando solo querían el poder de algo que no era precisamente bueno, meterse con entes que no existían en el mundo terrenal, eran una completa locura, su padre la había regado desde el momento en el que sus amigos y él crearon Blind City.
—La única ayuda que puedes darme es irte de aquí.— carraspeo. —Llévate a Kyungsoo y no regreses hasta que por fin se termine todo.— dio un paso hasta Jongin para poder atraerlo hacia su cuerpo.
—¿Y cómo lo sabré?— cuestionó en un susurro.
—Porque Kyungsoo va a cambiar drásticamente.— lo abrazo fuertemente.
No sabía si esos eran los últimos momentos en los que estarían juntos, por lo cual quería disfrutar así fuera de la cercanía de su único hermano. La muerte no existía en ese lugar, ya que debías salir de Blind City para saber si vivías o no.
Era un hasta pronto lleno de dolor y duda, aún así confiaba en Jongdae, lo vería después y al fin podrían hacer su vida lejos de todo ese basurero, cerró los ojos para disfrutar del contacto, se sentía un aliviado pero en porciones muy pequeñas todo había cambiado de una manera muy radical y esos ruidos no lo estaban dejando pensar en más posibilidades de ayuda hacia Jongdae, así fuera de lejos.
—¡Hola! ¿¡Hay alguien ahí?!
Los golpes en la puerta y los gritos dejaron un poco confundido a Jongin, nadie podía entrar a ese lugar sin autorización a menos de que fueran requeridos de alguna manera, los ancianos no podían ser y bueno Jongdae jamás traía a alguien a excepción de Kyungsoo que claramente aún no conocía, así que ¿Quién era?
—Quédate aquí iré a ver.— Jongdae se separó del abrazo para caminar fuera de la habitación con el ceño fruncido. —Esto no tiene buena pinta para nada.
—¡Jongin! ¡¿Estás aquí?!— preguntaron en voz alta.
—Baek no creo que viva aún en esta horrible cabaña…
Y fue ahí que el moreno se dio cuenta de quienes eran, una gran sonrisa se pintó en sus labios y así como había perdido todo tipo de esperanza ahora parecía que la claridad lo estaba iluminando, así que salió corriendo de la habitación, apartando a Jongdae con un leve empujón cuando lo observo tomar una de sus sillas, sabía perfectamente que esa visita les ayudaría debido a que ellos tenían información, que ocuparían.
—¿Qué rayos?— perplejo y con la boca abierta fue como quedó Jongdae al ver a su hermano menor corriendo de esa manera, jamás lo había visto así y esa sonrisa le dio escalofríos.
—¡¿Chanyeol a dónde vas?!— la voz de Baekhyun poco a poco se escuchaba más lejos de lo normal.
La puerta de la cabaña fue abierta por un Jongin bastante impaciente, no podía dejar que se fueran de esa manera.
—¡No!— grito para que ambos voltearan a verlo. —¡Aquí es!— sonrió.
—¡Jongin qué bueno verte!— el primero en darse cuenta fue Baekhyun, por lo que se acercó para darle un corto abrazo. —¡Oye Chan, ven!— con su mano derecha le hizo una señal al más alto para que se acercara.
—Menos mal, pensé que ya nadie vivía aquí.— se encogió de hombros Chanyeol mientras se acercaba a saludar a Jongin. —Sigue siendo horrible aquí.— miro a todos lados.
—Es bueno verlos ahora más que nunca.— su sonrisa se borró al momento de sentir a Jongdae y su pequeña molestia. —Pero entren, debemos hablar de varias cosas.— tocó el hombro de su hermano mayor para después hacerse a un lado y ayudar a los chicos a meter sus cosas a la cabaña.
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