Capítulo 2: El canto del gallo
El sol estaba a punto de salir y pese al frío de ese día no le importaba demasiado, quería salir y verlo, sentir esa sensación abrumadora que relataban los libros de su hermana mayor.
Comenzó poniéndose los zapatos de agujetas, un pantalón y una camisa de talla más grande a la propia que le gustaba mucho, pensó que se veía bien al pasar frente al espejo de la habitación y salió hacia el baño para lavar su rostro, lo recorrieron algunos escalofríos por el agua que estaba congelada pero se sintió más animado.
Mientras se secaba con su camisa escuchó algunos pasos provenientes de la habitación de sus padres, saliendo en silencio del baño corrió cuando estuvo lejos de las habitaciones para salir de la casa, escalando por los objetos que tenían acumulados fuera de una bodega para tirar cuando el de la chatarra pasara, de esa forma se subió al techo de su casa para encontrar al gallo de su vecino a punto de cantar.
YoonGi se acercó emocionado hacia el y se puso a su lado para observarlo, inflando su pecho para soltar un gran grito cuando el animal cantó, intentando llamar al aclamado sol, sin embargo este no apareció. Otra vez.
ㅡ¿¡Otra vez Min YoonGi!?
ㅡ¡Cállate de una vez mocoso!
Las quejas de los vecinos empezaron a ser audibles, el pelinegro bufó antes de rodar los ojos y observar al anciano que seguía enviando insultos al aire.
Jooheon apareció del otro lado del techo esperándolo con un tablón corto pero grueso, YoonGi al verlo tragó en seco y bajó con cuidado de allí, dejando solo al pobre gallo que ya no sabía cómo regresar a su ranchito.
ㅡTienes que dejar de hacer esas cosas YoonGi, molestas a los vecinos y a nosotros también.
ㅡSolo quería llamar al señor sol, Daehyun dijo que si cantaba como los gallos podría verlo.
Una carcajada salió de la pálida que salía con monedas para comprar el pan del desayuno, el menor al verla le sacó la lengua y su papá lo retó por maleducado.
ㅡMocoso, apúrate a entrar y ayuda a tu madre con el desayuno, sirve para algo al menos.
A pasos lentos el menor ingresó saludando vagamente a su madre que ponía unos cuantos huevos en el sartén, limpió la mesa y puso los platos que correspondían junto a las tazas que llenó de café, al suyo no le puso tanta azúcar porque no le gustaba.
ㅡMamá.
Un vago sonido le hizo saber que estaba siendo escuchado.
ㅡQuiero desayunar otra cosa.
Una sonrisa sarcástica surgió de los labios de JiEun. ㅡTrabaja y tendrás platos para elegir, ahora comete lo que te doy.
ㅡPero ya me aburrió comer lo mismo siempre ¿de verdad no hay nada más o no me quieres dar?
JiEun le dirigió una mirada pesada, los huevos estaban listos y dejó el contenido en cada plato dándole a YoonGi una porción más pequeña a diferencia de otros días.
ㅡNo YoonGi, no hay nada más para preparar hoy, no seas un mal agradecido con lo que tus padres consiguen ¿piensas que estamos en posición de pedir más?
El menor bajó la mirada para observar su desayuno, era aburrido, feo, no le gustaba pero si no comía ahora tendría dolor de estómago hasta el almuerzo y no quería eso. Por otro lado ya había llegado su hermana y sin decir nada, ni quejarse estaba sentada esperando a los adultos para poder comer, al verla fijamente por unos segundos se percató del disgusto en su expresión cuando su madre se dio la vuelta pero la cambió rápidamente al estar todos juntos.
Solo tienes que hacer lo que te dicen, ser obediente te hará un buen hijo.
El silencio se prolongó en la mesa y entre ellos ninguna conversación surgió, acostumbrados a ello no dijeron nada y continuaron comiendo ignorándose el uno al otro.
Al menor le parecía curioso ese trato porque a veces él compraba el pan u otras cosas para el desayuno, podía ver a las familias en las ventanas de su casa charlando, riendo, siendo muy diferentes a la propia.
Sentía un poco de envidia y se preguntaba si algún día lograría tener una familia así, brillante como el sol.
Él no era capaz de entender muchas cosas, lo que lo rodeaba, a las personas, pero a diferencia de otros niños de su edad era muy inteligente, tenía el segundo lugar en su clase.
Su padre le había dicho que tenía que ser bueno en la escuela, con notas altas y sin ninguna llamada de atención.
Si no fuera porque tenía que quedarse en casa y terminar lo que su madre no, como lavar los trastes y limpiar, tendría el primer lugar, sin embargo, le gustaba ayudar a su mamá porque lo hacía ser un buen hijo aunque no se lo dijeran.
Él sabía que era un buen hijo, un niño educado, inteligente y cooperativo.
Algo curioso también era que su familia era reconocida por ser la más seria del vecindario, era cierto que no todos eran amables o sociables pero ellos sobrepasaban ese límite, vivían en la boca de los demás que inventaba una y mil barbaridades, a causa de esos rumores nadie les hablaba.
Por eso YoonGi no tenía amigos para jugar en las tardes a la pelota o a las canicas, jugaba consigo mismo y los otros niños lo llamaban raro, inadaptado.
Tenía muchos apodos feos que lo lastimaban, aún así Dahyun decía que estaba bien ser raro porque ser igual a otros era aburrido.
Pero YoonGi relacionaba lo aburrido con ser aceptado, encajar y tener amigos. Quería tener amigos.
La primera silla se deslizó fuera de la mesa, era Jooheon saliendo sin decir nada de camino a su trabajo, luego fue su madre que se escapó a la habitación. Cinco minutos después Daehyun se levantó.
ㅡYoonGi, ve por tu mochila.
El menor sonrió en grande y dejó su plato a medio terminar, corriendo a la habitación que compartían ambos hermanos por su mochila de kumamon, era su personaje favorito.
Dahyun ya estaba fuera de casa con su bolsa, lo estaba esperando mientras contaba las monedas.
Antes de salir YoonGi fue hacia la habitación principal, vio a su madre sentada en la cama doblando la ropa de la canasta y con mucho cuidado la abrazó.
ㅡNos vemos mamá.
Acostumbrado a no recibir respuestas YoonGi salió de casa, corriendo junto a su hermana a la estación de autobús porque iban tarde.
ㅡYoonGi.
El azabache alzó la mirada para ver a su hermana, ella le mostró un pastelito largo con jalea en medio y le dio la mitad, gustoso y feliz por el dulce lo comió de un solo mordisco.
ㅡ¡Oye, tienes que saborearlo!
ㅡLo siento, pero no pude resistirme ¿tienes más?
Daehyun negó y le dio un pequeño golpe en la frente solo para molestarlo, con una queja continuaron su trayecto a la escuela. Al bajar y estar al frente del establecimiento se desearon mucha suerte.
Suerte que necesitaban.
¡Gracias por leer!
Sus comentarios y votos me animan demasiado <3
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