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𝐗𝐕 ; don't cry


CAPÍTULO QUINCE
· • ❝〔 no llores 〕❞ • ·
una decisión sin remordimientos ; parte XV

Tropa de reclutamiento de la región sur. Año 836.

—LOS TITANES SON UNA ESPECIE DESCONOCIDA que se asemejan mucho a los humanos con ciertas deformidades de mayor o menor grado y gran tamaño —leía Irina uno de sus libros de estudio mientras comía gustosamente una manzana—. Carecen de órganos reproductores, por lo que se desconoce cuál es su método de reproducción, debido a ello, es complicado deducir el género del titán ya que la gran mayoría posee mayormente una apariencia masculina. Carecen de inteligencia similar a la de un humano y su único método de eliminación es a través de una cortada profunda en la parte detrás de la nuca.

» Se desconoce el origen exacto de su primera aparición, según los registros, ellos simplemente aparecieron y exterminaron a una gran parte de la humanidad alrededor del mundo. Los humanos sobrevivientes construyeron tres murallas de una altura de cincuenta metros de altura para mantenerse alejados de ellos. Actualmente sólo hay dos tipos de titanes registrados: el puro que conforma la mayoría del promedio y el excéntrico, un muy extraño tipo que se caracteriza principalmente por sus comportamientos poco usuales.

Phoebe bufó con aburrimiento mientras cerraba el libro.

—Me parece innecesario aprender todo esto.

—Lo dices nada más porque solo quieres ir a la Policía Militar —contestó la castaña concentrando su mirada en el libro que sostenía.

La rubia puso los ojos en blanco por el comentario, aunque no podía negar que gran parte de su aburrimiento por estudiar a esas criaturas se debía a su objetivo de unirse a la Policía Militar. Era la única división de las tres que no involucraba a sus soldados en temas de los titanes, ya que era encargada se servirle al rey y a las personas que vivían en el interior; el lujo que ofrecía era muy demandado por los reclutas, haciendo que se vieran obligados a luchar por tener sus nombres en los diez mejores calificados de la tropa para pedir la solicitud de unirse ahí.

Phoebe sabía que lo único que quería era aquello, ya le había prometido a su padre que se uniría para tomar su lugar como capitana de la unidad del distrito Stohess dentro de unos años, por eso mostraba un completo interés en estudiar a los titanes y las técnicas de ataque para eliminarlos porque aquella información no serviría de nada en cuanto pisara en cuartel de la Policía Militar. Aún así, lo hacía de mala gana solamente para graduarse entre las mejores calificaciones y porque Thomas Barbrow había sido claro en que no metería una mano debajo de la mesa para que a su única hija se le diera una calificación que le abriera la puerta a lo que buscaba.

—Tú deberías venir conmigo —dijo la chica a su amiga—, trabajamos en la unidad de Stohess y le puedo decirle a mi padre que te evalúe para algún buen rango. Ya sabes, seré la capitana ahí, tal vez un puesto de teniente o sargento esté disponible para ti.

—Gracias, pero estoy aquí por las mismas razones tuyas, mamá ya aseguro mi puesto dentro de las Tropas de Guarnición y lo mejor es que me prometió que el primer mes de ingresada solo me dedicaré a distribuir el armamento —respondió Irina dándole otro mordisco a su manzana— ¿La invitación está extendida para Izaro?

Phoebe le dio una mala mirada a su amiga cuando mencionó a la azabache de ojos carmesí, dejándole entrever que su propuesta no involucraba a la joven Xion en ninguna parte. Irina no desaprovechó la oportunidad para soltar su comentario ante la reacción.

—Ya no sabes disimular que te cae mal ¿eh?

—No me cae mal, sólo pienso que me dirá que no por su perfecta familia que tiene buena reputación dentro del cementerio abundante del ejército —respondió la rubia de manera defensiva, haciendo referencia a la Legión de Reconocimiento y la característica que normalmente los dejaba muy mal parados frente a las personas. La castaña le contestó con una risa irónica y eso no le gustó para nada a la muchacha—. Tú mejor ni me critiques que muy buena amiga no eres, ¿o acaso se te olvidó que sólo le hablaste por ser una Xion?

No era ningún secreto entre las dos chicas la razón por la que le hablaron a Izaro en primer lugar se debía a su apellido y no por simple interés. Literalmente el tema de conversación que las llevó a conocerse mejor y entablar una amistad fue acerca de la familia de la azabache, poco de habló de la familia de la joven Zimmer o de la joven Barbrow.

Irina no se consideraba una hipócrita o una persona con doble moral, aceptaba sin ningún problema que sí le habló pensando en su estatus y que probablemente no lo hubiera hecho si Izaro no fuera miembro de una familia tan reconocida dentro de las murallas, pero también aceptaba que una vez la conoció terminó por caerle bien y supo que quería ser amiga de ella por deseo de corazón.

—Tal vez le hablé al principio por eso, pero ella es una buena chica y me extraña que desde hace unos meses la tratas como si fuera tu rival cuando Iza te considera su amiga —se defendió la castaña mirándola directamente a los ojos, supo que algo le había atinado cuando notó que la rubia se tensó un poco cuando dijo aquello último— ¿Ella te hizo algo o qué?

—No, no me hizo nada, pero tampoco podemos dejar que esa tontería de mejores amigas para siempre no ciegue a la realidad de que, al final del día, somos nuestra propia competencia por entrar en las mejores calificaciones y quiero tener asegurado el primer puesto para mí solita —dijo con firmeza, agudizando su voz cuando dijo "mejores amigas para siempre" en manera de burla—. Pero está bien, Irina, si quieres decir que la veo como una rival, hazlo. No tengo problema por ello. Al fin y al cabo, Izaro busca quitarme lo que quiero.

—¿El primer puesto de graduados? —se burló la joven.

Y la atención que Erick le da. Phoebe sonrió—. Los Xion son exigentes, no estarán felices si su amada Iza queda en segundo lugar o más abajo.

Ella suspiró en solicitud de cambiar de tema, Irina al final aceptó aunque quedó con más dudas que respuestas.

—Me aburrí de estudiar sobre bestias que nunca veré en mi vida. Mi vida será tranquila luego de la graduación, no entiendo a los suicidas que quieren exponerse a ser asesinados por titanes.

—Tal vez porque saben que si alguien no los detiene nunca tendremos verdadera paz —señaló Irina alzando una ceja por el comentario de su amiga—. Por algo los Xion siempre se dedicaron a eso.

—Hasta que los papis de Iza murieran a manos de uno y su hija decidiera ingresar para unirse a esos locos —soltó Phoebe mientras se estiraba y comenzaba a imaginar lo que podría ser la primera expedición de la azabache, se estremeció un poco cuando imagino la sangre y los cadáveres que la chica llegaría a ver—. Esperemos que a nuestra niña no le pase nada cuando nos graduemos e ingrese ahí.

Exterior. Año 839.

Un par de extremidades fue lo único que quedaron de Ruby Fitzgerald para llevarla de vuelta a las murallas y darle una sepultura apropiada junto con los demás fallecidos de aquel ataque. El joven rubio miraba aquello y dejó entrever que todas sus emociones se apagaron por unos segundos para comprender que su mayor miedo se había vuelto realidad, sus mejores amigos estaban muertos, las únicas personas que verdaderamente sintió aprecio y considero su única familia.

Quería llorar, gritar un sinfín de maldiciones dirigidas todos los presentes en aquella área donde la tragedia pasó, pero las palabras en su mente sólo lo señalaban a él como el autor de ambas muertes, porque Erick los arrastró bajo la promesa de que tendrían una vida de lujo una vez mostrará sus capacidades y los Xion lo aprobarán para sacarse con Izaro, y porque huyó aterrado del lugar luego de ver a su amiga en manos del titán, aún cuando pudo lanzarse para salvarla.

Era el autor, más no el único en dicha obra. Su corazón y mente señalaban a Izaro Xion como la otra responsable, la que, si no hubiera conocido en los entrenamientos, nada de eso hubiera pasado.

Fue ahí que sus emociones finalmente se despertaron en un arranque de ira envenenada en odio, cerrando sus puños y lanzándose sobre la chica para desquitarse con ella, pero no lo logro ni tocarle un cabello gracias a los soldados que estaban cerca de Erick y lo detuvieron antes de cometer el delito que podía condenarlo más de lo que ya estaba con la muchacha.

—¡Maldita bastarda, esto es tu culpa!

Ella no se inmutó por los insultos o la acción violenta de su exnovio, pero sí que deseaba llorar nuevamente, no por el dolor que sentía en su brazo roto mientras una de sus compañeras le realizaba el debido procedimiento para enyesarlo, sino por los recuerdos de lo que vivió en el ataque horas atrás que caían de golpe por pura malicia de su consciencia. Seguía manchada de sangre, con el sabor de esta en su boca y su cuerpo temblando del miedo que sintió cuando era la siguiente en ser la víctima de la macabra masacre orquestada por el titán muerto.

La expedición fue declarada en pausa, momento ideal para recoger los cuerpos restantes de los soldados caídos y evaluar qué tan grave eran los daños antes de declarar la continuación de la expedición, o bien el retiro de las tropas para retornar a las murallas y resguardarse, eso sí, estando alertas de la aparición de algún otro titán debido a la concentración de humanos que había en ese punto. El cadáver del titán ya se estaba evaporando, dejando únicamente los huesos de este y aún generando calor que aprovecharon los soldados para traer a los dos sobrevivientes a su temperatura normal.

—¡Hija de puta! ¡Hija de puta!

Erick seguía insultando, sus dos compañeros que lo tenían sostenido le insistían que se calmara y no insultara a Izaro, pero él siguió y ella simplemente se mantenía en su trance luego del traumático suceso.

—¡Eres la razón por la que están muertos! ¡Por tu culpa están muertos, perra malnacida!

—¡Sáquenlo de aquí y no dejen que se acerque a Xion! —ordenó Erwin cansado de escuchar los insultos dirigidos a su subordinada y porque veía que a cada minuto se tornaba más violento.

Los soldados acataron la orden y se lo llevaron a la fuerza a otro sitio a pesar de los intentos histéricos que el rubio hacía para zafarse de aquellos hombres que lo retenían.

—¡Esto no se quedará así, Xion! ¡Te vas a arrepentir! —gritaba Erick mientras las lágrimas salían de su rostro con rabia. Izaro, por alguna razón, sintió que era la primera vez que él lloraba con sinceridad.

Había algunas miradas sobre la escena, pero todas eran dirigidas a ella junto con pequeños murmullos que Izaro no era capaz de escuchar y conocer sobre el tema de conversación. Podía ser cualquier cosa. Podía ser la repentina actitud violenta que Erick adoptó contra ella, o que ante el ataque ella se lastimó el brazo fracturándose el hueso que lo conformaba, o sobre que sobrevivió a un titán excéntrico gracias a Levi quien lo había eliminado sin piedad alguna. Cualquier cosa podían estar hablando y le inquietaba conocer qué era exactamente lo que decían de ella.

Los Xion no deben ser salvados, los Xion no pueden terminar heridos en plena batalla, nadie debe ser más fuerte que los Xion... Su cabeza le carcomía mientras escuchaba las voces de su familia decir aquello.

—No llores, no llores, eso te hará débil —susurraba mientras buscaba alguna paz interna para retener las lágrimas que querían volver a salir.

¿Y Levi? Él estaba inmóvil viendo los cadáveres de sus respectivos amigos. Ninguna parte de su cuerpo hacía algún movimiento desde que los demás soldados llegaron. Estaba ahí quieto, con sus ojos proyectándole el par de cadáveres mientras se apreciaba la última reacción que Farlan e Isabel tuvieron antes de morir: miedo.

Un auténtico y claro miedo por el destino que estaba a punto de tener. Miedo fue el último sentimiento que Farlan sintió mientras el titán destrozaba sus intestinos hasta el punto de escupirlo, dejando caer el cuerpo del rubio al lodoso suelo. Miedo era lo que mostraba la cabeza decapitada de Isabel, reflejando el sentimiento que tuvo una vez vio que la muerte le saludaba con una sonrisa cínica, deseando de alguna manera desesperada que ese joven que vio como su "hermano mayor" la rescatara y la protegiera como el primer día que lo conoció.

Es tu culpa. Es tu maldita culpa, Erwin Smith. Sus peores sentimientos se estaban manifestando y se estaba conteniendo para no desquitarse con la persona que tenía a su frente, Erwin Smith. Aunque nada le impedía. En su cabeza, solamente rondaba la idea de matarlo, más cuando sus motivos se habían duplicado; la voz en su mente únicamente le decía que lo matara, ser quien decidiera la conclusión de la vida del rubio y sacar de su posesión esas malditas hojas que causaron todo ello.

La vida del capitán a cambio de vengar las vidas de Farlan e Isabel. Era lo justo.

Para Levi, Erwin Smith era el responsable directo de la muerte de sus amigos, al igual que el hombre que los había contratado para realizar el trabajo sucio, ¿qué lo detenía de matar a Nicholas Lobov? Después de todo, las probabilidades de que no cumpliera su promesa eran altas y si no fuera por ese hombre, hubiera preferido ir preso con sus amigos que fuera de las murallas para morir.

Solamente necesitaba sentir el impulso necesario para hacer su nueva promesa a las almas de sus amigos..

—Tú, Izaro Xion y Erick Mitchell fueron los únicos sobrevivientes —dijo Erwin a los dos jóvenes azabaches, antes de mirar a Levi y sonreír de lado—. Tienes un aspecto horrible.

Maldito.

—Levi, Levi, ¡no, espera! —Izaro se percató de la reacción que adoptó el azabache contra el rubio, agarrando con fuerza la espada que todavía tenía un cuchillo –aunque partido a la mitad– y dirigiéndose hacía Erwin para matarlo. Trató de detenerlo pero su único brazo sano no era suficientemente fuerte contra la fuerza de Levi, pero Erwin ya se había alertado por las palabras de ella y retuvo la espada con su propia mano sin importar que esta sufriera una herida abierta por la resistencia que realizaba.

—Desgraciado —habló el joven con ira y odio—. Te voy a matar, ¡es la única razón por la que estoy aquí!

—Levi, estás estresado, lo sé —habló Izaro tratando de calmar a su compañero, aunque todo parecía inútil en ese momento—. Baja el arma, Levi, no quieres matarlo realmente, no dejes que tus emociones te controlen...

Pero las palabras que Erwin dijo estremecieron a la joven de ojos inusuales.

—No, Izaro, matarme era parte de su plan y ahora lo desea con intensidad —metió su mano dentro de su uniforme y arrojó al húmedo pasto unas hojas que traían unos escritos en tinta con letra cursiva, desviando por completo la vista del joven para enfocarse en lo que tanto había buscado—. Los papeles de la evidencia de los negocios de Lobov, son falsos. Los verdaderos deben estar en manos del comandante Zackly. Lobov está acabado.

Izaro también miró esos documentos con una expresión confundida. Ya no comprendía nada. ¿Qué era eso del plan de Levi y por qué el noble Nicholas Lobov estaba involucrado en eso? Negaba con su cabeza lentamente y su respiración se hacía más evidente por la manera en que sus hombros bajaban y subían con fuerza. Su labio tembló cuando trato de hablar.

—N-No entiendo... ¿Levi...?

—Nicholas Lobov se estaba apropiando de fondos para la Legión con el único propósito de que no tuviéramos el presupuesto para expediciones, pero no consiguió su objetivo gracias a mí, porque pude sacar los suficientes para mantener a la Legión activa y eso le molestó —explicaba Erwin sin quitarle un ojo encima de Levi.

» Sabía que Lobov estaba malversando fondos, usando lo que quedaba de las expediciones suspendidas tiempo atrás. Quería pruebas definitivas, suficientes para acusarlo, así que difundí información falsa sobre él; Lobov es un hombre que vigila todo lo que pueda comprometer, imagine que trataría de hacer algo para confirmar la existencia de los documentos. Efectivamente, él fue con ellos tres con la petición de robar esa información y matarme. Cualquier movimiento de seguro dejaría un rastro, y no me tomó mucho tiempo seguirle la pista y obtener la evidencia suficiente. Mientras más actuaba por su cuenta, más obtenía evidencia necesaria.

En ese momento, Levi hacía el máximo esfuerzo de no mirar a la joven que tenía a su lado, quien trataba de contener los nuevos sentimientos encontrados que obtuvo cuando Erwin mencionó el trabajo que él, Farlan e Isabel tenían en ese lugar. No se atrevía a mirarla, no se sentía con el derecho de hacerlo luego del trato que ella le dio de compañerismo y amabilidad.

—Levi, ¿es cierto? —preguntó Izaro, pero la ausencia de una respuesta la alteraba poco a poco, llegando incluso a empujar un poco a su compañero para tener alguna reacción— ¡Levi, respóndeme! ¿¡Ibas a matar a Erwin!?

—No tenía muchas opciones —dijo Erwin—, Lobov te prometió una mejor vida para ti y tus amigos, ¿verdad?

—Si sabías todo eso, ¿por qué hiciste que nos uniéramos a la Legión de Reconocimiento? —preguntó Levi, ignorando por completo los reclamos de la joven azabache.

¿Por qué si sabía muy bien nuestros planes, los dejó morir? Pensaba Levi con frustración.

—Porqué tus habilidades en batalla son verdaderamente excepcionales, incluso vi la manera en cómo las combinaste con las habilidades de Izaro y fueron espectaculares —respondió el rubio con un poco de serenidad—. Y también porque quería usarlos, los que hicieron un trato con Lobov, para deshacernos de él; pero ya nada de eso importa, los verdaderos documentos están en posesión del comandante supremo Zackly. Como te dije, es el fin de Lobov.

Era demasiada información que procesar para Izaro, tanta que sintió la necesidad de apartarse de la disputa para tratar de pensar con mejor tranquilidad y de paso sentir que el oxígeno volvía a su cuerpo, ese estrés que sintió con la revelación la había puesto en un ataque de nervios y con ello, la falta de aire.

—Mis amigos... —Levi estaba en una misma posición de estrés que Izaro, solamente que seguía mirando a Erwin con su espada aún siendo retenida por la mano de este último—. Perdieron sus vidas por nada. Sólo nos arrastraste en tus planes sin valor, pero ahora voy a arrastrarte también.

Volvió a ejercer presión en su espada, intentando a toda costa zafar el objeto de la mano de Erwin para atacarlo hasta la muerte. Esto alertó a Mike y a los otros dos soldados que pertenecían al grupo de Izaro, quienes corrieron con sus espadas en mano para defender a su líder, aunque la defensa verbal de Erwin los hizo detenerse, más no bajar sus posiciones de ataque.

—¿Planes sin valor? ¿Quién mató a mis subordinados, a tus amigos? ¿Quién tiene la responsabilidad de que tus dos compañeros hayan sobrevivido, aunque tu compañera haya terminado con un brazo fracturado que no sanará hasta dentro de unos meses? ¿Fui yo? ¿O fuiste tú? —así fue como inició el argumento de Erwin—. Aún si hubieran logrado emboscarme, ¿en serio crees que habrían salido ilesos?

Fue ahí que Levi recordó la pequeña conversación que tuvo con Isabel y Farlan antes de desaparecer entre la niebla, aquella donde les ordenó quedarse en el grupo mientras él tomaba la responsabilidad de cargar con el trabajo sucio. En su momento, pensó que era la mejor idea y que había más probabilidades de que estuvieran a salvo, pero ahora miraba de otra manera.

Si no los hubiera dejado atrás...

—Tienes razón —dijo Levi, bajando poco a poco su arma—. Mi arrogancia... Mi maldito orgullo...

—¡No te equivocas! ¡Son los titanes! —interrumpió Erwin alzando la voz, llamando un poco la atención de Izaro quien volteo a ver lo que sucedía— ¿De dónde provienen los titanes? ¿Por qué existen? ¿Por qué devoran a los humanos? No tengo las respuestas, nadie las tiene, ¡Si seguimos limitados por la ignorancia, seguiremos siendo devorados por los titanes! Si sólo nos quedamos dentro de los muros, nunca escaparemos de esta pesadilla, ¡mira bien a tu alrededor!

» No importa cuán lejos vayas, no hay muros aquí. En este amplio espacio, creo que hay algo ahí, iluminando nuestra desesperación, pero están aquello que buscan evitar que nos aventuremos más allá de los muros. ¡Están consumidos por pensamientos egoístas de sus propias pérdidas y ganancias dentro de los muros donde es seguro! Es natural. Durante los pasados cien años, rodeados por los muros, los ojos de la humanidad han sido nublados, no son capaces de ver el panorama que yace del otro lado. ¿Qué hay de ti, Levi? ¿Dejarás que tu vista siga nublada? ¿Me matarás y regresarás a la oscuridad del subterráneo? No renunciaremos a nuestra expedición fuera de los muros, ¡pelea con la Legión de Reconocimiento, Levi! ¡La humanidad necesita tu fuerza!

En su mente, yacía la imagen de Isabel y Farlan asombrados por las bellezas que la humanidad estaba restringida de ver, mirando directamente a los cielos azules junto con el imponente brillo del sol.

El sol comenzaba a dejar caer su luz sobre los soldados que habían pausado la expedición, dándole oportunidad de ser bañados con el calor que ofrecía y secar sus ropas mojadas. En cuanto Levi la miró con reojo, notó que el color rojo de los ojos de Izaro brillaba con intensidad a pesar de la mirada molesta que ella todavía tenía sobre él, pero por alguna razón, lo hacía sentir extraño. ¿Era acaso que había perdido su rumbo o por qué se sentía tan confundido con lo que deseaba en ese momento?

¿Deseaba gritar? ¿Llorar? ¿Descargar su dolor en esas criaturas sobrenaturales? ¿Deseaba que fuera un mal sueño y Farlan e Isabel a su lado descansando después de un largo día en su casa en el subterráneo? ¿Qué era lo que deseaba Levi verdaderamente?

—No haré un trato contigo esta vez —comentó Erwin directamente, otorgándole una mirada de confianza mientras comenzaba a dirigirse a su respectivo caballo—. Rápido, deberíamos traer de vuelta las bombas ruidosas secas al escuadrón de aprovisionamiento. Nos reagruparemos ahí.

—Cuando el tiempo mejore, los titanes de seguro volverán a aparecer —comentó Mike mientras se subía a su caballo—. Necesitamos unirnos al comandante en la vanguardia, antes de sufrir más pérdidas.

Ambos hombres partieron, no sin antes dejar en claro que regresarían con vida a las murallas para contar sus nuevas experiencias sobre el exterior a la humanidad, dejando a los dos jóvenes parados mientras miraban cómo se marchaban. Izaro suspiro profundamente, porque le llegaba a su mente las predicciones de lo que sucedería una vez volviera al territorio de los humanos.

Decepción, críticas, un profundo rechazo de parte de su familia con insultos y gritos incluidos... eran algunas cosas que su mente le decía que habría en cuanto se enteraran de lo sucedido. Tal vez podía callar y decir que le había ido de maravilla, pero su brazo fracturado diría lo contrario, así como los informes y las cosas que los soldados dirían a otros hasta que la información llegará directamente a su familia. Debía prepararse mentalmente para lo que se avecinaba.

—Lo siento.

Se detuvo una vez escuchó la voz de Levi dirigirse a ella, a pesar de que le estuviera dando la espalda y no le respondió de inmediato. Se sentía un poco traicionada, sobre todo pensando que poco a poco sintió una pequeña cercanía con él y que, a pesar de provenir de diferentes sociedades, era una persona que se había ganado su completo respeto y confianza.

Volteo lentamente hacia atrás para ver cómo se encontraba, notó a un Levi diferente a como siempre lo había visto, no era aquel joven frío y reservado como siempre se mostraba, sino a un joven emocionalmente destrozado y solo en un rumbo que desconocía, pero que debía seguir ahí si deseaba sobrevivir.

No llores, llorar es una muestra de debilidad y los Xion no son débiles. Le decía su conciencia mientras seguía mirando al joven que, nuevamente, no era capaz de mirarla a los ojos, como si le obligara a Izaro a retener las emociones encontradas de Levi, como si se tratara de otro Xion que dejaba verse como una persona débil. Y ahí era donde su consciencia se equivocaba en absoluto según el punto de vista de Izaro: Levi no es un Xion.

Se acercó al joven y sin esperar a lo que sus pensamientos le dijeran, lo envolvió en su brazo sano con fuerza y lo juntó hacía ella, dejándolo un poco confundido de lo que sucedía, pero a la vez, sentía una extraña paz y seguridad en aquella pequeña acción.

—Levi, no te juzgaré si quieres desahogarte, puedes confiar... —un leve suspiro soltó ella, aunque sorpresivamente sintió los brazos de él envolviéndola también, así como ocultaba su rostro en el hombro de ella y sentía que las lágrimas volvían a caer en su rostro. Aquello hizo que le doliera ligeramente su brazo roto, pero era un dolor tolerable y sentía que valía la pena—. No estás solo, Levi, tal vez te sientas así ahora, pero no es así. No te dejaré solo, te lo prometo.

Dos semanas después...

—No te voy a mentir, en serio te ves mal.

Irina había cambiado físicamente en los últimos meses después de la graduación e Izaro lo notaba muy bien. Se había cortado un poco el cabello, parecía que había crecido un poco durante el último tiempo y se observaba que había adoptado una actitud más madura, probablemente por los deberes que su madre y demás superiores le daban. Pero si había que coronar a las persona que más había cambiado en esos meses desde su última vez juntas, era claro que Izaro se llevaría el primer lugar.

Era evidente. Sabía en el fondo que la primera expedición la cambiaria por completo, a pesar del reconocimiento de su familia y el legado que llevaba sobre sus hombros. Irina deducía que aquello definiría a Izaro dentro de la sociedad gracias a las expectativas que todos tenían sobre ella. La castaña estuvo presente en Shingashina cuando la Legión de Reconocimiento llegó y se topó con alguna que otra sorpresa.

La primera era que Erick e Izaro habían terminado y él muy enojado se fue directamente donde un miembro de la Policía Militar para solicitar reunirse con Phoebe y su padre, ignorando por completo las llamadas de sus superiores sobre regresar a la formación. Su segunda sorpresa fue ver a Izaro con un brazo roto y acompañada de un azabache de ojos grises a su lado con la mirada perdida, y su amiga acariciando su cabello como una manera de consuelo.

Nunca había visto a ese joven, pensaba que a lo mejor se trataba de un soldado de la región del norte.

Pero, tal vez, lo que más le sorprendía fueon las numerosas miradas que caían sobre Izaro y su estado. Se le veía pérdida al igual que el chico a su lado, con un brazo malherido que le impediría salir a batalla durante un par de meses. Eso no era algo que los Xion o una persona común esperaría de alguien como ella, menos tratándose de quien retornaría los años de oro de la admirada familia. La gente a veces podía ignorar algunas cosas de los Xion, pero sabían perfectamente las exigencias que sus miembros tenían para su primera expedición e Izaro no iba a ser una excepción. Verla en ese estado era como declarar que fracasó en su expedición, inclusive se le podía llamar a eso como una prohibición para las personas que portaran ese importante apellido.

Por eso mismo, consideraba conveniente visitarla y. Ver en qué podía ayudarla a subirle el animo de algún modo u otro.

—Pasaron muchas cosas... —respondió Izaro cansada.

—Me imagino, debió ser duro todo esto y la ruptura con Erick —mencionó Irina preocupada, la mirada que Izaro adopto con aquello último lo decía todo, pero la castaña desconocía la verdad detrás de ello—. Phoebe me dijo que Erick se traslado a la Policía Militar y ya está ejerciendo su trabajo.

—Es mejor que se haya ido, era lo que siempre había querido para su futuro —comentó la azabache, aunque no era lo que sentía, la verdadera razón por la que pensaba que era lo mejor se debía a que su ausencia sería todo menos sofocante y tal vez la distancia haría que la dejara en paz.

—Pero, ¿te hubiera gustado que se quedara y lo volvieran a intentar?

Irina no sabía nada de la relación entre Izaro y Erick, lo cual era entendible ya que la azabache le ocultó todo lo malo que sucedía. Ella pensaba que había un amor auténtico entre sus antiguos compañeros de tropa y que desafiarían las órdenes de los Xion sobre casar a Izaro con un hombre con títulos de nobleza o bien un soldado de buen rango dentro del ejército.

Su amiga desconocía el intento del comandante Shadis y del capitán Erwin para eliminar la solicitud para trasladar a Erick a la otra división militar, incluso buscaron solicitar su expulsión e investigarlo por la confesión que Izaro hizo días atrás, pero ya era tarde. Thomas Barbrow acepto al muchacho gracias a su propia hija y el líder de escuadrón a quien le asignaron al rubio en su grupo firmó su solicitud. Izaro también tuvo algo que ver, le dijo a Erwin que dejara ir a Erick sin manchar gravemente su expediente para poder tener un poco de paz sobre la situación al tenerlo lejos, se lo cedieron únicamente por ella, pero toda la Legión –y posiblemente la Policía Militar– ya sabían que Erick Mitchell había agredido física, verbal y psicológicamente de Izaro.

Aún así, fue recibido con los brazos abiertos en la Policía Militar. Izaro pensaba que era lo mejor, pero se sentía vacía al pensar que él, de cierto modo, se volvió a salir con la suya.

—¿Y sobre la expedición? ¿Cómo te sientes respectó a eso?

Mal. A veces tengo ganas de llorar, gritar, romper todo. Todas las noches sueño con eso, todavía siento la sangre de Farlan en mi boca, no puedo comer sin pensar en los que murieron y terminó con ganas de vomitar. Pero no puedo, simplemente no puedo.

—No quiero hablar de eso.

—Pero, ¿ya hablaste con tu familia?

La presión en su pecho se sintió intensa. Ellos no la habían visto todavía, pero los comentarios de las personas corrían rápido y probablemente ya les había llegado la noticia que si primera expedición no resultó como todos deseaban.

—No —respondió, imaginando todo lo que su abuelo le diría en cuanto se reunieran, porque se reunirían tarde o temprano, con o sin el resto de los Xion. Temblaba de sólo pensar en los insultos que le dedicaría Byrion y su imaginación fue suficiente para querer llorar.

—¿Cómo sigue tu brazo? ¿Ya no te duele?

—No tanto como hace dos semanas, pero tardará mucho en recuperarse —acarició el yeso que cubría su brazo lastimado, colgado de una tela blanca que rodeaba la parte de atrás de su cuello para un uso de apoyo—. Calculan que en cuatro meses sanará.

—¿Y cómo está el otro muchacho que sobrevivió?

Suspiró cuando pensó en Levi, el chico había decidido quedarse más era evidente la tristeza en la que se encontraba absorbido, a veces no comía y en las noches se resguardaba en el techo para pensar en sus dos compañeros con quienes compartió un momento en ese lugar. Izaro no lo dejaba solo ni por un minuto, si hacía falta vigilaba que comiera lo suficiente para que no se desnutriera, pero procuraba que se mantuviera en buena salud.

—Perdió a sus dos únicos amigos, no tiene a nadie —dijo mientras peinaba su cabello negro con su única mano que no estaba fracturada—. No puedo dejarlo solo.

—Y se ve que tampoco te quiere dejar sola.

Era cierto, Levi estaba detrás de la azabache apoyando su espalda contra la pared mientras mantenía la vista clavada al suelo. Casi siempre estaba con Izaro con excepción de aquellos momentos en que los pensamientos sobre sus dos amigos ahora fallecidos lo sumergían, era la única que conocía dentro de la facción y la única que lo hizo sentir parte de ahí, el sentimiento de soledad de iba cuando estaba a su lado.

Izaro trató de sonreír sin éxito—. Ha sido muy difícil.

—Lo sé, por eso vine —soltó su amiga antes de envolverla en sus brazos con mucho cariño—, para que sepas que aquí me tienes por si deseas alguna ayuda o una amiga.

Después de eso, la abrazo, envolviéndola en el calor de sus brazos mientras sentía que Izaro respondía copiando el gesto, aunque sintiendo que la respiración de la azabache se volvió inusual. El abrazo fue demasiado emocional para la chica y su cuerpo rogaba a gritos que llorara para soltar toda la rabia y el dolor que sentía desde la expedición, pero su consciencia se lo prohibía para evitar verse débil.

Ya le había ido bastante mal y no se encontraba en una buena posición, verde vulnerable y débil simplemente lo empeoraría horrible.

—Todo va a estar bien, no dejes que esto te afecte demasiado.

—Irina, yo no...

—Disculpa Izaro, necesito que vengas rápido —Un soldado apareció a espaldas de la nombrada, llamando la atención de ella, su amiga y Levi que miraban extrañados al soldados que mantenía una postura intranquila, con claro sudor en su frente y temblando como si alguien lo hubiera puesto nervioso con su sola presencia.

—¿Qué pasó? —preguntó ella, contagiándose de la inquietud de su compañero.

Él tragó con fuerza.

—L-Los Xion están aquí.

Su mejilla le ardía por la cachetada con la que su abuelo la recibió, más no se molestó en reaccionar o mostrar miedo debido al amargo recuerdo que le trajo sobre su exnovio. Si con Erick podía ser una mala decisión el reaccionar, con su familia sería lo peor que podía cometer.

Todos estaban ahí. Su abuelo, tíos, hermanos y primos. Vestidos con sus mejores ropas como si hubieran estado en un evento social dentro de la capital antes de trasladarse a los cuarteles generales de su fiel división. Cada uno con una expresión fría en sus ojos, pero algunos con una gran pizca de preocupación al ver el yeso cubriendo el brazo de la joven, tal como era el caso de sus cuatro hermanos mayores.

Se encerraron en un cuarto que fungía como sala de espera, ideal para inaugurar la reunión que debían tener y expresar la verdadera cara de la familia.

—Tu padre era mi mayor orgullo junto con Izadora —habló su abuelo, caminando en círculos que cerraban todo paso a Izaro quien sólo miraba directamente al suelo—, fueron todo lo que mi padre quería en su descendencia, eran llamados la siguiente esperanza y creía que mi padre, que en paz descanse, estaba orgulloso de que conseguí lo que nunca le pude brindar. Luego mi hija decidió quitarse la vida y Zachary fue lo bastante estúpido que no pudo con un titán —Byrion grunó en un tono bajo, restandole importancia a las muertes de sus dos hijos—. Cincuenta y dos años la familia estuvo activa como soldados de élite que incluían a mi padre Isaac, mis hermanos, sobrinos, yo y mis hijos. Doce años han pasado desde la última vez que nos vieron ser el rostro de la Legión y ahora, en lo que se supondría ser el gran regreso de los Xion a la milicia, me sales con esta mierda de fracaso atroz.

Poco visible era la tembladera labial que presentaba Izaro, mirando con vergüenza y tristeza la manera en cómo su abuelo señalaba su brazo roto.

—Abuelo, si me permite explicarlo...

—¿¡Qué tan estúpida debes ser para permitir eso!? —gritó Byrion con ira, provocando que Sofía sobresaltara mientras miraba a su hermana Izaro con preocupación— ¡Encima que ni salvaste a nadie en ese ataque, te salvaron a ti tres muertos de hambre de la Ciudad Subterránea!

No llores, no llores.

—Yo te advertí, padre. Estabas teniendo muchas expectativas en esta mocosa y mira cómo te lo paga —habló Danilo, pasando sus dedos sobre su fruncido ceño—. Y todavía me pregunto por qué.

—Porqué ella es hija de Zachry y ve en Izaro lo mismo que veía en Izadora, hermano —respondió Amelia, ignorando la desagradable mirada que le lanzaba Danilo—. Padre nos odia porque no salí fértil y porque no le diste nietos con nuestros ojos como es debido. Además, nuestros cuatro encantadores sobrinos nunca manifestaron deseos de ser soldados después de nuestro retiro; es cuestión de lógica, Izadora también era igual a Izaro en sus deseos de ser soldados y ser "la perfecta", ¡ja, ja! Solamente le faltan los deseos de suicidarse junto con el valor de hacerlo y listo, es Izadora.

El desagradable comentario de la mujer fue mal recibido por los demás miembros de la familia, no por reírse de una persona fallecida de una manera trágica, sino por haber traído de vuelta el tema de aquella Xion fallecida.

—Encima, quien te salvó es alguien de ahí —dijo Byrion en un suspiro profundo mientras miraba a su nieta—. Ya puedo predecir la cantidad de dinero que pedirá a cambio de no contar qué hacemos allá.

Izaro negó con la cabeza—. Levi no es así como piensas, ya hablé con él hace unas semanas sobre eso...

—¡No te di permiso que me respondieras! —gritó el hombre callándola al instante.

La habitación donde toda la familia estaba reunida quedó en un completo silencio, un silencio que únicamente se dedicaba a tensar más el ambiente. Para ese punto, Izaro se limitó en mirar únicamente el suelo, sintiéndose avergonzada y miserable por la mala reacción que habían traído ellos. Sabía que su única esperanza de no sentirse profundamente mal era si sus hermanos hablaran a favor de ella, pero parecían verse vulnerables a la postura del líder de la familia y tampoco ella deseaba que ellos recibieran una respuesta poco agraciada de Byrion.

—Estuve tan maravillado como tu firme decisión de entrar a la milicia. Pensaba que una muchachita como tú nada más se dedicaría a casarse con un hombre con dinero y a ser madre, pero estaba equivocado... Número uno en la tropa de reclutamiento junto con ser nombrada como uno de los mejores alumnos de la historia de la milicia, y ni siquiera requeriste del entrenamiento nuestro. Pensaba que la mala imagen que mis bastardos hijos tuvieron a la hora de morir se irían con tu llegada, porque Izaro... Eras perfecta, hasta ahora —suspiró profundamente al decir aquello último, antes de obligarla a verlo a los ojos para que estuviera atenta a la orden que daría—. Te irás de la milicia, abandonarás la Legión de Reconocimiento y haremos como que esto nunca pasó.

¿Qué? La joven quedó estética.

Abuelo, espera —dijo Sofía levantándose de su asiento—. Es muy extrema tu decisión, acaba de tener su primera expedición y ya la vas a obligar a salir.

—Abuelo, con el respeto que mereces, pero Izaro se ha esforzado por esto y...—trataba de hablar Melania, pero su abuelo la interrumpió con agresividad.

—¡No, no lo ha hecho! ¡Lo que hizo ella es inaceptable para lo que mi padre buscaba! —alzó la voz el hombre—. Él mismo lo decía: o nos convertimos en la mayor defensa de ellos o ni se molesten en ser soldados. Izaro, una semana tienes para irte de aquí, vendré por ti y volveremos a Ehrmich. Te casarás con un noble, ya hay algunos candidatos que considero apropiados.

Amelia chillo de emoción mientras tomaba los hombros de Mason con fuerza para agitarlo, aún si él no reaccionaba por el shock que le causó la decisión que el viejo hizo sobre su hermana.

—Hay un noble guapísimo que ofreció dinero a cambio de tenerla como su prometida —dijo su tía con risilla—, solamente es mayor que ella por dieciocho años, pero son detalles mínimos.

—Está decidido. Una semana y te vas —soltó Byrion con firmeza, ordenando a la familia a concluir la reunión e irse para dejarla sola con todo lo que debía hacer para irse.

Uno a uno iban saliendo, topándose con Levi quien estaba apoyando en la pared frente a la entrada de la sala mientras trataban de disimular sus nervios al saber que aquel joven pertenecía al lugar que tanto frecuentaban visitar para sus vicios. Él los miró con mucha seriedad, sin comentar nada de lo que pudo haber ocurrido en esa reunión familiar ya que desconocía de qué temas se trataron, pero pronto supo que nada positivo fue cuando vio a Izaro salir entre lágrimas mientras sus dos primos, Adah y Pietro, la abrazaban con un brazo cada uno en un intento de tranquilizarla.

—Tal vez es lo mejor, Iza —dijo su primo apartándose de ella para irse—. No por lo que tiene enojado al abuelo, sino para tenerte a salvo. No quiero que tengas el mismo destino que mi tío Zachary y mi tía Theodore.

La azabache bajo la mirada cuando le dijo eso, ¿de qué servía entonces lo que significaba su apellido a la humanidad si no iba a luchar más contra los titanes y, en cambio, viviría bajo el rol de esposa de un hombre de alta sociedad?

—Hey, mírame —Adah se acercó, tomando el rostro de su prima en sus manos antes de darle un delicado beso en su frente—, todo va a estar bien, linda, te lo prometo.

También se fue, dejando sola a la chica mientras su respiración se volvía inusual y sus ojos se cristalizaban más. Probablemente hubiera estallado en llanto o gritado, mínimo maldecido a todo su alrededor por lo que estaba pasando, pero no sucedió teniendo a Levi frente a ella y acercándose poco a poco para saber su estado.

—¿Qué sucedió?

Ella no respondió, solamente se abalanzó a abrazarlo y dejar caer las lágrimas que sus ojos ya no podía contener. El gesto, claramente, no fue lo que esperaba Levi y frunció el ceño desconcertado de la repentina acción de la joven.

—¿Qué pasó? —preguntó mientras tocaba la espalda de ella con sus manos con dudas en su mente respecto a sobre si lo estaba haciendo bien o mal, no sabía qué hacer en esos momento, simplemente recordó lo que la chica hizo dos semanas atrás para consolarlo y pensó que era buena idea repetir el gesto ahora que era ella la que estaba pasando.

—Tengo que irme de aquí.

INFORMACIÓN ACTUALMENTE DISPONIBLE PARA EL PÚBLICO

Desde que la humanidad supo que Izaro Xion traería a los Xion de vuelta a la milicia, se ha generado una gran expectativa sobre ella para su primera expedición.




to be continued...

N/A:

aNTES DE QUE ME ASESINEN TENGO QUE DECIR QUE ES CRUCIAL QUE SIGA CON VIDA, el universo exige vengarse de él

ealeee capítulo por el cumpleaños de levi, feliz CUMpleaños al más guapo que es el número uno en el corazón de izaro, merece un beso de ella ah

en fin, ya falta un capítulo para terminar con el primer acto y eso me tiene emocionada porque en la versión pasada habíamos quedado aquí con la duda de que pasaría con izaro, aunque claro que pues hay ciertas diferencias que contrastan con esta nueva versión pero que hace que sea mejor.

en fin, cada voto y comentario son bien recibidos para continuar con la historia. esta escritora le deja este capítulo como regalo de navidad. 💋

con cariño, nicky🌙

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