𝐗𝐗𝐈𝐕 ; paralyzed
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CAPÍTULO VEINTICUATRO
· • ❝〔 paralizada 〕❞ • ·
sangre extinta ; parte VIII
Distrito Trost. Muralla Rose. Año 845.
LEVI NO PODÍA CREER LA CANTIDAD de nombres que salían registrados entre los muertos y desaparecidos, siendo la lista de los fallecidos más "corta" por los sobrevivientes que podían dar un testimonio respecto al estado de sus familiares o conocidos, pero el que claramente le llamaba más la atención era el apellido Xion que se repetía.
Melania Xion. FALLECIDA.
Xaiden Xion. FALLECIDO.
Mason Xion. FALLECIDO.
Sofía Xion. FALLECIDA.
Lilibeth Xion. FALLECIDA.
Daniel Xion. FALLECIDO.
En la lista, o hasta donde el pequeño Daniel llegó a testificar antes de morir, faltaba el feto que había sido expulsado del vientre de Lilibeth, la esposa de Xaiden, pero debido a que vivió por un corto tiempo quedó sin registrar con un nombre propio para identificarlo.
Levi quería vomitar. Nunca le agradó los hermanos mayores de su compañera; siempre consideró que ellos, a pesar de que daban a entender que trataron de proteger a su hermana menor del entorno familiar, hicieron un mal trabajo a la hora de cuidar bien de Izaro. Sin embargo, el saber que murieron –sobre todo con los detalles explícitamente explicados por Mia– le causaba un malestar en el estómago que incluso impedía mantener su semblante naturalmente serio. Su mirada era de preocupación genuina, tanto por la tragedia sucedida como por su compañera, quien aguantaba las lágrimas al ver que las heridas de su única sobrina sobreviviente estaban empeorando con el paso de los días.
—Papi..., me duele... —Mia lloraba.
Su padre, el senador William Xion, lloraba con ella mientras la abrazaba para que pequeña sintiera un poco del calor paternal que necesitaba en esos momentos. Izaro se mantenía callada desde que llegó, simplemente se quedó frotando las piernas de su sobrina y la única vez que se levantó desde que llegó era para confirmar que uno de los cadáveres que trato de sobrevivir pero al final no pudo correspondía a su sobrino, envuelto en unas sábanas lejos de la zona de refugiados.
Su mente se inundaba de preguntas, desde cómo era posible que existiera un titán no registrado que sobrepasaba la altura de la muralla o el que parecía tener un caparazón resistente, hasta quiénes eran esos dos titanes responsables de esa masacre, porque muy en el fondo de su corazón, la sangre de los Xion que corría por sus venas se encendía de un odio profundo, nacido del deseo de venganza que recién empezaba a sentir.
—Tía, tengo miedo.
Izaro miró a su sobrina. Debía mantener una mirada muerta como a Erwin le gustaba decir, solo así podía no influenciar emocionalmente a aquellos más vulnerables en la reacción corporal que tendría.
—No quiero morir, me da miedo, solo quiero quedarme contigo y con papi... —dijo Mia entre lágrimas, de pronto, se limpia rápidamente las lágrimas—. Perdón, sé que un Xion no debe llorar.
Izaro recordó cada momento que la regañaron por llorar, por lo que sonrió con dulzura y acarició la mejilla de la menor.
—Oye, está bien, aquí es válido esas lágrimas —dijo la azabache—. Sufriste... algo que no debías ver jamás, perdimos a seres que amamos y tienes heridas, mi amor, es normal que te genere tanto dolor. Pero te diré algo, estarás bien y volverás a casa.
Pero esa pequeña esperanza se esfumó cuando la mirada perdida de Izaro retorno al ver uno de los médicos acercarse. Haciéndole una seña con la cabeza a ella y William, indicándoles que había un tema serio el cual debían tratar. Ambos adultos supieron de qué iría la conversación, William no soportó tanto dolor que se alejó a llorar por todo lo que tuvo que soportar esos días. Izaro tomó aire antes de acercarse al doctor.
—Ella no volverá a casa, ¿verdad?
El doctor miró con pena a la capitana, podía escuchar que su voz se quebraba al realizar la pregunta.
—Las infecciones en sus heridas son muy graves, me temo que ni siquiera una operación es una opción en el caso de su sobrina, Capitana —respondió con genuina sinceridad—. Las únicas dos opciones que tenemos presentes son o dejar que muera en los próximos días o suministrarle un suero.
Izaro miró con seriedad al médico.
—¿Un suero?
El doctor se acercó y le susurró.
—Hay un suero que permite dormir a los pacientes hasta que sus signos vitales se apagan. Es un producto muy limitado, no se los estamos suministrando a todos los heridos y estamos dejando que mueran lentamente —explicó el médico con temor de que alguien lo escuchara—. Pero ustedes son Xion, pueden tener el privilegio de solicitar el servicio y brindarle a su sobrina un descanso eterno menos doloroso.
Izaro analizaba en su cabeza las opciones. Recordó cuando llegó con Levi al campo de refugiados y los oficiales le dijeron que su sobrino Daniel había convulsionado durante el camino, muriendo al poco tiempo y sufriendo de agonía por las terribles heridas que padecía. Ella no quería un mismo destino para Mia, ya tenía suficiente con saber cómo murieron el feto y Daniel. Suspiró con una extrema pesadez, mirando a su cuñado con pena mientras éste entendía lo que ella quería decir.
—Administrale el suero que requiere ella —se mordió los labios luego de la decisión tomada—. Le diré algo a ella para que acepte el suero sin problema.
Su corazón latía con dolor, las lágrimas se formaban en sus ojos mientras se acercaba al cuerpo de Mia, aunque todavía no se desbordaban para deslizarse por sus mejillas. Miró las heridas, había pus en las cortadas que tenía en todo su cuerpo, pañuelos manchados de sangre que usaron para limpiarla tirados en el suelo y su cabello negro estaba aderiddo a su frente por el sudor. La pequeña tenía temblores constantes, aunque los trataba de disimular, clara prueba de que ella estaba agonizando. Izaro no podía evitar pronunciar en su cabeza la palabra "Perdón" una y otra vez.
De pronto, la cobertura de sus labios se levantó para formar una sonrisa alentadora.
—Adivina qué, mi amor, los doctores te salvarán —mintió.
—¿En serio?
—Sí, tienen una solución para ti, pero hay una pequeña cosa —dijo la azabache—. Te van a inyectar un suero que te dará sueño y te quedarás dormida, pero es para que ellos puedan hacer lo que tienen que hacer contigo y estarás recuperada. Solo será un momento, Mia, es para que no te duela o incomode lo que harán.
La niña miró a su tía.
—¿Es seguro?
—Por supuesto que lo es, ya me aseguré de ello —Izaro se esforzaba para mantener su cálida sonrisa—. Jamás permitiría que te hagan algún daño.
Con un movimiento de cabeza, Izaro dio autorización al hombre de que inyectará a la niña.
—Tía, no quiero morir...Quiero sanar e irme a casa...
Izaro empezó a llorar, pero no borró la sonrisa.
—Y estarás bien, mi cielo. Superarás esto, te ayudaré a superar todo lo que viviste —sollozaba. No se atrevía a ver a William porque sabía que él estaba internamente desgarrado de haberlo perdido todo; tampoco quería ver a Levi, porque ahí desbordaría sus emociones y Mia descubriría su verdadero destino—. Vivirás con tu papá y yo no me iré de tu lado. Jamás. Eres mi tesoro, Mia.
La aguja atravesó la piel de la menor, el líquido comenzó a entrar en la sangre mientras el doctor también hacía el esfuerzo para no mirar con dolor la escena frente a sus ojos. Paso unos minutos hasta que la niña habló.
—Ya me está dando sueño...
Ya es hora...
La voz de Izaro temblaba.
—Te amo, preciosa... Ya no sentirás dolor después de esto y yo... —Perdón, perdóname, por favor—. Te cuidaré desde aquí.
—¡Mia! —William gritó en llanto y desesperación— ¡Papá te ama y siempre lo hará!
—Ya es hora, Mia, cierra los ojitos...
La menor parecía que cayó en un relajante sueño, cualquiera creería que solo estaba dormida para dejar reposar su cuerpo y recuperar sus fuerzas, pero había otra realidad; su corazón ya había dejado de latir, el doctor lo confirmó tras medirle el pulso presionando con los dedos una parte de su cuello. Lentamente, extendió una sábana para cubrir el cuerpo de Mia mientras daba los datos a una voluntaria para el acta de fallecimiento.
Levi miró todo, sintiendo un profundo pésame y duelo por aquella muerte cuando sabía que esa pequeña y su hermano merecían una larga vida. Suspiró antes de llamar a uno de los encargados del registro para ofrecer un nuevo nombre a la lista de fallecidos.
Mia Xion. FALLECIDA.
—Gracias, capitana, por la cooperación —dijo el doctor antes de retirarse.
Al pronto se le saltaron más lágrimas a la azabache mientras sus emociones se desbordaron en su interior; estuvo así por un rato, pero después se detuvo y su mirada quedó en blanco. Limpió el rastro de lágrimas que habían quedado en su rostro y miró a su cuñado. Algunos pensarían que la mujer había actuado sus dolorosas lágrimas y realmente se lo había tomado con frialdad, pero estaba lejos de la realidad. Izaro debía hacerlo para tomar una postura necesaria ante el senador William.
Lo mejor era que fuera ella quien hablara con él de su posición actual que Danilo. Al menos Izaro tenía un tacto para hablar.
—William... —dijo ella con seriedad—. no puedes revelar nada de lo que sabes de mi familia. Ni siquiera lo que Melania te tuvo que confesar en la intimidad. No nos perjudiques, porque si lo haces, condenarás a mi hermana y tus hijos siendo ellos Xion de sangre... Por favor, no quiero que mi tío tome cartas en el asunto.
El senador miró a la capitana, sus ojos ya estaban irritados de tanto llorar.
—Incluso si hablara usando mi posición de senador, el apellido Xion es tan poderoso que no tendría ninguna ventaja... ni salida —respondió él, antes de mirarla con sinceridad—. No hablaré, pero no por los Xion, sino por Melania y mis bebés. Por amor. Me llevaré a la tumba todos los secretos de ustedes.
Izaro dio un leve movimiento en su cabeza.
—Gracias.
Dio media vuelta y se alejó, quería darle a él un espacio para llorar por su hija, por su nueva realidad llena de soledad y dolor. Izaro experimentó nuevamente lo que sintió cuando Nicholas murió, aquel el cual comprendía que el dolor de un hijo ante la pérdida de un padre jamás se compararía ante el dolor de un padre por la pérdida de un hijo, o incluso por una pareja.
¿Y en dónde se ubica el dolor de una persona por la pérdida de sus hermanos, quienes prácticamente me criaron?
—Levi...
El azabache miró a su compañera, notando el dolor en sus ojos. Sentía una presión en el pecho verla tan triste y con un vacío en su interior.
—Lo lamento mucho... —Levi susurró, suavizando su semblante para que ella pudiera ver la sinceridad en sus palabras y su pésame.
—Levi..., le mentí en sus últimos momentos... —Izaro comenzó a llorar nuevamente.
—Era necesario, era una niña...
Izaro seguía llorando, buscando consuelo en los brazos de su compañero de milicia.
—No me lo perdonaré, no me lo perdonaré nunca... —ella lloraba—. Soy una mala persona.
—No lo eres.
Soy mala persona, Levi, solo que no lo sabes... Decía en su mente mientras lloraba, porque no se atrevía a decirlo en voz alta, o mejor dicho, porque lo protegía.
༉
Erick estaba ahí, paralizado por la lista de los fallecidos que registraba las zonas montañosas de María, específicamente su pueblo natal, conocido como Daetar. Al ser un pueblo relativamente pequeño, conocía a cada uno de los habitantes con excepción de aquellos que nacieron en la época que él se fue a las tropas de reclutas, por lo que no fue de extrañar que identificó a todos aquellos que estaban escritos en esa lista a puño y letra, cortesía de los pocos sobrevivientes de ese pueblo que eran básicamente las personas más jóvenes y de buena salud.
Dominik Neuville. FALLECIDO.
Dante Starr. FALLECIDO.
Megara Starr. FALLECIDA.
Florence Starr. FALLECIDA.
Griselda Flynn. FALLECIDA.
Jeor Makri. FALLECIDO.
Susan Makri. FALLECIDA.
Lizeth Bathoryn. FALLECIDA.
Tobías Prior. FALLECIDO.
Cyrus Austyn. FALLECIDO.
Micah Fitzgerald. FALLECIDO.
Esmeralda Fitzgerald. FALLECIDA.
Arohe Fitzgerald. FALLECIDO.
Idalia Fitzgerald. FALLECIDA.
Elsa Fitzgerald. FALLECIDA.
En fin, era una lista que lo dejaba sin palabras, pero de tantos nombres, había uno en particular que no podía quitarle los ojos de encima.
Lilibeth Mitchell. FALLECIDA.
—¿Mamá está muerta?
El rubio miró con una expresión en blanco a Charles, su padre, o mejor dicho su padrastro que le dio su apellido para poderlo criar. El hombre estaba claramente herido, pero no a niveles de una urgente atención médica. Su cabeza estaba rodeada de vendajes y una de sus manos traía una botella de alcohol que consiguió llevarse de ahí.
Erick sentía un fuerte deseo de matarlo ahí mismo mientras sus cristalizados ojos reflejaban la rabia que sentía por el hombre, apostando mentalmente a que prefirió salvar su botella que a su madre, quien probablemente tenía alguna condición que le impidió escapar. No estaba seguro de qué podía haber tenido su madre, llevaba años que no hablaba con ella y ahora la posibilidad de reencontrarse con su progenitora se esfumó.
—Has crecido, muchacho —dijo Charles, señalando el uniforme que portaba su hijo—. Veo que al final conseguiste lo que querías, aunque creí que te someterías como perro faldero de la hija de los Xion.
No tienes idea, viejo de mierda.
Su padre soltó una amarga risa.
—¿Qué creías? Ser de un pueblo lleno de muertos de hambre no es impedimento para tener noticias del exterior. Todos, incluida tu madre, sabíamos que estabas de novio con la Xion más cotizada de las murallas —dijo Charles mostrando sus dientes, los cuales algunos empezaban a pudrirse por todo el alcohol que ingería—. Tu madre deseaba conocer a la muchacha, pero siempre le decía que te avergonzabas de nosotros y que primero te morías antes de traerla.
—De las pocas cosas que hice bien en esa asquerosa relación —dijo Erick con una evidente seriedad, antes de sonreír con arrogancia hacía su padre—. Pero ya no me preocupo por eso, tengo una mejor vida sin ella. Soy de la Policía Militar. Lo gané por mérito propio y escondiendo la vergüenza que me provocas.
A pesar de su sonrisa, el rubio no pudo evitar sentir una rabia interna por la presencia de aquel hombre que lo crió. En el fondo agradeció a la deidad que existiera en su mundo que Charles no era su padre biológico, pero maldecía a la deidad por tenerlo en su vida, porque nunca fue necesario compartir sangre para que su vida fuera un infierno.
—Hablas como si me reclamaras por algo. No entiendo por qué, te hice un bien para formarte como el hombre que eres.
—¿Moler a golpes a mi madre era un bien que debía vivir? —preguntó él con sarcasmo—. Otros padres enseñan mejores cosas como cazar o defensa propia.
Charles alzó la voz— ¡No reclames por cosas del pasado o te arrepentirás de las decisiones que tomaste ante la situación! —su gritó provocó que se ahogara por unos segundos, tosiendo en el proceso hasta que recuperó el aire—. Gracias a mí, decidiste salir de Daetar para formarte como soldado y mirate, eres un hombre de la facción militar más privilegiada. Así que no reclames porque eso significa que te arrepientes de todo.
Erick quería matarlo, pero se controló internamente mientras mostraba una pacífica sonrisa, por no decir que trataba de ocultar a ese niño interior que se tapaba los oídos para evitar oír los gritos de su madre cuando su padre la agredía.
—Creeme al decirte que de lo único que me arrepiento, padre, es de no haber controlado mejor mis deseos de golpear a Izaro Xion cuando éramos novios —confesó con plena seguridad en sus palabras, pudiendo ver cierta sorpresa en la mirada del viejo— ¿Por qué me mirás así? Mi exnovia es una mujer insoportable e inestable, perdía muy rápido la paciencia con ella; lástima que terminamos, a estas alturas ya hubiera estado casado con ella y haber cambiado mi apellido como Xion.
El oficial se acercó al hombre, agachándose un poco para estar a su altura, mostrando una indiferente mirada buscando intimidar al hombre que tanto daño le hizo.
—Mira, papá, ya me cansé de seguir con esta conversación así que te diré algo que tal vez te interese. Es probable que mueras —Charles intensificó su mirada de confusión ante las palabras de Erick—. Sí, así como oyes. Hay un sobrepoblado número de refugiados y el gobierno tiene que tomar decisiones para su beneficio; van a priorizar a los más jóvenes y a los no enfermos, probablemente los sobrevivientes de Daetar no están en la lista y les darán anestesia para matarlos o quién sabe. Una mala noticia para ti, una bendición para mí.
—¿¡Cómo te atreves a...!?
—Escuchame, Charles, estás solo en esto. Considéralo mi venganza por todos esos años. —expresó con una evidente frialdad en sus palabras—. Ya no me importas, ahora vivo donde merecía vivir y tal vez, si el idiota de mi suegro no interfiere, me casaré pronto con Phoebe Barbrow, actual capitana de la Policía Militar. Mientras tú, bueno, espero que te entierren en una tumba sin nombre porque yo no iré a darte luto. Adiós, padre.
Erick se empezó a ir, ignorando los llamados de Charles mientras ocultaba sus ojos cristalizados por la ira que le hacían sentir los recuerdos de su infancia. Mamá, aunque también te odié por no protegerme del todo, no merecías morir de esa manera. Pensó antes de seguir su camino y salir de aquel pesado ambiente. Oficialmente, estaba solo en ese mundo.
༉
Mitras. Muralla Sina.
Los ataúdes de Mia y Daniel eran los únicos presentes en el funeral, aunque todos estaban de luto por ellos y el resto que había muerto en Shingashina. Muchas personas estaban presentes en el lugar, desde soldados de la milicia hasta los políticos más importantes que tenían una admiración por la familia y lamentaban lo sucedido. El escuadrón se ofreció a llevar los ataúdes a los respectivos hoyos donde serían enterrados, aprovechando el pequeño y ligero tamaño que estos tenían; Elián y Damian se encargaron del ataúd de Daniel, Keira y Deva llevaron el ataúd de Mia.
Izaro estaba en primera fila con sus tíos y primos mirando a sus sobrinos ser puestos bajo una pila de tierra, así como sus padres, sus compañeros de batalla que murieron cumpliendo su deber, así como ella en un futuro cuando se volviera anciana o su hora de entregar debidamente su corazón apareciera. No dejaba caer ni una sola lágrima, había aprendido con el paso del tiempo de que frente a los funerales debía mostrar frialdad, más por lo que se venía a continuación.
La ceremonía fue tranquila, aunque melancólica y son un abrumador ambiente depresivo, la familia seguía mostrando frialdad aunque dejaban atrever un aura de luto para que los demás se sintieran conmovidos con ellos. Había algunos que expresaban preocupación por el futuro generacional de la familia, haciendo énfasis a que cuatro generaciones han sido borradas de la faz de la tierra; otros mencionaban sobre el nuevo terror con el que vivían: esos extraños titanes que sí tuvieron la capacidad de destruir una fortaleza de un siglo entero, además de su cuestionamiento sobre el futuro de la humanidad que aún residían en las dos murallas sobrevivientes.
—Esto será pesado para Izaro —mencionó Nanaba a Hange—. Tras de que está de luto, deberá encargarse de las reuniones que Erwin nos convocará y también de la presión de los Xion.
—Cierto, los hermanos de Izaro y ella son los únicos descendientes que nacieron con los ojos rojos, por lo que eran quienes debían seguir con las generaciones de los Xion... —de pronto, Hange cayó en cuenta de algo cuando vio a Danilo posar su mano en la espalda de su sobrina—. Un momento, ¡ahora están en una crisis! ¡Necesitan urgentemente que Izaro se embarace para mantener el linaje y el apellido!
Levi, quien estaba a lado de ellas, se tensó cuando escuchó eso. Era cierto, ella ahora se encontraba entre la espada y la pared, y conociendo al bastardo de Danilo, quien en los últimos meses lo consideraba una peor figura autoritaria sobre Izaro que el fallecido Byron, sabía que no tardaría mucho para hacerle la vida de cuadritos a la azabache y obligarla a que busque a alguien para contraer matrimonio.
No sabía qué hacer, pero él era consciente que, ante la situación, la estabilidad mental de Izaro se iría al borde del colapso.
Mientras tanto, Danilo se acercaba al oído de su sobrina para susurrarle.
—Vamos a un lugar más privado —el tono de su voz estuvo lleno de frialdad autoritaria, estremeciendo el cuerpo de su sobrina, quien aceptó lo que decía su tío y comenzaron a alejarse de la multitud para hablar al otro lado del cementerio. Amelia se encargó de distraer a los presentes para que ninguno tuviera la tentación de querer escuchar lo que Danilo tenía que decirle a Izaro.
Cuando finalmente estaban lejos de la multitud, Danilo abofeteó el rostro de Izaro con tanta fuerza que la hizo tambalear. Ella se contuvo de una reacción de conmoción o llanto por el dolor que le causaba el ardor de su mejilla, también aguantando las lágrimas.
—Sí o sí debes embarazarte.
—Ahora mismo no puedo; lo que ocurrió en Shingashina y en toda la muralla María será un tema de convocatoria para toda la Legión —respondió Izaro sin mostrarse alterada, debía estarlo o Danilo se pondría más violento.
—¡El futuro de nuestra familia ahora está en crisis! —el hombre alzó la voz—. Si los niños hubieran sobrevivido, todavía te daría la oportunidad de esperar, pero ahora no hay opción.
—¡No tengo a alguien que me pueda dar la oportunidad de embarazarme!
—Sí, sí lo tienes... —dijo Danilo con un tono de amenaza y confianza—. Un hijo con sangre de los Xion y el soldado más fuerte de la humanidad traerá grandeza a la familia, además de beneficios para nosotros.
Izaro se estremeció.
—Eso jamás, ¡a Levi no lo involucraré en esto!
Su corazón se detuvo cuando su tío se abalanzó sobre ella, apretando su cuello con sus dedos mientras ejercía presión sobre la piel de su sobrina, generando a la mujer angustia y desesperación por salir de ahí. Danilo no dudó en mostrar una sonrisa llena de malicia, someterla a ese trato le aseguraba que Izaro obedeciera a sus órdenes como una marioneta.
Agradecía tanto a ese hombre que logró implantarle a Izaro el miedo de sentir una mano rodeándole su cuello, a pesar de que le disgustaba la idea de que Erick Mitchell estuvo a escasos tiempos de volverse otro miembro de la familia sin ningún beneficio para ellos.
—Oye, Iza, ¿recuerdas al noble Lyon Hayworth?
La azabache del paralizó cuando escuchó el nombre, por supuesto que lo recordaba, aún le dolía la manera en cómo concluyo su corta historia con el noble.
—Él ya no forma parte de mi vida desde hace un año.
—Lo recuerdo, te dejé un moretón en tu hermoso rostro por el puñetazo que te di cuando supe la noticia —dijo Danilo con una sonrisa en sus labios, sin mostrar remordimiento por sus acciones. Izaro también lo recordaba, tuvo que rogarle a Levi de que no fuera a darle una probada de su propia medicina a su tío—. Pero eso te pediré que busques nuevamente al noble para seducirlo y que te embarace, claro, si no deseas otro moretón que duré semanas y tengas que ocultarlo con maquillaje.
Izaro no sabía cómo reaccionar, soltando un ligero "¿Qué?" en un susurró que ni ella misma escuchó.
—Te recomiendo hacerlo pronto, de preferencia en estos días —dijo el azabache de ojos carmesí—. O de lo contrario, tomaré cartas en el asunto y créame, Izaro, no quiero dañar tu estabilidad mental.
༉
Cuartel de la Legión de Reconocimiento. Muralla Rose. Año 845.
Izaro solo deseaba ir a su habitación y dormir todo lo que su cuerpo le permitiera dormir, no porque se sintiera cansada y deseara recuperar fuerzas, sino porque deseaba apagar su mente de todo lo que había ocurrido en los últimos días. Shingashina, el funeral, la presión de Danilo... Era demasiado para ella, tanto como para desear no haber nacido en esa familia. A veces preguntando si acaso lo que vivieron fue un evento desafortunado donde no debieron estar involucrados o si se trataba de una maldición lanzada sobre la familia.
Sus ojos estaban concentrada en la pila de documentos que habían en su escritorio, cada uno mencionando la crisis de la muralla María y el excesivo número de refugiados que había en cada distrito de la muralla Rose; también había algunos sobre el tema de la misteriosa aparición de esos dos titanes excéntricos, a quienes los civiles comenzaron a referirse como el Titán Colosal y el Titán Acorazado. La información era demasiado para asimilar y todavía no terminaba el día, ya que aún faltaba de asistir a una reunión donde definirían cuál oficial y escuadrón se encargaría de la eliminación de ambas criaturas en caso de una nueva aparición, lo que llevaría a otra reunión de ese día el cual sería el diseño y elección de una estrategia contra ellos.
Dejó escapar un suspiro, firmó todos y cada uno de los documentos con tinta, escribiendo su nombre en una letra cursiva de manera elegante. Tiró su cabeza para atrás mientras lanzaba otro suspiro, la luz que atravesaba la ventana iluminó sus ojos carmesí los cuales otorgaron un brillo único, hermoso y particular. El privilegio de pertenecer a los Xion, aunque Izaro no sabía qué sentir en ese instante.
Cerró sus ojos por un segundo, las memorias imaginarias llegaron a su cabeza y lo odiaba, lo aborrecía desde el primer día que empezó a tenerlos. Imaginaba a sus sobrinos correr aterrados del terror, las horribles cosas que involuntariamente vieron en su escape, el dolor que probablemente sintió sus hermanos cuando murieron aplastados o empalados, el bebé que murió a los segundos de haber nacido (Izaro no quería imaginar si el bebé sufrió en sus únicos momentos de vida), el miedo que su familia más cercana sintió en el momento, tal vez deseando que ella apareciera para salvarlos. Debió estar ahí con ellos, tal vez pudo haberlos salvado si ella hubiera estado ahí... o al menos compartido los últimos momentos juntos.
No, eso hubiera sido peor. La familia se extinguiría por completo si ella también moría. Mierda. Había vuelto a recordar las palabras de Danilo. No quería, no podía, no soportaría que alguien la tocara con propósitos de dejarla embarazada. Izaro no se encontraba en un momento mental y emocional para estarlo, menos lo estaría con la amenaza de su tío. Ahora tenía miedo de estar sola y que alguien aprovechara para forzarla a hacerlo, pero también tenía miedo de decirle a alguien su situación.
Las lágrimas ahora amenazaban con salir de sus ojos.
—Basta, por favor —Izaro se limpió sus lágrimas de manera ansiosa, sus hombros se alzaban y bajaban por su agitada respiración y su rostro se enrojeció. No podía llorar, se volvería más débil de lo que ya se veía.
—Oye, Iza, ¿estás bien? —preguntó Hange abriendo la puerta de la oficina, mirando con preocupación a su compañera. Entró al lugar y mostró tener una taza de té bajo un pequeño plato el cual era sostenido por sus manos—. Levi dice que lo tomes, te hará bien. No pudo traerlo porque unos soldados hicieron un desastre en la cocina y él se quedó limpiando.
Izaro dedicó una de sus sonrisas falsas que ocultaban con éxito sus verdaderos sentimientos.
—Gracias, Hange... —dijo mientras peinaba su cabello con sus manos, antes de tomar la taza y dar un sorbo. Le encantaba el toque que hacía Levi para preparar un buen té—. Todo esto me tiene estresada.
—¿El doble trabajo que tenemos o el luto por tus hermanos?
—Todo... —respondió y bebió nuevamente—. Mis sobrinos querían entrar a la Legión, hubieran tenido la oportunidad dentro de dos años... De haber sobrevivido, probablemente dudarían sobre entrar luego del horror que vieron allá... Esto se volvió una pesadilla para todos...
—Sí, puedo imaginarlo...
Izaro volteó a mirar a Hange.
—Pensé que te generaría emoción la aparición de estos titanes extraños y la nueva información que puedes investigar —mencionó, sabía que Hange tenía una enorme hambre por conocer todo de los titanes, por lo que le llamaba la atención la actitud de la castaña.
—Con todo lo que pasó, no he tenido tiempo para pensar en eso... y también por respeto a tu luto —respondió Hange con una ligera sonrisa— ¿Qué clase de persona sería yo si muestro fascinación por algo que te arrebató lo que amabas?
Izaro dirigió su mirada hacía el suelo, diciéndole a su compañera que tenía razón al decir eso.
De pronto, un soldado apareció frente a las dos mujeres que estaban ahí presentes, las saludó llevando su puño derecho al pecho antes de anunciarles el inicio de la reunión sobre el tema de las murallas.
Izaro no tenía ánimos de ir, pero no tenía otra opción.
༉
Cada miembro con cierto grado de poder militar perteneciente a la Legión de Reconocimiento estaba presente en aquella sala, rodeados de candelabros y pinturas con cada uno de los comandantes que alguna vez lideraron la facción, incluso el bisabuelo de Izaro. Había un silencio notorio en el lugar, hasta que Erwin movió su silla hacía atrás para levantarse y leer un poco los papeles que tenía en mano.
—Como todos sabemos, hace unos días atrás el distrito Shingashina fue invadida por los titanes gracias a la aparición del llamado Titán Colosal, una criatura que sobrepasa la altura de las propias murallas y que no coincide con las típicas características que conocemos de los titanes —relataba a sus compañeros de reunión.
» Ese mismo día, después de creer que la humanidad solo había perdido el distrito Shingashina, se dio la aparición del llamado Titán Acorazado, provocando un enorme hueco en la entrada a la muralla María permitiendo la invasión de los titanes en el territorio más grande de las murallas. Los registros de los fallecidos superan los diez mil, el de los desaparecidos supera el millón. El número de refugiados ya está representando un problema para todos nosotros debido a la escasez de comida, así que el gobierno ha solicitado al ejército, en especial a la Legión de Reconocimiento, que hagamos algo para solucionar el tema de los refugiados e implementar una estrategia referente a la posibilidad de una nueva catástrofe.
Izaro con suerte prestó atención a las palabras de Erwin. Se le estaba dificultando demasiado el prestar atención en la reunión, sobre todo con los datos que el nuevo comandante lanzaba al aire para calcular la magnitud del problema al que se estaba enfrentando. Los deseos de irse eran evidentes en su rostro, nadie podía ignorarlos, pero ella debía quedarse ahí como parte de su deber como capitana de la Legión y su deber como Xion de buscar la justicia arrebatada de sus fallecidos. Al menos Levi estaba a su lado y a través del tacto de sus manos, él le preguntaba si estaba bien a lo que ella respondía del mismo modo con un "Sí".
—Las demás facciones tendrán que crear un procedimiento necesario para evacuar a los civiles y defender el territorio en caso de que ocurra un evento igual a este; sin embargo, aquí vamos a tener nuestra propia estrategia para el Titán Colosal y el Titán Acorazado, además de un soldado capacitado para hacerse cargo de esta responsabilidad —dijo Erwin mirando a todos a su alrededor, antes de enfocar su mirada a Izaro—. Y considero que la mejor opción es la capitana Izaro Xion.
La nombrada sintió un gran peso sobre su espalda mientras su corazón latía con fuerza, presionando de manera inconsciente la mano de Levi, quien se percató de la reacción.
—¿Estás seguro de la decisión, Erwin? —preguntó Levi, tratando de no menospreciar la capacidad de la azabache de ojos carmesí—. No creo que Izaro emocionalmente pueda...
—Al tener una situación que la liga con toda esta situación, ella tendrá más voluntad para hacer el trabajo y confió que sus emociones no cegaran de su deber —respondió Erwin acercándose a la azabache mientras dejaba posar su mano en el hombro de ella—. Además, confió en su combate letal y que ella no permitirá que un evento como Shingashina pase nuevamente.
Soy la soldado más letal de la humanidad... Soy una Xion, tengo una responsabilidad...
Ella sonrió con una falsa tranquilidad.
—No te preocupes, Levi —dijo ella antes de mirar a Erwin—. Asumiré la responsabilidad de ser quien mate a esos dos titanes y traiga la paz a la humanidad, además de hacerle justicia a mi familia y las demás víctimas.
Erwin le sonrió con orgullo, Izaro trató de que su sonrisa fuera lo suficientemente creíble para su compañero.
—En ese caso, estableceremos junto con tu escuadrón una estrategia para un combate contra esos titanes —dijo el comandante antes de continuar con la reunión, escuchando pacientemente las hipótesis de Hange acerca del comportamiento de un titán y el probable comportamientos de esas criaturas extrañas.
Mientras la reunión continuó, Damián entró en silencio a la sala para entregarle a Izaro una carta que traía su nombre como la persona que debía recibir el contenido que había dentro. La azabache le agradeció a su subordinado y con mucho cuidado abrió el sobre. Sus ojos se dilataron cuando identificó la elegante letra escrita en tinta.
Querida Izaro:
Ha pasado ya un año desde que nos vimos por última vez,
tenía mis inseguridades acerca de saber algo nuevo de ti.
Cuanto lamento lo que ocurrió con tus hermanos y tus
sobrinos, no merecían tener una vida tan corta y tan
tan trágica. Envié al cementerio unas flores para
tus sobrinos, espero que no te moleste.
Quedé preocupado por ti, ya no solo por tu luto,
sino también porque sé que esto representa un
enorme problema para tu familia y que recaerá
mucha responsabilidad, más de la que ya tienes
como capitana. Si requieres de algo en lo que
pueda ayudarte, no dudes en decirmelo.
Como sea, sé que quieres verme, imagino que
necesitas más de un amigo para hablar de todo
lo que estás pasando y desahogarte. ¿Te parece
encontrarnos para almorzar en la capital? Yo
invito con gusto, así podemos ponernos al día y
ayudarte en lo que necesites. Me alegra volver a
saber algo de ti, te extrañé.
Estaré en estos días en Mitras y almorzaré
en el restaurante Margarita & Rosas todos
los días, ven cuando desees y nos podemos
reunir. Te espero con emoción.
—Lyon Hayworth.
Izaro mantuvo la respiración por unos segundos hasta que guardó con cuidado la carta mientras sentía un pequeño alivio. Miró a Levi, quien prestaba atención a la reunión; ella sonrió al pensar que nuevamente lo tenía a salvo de las cosas que practicaban los Xion. Aunque lamentaba involucrar a Lyon en la situación.
No tengo otra opción. De por sí, Lyon se ofreció hace un año a esto. Todo saldrá bien a partir de ahora.
Aunque en el fondo, ella sentía malestar al saber que tenía que procrear un nuevo Xion con lo que conllevaba serlo.
༉
INFORMACIÓN ACTUALMENTE DISPONIBLE PARA EL PÚBLICO
Información básica sobre los miembros de la familia:
to be continued...
N/A:
cuando leyeron la escena de erick:
bueno, holA, en este capítulo se encuentra lo que yo considero una de las escenas más tristes qué hay en bo. no les mentiré, sí me dolió escribir la muerte de los sobrinos de izaro porque en un mundo perfecto, ellos habrían sido compañeritos del trío EMA en el reclutamiento. 😭💔
en fin, algún día se los recompensaré con algo bonito, pinky promise🤞
bueno, ya vemos el conflicto interno de izaro + erwin dándole una tarea bien fea, pero bueno ustedes saben que aquí no hay piedad por izaro y es un evento canónico así que no chinguen😼
recuerden votar y comentar para desbloquear el siguiente capítulo, recuerden que si no hay meta cumplida, no actualizaré pronto. digamos NO a los lectores fantasmas👻
con cariño, nicky🌙
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