someone come and save me, please
La ventana rectangular de la habitación del castaño solía ser un portal al exterior. Para JiMin pararse frente a ella y observar lo que quizás nunca podría tener, lo llevaba a tener incontables escenas imaginarias, cada una protagonizada por él mismo y la libertad, amaba esas ensoñaciones llenas de color.
La única forma de salir era para tener reuniones con personas de alta clase, discutir negocios dónde llevarían a sus hijos para que comprendieran cómo debían actuar en un futuro, aunque entendiera algunos puntos básicos y muy simples, él quería salir y correr, jugar y ensuciarse, pero su madre se lo prohibía y si llegaba a insistir de más, volvería a la esquina y de rodillas.
Park Yuna entró a la habitación del niño, encontrándolo frente a la ventana como tantas veces lo ha hecho antes, una evidente expresión de disgusto se formó en su rostro, a pasos lentos se colocó frente a él y tocó su hombro sin mucha presión ㅡ. Las ilusiones y los sueños no te llevarán a ningún lado JiMin, no veas la fantasía como un buen lugar porque terminarás en la ruina, enfócate en la realidad.
ㅡ¿Por qué no puedo salir a jugar? Todos los niños lo hacen.
ㅡEsos niños inútiles no son un Park, tú deber es convertirte en una persona responsable y digna de portar el apellido. Además, esos niños son inferiores, nunca podrán llevar la vida que tú tienes, en el futuro serán unos vagabundos.
JiMin se dio cuenta del tono de voz de su madre, el que había aumentado con las últimas palabras por lo que volteó hacia ella para hacer una reverencia completa, impresionando a la pálida que dio un paso hacia atrás ㅡ. Seré una persona que porte orgullosamente el apellido.
Los largos dedos de la mujer sostuvieron por un momento el rostro del pequeño, soltando una pequeña carcajada que confundió al menor. ¿Su mamá estaba feliz por lo que había dicho? ㅡSigues siendo un inmaduro y débil, te hacen falta más cosas que determinación JiMin. Ahora apresúrate porque tenemos que asistir a la cena del director Jung, ¡Señora Yeo, la ropa de JiMin!
Por la puerta ingresó la anciana mujer que llevaba consigo un traje bastante elegante, planchado y perfumado, Yuna salió para dejar que el niño se preparara solo, de cualquier forma, no necesitaba ayuda, era consciente de lo que hacía. De tal forma que JiMin se ponía cada prenda con bastante cuidado, incluso el pequeño corbatín se lo había puesto por sí solo. Él era un niño grande que podía solito, bueno, a veces no podía y tenía que ingeniarlas, como el día que observó a su padre hacerse el nudo de la corbata para practicar por sí mismo, lográndolo después de practicar toda la noche.
No recibió ningún cumplido, ni siquiera le prestaron atención cuando lo mencionó, pero en el fondo sabía que los había impresionado, él sabía que sí.
El descenso del sol fue el inicio de un viaje en carretera, Yuna vestía un elegante vestido esmeralda con un abrigo de peluche, su esposo un traje negro con una corbata de color similar, JiMin tenía su trajecito de tela y un pañuelo verde en el bolsillo del saco, veía con su característica curiosidad las afueras de la ciudad, a las personas que parecían reír abrazados, a los animales que corrían y las aves que ocasionalmente se paraban en diferentes lugares. Le divertía y era su gusto malicioso porque fingía inconformidad por fuera, pero por dentro disfrutaba cada cosa, era fascinante. La simpleza era fascinante.
La enorme empresa era tan alta como la de sus padres, inclusive más, salieron del auto y caminaron hasta dentro donde ingresaron en el ascensor hasta el piso con mejor vista. JiMin casi saltaba de la emoción.
ㅡQuiere presumir que se ha vuelto director, como si el fraude no fuera evidenteㅡ comentó su madre cuando estuvieron sentados en la mesa redonda, justo delante de ellos estaba la espaciosa azotea. El castaño comprendió que su madre estaba criticando el puesto del señor.
ㅡEvitemos hacer comentarios Yuna, esto nos beneficia grandemente. Jung tiene hijos, la mayor tiene la edad de JiMin, deberíamos comenzar a tratarlos.
La castaña sonrió de lado, barriendo con su mirada su alrededor para darse cuenta de la cantidad de gente importante que había, la cantidad de oportunidades que pasaban por su mente eran enormes, pero su enfoque estaba en el hombre que bebía una copa de vino con su esposa ㅡDonghyuk, apresúrate y vamos a felicitar al nuevo director.
Ah, eso era hipocresía según los libros que mantenían en la biblioteca.
ㅡMamá ¿puedo ir también? No quiero quedarme solo.
La mujer volteó a verlo y con una mueca le habló al oído ㅡCon ese aspecto tan desagradable lo único que lograrás será es hacernos ver mal, quédate aquí y no te muevas.
Los pequeños ojos del menor se cerraron con fuerza, tenía un dolorcito en el pecho que las palabras de su madre habían causado, simplemente asintió y se quedó sentado en su lugar como un niño obediente. No se levantó, no habló y esperó pacientemente en la mesa, pero cuando las horas transcurrieron y el hambre lo saludó, no podía ignorar la irresistible necesidad de levantarse de la mesa y caminar hacia la de postres que estaba a unos metros de él.
¿Si se levantaba se darían cuenta? ¿Ensuciaría la comida si tocaba algo?
ㅡOye, no se puede comer por los ojos.
Una vocecita detrás suya llamó su atención, cuando volteó se encontró con una niña con flequillo, vestido blanco y zapatillas, tenía los brazos cruzados y lo miraba con cierta gracia. Primero creyó que le estaba hablando a alguien más, pero parecía que los ojos de la niña estaban solo sobre él.
ㅡYo... No sé si puedo comer.
ㅡ¿Te duele algo? Cuando no quiero comer es porque me duele algo, o tal vez tienes algún gusano allí dentro.
ㅡ¡No, eso no! Solo... tengo hambre, pero no puedo tomar uno.
ㅡ¿Por qué?ㅡ preguntó la niña más interesada.
ㅡPorque seré desagradable para las personas si como dulces.
La niña se alejó de JiMin al verlo de pies a cabeza, entonces el pequeño se percató de que las advertencias de sus padres eran más que ciertas, esa noche no se vía bien como había creído antes de salir de casa, ni porque se esforzara en cuidar cada pequeño detalle, probablemente la niña se había dado cuenta de su imagen tan penosa que decidió irse.
ㅡToma, es de chocolateㅡ regresó la voz, y frente al castaño había un panecito con una fresa encima ㅡSon mis favoritos así que papá los puso para mí, solo acepté venir por eso.
Los ojos de JiMin brillaron con emoción, el olor era tan dulce y no dudaba de su sabor, le sonrió a la niña que también estaba comiendo una y dando una mirada de soslayo hacia donde estaban sus padres, mismos que reían y halagaban a los presentes, permaneciendo en ese mundo de aceptación social a base de intereses personales, sabía que no se darían cuenta y dio un pequeño mordisco que lo incitó a otro y otro más, era tan dulce y delicioso que se lo terminó en poco tiempo. La pequeña parecía feliz con su acción.
ㅡ¿También te gusta el chocolate? Parece que nunca lo habías probado.
JiMin negó ㅡMis padres no me lo permiten... aun así te lo agradezco, tenía mucha hambre.
ㅡ¡Soy Jung Wheein! No puedo creer que no puedas comer dulces, espera aquí niño e iré por otro. No puedo permitir que alguien se pierda estas delicias, no señorㅡ se fue murmurando hacia la mesa.
JiMin la veía con atención porque estaba entusiasmado, además, era su primera vez hablando con una niña y no había sido tan malo, quizás el hambre estaba por sobre sus nervios y timidez lo que había permitido que no cometiera tantos errores, pero cuando limpiaba sus manos con cuidado de quitar cada manchita de chocolate, un fuerte agarre se apretó contra su muñeca, no tuvo tiempo de reaccionar, pero el perfume y las uñas clavándose en su piel le indicaron de forma inmediata de quien se trataba, cada célula de su cuerpo sabía de quién se trataba.
Ahora, asimilando lo que estaba por venir fue arrastrado hacia el ascensor, notando que su padre venía detrás.
ㅡNo puedo confiar en que te quedes tranquilo en lo que tus padres conversan porque haces una travesura, desobedeces y todavía como un salvaje. ¿Quién te crees para comer tal basura? ¿No te basta con verte al espejo para que veas toda esa asquerosidad? Y frente a la hija de Jung.
ㅡYuna por favor, espera que lleguemos a casaㅡ le dijo el hombre ㅡUna vez estemos allá recibirá su lección.
ㅡ¡Me da tanta vergüenza! El engreído de Jung y los otros ejecutivos se reían de él.
ㅡMamá...
ㅡ¡Callate JiMin! No digas una sola palabraㅡ advirtió, hundiendo su uña en su pecho con fuerza.
El viaje en el auto fue una asfixia porque el agarre sería inerte, no podía hacer una expresión porque aumentaría y no lo soportaba, afuera ya estaba completamente oscuro y las luces no lo distraían como comúnmente lo hacían, las lágrimas estaban estancadas en su interior, en esos asientos no parecía más que un muñeco de trapo, sin emociones y sensibilidad. Al llegar a la mansión Park, la mujer entró con él casi arrastrándolo hasta la sala de estar donde finalmente lo soltó para abofetearlo.
ㅡEsta mañana dijiste que llevarías con orgullo el apellido, lo primero que haces frente a personas importantes es comportarte como un cerdo mediocre.
El castaño no lo soportó más y comenzó a llorar, sintiendo las manos de la mujer que sostenían nuevamente su rostro, ahora sus expresiones eran casi tristes.
ㅡLo que te duele a ti JiMin, me duele a mí como tu madre. Me estás lastimando.
ㅡLo siento, no debí hacerlo y me arrepientoㅡ añadió de inmediato entre jadeos, poniéndose de rodillas a los pies de su madre con sus manitas juntas, no quería lastimar a su mamá.
Pero su mamá lo estaba lastimando a él.
ㅡNo puedes hacerlo esto a tu madreㅡ dijo el hombre, sin verlo mientras aflojaba su corbata ㅡQuién tanto te cuida merece ser respetada, JiMin, lárgate a tu habitación ya mismo si no quieres quedarte aquí hasta la mañana.
El cuerpo tembloroso de JiMin tomó lo que le quedaba de fuerza para levantarse y hacer una reverencia, caminando hasta el segundo piso donde sería encerrado.
Pasó un largo rato viéndose hacia el espejo, encontrando esas imperfecciones que no lo hacían un Park digno. Después de unos momentos se dirigió al baño, inclinándose en el inodoro para llevar su dedo regordete hasta su garganta, impulsando las náuseas que se volvieron vomito, uno tras otro, hasta que se sintió vacío y mareado. No sabía por qué lo estaba haciendo.
Quizás si desechaba el panecito de su interior, hasta el último pedazo, su madre ya no estaría triste ni tampoco dolida, tal vez no volverían a encerrarlo, aunque siempre viviera de esa forma, quizás si estaba vacío ya no sería un cerdo y la masa de su cuerpo desaparecería.
Tal vez él desaparecería, aunque no quería.
En ocasiones la cabeza de YoonGi no era muy rápida, porque se tardaba en comprender las cosas, pensaba una y otra vez en eso para encontrarles sentido, algunas ideas cambiaban su rumbo y no llegaban a donde deberían, formándose un árbol de ideas y pensamientos sobre su cabeza.
ㅡMamá, tenㅡ susurró desde la esquina de la cama, entregándole a su madre un pañuelo porque podía ver las lágrimas caer de sus ojos. JiEun tomó el pañuelo y parecía llorar aún más.
YoonGi pensó que quizás se sentía avergonzada de ser vista de una forma tan vulnerable, porque creía que al igual que él, sus pensamientos eran abrumadores y dolorosos. Dejó la ropa doblada en el canasto y después salió de la habitación contraria, encontrando la televisión apagada y el periódico en el suelo, Jooheon había salido otra vez.
Los adultos eran piezas complicadas que YoonGi no comprendía, podía verlos una y otra vez, pero seguiría viendo las grietas y los pedacitos que caían, no sabía cómo podrían arreglarse o si necesitaban ayuda. Si él fuera un adulto no sería así, cuando creciera le gustaría no tener grietas y si llegaba a tenerlas, recogería sus pedacitos para arreglarse, como lo hacía Dahyun con sus juguetes merendados más de una vez.
Dirigiendo una mirada afuera de la casa vio a su hermana, entregando un maletín a una compañera de su clase, YoonGi la reconoció y quiso saludar, pero apenas salía por la puerta cuando la adolescente ya había desaparecido.
ㅡ¡Noona! Quería saludar a Jihyo noona.
ㅡTonto, siempre la vemos en la parada del autobús.
ㅡPero quería hablarle otra vez, además ya no la veremos porque estamos de vacaciones.
ㅡ¿Eso te pone triste?ㅡ preguntó la mayor, observando a su hermanito que asentía con un mohín ㅡ¿Y si no me vieras a mí, también te pondrías triste?
ㅡDe qué hablas, tonta, vives conmigo y vamos a la escuela juntos, así que no me preocupo hasta que vayas a la universidad.
ㅡOh, así que tienes fe en mí, mocoso.
ㅡHaces una zopa decente.
Dahyun chasqueó la lengua, despeinando al menor que se quejó como de costumbre, ambos entraron en silencio hasta llegar a la habitación, pronto sería de noche y debían preparar algunas cosas, como la cena.
Sin embargo, esa noche Dahyun dijo que le molestaba el dolor estomacal y que no podría acompañarlos en la cena, únicamente sirvió como de costumbre y los dejó con el menor, rellenando el silencio de sus voces con las noticias de la radio.
ㅡYoonGiㅡ llamó su padre, a lo que el pálido reaccionó de inmediato -. Mañana comenzarás a ayudar a tu madre en la cocina.
ㅡPero Dahyun se encarga de eso porque es peligroso para míㅡ respondió confundido.
El hombre frunció el ceño ㅡ. Tu hermana ya no puede ayudar a JiEun, así que mañana comienzas con cosas pequeñas, solo sigue instrucciones.
El azabache asintió porque la dura mirada del adulto le indicaba que ese era el cierre de la conversación, no habría más palabras y ni una sola explicación, debía ser paciente y esperar al día siguiente. Le emocionaba solo un poquito comenzar en la cocina, tal vez podría superar a su hermana mayor.
Había sido un buen día, un viernes por la noche que, a diferencia de otros días, era tranquilo y no había ruidos de conversaciones fuertes, hasta se podía escuchar una ligera melodía de alguna canción a lo lejos. Todas las luces estaban apagadas, la luz de la luna entraba por la ventana de marco azul y YoonGi se sentía arrullado por la tranquilidad. Se durmió temprano no sin antes pedirle a la pelinegra que le contara alguna historia, la mayor lo hizo como siempre.
No obstante, en el transcurso de unas horas el sonido de unos pasos en la habitación lo despertaron y pensó que su hermana otra vez iba a salir a alguna fiesta, porque eso solía hacer los fines de semana, aún despierto se mantuvo con los ojos cerrados porque quería asustarla, sería una buena broma.
La mano de Dahyun acarició su frente con dulzura, un acto un poco extraño porque no solía hacerlo ㅡLo siento Yoongiㅡ dijo en un susurró, estaba aún parada frente al pequeño que parecía dormir con tanto gusto ㅡYa no veremos a Jihyo. Lamento que tu noona sea un débil y cobarde, pero no puedo seguir así, me duele mucho.
Las decisiones que las personas tomaban en un punto delicado de su vida, a veces, cuando el mundo parecía venirse encima y se sentían desamparados podrían ser el impulso que necesitaban. Dahyun había decidido luchar por sí misma para alcanzar sus sueños, porque sabía que, si se quedaba estancada en ese hogar que se derrumbaba, que la destruía emocionalmente y enfermaba mentalmente, no podría dar un paso más, no podría continuar con una carga tan pesada como los problemas de su familia
ㅡSé que te convertirás en una buena persona, crecerás bien y sano. No olvides que te quiero y siempre serás mi mejor amigo.
Lo había hecho, había planeado todo y solo debía salir de allí. Pero aún sentía una enorme responsabilidad con su hermano menor, dejarlo solo con sus padres podría o no, ser lo mejor, llevarlo con ella a un mundo desconocido sería demasiado riesgoso porque no podía asegurar su propio bienestar allá afuera, así que decidió romper las cadenas de acero y escapar.
ㅡHasta pronto YoonGi.
Y sin más, salió por la ventana a pasos rápidos, la angustia oprimiendo su pecho y al mismo tiempo, impulsando las lágrimas de un descontrolado llanto. Prometió ser fuerte, prometió no romperse, pero en cada paso parecía dejar piezas de sí misma y todo empeoró cuando escuchó la voz de YoonGi.
ㅡ¡Noona!
Al escuchar la ventana el miedo en YoonGi incrementó, levantándose rápidamente para ver a su hermana en el portón, sin voltear hacia atrás. No era ningún sueño ni una pesadilla, era algo real.
ㅡ¡Noona! No te vayas, no me dejes solito ¡Noona, ya diré sopa! ¡Es sopa, noona!ㅡ gritó con insistencia, desde el marco azul de la ventana con la esperanza de que la azabache volteara ㅡPor favor, llévame contigo...
Pero Dahyun nunca volteó, porque si lo hacía no iba a poder irse, no sin el desesperado infante que gritaba detrás de ella.
Realmente YoonGi no sabía cómo entender a los adultos, a las personas más grandes que él, mucho menos el motivo por el cuál eran tan grises, tan rotos o el motivo del por qué lo lastimaban tanto. Le dolía mucho el pecho, sentía que su corazón también se estaba rasgando, la persona que más amaba lo estaba dejando atrás, solo y herido.
Esa noche tan tranquila se convirtió en un remolino de emociones que lo hacía temblar, llorando como nunca antes lo había hecho, tanto que despertó a sus padres que, si bien se veían sorprendidos parecía que ya se lo esperaban. Esa noche YoonGi también pudo ver tristeza en sus padres, pero como siempre tenían sus propias formas de afrontarlo. Jooheon había salido a fumar, aunque su madre no se había ido, seguía de su lado y lo estaba abrazando, amortiguando en su pecho los balbuceos de disculpas del pequeño hacia su hermana, sintiéndose no solo herido, sino que también traicionado.
ㅡMamá ¿hay algo malo en mí? ¿por qué nadie me quiere?
Pero YoonGi nunca escuchó una respuesta clara, solo un fuerte abrazo que intentaba consolar dos corazones.
Muchas gracias por seguir esperando las actualizaciones, gracias por leer, votar y comentar. Espero que les haya gustado el capítulo 💗
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