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𝐗𝐗𝐕 ; blessed with a curse

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CAPÍTULO VEINTICINCO
· • ❝〔 bendecida con una maldición 〕❞ • ·
sangre extinta ; parte IX
⚠️¡!: tentativa de abuso

Mitras. Muralla Sina. Año 845.

HABÍA UN CANDELABRO DE CRISTAL ENCIMA de ellos dos. El diseño era hermoso. Su brillo resaltaba por varios lugares del restaurante, incluido en el uniforme de Izaro donde su insignia representativa de la Legión resaltaba por los colores. Ella estaba vestida de manera informal, no acorde con los elegantes trajes que llevaban los demás presentes, incluido Lyon, pero nadie hizo un escándalo por eso. Al contrario, todos estaban encantados de tener a una de su familia ahí, aunque trataban de mantener su compostura. Aún así, sentía que las miradas estaban sobre ella, pero Izaro estaba concentrada en una.

Tenía que. Su plan no iba a funcionar si él no sentía el interés de ella, e Izaro no quería enfrentar las consecuencias que estaba planeando su tío contra ella si no hacía lo que le ordenaba hacer.

Fueron un par de días estresantes para ella, desde las estrategias que se implementarían en caso de una nueva aparición del Titán Colosal hasta pensar en cómo convencer a Lyon de dejarla embarazada para complacer los insanos deseos de su familia. Sí, tenía como ventaja que el noble se había ofrecido y dejaba abierta la posibilidad de ayudarla si lo necesitaba, pero Izaro sabía que no podía simplemente llegar y decirle «Oye, Lyon, mi tío quiere que me dejes embarazada para evitar que mi familia se extinga. ¿Qué dices?»; la clave para obtener lo que buscaba estaba clara: debía llevar la conversación a ese punto y acorralarlo. Tal vez podría mencionar a sus hermanos y fallecidos sobrinos, aunque no estaba del todo segura, temía terminar la conversación con lágrimas cayendo por sus mejillas.

La seducción tampoco era una opción para ella, se suponía que estaba en luto –y realmente lo estaba–, por lo que no podía darle el lujo de usar sus ventajas físicas para convencerlo. Lo mejor y más apropiado era ser honesta con él sobre el problema, aunque evitando mencionar la amenaza de Danilo contra ella y la otra opción de engendrar un hijo con su compañero de la Legión.

—Me alegra volver a verte después de tanto tiempo, deseaba volver a saber algo de ti...

Izaro sonrió, le alegró oír eso.

—¿Cómo has estado desde lo sucedido? —preguntaba Lyon—. Me refiero a cómo lo has llevado con tu trabajo, tu vida personal...

—No te mentiré, quedé intranquila cuando fue el funeral y no enterré a mis hermanos... —confesó Izaro, sus ojos transmitían un brillo radiante gracias a la luz del candelabro, pero a la vez, había un vacío notorio—. Tengo que ver qué haré con las propiedades de ellos, al ser la familiar más cercana con vida, quede como la única heredera.

—Podrías vender las propiedades, sería mucha responsabilidad tenerlas tú sola...

Si lo hago, se enteraran de todo...

—Tal vez dentro de un futuro, por ahora ando muy nostálgica —respondió ella, pasando sus dedos por su cabello—. Con decirte que ni he sido capaz de entrar a las habitaciones de mis sobrinos sin romper en llanto —Tía Amelia no para de burlarse de eso—. ¿Cómo te ha ido en el cortejo real? Oí que te dieron la bienvenida hace unas semanas.

Lyon sonrió con una pequeña timidez no propia de él, pero le causó un agradable sentimiento en Izaro.

—No es el trabajo paradisiaco que uno puede llegar a creer —dijo el noble—. Es mucha responsabilidad, a veces te causa dolor de cabeza pensar en política todo el día, pero me hace sentir bien estar ahí. Quiero ser una persona justa y no caer en la corrupción como otros.

Sí..., es una bendición que no fuimos más allá de sexo y besos.

Los Xion habrían odiado que un hombre de tan alto nivel social como Lyon Hayworth estuviera en contra de los juegos sucios en la política, les habría arruinado mucho, tal vez provocado su caída.

—Izaro... —La voz del noble se escuchaba tranquila, pero adoptando una pequeña postura más seria— ¿Qué tan grave es?

—¿Qué?

—Ya sabes, que varios miembros de tu familia hayan muerto incluido los niños y el futuro bebé...

Izaro no sabía qué responder. No era secreto de nadie que aquel tema generaría demasiada tensión entre la familia. La sociedad sabía que era difícil recuperar lo perdido en una tragedia como esa, pero no imposible. De eso se lo dejaron claro a la azabache durante el entierro. Pero eso era una buena noticia, ¿no? Significaba que Lyon era consciente de la situación y sería más fácil de sobrellevar la conversación para manifestarle sus deseos acerca de la propuesta de hace un año, de ese modo, su mayor problema en esos momentos se solucionaría de una vez por todas.

Ella no dudó en disimular su sonrisa triunfadora, fingiendo una expresión melancólica y mirarlo tranquilamente.

—No hay descendientes, Lyon, mis tres sobrinos murieron y mis cuatro hermanos mayores también —fueron las primeras palabras que decidió soltar—. No tienes idea del dolor que me produce eso, pero también, la angustia que es pensar que el linaje de los Xion está al borde de la extinción. Será una tragedia para la humanidad si llegara a morir sin un descendiente.

Lyon asintió levemente—. Sí, muchos se sienten conmovidos por esto, pero por mientras te tienen a ti dentro de la Legión de Reconocimiento y eso puede ayudar a calmarlos.

Pero no necesito eso, necesito que te acuerdes de tu promesa.

La mujer trató de no reflejar esa leve molestia que empezó a sentir, debía controlarse para obtener los resultados que deseaba y no lo conseguiría si al más diminuto obstáculo se iba a frustrar.

—Sí, pero ahora tengo veintiséis, casi veintisiete. Mi etapa perfecta para quedar embarazada y tener suficientes hijos para mantener el legado de mi familia no durará para toda la vida —comentó en un intento de que, entre los recuerdos del noble, resurgiera la propuesta que una vez le brindó—. Aparte que no tengo pareja, por lo que no tengo a alguien con quien procrear un bebé.

Lyon articuló una mueca difícil de codificar para la soldado.

—Eso lo complica más —dijo él—. La presión que debes estar viviendo es de locos.

Mierda, mierda, ¡mierda!

Los presentes voltearon atónitos cuando un fuerte golpe proveniente de la mesa de ellos, causado por las manos de Izaro que se encontraban firmes en la mesa y la ayudaban a mantener el equilibrio. Su flequillo tapaba por completo la mirada desesperada y llena de frustración, permitiendo que la azabache rápidamente adoptará una postura más calmada, tal vez gentil, para mantener su apariencia positiva y llena de confianza a los demás presentes. Sus labios forzaron una sonrisa cálida mientras miraba con gentileza a los meseros.

Había un jardín en la parte trasera del restaurante que servía para pequeñas caminatas de los clientes, con arbustos cortados a la perfección para recrear diferentes figuras y en una parte era exclusiva para flores de diferentes tipos. Izaro tomó la mano de Lyon con fuerza, actuando con entusiasmo por conocer el jardín mientras le pedía a los meseros abrir las puertas, solicitud que fue aceptada en cuestión de segundos. La capitana jaló la mano del noble para adentrarse ahí, aprovechando que los demás presentes volvieron a prestar atención en sus comidas mientras ellos dos quedaban solos en ese lugar. Los labios de Izaro ahora mostraban una faceta de desesperación, pero se vieron nuevamente forzados a dar una sonrisa, ahora llena de calidez y súplica. El heredero de los Hayworth estaba confundido por las reacciones de ella.

—Lyon, mis tíos quieren que tenga un hijo lo más pronto posible —Izaro lo soltó—. Están aterrados que tras lo sucedido se acabe el tiempo perfecto para que tenga descendencia, así sea un bebé podremos estar tranquilos de que el legado continua. Soy la única esperanza de ellos, mis primos ni siquiera nacieron con nuestro color de ojos y ni portan el apellido. Además, si no lo hago aunque sea contigo, lo tendría que hacer con Levi y yo... —No quiero que se enrede en lo que hace mi familia—, no quiero darle una responsabilidad que tal vez no desee.

» Me desesperé por unos momentos porque no sabía qué hacer, hasta que me acordé que me habías ofrecido eso hace un año... Mira, sé que no nos vemos desde hace un año, pero estoy desesperada. Si no lo quieres criar, esta bien, yo puedo cuidarlo. Tengo el suficiente dinero y buena estabilidad para cuidarlo por mi cuenta. Yo..., simplemente necesito que me ayudes, por favor... Eres mi única esperanza.

Finalmente, una sonrisa sincera y con esperanza se formó en sus labios, volviendo a suplicarle su ayuda.

—Oh, Izaro... —Lyon suspiró—. Lo siento tanto, pero no puedo hacerlo.

La sonrisa de la azabache se desvaneció en cuestión de segundos.

—Sé que te lo ofrecí y te lo volví a ofrecer en la carta de despedida, pero me temo que ya no puedo mantener esa oferta disponible —el noble bajó la mirada, tomándola de la mano para que lo acompañara en una pequeña caminata por el jardín—. A finales del año pasado conocí a una chica, la hija del senador Lexington, Camila. Tenemos demasiadas cosas en común y me agrada bastante su compañía, tanto que hace unos días le pedí matrimonio...

Izaro se congeló por unos segundos.

—Lyon, felicidades —lo dijo con sinceridad—. No tengo el placer de conocer a Camila Lexington, pero he oído que es una hermosa chica y muy buena.

El azabache sonrió—. Lo es, y por eso tengo que decirte que no —mostró una mirada de lástima—. Ella no sabe de la propuesta que te hice hace un año, no creo que sea correcto simplemente llegar y decirle que te había dado una propuesta sobre embarazarte. Sería injusto. No puedo hacerlo y fingir que su opinión no debería estar aquí en el medio, sobre todo siendo mi prometida.

—Entiendo, no te preocupes.

Y lo decía honestamente, se sentía genuinamente feliz de que aquel noble encontrará alguien con quien compartir momentos románticos, deseando en el fondo haber tenido esa misma fortuna que él. Pero era imposible para Xion, más ahora que debía procrear una vida en aquel mundo cruel y que portara su apellido.

¿Levi sería capaz de perdonarla por las cosas que le ha ocultado de su familia?

Izaro mantenía su mirada fija en el espejo mientras esa pregunta comenzó a resonar por su cabeza, su rostro dejaba entrever las emociones negativas que estaba experimentando y eso le molestaba. Incluso sentía un fuerte impulso por llorar, pensando que tal vez así podría desahogar toda la rabia y dolor que su interior atravesaba, pero en cuanto pensaba en ello retumbaban las palabras de su fallecido abuelo diciéndole que el llanto era una herramienta de los débiles.

Ella no era débil, se lo decía a sí misma.

Pero sus pensamientos nuevamente se concentraban en el tema del embarazo, era tan abrumadores que sus piernas empezaron a temblar y la capitana se vio en la obligación de acostarse en su respectiva cama, restregándose sus párpados con los dedos mientras analizaba la situación punto por punto para encontrar soluciones sin implicar las amenazas de su tío paterno. Lyon ya no era una opción para ella, y con justa razón, jamás se perdonaría si lo convenciera de tener relaciones sexuales con otra mujer que no fuera la joven Camila Lexington, de quien parecía mostrar tanta lealtad. No quería que Danilo Xion tomará cartas en el asunto, su cuerpo se retorcía de miedo de sólo imaginar a la persona que prácticamente era su figura paterna pagarle a alguien para que se encargará del trabajo sucio, hasta un sentimiento nauseabundo la invadió al imaginar un desconocido poniendo sus manos encima de ella.

Por lo que solo tenía una opción: Levi, pero no quería usar esa opción. Su amigo nunca mostró interés en cuanto al tema sexual, de hecho, era de los pocos hombres que conocía que no la veían como objeto de deseos sexuales. Ni siquiera cuando compartían la ducha en más de una ocasión, menos cuando ella tal vez estaba distraída por el agua cayendo sobre sus hombres, Levi jamás sacaba ventaja para forzarla a algo o satisfacerse él mismo teniéndola presente. En un mundo de hombres bastardos y hambrientos por cuerpos femeninos, él era un caballero. Bueno, sí, era lo mínimo que debía hacer por ella, pero Izaro sabía que tratándose de ella era muy difícil que alguien se comportara mínimamente decente.

Tal vez el capitán de la Legión aceptaría su necesidad, pero tres cosas se lo impedían, una menos grave que los otros: la primera era que la situación involucraba el sexo, algo que Izaro tenía experiencia pero nunca quiso experimentar una relación sexual con un amigo, mucho menos con Levi que sabía lo quisquilloso que podía ponerse. Lo segundo era más pesado en su mente, no era un simple encuentro sexual, era también concebir un hijo que haría a su amigo ponerlo entre la espada y la pared, obligándolo a cargar con una responsabilidad qué tal vez no deseaba; estaba segura que Levi aceptaría la responsabilidad de todos modos, pero no quería obligarlo a adoptar una faceta que probablemente nunca ha pensado en tenerla. La tercera era la peor: un hijo ligado con Levi significaba que, hasta cierto punto, el hombre se involucraría con los Xion; ya era suficiente con él teniendo en ocasiones donde se relacionaba con su familia. Levi debía permanecer alejado de los Xion hasta donde Izaro considerará prudente.

Si involucraba a su compañero, descubriría cada perverso detalle que caracteriza verdaderamente a la familia más admirada de las murallas. Y la odiaría a ella, probablemente al punto de no querer saber nada más de su existencia.

Izaro no quería que Levi se alejara de su lado, debía mantener aún su complicidad.

—Iza... —Era él—, ¿estás ahí?

—Claro, puedes pasar.

El azabache de ojos grises apareció en la entrada de su habitación, portando su habitual uniforme militar mientras la veía con una evidente preocupación por su estado.

No lo consideres. Él no puede estar entrelazado con nosotros...

—Hace días no te veo bien y necesito que me digas qué sucede.

—Es lo usual, todavía no he logrado aceptar el hecho de que mis hermanos y mis sobrinos están...

—Izaro, sé que no estás mal con eso —Levi la interrumpió—. O bueno, sé que el proceso de duelo que estás atravesando te hace reaccionar de una manera diferente. Dime qué pasa realmente.

Izaro alzó una ceja.

—No entien...

—Estás así desde que hablaste con tu tío.

La respuesta era justamente la que ella no esperaba, sintiendo que sus nervios se sacudían, obligándola a mantenerse serena para no reflejar el nerviosismo que las palabras de Levi provocaron. ¿Qué sabía él sobre la conversación? ¿Los siguió para escucharlos? ¿Acaso sabía que Danilo amenazaba con hacerle daño psicológicamente permanente?

No, estaba claro que era consciente de que hubo una charla, más desconocía el tema que se trató. De saberlo, Levi hubiera obligado a Danilo a ponerse de rodillas y rogar por un perdón..., tal vez incluso rogar por su vida.

—Dime, ¿te quiere forzar a casarte con alguien?

Miéntele, miéntele, miéntele para tranquilizarlo.

Izaro tenía experiencias en las mentiras, incluso Levi desconocía de algunos aspectos de ella por lo mismo. Tuvo que haberle mentido y dejar la conversación como una simple discusión de contraer matrimonio con alguien para tener asegurado un linaje pronto; sobraba decir que no lo hizo cuando sintió una fuerte punzada en su corazón como un castigo divino, o amenaza divina, como si algo le advirtiera que si mentía sobre eso, ella sería un monstruo ante los ojos de la persona más importante de su vida.

No fue capaz de mentirle a ese soldado que deslumbraba por ser quien provocaba un fuerte golpeteo en el corazón de la ahora única heredera Xion.

—Mi tío no quiere eso, quiere que me logre embarazarme tan pronto sea posible —dijo ella suavemente, dejando

—Mi tío no quiere eso, quiere que me logre embarazarme tan pronto sea posible —dijo ella suavemente, bajando la mirada para evitar ver la reacción de estupefacción de Levi—. La muerte de mis sobrinos y hermanos es grave, dejó a la familia al borde de una posible extinción y quiere prevenir eso. Soy joven y puedo embarazarme de un bebé sano.

—¿Y quién sería el padre? No me digas que él te obligará a...

Ella sabía a lo que se refería y soltó un rotundo "¡No!" en un tono de angustia, llena de temor. No deseaba verlo volverse completamente loco si supiera la amenaza que su tío mismo le hizo, porque sabía de lo que era capaz Levi para proteger a los suyos, a ella en especial. No le quedaba de otra que evitar mencionar ciertos aspectos de esa conversación, principalmente la amenaza.

—Él... Él quiere que tenga un hijo, dijo que no le interesaba quién fuera el padre siempre que heredará habilidades para que pueda ser soldado en el futuro... —Retrató a su tío como un hombre benevolente, su estómago se retorció luego de eso—. Al principio pensé en Lyon porque... sentí que no le molestaría ayudarme en eso, pero recién se comprometió con una chica y no quiero envolverlo en un problema que puede volverse grande por eso. Luego... —Tal vez no se enoje si lo digo—. Pensé en ti.

Levi era muy cerrado a sus emociones, pero en ese momento dejó abrir su yo interno para reflejar sorpresa a las palabras de su amiga.

—Digo, eres la persona que más confío en este mundo..., por eso mismo descarte que fueras el padre, porque no puedo ni quiero involucrarte en esta situación tan horrible... —dijo ella.

—¿Entonces? ¿A quién le pedirás eso? —La mirada de Levi se oscureció— ¿Y por qué tu tío cree sentirse con el derecho de elegir sobre tu cuerpo y tu vida?

—No lo sé, y él no está eligiendo por mí —respondió Izaro con frustración—. Estamos en una crisis y mi tío piensa que lo mejor por el momento es tener un descendiente pronto, para tranquilizar incluso a la gente que ha admirado a mi familia por generaciones, aún no hemos alcanzado el prestigio que mi bisabuelo obtuvo en su momento.

—Murieron tus hermanos y tus sobrinos, encima Erwin te dio como cargo una tarea que te puede costar la vida —Levi habló con dureza—. Lo que está haciendo tu tío es exactamente obligarte, mejor dicho, te está imponiendo algo del cual no estás en condiciones de hacerlo.

—Soy una Xion, Levi, claro que estoy...

—Tu boca puede decir lo que desea, pero tus ojos no mienten, nunca mienten cuando me miran a mí —El azabache se acercó a ella, quedando a escasos sentimientos de su rostro, ambos mirándose sin apartarse—. Tus ojos me dicen que no quieres esto y que estás desesperada, dime, ¿te amenazó en caso de que no quisieras?

Sí.

—Solo me mostró desesperación para que todo vuelva a su control... —No era del todo una mentira—. Se volvió en la cabeza de los Xion y todo se ha desmoronado...

—¿Y estás de acuerdo en usarte como muñeca para parir bebés?

Izaro suspiró.

—Yo también tengo miedo por el futuro de los Xion.

Logró notar que la mirada de Levi expresaba una leve frustración que él mismo dejó escapar, sabía que lo que dijo lo puso de ese modo. Volvió a suspirar mientras imaginaba en cómo arreglar el asunto, pensó también que al menos el soldado mostró desacuerdo en tener sexo con ella con el propósito de procrear una vida para aquel mundo horrible.

—No me embarazare ahora si no lo deseas, tengo tanta presión y lo último que quiero es decepcionarte —dijo ella, recibió un profundo respiro de su amigo, sabía que no le había gustado esa respuesta que le dio.

—Nunca me vas a decepcionar, pero no quiero que tomes esa decisión por mí, sino por ti misma —dijo Levi—, siempre decide por tu felicidad.

Izaro asintió, prometiendo que no lo haría por ella, pero en el fondo ambos sabían que era difícil que la azabache actuará sin antes complacer los deseos de los demás. Por lo menos Levi se sentía tranquilo de que Izaro no sentiría tanto peso emocional, aunque preferiría que la decisión la tomará para sí misma y no para la paz de él. Claro, desconociendo del retorcido ajuste de cuentas que Danilo Xion haría si su sobrina decidiera por ponerse en su contra.

Izaro asintió, prometiendo que no lo haría por ella, pero en el fondo ambos sabían que era difícil que la azabache actuará sin antes complacer los deseos de los demás. Por lo menos Levi se sentía tranquilo de que Izaro no sentiría tanto peso emocional, aunque preferiría que la decisión la tomará para sí misma y no para la paz de él. Claro, desconociendo del retorcido ajuste de cuentas que Danilo Xion haría si su sobrina decidiera por ponerse en su contra.

Izaro sentía que ese día algo no iba bien; una alerta de nerviosismo la apuñalaba desde los pies hasta la espalda, su pecho le dolía por cada latido del corazón que fuera acelerado y era por cada vez que sentía la necesidad de voltear para saber qué sucedía en sus espaldas. El sentimiento era como la mierda, asqueroso e insoportable, llevándolo desde la mañana e impidiéndole seguir con su labor de peinar el crin de Mikaela.

Estaba sola en el establo, haciendo su rutina diaria de peinar y limpiar a su cabello para luego asegurarse de que tuviera agua fresca y heno. Las ansias que sentía al estar sola no eran normales, siempre estaba sola a esas horas en aquel sitió y nunca sintió vulnerabilidad o miedo, de hecho, solo llegó a sentirse así cuando peleaba con Erick y él aprovechaba la soledad para tomar con fuerza su cuello. Aquel desamor ya no estaba en la Legión, ¿por qué sentía mucho miedo? Fuera lo que fuera, su condición emocional ponía nervioso a su caballo, quien la rodeaba con su cuello en un modo de protegerla, ya que el paso del tiempo consiguió conectar bien con su dueña.

La azabache de ojos carmesí le dio una sonrisa cálida, aunque no consiguió calmar el momento de todo. Quería irse de ahí pronto, probablemente prendería viaje de regreso al cuartel corriendo, como si huyera de algo.

Sus oídos captaron el sonido de una rama siendo rota por la pisada de una persona.

Izaro volteó para estar alerta, el sudor bajaba por detrás de su cuello y el único ruido que ahora se manifestaba era de los caballos relinchando acompañado de una brisa que golpeaba las hojas de los árboles.

No hay nadie. Nada me va a pasar. Los civiles tienen prohibido ingresar por estos sectores por cuestiones militares.

Pero su mente comenzó a jugarle en su contra con malos pensamientos. ¿Y si Danilo no planeaba usar gente externa del ejército para forzarla a embarazarse? Él todavía tenía influencias sobre soldados del ejército por su antiguo rango de líder de escuadrón, era cuestión de tiempo para que el hombre jugará cruelmente con sus psiquis y sería en el momento perfecto para lanzar su tácticas retorcidas con la joven que prácticamente crió desde que era una niña cuando perdió a sus padres, aquella misma que sufría por la nueva ausencia de sus queridos hermanos mayores.

Su ansiedad se disparó, obligándola a recoger las cosas y guardarlas en el cobertizo para salir huyendo de ahí; sus gritos fueron ahogados cuando detrás de ella había un hombre desarreglado, lleno de suciedad y una sonrisa que representaba la maldad pura. Era un habitante de la Ciudad Subterránea, lo intuía por la gran molestia que el hombre mostraba por el sol impactando su piel. A pesar de su contextura delgada y un poco demacrada (tal vez enferma), el desconocido supo abalanzarse sobre ella e inmovilizar a la capitana. Izaro ni siquiera pudo gritar porque sus labios fueron sellados por la sucia mano del chico, el cual parecía de su edad o aproximadamente tres años mayor, y un cuchillo poco oxidado amenazaba con cortar su cuello.

—Oh, el señor Danilo tenía razón. ¡Eres preciosa! —el hombre mostró sus dientes podridos, causando terror en la mujer—. Me dijo que si yo deseaba, podía darte un bebito. Tu belleza hará el bebé más lindo de estás murallas, en cuanto a mí, ganaré mucho dinero por hacerlo. Suficiente dinero. ¡Demasiado que pagaré mis deudas y podré comprar toda la droga que desee! ¡Bendito seas, señor Danilo! ¡Que las diosas de las murallas bendigan a ese hombre!

Izaro trataba de gritar, pero la mano se lo impedía mientras los ojos verdes del hombre pálido la miraban con morbo.

—Ahora, se buena chica...

—¡Capitana!

El desconocido se paralizó cuando vio a dos soldados para socorrer a la Xion. Se aterró al ver que Damián y Elián eran más altos que él, haciéndole creer que eran adultos que no dudarían en defender a la mujer. Sin pensarlo, huyó despavoridamente hacía el bosque mientras gritaba que era un supuesto buen hombre. Izaro se levantó rápidamente para calmar a Mikaela, quién relinchaba con fuerza y se movía violentamente en un intento de soltar sus riendas. Afortunadamente todo había terminado por ser un momento de pesadilla.

—Capitana, ¿qué pasó? —preguntó Damián preocupado por su líder muerta de miedo— ¿Quién era ese tipo?

—No lo sé, pero es un ladrón. Intento ver si portaba algo de valor —mintió, no quería preocupar más a sus subordinados si revelaba que en realidad había un intento de abuso de por medio.

—Se ve desorientado, tal vez pueda alcanzarlo —dijo Elián, pero Izaro lo detuvo.

—¡No! Ustedes llamen a un superior adulto para que patrullen el área, no se pongan ustedes solos en peligro —La azabache liberó a su caballo y se impulsó para subir en su lomo, dando un leve golpe en las costillas del animal para controlarlo—. Iré a mi casa en Ehrmich, logré verle al ladrón de joyería que eran de mis hermanas y necesito verificar si es lo que creo que es.

Claramente, era otra mentira.

Cabalgó lo más que pudo hasta Mitras. Las lágrimas por lo que vivió un rato atrás la volvía loca, ahogada en una combinación de emociones que eran lideradas por el miedo. Su mente quería decirle que no debía llorar, pero era imposible cuando recordaba la macabra mirada de aquel hombre.

Lo único que podía decir con seguridad era que, según las palabras de aquel hombre, era un enviado de Danilo Xion. Y al juzgar el intento, era obvio que la paciencia de su tío se acabó para dar paso a sus segundas opciones.

La mansión Hayworth se caracterizaba por su imponencia, capaz de sentir intimidado a cualquier persona que atravesara las rejas de aquel lugar, las rejas que se estaban abriendo eran de metal incrustadas en un edificado concreto elaborado a partir de piedras. Había silencio, le ayudaba a sus inquilinos a dar una imagen de poder y elegancia, pero para una visitante como Izaro ese silencio resultó en algo que aumentaba la ansiedad que estaba experimentando.

Su caballo avanzó por el sendero mientras su dueña notaba los elegantes jardines que los sirvientes estaban manteniendo; alzando la mirada, pudo notar que las cortinas de la habitación de Lyon se movieron violentamente, pero se volvieron abrir con sutileza por una mujer de cabellos castaños que miraba con curiosidad a la visita inesperada. Izaro no se sentía capaz de mirar fijamente a Camila, se sentía terrible por los pensamientos que la consumían justo en ese instante. Así que los fijó en la entrada principal, donde el noble la recibía con una mirada llena de preocupación por el estado vulnerable que encontraba a Izaro.

Eso la hizo sentir peor.

—Izaro, ¿qué pasó?

—L-Lyon... —comenzó a sollozar mientras su voz se volvía una súplica—. Ayúdame, por favor.

—¿Por qué estás llorando? Dime qué ocurre.

—Te lo pido, ayúdame con el tema del bebé...

Hayworth no podía creer lo que Izaro decía. Miró alrededor de ellos y notaba que ningún sirviente prestaba atención a la conversación, también revisó que su prometida no estuviera bajando las escaleras y los escuchará hablar de ese tema.

—Iza, ya lo hablamos.

—Por favor, te prometo que no tendrás que asumir la responsabilidad y jamás diré que eres el padre —Izaro se veía nerviosa y bañada en lágrimas, su mente no pudo obligarla a no colapsar en llanto—. Eres mi única salvación. No puedo obligar a Levi y no quiero que mi tío haga lo que casi me hicieron hoy... —Lyon no entendía nada, pero aquellas palabras lo alertaron de que algo no estaba bien—. Sé que me dijiste que no por su prometida, pero te lo suplico. Lo podemos mantener en secreto si no quieres que ella se entere, pero no me dejes sola en esto, no lo soportaría si ese tipo vuelve a poner sus manos encima... Levi no se puede enterar de mi familia y de mí...

Podía contemplar que la joven Xion estaba en un colapso que le impedía pensar concretamente. Cada palabra era un desahogo y un grito de ayuda para los oídos de Lyon, quien cada vez se alertaba de la situación de Izaro, aumentando su preocupación. Pero quería mantener la mente fría y pensar con la lógica, imaginando que tal vez ella cargaba con tanto en mente que simplemente se quebró y vino corriendo a sus brazos para recibir un consuelo. Era probable, según él, pero habían cosas que le perturbaba darse cuenta que no terminaban de cerrar: ¿A qué se refería con que Levi no podía enterarse de los Xion y de ella? ¿Por qué estaba tan asustada y llorando? ¿Por qué mencionaba a Danilo Xion y daba a entender que él buscaba hacerle un daño? ¿Cuál era ese daño que tenía a Izaro en ese estado de desesperación? ¿Por qué mencionaba a un extraño que le puso la mano encima?

Lyon le extendió la mano con gentileza.

—Ven, Izaro, vamos a la cocina para que te preparé un té y te sientas tranquila... —dijo él suavemente, tratando de consolarla.

Pero Izaro sacudía la cabeza de manera negativa.

—No... No necesito té, necesito que vengas conmigo para poder quedar embarazada... —lloraba—. Por favor, tengo miedo.

—Dime de qué tienes miedo... ¿Te hizo algo ese hombre que mencionas? —preguntó el noble—. Ven conmigo y te ayudaré a ponerle un reporte sobre ese hombre.

El llanto de Izaro simplemente creció.

—¡No necesito eso! ¡Mis problemas se solucionarán si me quedo embarazada! —alzó la voz, pero ni así llamó la atención de los sirvientes de la mansión—. Por favor, ¡ayúdame!

—¡No puedo, Izaro! ¡Entienda que me casaré y no voy a hacer eso que me pides! —Lyon estaba enojado por la actitud de la capitana, ya se estaba cansando de que su estado le daba más preguntas que respuestas y que insistiera con ese tema— ¡Maldita sea, ¿qué te sucede!?

Pero Izaro no pudo contestar y nada más pidió unas disculpas antes de ordenar a su caballo que cabalgará fuera de la mansión, alejándose por las calles de Mitras. Lyon quedó más confundido que nunca, pero ahora sentía más temor por el estado de aquella chica que alguna vez quiso genuinamente. Probablemente cometería una locura que terminaría en rumores falsos, aquellos que sólo buscarían perjudicar a él y a su prometida, pero su corazón le decía que si no la seguía, jamás se iba a perdonar a sí mismo de abandonarla en su peor momento que estaba atravesando. Suspiró, llamando a uno de sus sirvientes para que alistarán el caballo que usaría para perseguirla y ayudarla hasta donde su moral le permitía con las circunstancias presentes.

Cuando Camila bajó las escaleras para preguntar por la situación, miró a su futuro esposo correr en caballo para perseguir a la Xion, escuchando las palabras de un sirviente que le dio un mensaje de parte de Lyon. Aquel mensaje verbal decía que volvería, pero que debía evitar que Izaro cometiera una locura y ayudarla en lo que podía.

Dejó amarrado a su caballo cuando divisó al caballo de Izaro en la entrada de la mansión Xion, específicamente la mansión de Danilo Xion. Le tenía intranquilo en no ver sirvientes por los alrededores, ya que según las leyes de trabajo de Paradis, todavía era hora para que las personas siguieran en sus trabajos aún si faltaba un par de minutos y dudaba que los Xion fueran tan benevolentes con la servidumbre que trabajaba para ellos. Pensó que lo mejor era guardar su animal lejos de la entrada de la lujosa casa, que se encontraba en los barrios finos de Ehrmich, ya que no quería poner más nerviosa a la mujer de lo que ya estaba.

La puerta estaba entreabierta mientras que la pequeña casa que servía como cuartos para la servidumbre estaban perfectamente cerrados, suponiendo al noble que alguien dentro de esa casa había ordenado de imprevisto sacar a todos aquellos que eran de la clase trabajadora; sin embargo, lo que llamó su atención se encontraba a un costado frente a la mansión de Danilo, se trataba del antiguo hogar de la fallecida Melania –la cual heredó Izaro ante las muertes de Mia y Daniel, además de la partida del padre de ellos– con las luces apagadas y una ventana completamente rota. Había pequeñas gotas de sangre visibles. Lyon prestó suficiente atención y notó un pequeño camino a la entrada de la otra mansión con la puerta entreabierta.

Sin pensarlo mucho, se adentro.

La casa por dentro era elegante con toques rústicos, además de que tenía numerosos cuadros pintados de los habitantes de la casa colgados en la pared, reliquias que parecían ser de los años de oro de cuando toda la familia pertenecía al ejército como espadas o equipos de maniobras de aquella época y elegantes adornos que distinguía la clase social en la que esa familia pertenecía. Pero había algo más: un cráneo. Se ubicaba en el centro de la gran pared debajo de la pintura con la familia Xion completa. Era espeluznante para Lyon, con cierta curiosidad acerca del material que se usó para crearlo, porque el noble creía que era estaba tan bien elaborado que se veía real.

Sintió ganas de tocarlo, pero unas voces captaron su atención.

Detrás de una puerta, la familia parecía tener una inminente pelea que hasta se escuchaba objetos de la sala caer al suelo. Izaro gritaba a su tío en lágrimas, reclamando sobre un intento de un forcejeo que iba a lo sexual; aquello petrificó a Lyon, sintiendo que esas palabras cobraban sentido tras lo sucedido en su casa un rato atrás. Pero lo que más lo asustó era oír a Danilo gritar con ira, vuelto loco y amenazar con matar a cada presente, por lo que había más miembros de la familia. Cada latido del corazón creció mientras caminaba hacía la puerta donde una línea de luz confirmaba la presencia de esas personas, empujó con cuidado la entrada y simplemente se quedó sin palabras cuando vió a Izaro en lágrimas, con una mano sangrando y paralizada al notar su presencia. En realidad, tanto ella como los Ackley estaban aterrados al notar al visitante no deseado, Amelia estaba entre la serenidad y sorpresa, pero Danilo sonrió desquiciadamente con malicia.

—Lord Lyon, bienvenido a la familia Xion, ¿no te enseñaron a que es de falta educación entrar a casas sin ser invitado? —dijo la cabeza de la familia, tenía un cuchillo limpio en su mano, haciendo un quejido de dolor que parecía provenir de su cabeza—. Maldita voz en la cabeza, ¡ya cállate!

Lyon se dio cuenta que había entrado a la puerta del infierno.

INFORMACIÓN ACTUALMENTE DISPONIBLE PARA EL PÚBLICO

Información básica sobre los miembros de la familia:






to be continued...

N/A:

ok, estuve desaparecida desde septiembre y necesitamos explicaciones:

1. como sabrán, estoy en la universidad y terminé todo el bachillerato de mi carrera, pero antes de graduarme tengo que aprobar un requisito de graduación llamado trabajo comunal universitario (tcu), que es un proyecto de ayuda social poniendo aprueba un poco mi carrera. digamos que la experiencia fue entre linda y no linda por la parte de todos los protocolos, así que debía meter toda mi concentración para hacer las horas que la universidad solicitaba y hacer evidencia de lo que hice... en fin, todo para tener derecho a graduarme ksvsjsjsk

2. con todo eso, me puso en un episodio donde emocionalmente me dejo mal (todavía ando) así que tome un pequeño descanso de los escritos complejos (los fanfics extensos), usando los sencillos (los relatos cortos) para evitar entrar en un bloqueo de escritor. ahora que me libere de la U y de eso, aproveché para darles un capítulo antes de fin de año.

me alegra que ya llegamos aquí, porque se vienen las partes oscuras de la familia y de la historia, de paso perdón por tan poca aparición de levi, pero ya lo tendremos nuevamente con momentos a lado de izaro.

no olviden votar y comentar para desbloquear el siguiente capítulo, que he visto que hemos crecido bastante en lectores!!!

los amo mucho y gracias por apoyar la obra.

con cariño, nicky🌙

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