𝐗𝐈𝐈𝐈 ; hange zoe
CAPÍTULO TRECE
· • ❝〔 hange zoe 〕❞ • ·
una decisión sin remordimientos ; parte XIII
Exterior. Año 839.
LA NOCHE HABÍA LLEGADO EN CADA rincón del exterior de las murallas y con ella, el momento ideal para que los soldados de la Legión de Reconocimiento pudieran tomar un descanso, comer algo, alistar nuevamente sus equipos, darles un merecido descanso a sus caballos y dormir en el castillo abandonado que estaba en el punto estratégico de la ruta para expediciones. La amenaza de la presencia de titanes se volvía nula con la desaparición del sol, ya que ellos solamente realizaban movimientos cuando era de día, por lo que a primera hora del día debían de abandonar el lugar si no querían una horda de titanes rodeándolos. Aún así, ya se registraban algunas bajas en el grupo, pero no a niveles alarmantes como en expediciones pasadas, todo parecía que la estrategia que había creado Erwin daba buenos resultados.
Pese a que algunos estaban utilizando ese momento para celebrar sus primeras horas de haber sobrevivido, había algunos que la utilizaban para llorar por sus compañeros caídos y otros, como Ruby y Erick, de sentir arrepentimiento de estar en esa situación.
—Me quiero ir a casa —soltó ella con voz suave mientras tenía rastros de lágrimas en su rostro—, no me importa si volvemos al pueblo o no, sólo quiero irme de aquí y estar con ustedes dos.
—Oscar ya está muerto, Ruby —comentó Erick. Ambos estaban apoyados en una pared en los interiores del castillo, con la rubia abrazando sus piernas y él dejando descansar uno de sus brazos sobre su rodilla levantada—, y no podemos volver al pueblo. No después de todo nuestro esfuerzo.
Sintió un fuerte deseo de golpear algo para descargar toda la rabia que sentía.
—Mierda, vine aquí por esa imbécil aún cuando ya tenía mi futuro asegurado —expresó con rabia en su voz—. La odio, en serio la odio con toda mi alma.
—Intenta reconciliarte con ella —dijo su amiga—, dile que lo lamentas todo y que lo vuelvan a intentar.
—Ella está decidida a no regresar conmigo —respondió antes de suspirar—, además, el capitán Erwin y el capitán Flagon ya saben lo que sucedió entre ambos.
Aquello hizo que Ruby lo mirara con preocupación, se la veía más tensa de lo que Erick estaba por ese asunto.
—¿Como que ya saben?
—Todo, Ruby, saben lo que le hice a ella —soltó tratando de no alzar la voz para que la conversación no fuera escuchada por los demás—. Me dejó entre la espalda o la pared. Era básicamente aceptar que la relación terminó o estar en problemas por Izaro, no podía arriesgarme.
Para su amiga rubia, aquello ya cobraba sentido por los últimos días que tuvieron. Varias veces que se sintieron observados y juzgados por esos dos capitanes, incluso recordaba una ocasión que Flagon solicitó que mantuvieran la distancia con Izaro para evitar "distraerla de sus responsabilidades". Aquello le pareció algo sin mucho sentido y más que solicitud parecía una orden por la manera tan estricta en la que dijo.
Y no sólo parecía únicamente dirigido a Erick, sino también a ella y a Oscar. ¿Acaso Izaro había dicho que ellos fueron testigos de las agresiones y no hicieron nada? ¿Ella también tenía los días contados en el ejército?
Suspiró mientras se decía mentalmente que estaba completamente jodida por culpa de Izaro Xion.
—¿Qué haremos ahora?
—Yo no sé qué harás tú, pero yo me iré a la Policía Militar —contestó Erick con arrogancia—. Aún puedo transferirme lo más rápido posible, pediré ahí un puesto y me iré a vivir en el interior. Me alejaré lo más que pueda de la Legión y de esa malnacida de Xion.
Una risa amargada de parte de la rubia se hizo presente, irritando a su amigo que la miró con desprecio completo.
—No me hagas reír...
—¿Tengo cara de bufón?
—¿En serio piensas que te dejarán ir fácilmente? —preguntó Ruby antes de hacer un gesto golpeando su dedo índice en su cabeza—. Piénsalo, Erick, el capitán Erwin no te dejará ir tan fácil después de lo que le hiciste a Izaro. Aún si ella dijera algo para que te dejaran ir, él no se detendría hasta verte expulsado o peor. Después de todo, Erick, agrediste física y psicológicamente a una compañera, y no una cualquiera, estamos hablando de Izaro Xion.
Erick no dejaba de mirarla—. Por eso mismo es que decidí aplicar el plan B que teníamos en caso de que enamorar a Izaro fallará.
—¿Hablas de...?
Él sonrió—. Un pajarito dentro de la Policía Militar me mencionó que Phoebe Barbrow sigue soltera y pensando en mí.
La rubia se sorprendió cuando mencionó aquel nombre, inmediatamente recordó a la joven rubia de ojos azules que todos la ubicaban como la hija de uno de los capitanes de la Policía Militar, aunque también la recordaba como la número dos en todo lo que hacía (incluso en la graduación), la chica que quedaba opacada por Izaro Xion, el plan B de Erick en caso de que no consiguiera enamorar a la azabache de ojos rojos...
Siempre pensó que la mejor opción era enamorarla a ella y no a la joven Xion; sabía que habían más beneficios cuando se trataba de los Xion, pero implicaba una posible exposición en la Legión de Reconocimiento. La Barbrow tenía una conexión directa con la Policía Militar, la mejor opción para asegurar una vida en el interior rodeada de las altas clases y los lujos, pero al final se debió conformar con la decisión de Erick y ahora se arrepentía de ello.
Y lo de "un pajarito" no se lo creía ni un poco, Erick nunca fue de tener muchos amigos y no conocía a nadie dentro de la Policía con excepción de Phoebe. Lo que la hizo caer en cuenta que él y la chica todavía mantenían el contacto aún después de la graduación.
—¿Tras la basura de novio que fuiste con Xion, le fuiste infiel?
—No, no le fui infiel, es de las cosas que nunca hice, aunque no te imaginas cuantas veces quise hacerlo. Además de que Phoebe nunca haría eso ni con Izaro ni con nadie —contestó—. Está decidido, mandaré mi solicitud en cuanto llegué y la convenceré de que hablé con su padre para que me acepte rápido. Luego, esto tendría que pensarlo muy bien, tal vez le dé la oportunidad que tanto deseo desde hace tres años.
—¿Y qué pasará conmigo?
Él la miró con una mueca de desagrado—. No te puedo llevar conmigo, no te graduaste entre los diez primeros. Ve a las Tropas de Guarnición o quédate, te recomiendo lo primero si quieres seguir viva. Te prometo enviarte regalos, para que sepas lo mucho que te quiero.
—En serio, Erick Mitchell, eres una mierda.
—Y tú la que se junta con la mierda.
༉
—Vaya... No pensé que fuese tan fácil matar a los titanes —comentaba Farlan tranquilo luego de varios momentos en que sintió tensión por el peligro al que estaba expuesto, aunque tenía todavía dudas sobre si el sitio donde descansaría la Legión era seguro.
Los tres chicos estaban instalados en un rincón de uno de los salones, dejando en el suelo las pocas pertenencias que habían traído a la expedición para dar a entender a sus demás compañeros que estarían ocupando ese rincón y que no deseaban ningún tipo de invasión a su espacio, aunque no tendrían ningún problema gracias al distanciamiento que los demás tomaban con ellos, teniendo de excepciones a Izaro, Erick y su capitán.
—Más fácil de lo que pensaba —comentó Levi, sacando de su respectiva bolsa una manta que puso en el suelo para evitar contacto con la suciedad, y que, claramente, lavaría una vez volviera a las murallas—. Se mueven muy rápido, pero matar a uno no trae mucha dificultad.
Farlan río nerviosamente e Isabel celebró con gran emoción.
—¡Incluso los titanes no pueden contra el "invencible Levi"! ¡Mi hermano es el mejor! ¡Gracias a Levi, regresaremos fácilmente a casa!
Pero Levi todavía tenía sus dudas internas—. No sé cómo acabará esto si nos topamos con un excéntrico. Además, Farlan...
—¿Qué pasa, Levi? —preguntó el recién nombrado.
—¿De verdad piensas que el rubio se trajo los documentos a la expedición? —cuestionó con su natural seriedad.
El rubio dudó por unos segundos, pero después mientras miraba seriamente al azabache respondió—. Sí, estoy seguro.
Comenzó a relatar la última vez que se infiltró en la habitación del capitán Erwin, aprovechando la ausencia de éste en dicho sitio. Explicando hasta el más mínimo detalle de lo que hizo en su búsqueda de los documentos a pesar de que era la tercera vez que inspeccionaba aquel sitio.
Encontró un cajón cerrado con llave, aunque para suerte de Farlan la llave estaba puesta en el cerrojo, como si un manjar en bandeja de oro se estuviera proporcionando. Para sorpresa de él, había toda clase de documentos privados más no los tan codiciados papeles que tanto buscaban.
—Por eso piensas, que si los documentos no estaban en su habitación... ¿los lleva con él? —preguntó Isabel, tratando de analizar la información brindada por Farlan
—Sí, probablemente que incluso ahora los tenga consigo —respondió él. O nos hace creer eso aposta sabiendo lo que buscamos—. Si los escondiera fuera de la Legión, seguramente Lobov los habría encontrado.
—Oye, Farlan —habló Isabel nuevamente— ¿De verdad podemos creer en el viejo?
El rubio respondió—. Por ahora no nos ha mentido, sin contar la recompensa. Como él dijo, Erwin nos obligó a unirnos a la Legión de Reconocimiento —miró hacia el otro lado y notó la presencia de Erwin Smith con el comandante Keith Shadis caminando hacia uno de los pasillos del castillo para, posiblemente, alguna reunión con los demás líderes de la facción.
—Estaba tan preocupada, porque trataron duramente a mi hermano, pero resulta ser que todo era una actuación para persuadirnos —contó Isabel frunciendo el ceño.
—Para los nobles, sólo somos insectos. Insignificantes insectos que no tiene sentido matar —aclaró el rubio antes de chasquear con los dedos—. Escúchenme atentamente. Tenemos que conseguir los documentos cueste lo que cueste. Vi a dónde se fueron Erwin y el comandante; antes de que vuelvan, yo con Isabel buscaremos entre sus cosas, mientras que tú Levi te quedarás de guardia hasta que te avisemos. Si vuelven antes de que terminemos, distráelos y no los dejes pasar.
A Levi no le gustaba mucho la idea de ser la distracción, menos si se trataba de distraer a la persona que más odiaba en ese instante.
—¿No dejarlos pasar? ¿Incluso si para eso debo empezar una pelea?
—No hagas un escándalo —ordenó Farlan alzando la voz, aunque no demasiado para evitar que las personas que estaban cerca de ellos lo escucharan, antes de levantarse junto con Isabel para iniciar el plan—. Y no pienses en matarlo ahora. Si el comandante desaparece durante la expedición, te garantizo que no saldremos ilesos.
༉
Le dijeron que a su padre le gustaba mucho ese castillo cuando tenían que parar para tomar un descanso de la expedición. Aquello hizo que Izaro reavivara sus sentimientos melancólicos de tenerlo a su lado con vida, crecer sin sus padres fue duro para ella y eso que estaba acostumbrada a la ausencia constante de ellos.
Camino por uno de los pasillos del castillo mientras trataba de imaginar a su progenitor caminando a su lado, tal vez con una sonrisa de orgullo por finalmente tenerla en la Legión, tal vez con una mirada preocupada hacia su hija por las cosas que vio en las primeras horas de la expedición, su primera de muchas. Izaro, él no era así, jamás haría ninguna de esas dos cosas.
Su etapa de crecimiento fue muy dura, principalmente cuando veía a las chicas de su edad con sus padres y ella ahí, huérfana y criada por sus hermanos mayores. Agradecía profundamente por los sacrificios que hicieron sus hermanos para cuidarla y estaba segura de que estaría en deuda con ellos para toda la vida, pero anhelaba que hubieran sido sus padres quienes la hayan criado, lo deseaba en el fondo del corazón que a veces quería llorar cuando pensaba en ello. Y hablando de lágrimas...
No puedes llorar, Iza, ¿qué te pasa? Limpió la lágrima que bajaba por su mejilla.
—Huyendo de tus admiradores, ¿no, ojos raros?
Escuchar la voz de Levi en medio de la nada –aunque en realidad estaba al frente de ella apoyado en la pared, solamente que ella no lo noto por lo profunda que se encontraba en sus pensamientos– fue como un momento sorpresivo para la joven, incluso haciendo que brincara del susto que sintió mientras posaba una de sus manos sobre su pecho para sentir el latido de su corazón palpitar aceleradamente causada por la misma situación.
—Levi... lo lamento, no te vi —trataba de hablar mientras tranquilizaba su cuerpo lo más que podía, pasando sus dedos sobre los finos cabellos negros de su flequillo— ¿Q-Qué haces aquí?
—Tantas personas en un mismo lugar me es molesto, nada más —respondió con frialdad, aunque se trataba de una mentira para mantener sus verdaderas razones en secreto. Eso no evitó que la chica se sintiera en completa incomodidad.
—De acuerdo, uhm... Si lo deseas, puedo...
—No eres mala compañía —interrumpió Levi, sorprendiendo ligeramente a Izaro—. Quiero decir... tu presencia no me molesta.
La azabache asintió, acercándose al joven para pararse a su lado y apoyar también su espalda en el concreto de piedra que había. Teniendo como única luz algunas farolas que algunos soldados encendieron en todo el lugar para comodidad de todos.
Dije que tenerte presente no es molesto, no que podías quedarte, ojos raros. Pensó Levi mientras suspiraba pesadamente y torcía los ojos con molestia, rezando que ni Farlan ni Isabel o ambos aparecieran con los documentos en mano e Izaro comenzará con un interrogatorio, no se sentía capaz de hacerle algo en su contra para obtener su silencio, simplemente no podía.
—Oye, sobre lo que les dijo Erwin hoy... —comenzó a comentar Izaro, aunque poco segura de lo que diría sin que el azabache se molestara—. Tal vez no lo tomen a bien la primera vez su opinión, pero no lo hace para enojarlos, solamente quieren que mejoren para evitar una tragedia en el futuro si toman una mala decisión.
Eso no quita que de igual forma lo mataré—. Lo defiendes con tanta seguridad, ¿segura que no es tu hermano perdido o padre?
Ella alzó un poco los hombros, bajando la mirada hasta fijarla al suelo a pesar de que Levi la miraba. Analizó lo que el joven le preguntó de manera retórica.
—No, pero es como un hermano para mí. Verás, perdí a mis padres cuando apenas era una niña y mi abuelo decidió sacar a toda la familia de la Legión porqué consideraba que mis padres mancharon el legado de mi bisabuelo, pero Erwin me mostró que no debía ser así y por eso me aferré a esto que básicamente es mi herencia —explicó, consiguiendo que Levi la escuchara atentamente—. Mi familia quería que me case con algún noble, que ese fuera mi objetivo principal, pero con ayuda de Erwin pude convencerlos de que esto es lo mejor para nosotros. Claro, debo casarme para traerle a mi legado futuras generaciones y la nobleza les parece buena opción.
» Era el mejor soldado del escuadrón de mi padre y fue mi mayor apoyo cuando ya tenía la edad para mandar mi solicitud al reclutamiento. También me apoyó muchísimo cuando me gradué y me enliste aquí, me otorgó un puesto en su escuadrón a los pocos días de ingresar, algo muy honorable, aunque no lo creas.
Sabía perfectamente su historia, la tenía fresca en su memoria gracias a la información que Farlan le consiguió cuando quiso saber por qué era tan importante ella en la Legión, pero debía seguirle la corriente para mantener su mentira y de paso ver si ella se iba lo más pronto posible.
—Debió ser duro perder a tus padres. Yo... —un fugaz recuerdo del cadáver de Kuchel llegó a la mente de Levi, incomodando un poco la mente de él—, pienso que fue difícil a una edad tan joven.
Izaro quedó un poco pensativa en lo que suspiraba y arrugaba sus labios mientras pensaba en sus fallecidos padres, en los pocos recuerdos que tenía.
—Sí, aunque ellos no eran tan presentes en mi vida como esperaba, pero igual fue difícil al pensar que ya no los volvería a ver nunca más —dijo con un tono suave, provocando que Levi prestara mucha atención en su lenguaje facial—. Los momentos que pase con ellos fácilmente pueden ser contados con la mano, pero entiendo por qué no podían.
El silencio regresó y Levi solamente comenzó a suplicar en su mente para que la chica ya se fuera.
—Por cierto...
Mierda.
—Ayer terminé con Erick; no reaccionó bien aunque ya me lo esperaba, pero al menos ya no estamos juntos.
Ya él sabía de su ruptura, las palabras resentidas de Erick seguían presentes en su cabeza, pero admitía que sentía que debía brindarle un poco de apoyo para la joven. Al fin y al cabo, Izaro había sufrido lo que nadie deseaba vivir en una relación amorosa.
—Es lo mejor para ti —comentó apartando la mirada al mismo tiempo que ella volteó a mirarlo—. No dejes que esto te atormente demasiado, encontrarás a alguien que sepa valorarte, si es que quieres volver a estar en una relación. Tal vez esa persona ideal se encuentre entre tu fila de admiradores.
Le causó gracia que él mencionara que muchas personas la admiraban, lo cual no era ninguna mentira e Izaro sabía perfectamente que ella era atractiva ante el ojo de muchos de sus compañeros u otros hombres fuera del ejército, algunos admitiendo tener sentimientos por ella. Siempre fue alabada por lo hermosa que era y si había algo que nadie era capaz de hacerle cambiar de opinión era que, efectivamente, era una joven hermosa.
—Tienes razón, soy preciosa. Puedo conseguir a quien desee si me lo propongo, aunque, por el momento no quiero estar en una relación —Levi la miró con las cejas alzadas y ella se preocupó un poco por ello— ¿Qué?
—Vaya..., qué autoestima —comentó con neutralidad, pero más que un comentario que le haya incomodado, a Izaro le causó gracia al punto de reír y a él le pareció linda la sonrisa que ella mostró.
Demasiado linda, probablemente la sonrisa más linda que había visto en su vida.
—De todos modos, gracias —dijo ella—. Si no fuera por ti...
—Debías hacerlo por ti misma, no por complacer a otros.
—No, te juro que si lo hice por mí —comentó—, pero de no ser por tus palabras... tal vez seguiría con él.
Se sorprendió cuando dijo eso, lo segura que se había escuchado con aquello de que hubiera vuelto con el rubio de no ser por las duras palabras que le había dado aquella noche. Simplemente le confirmó otra vez que ese noviazgo se había tornado en un ciclo abusivo desde hace ya un tiempo y ella se había acostumbrado.
—Bueno, creo que debería ir a buscar un lugar donde descansar. Buenas noches.
Comenzó a alejarse tranquilamente, hasta que la voz del pelinegro la detuvo.
—Izaro —Me arrepentiré luego de esto—. Hay suficiente espacio en el ala este, ahí estamos yo, Farlan e Isabel. Puedes quedarte ahí con nosotros, por si te interesa.
—Uhm... De acuerdo, si no tienen problema con ello —respondió, antes de ponerse a analizar un detalle que le llamó la atención— ¿Me acabas de llamar por mi nombre en lugar de "Ojos Raros"?
Levi la miró con seriedad, a veces podía ser molesta ella desde su postura— ¿Tu nombre no es Izaro?
—Sí, es sólo que desde que nos conocimos nunca me llamaste por mi nombre sino por "Ojos Raros" —sonrió de lado—. Suena lindo como dices mi nombre.
—Tch.
Ella rió por la reacción del chico, despidiéndose de él con la mano antes de buscar sus pertenencias para instalarse en el lugar donde el trío del subterráneo se quedaría esa noche. Dejándolo nuevamente solo, pensando en lo mucho que tardaban sus dos amigos en buscar los documentos de Lobov. Sin embargo, no podía evitar negar que la compañía de la joven azabache de ojos rojos sí era agradable para su nivel de paciencia. Molesta a veces, pero agradable.
Lamentaba pensar que ella podía llegar a odiarlo cuando supiera que el hombre que asesinaría a Erwin Smith sería él a costa de unos papeles y una oportunidad de una vida digna y, a la vez, haber traicionado su confianza.
༉
—Hange, dime que no estás pensando en lo que yo estoy pensando...
Si había algo que le entusiasmaba más a Hange, aparte de los titanes, eran las habilidades casi sobrehumanas que tenían los Xion. Todavía recordaba la emoción que tuvo de recluta cuando supo que pertenecía a la misma generación de reclutamiento que Izaro, aunque con la única diferencia que la castaña pertenecía a la región norteña de las murallas. Aquello no evitó que tuviera un apasionado deseo de coincidir con ella en la Legión de Reconocimiento, conocerla a fondo y proponer planes que ayudarían a la joven de ojos carmesí a mejorar su rendimiento físico además de sobreexplotar las habilidades que heredó gracias a su linaje.
Y como era de esperarse, se entusiasmó demasiado cuando la conoció, sobrepasando los límites de emoción que podía contener su cuerpo. Aquello ocasionó que Izaro se asustara y, a sugerencia de Erick, mantuviera distancia con la castaña. Aún así, Hange no se sintió desilusionada y siguió admirando a la chica mientras ya ansiaba verla en acción. Como predijo, fue fantástico verla matar a su primer titán en colaboración con el novato del subterráneo, otro soldado que llamó inmediatamente su atención por las habilidades que poseía y sin la necesidad del entrenamiento exclusivo que brindaba la milicia.
Estaba decidida en estudiarlos a los dos y aquello aterraba de sobremanera a Moblit, otro soldado de su misma generación y quien todavía se cuestionaba cómo llegó a seguirla hasta ahí.
—Vamos, Moblit, piénsalo.
—No, me da miedo.
—Los Xion siempre han sido un misterio. No sabemos por qué son así, por qué tienen ojos rojos, cómo es que sus habilidades son casi que natas... Son personas muy reservadas que no están interesadas en revelar sus secretos al menos que te cases con alguno de ellos, pero Izaro siempre ha sido un poco diferente a su familia; ella es más extrovertida, más abierta con la gente, es una oportunidad perfecta para conocer la clave para mejorar a los soldados de la Legión —formuló su respuesta, tomando un leve suspiro antes de continuar—. Y ese chico, Levi, ¡ese chico es de otro mundo! No necesito de entrenamiento militar para ser incluso mejor que nosotros, me atrevería a decir que se iguala a Izaro o es mejor que todos los Xion.
—¿Y qué tiene que ver la pobre de Izaro con él aparte de la comparación que acabas de hacer?
—¡Los dos mataron a un titán y sin necesidad de hacer un plan de ataque rápido! Combinaron sus habilidades de una manera tan sencilla, como si estuvieran diseñados para funcionar el uno con el otro —respondía con una gran sonrisa en su rostro— ¡Necesitamos que la Legión igual a ellos para conseguir la victoria! ¡Moblit! ¡Necesitamos conseguir el secreto de ese chico y el secreto de los Xion esta noche por el bien de la humanidad! Vamos a preguntarles y...
—No puedes hacer eso —comentó Moblit en un tono de preocupación genuina por la estabilidad mental de su compañera.
Hange lo miró extraño.
—¿Por qué no?
—Levi no se ve que sea un tipo muy abierto e Izaro te tiene miedo desde el primer día.
—Ella no me tiene miedo.
—¿Entonces por qué está estática mirándote con terror mientras gritabas por todo el pasillo? —Moblit señaló lo que había detrás de su compañera y, efectivamente, estaba Izaro agarrando con firmeza sus cosas mientras miraba a la otra mujer con una auténtica mirada de terror.
Es la loca de aquel día... Pensaba la pelinegra temblando. Parecía que fue ayer que Erick le había recomendado que, por seguridad, estuviera su distancia con la joven Zoe por lo intensa que se había visto cuando llegaron. A veces pensaba que Erick simplemente exageraba, pero no negaba que si le asustaba la mujer.
Su presencia, su voz, su reacción provocada por ella misma... Hange Zoe no lo pudo soportar por más tiempo y gritó de la emoción haciendo que la azabache pegara un brinco del susto que sintió.
—¡Iza!
—¿Ella está bien? —preguntó Izaro señalando a la castaña, quien respiraba fuertemente por el grito que había soltado.
—Te juro que es inofensiva —contestó Moblit en un gesto de que mantuviera la calma—. Estábamos hablando de ti y del chico nuevo, se emocionó pensando cómo tú y él fueron tan buenos matando a un titán en el primer intento.
La azabache inmediatamente comprendió que se trataba del concurrente tema que siempre envolvía a su familia, aquel que mencionaba cómo hacían los Xion para ser tan buenos en lo que realizaban. Sabía que la gente siempre decía que ellos no respondían por decisión propia, pero la realidad es que ni ellos mismos sabían la respuesta concreta, por eso se conformaban con decir que era una suerte divina o sencillamente pasaban de largo el tema. Aunque eso no permitía la veracidad para las personas interesadas en ellos.
—Oh... Hange, ¿Hange, verdad? —preguntó y vio que la mencionada asintió con felicidad—. Admiras mucho a mi familia, ¿verdad?
—Admirar es poco para describir lo que tengo por ustedes, ¡ustedes son como dioses! —respondió con una gran sonrisa—. Ustedes son increíbles y saber que trajiste la gloria de su existencia es tan hermoso que no me cabe en el cuerpo todas las emociones que estoy sintiendo —Con mucha confianza, tal vez más de lo que le había brindado Izaro, se acercó para mirarla a sus ojos— ¿Cuál es su secreto? ¿Qué necesitamos hacer los simples mortales para ser como ustedes y vencer a los titanes?
—No existe ningún secreto —No puedo decir nuestros secretos por tu bien—, somos así y listo.
—Eso es lo que los Xion quieren que creamos, ¿verdad? —preguntó con una gran sonrisa—. Estoy segura de que te enseñaron a decir eso cuando te preguntáramos el mejor secreto guardado de ustedes. Impresionante.
Izaro se quedó estática.
—Bueno, tampoco te voy a obligar a responderme, comprendo si no quieres decirlo —continuó, apartándose de la joven en una postura más tranquila y amable para extrañeza de la joven de ojos rojos—. Oye, ¿sabes dónde está el chico nuevo y sus amigos?
—En el ala este, ¿por qué? —dijo al azabache mientras acomodaba su bolsa con las pocas pertenencias que trajo a la expedición, uniforme extra y un cepillo para el cabello, específicamente—. Iba para allá, por cierto.
—¡Excelente! ¡Te acompañaremos! —afirmó Hange mientras tomando a la soldado por su muñeca para dirigirse al sitio mencionado por la pelinegra, despidiéndose de Moblit al mismo tiempo.
No duraron demasiado, el castillo no era precisamente grande así que les permitía desplazarse con mayor rapidez en el lugar. Fue en el segundo salón que los encontraron a los tres novatos hablando de un tema que desconocían por el tono tan bajo que utilizaban, además de la distancia que había entre el dúo de soldados y el trío del subterráneo.
—No creo que te vaya a responder, Hange, no es muy abierto que digamos —comentó Izaro caminando hacía ellos con Hange a su lado.
—Ni que fuera un amargado reservado —dijo Hange antes de alzar la voz para llamar la atención de los novatos— ¡Hey, ustedes! ¿Podemos molestarlos un poco? —su voz interrumpió la conversación de los chicos—. Saben, lo hemos visto todo. Hemos visto lo que han hecho.
El trío trató de lucir tranquilo ante la interrupción de las soldados, pero por dentro acababan de entrar en pánico por las palabras de Hange que los hacía pensar que los habían descubierto en otro intento fallido para robar los documentos y se veían obligados a plantear un plan de emergencia contra ellos.
Mierda, no me digan que... Pensaba Farlan mientras sentía el sudor sobre su frente.
¿¡Ellas vieron lo que hicimos!? Pensaba Isabel mientras trataba de mantener la calma.
—¿Lo que hicimos? ¿De qué hablas? —Levi parecía ser el más calmado de los tres, pero sacaba con sigilo su cuchillo, pensando que, si matarlas era la única manera de escape, lo haría sin dudarlo. Aunque en el fondo lamentaba darle ese destino a la joven Izaro a pesar de que ella no había visto nada, pero sería testigo de lo que haría.
—¿De qué hablo? ¡De cómo mataron a los titanes! —gritó de emoción Hange— ¡Fue alucinante! ¡Iba a explotar de éxtasis!
Levi simplemente soltó un ligero "Ah", eliminando de su mente toda duda respecto a esas dos soldados que lo miraban a él y a sus amigos.
—Soy Hange Zoe, ustedes ya conocen a Izaro Xion —se presentó— Tú eres Levi, ¿verdad? Y esa chica es Isabel, y... él...
—Farlan... —contestó el mencionado con el ceño fruncido, antes de hacer un quejido de dolor por el manotazo que Hange le brindó en su espalda.
—¡Es verdad! ¡Farlan! Encantada de conocerte —sonrió la castaña mientras se sentaba entre el rubio y la pelirroja, Izaro seguía de pie viendo la escena mientras trataba de sonreír aunque sería de una manera incómoda. Hange pronto miró fijamente al pelinegro—. Tú no eras un recluta, ¿verdad, Levi? ¿Cómo aprendiste a usar el equipo tridimensional?
Levi la miraba con frialdad, sin interés alguno de socializar con ella que apenas conocio, sin embargo, Farlan le sugirió hablarle para bajar cualquier sospecha abierta.
—Aprendí por cuenta propia, nada en especial —respondió.
—¿No te entreno alguien? Cuando empecé a entrenar era difícil mantener el equilibrio —comentó Hange con una ligera risa—. Me imagino que a Izaro le fue pan comido.
La chica habló—En realidad...
—Tan humilde, quiere negarlo —comentó la castaña encantada—. Eres hermosa por dentro y por fuera.
Isabel la miraba de mala manera— ¿Puedes dar algún consejo para mejorar?
—Nada en concreto —respondió, antes de volver a dirigirse al azabache nuevamente— ¡Demonios! ¡Eres demasiado sincero! Por muy pequeña que sea la pista puede traer grandes ayudas —Levi seguía con aquella mirada fría, quería que se fuera—. No seas modesto, puedo apostar que a muchos les interesaría averiguarlo.
Muchas miradas caían sobre él, miradas que se traducían a verdadero asombro de parte de quienes lo criticaron por ser de donde es, como si su sola acción calló las bocas de todos los que lo criticaron alguna vez.
—Todos vieron como peleaste al lado de Izaro y eso ha fortalecido la idea de que la humanidad puede ganarle a los titanes —continuó la castaña—. Su pelea se veía verdaderamente impresionante.
Tal parecía que aquellas palabras consiguieron desaparecer la mirada molesta de Isabel, para reemplazarla por una animada y emocionada.
—¡Ja, ja, ja! Somos increíbles, ¿verdad? ¡Y aún somos capaces de mucho más!
Hange sonrió—. Sí, eso fue genial. Es por eso que Levi debe...
Isabel la interrumpió de golpe— ¡Mi hermanito es el más fuerte! ¡Incluso en el subterráneo era el más fuerte!
—¡Sí! Me gustaría saber el secreto de su fuerza, por eso Levi... —quería continuar, pero las emociones de Isabel volvieron a interrumpirla, provocando que Izaro ligeramente riera ante la situación.
—Mi hermanito es... es... ¡es fuerte!
Hange la miraba aún con una gran sonrisa, sabiendo cuál era la solución para que hiciera silencio con tal de que pudiera terminar lo que deseaba decir.
—Toma Isabel, mis amigos me dieron caramelos, ¿quieres probar? —sacó de su bolsillo una pequeña bolsa con caramelos, un presente que Isabel no se negó y tomó con rapidez para comenzar a probar uno por uno—. Entonces, ¿quieres contarnos lo que anda por tu cabeza?
Levi miró a Izaro, buscando si ella tenía la solución para quitarse de encima a la castaña que no paraba de hacerle pensar que era exageradamente excéntrica para su tolerancia. La azabache simplemente levantó los hombros, dándole a saber que respondiera como él sintiera lo correcto.
—No puedo, soy autodidacto, no puedo coger mi equipo y enseñarlo a los demás —respondió directamente, aunque Hange deseaba insistir—. Perdona, estoy muy cansado.
Hange parecía decepcionada, pero tenía que aceptar la decisión del joven, tampoco deseaba molestarlo e invadir su espacio.
—Entiendo. Perdón si te molesté —dijo mientras se levantaba y tomaba los hombros de Isabel y Farlan con sus manos—. Gracias, Isabel. Gracias, Farlan. ¿Qué les parece si hablamos después? Si volvemos vivos, los invitaré a comer. ¡Adiós, Iza! Fue hermoso hablar contigo.
No es aterradora después de todo. Pensó la nombrada mirando a la mujer alejarse y dedicarle una sonrisa confirmando que le había agradado al final de cuentas.
—Oigan, lamentó si ella los molesto. A mí también me pregunto eso, es un poco... entusiasta en eso —comentó Izaro mientras dejaba sus cosas al lado de donde ellos estaban sentados.
—¿Ella se quedará aquí? —preguntaba Farlan mientras la miraba.
—Sí, la invité —respondió Levi quien también la miraba con mucha atención.
—¿H-Hay algún problema? —preguntó Izaro preocupada, poniendo nervioso a Farlan y sonrojándose en el proceso por la expresión que ella puso.
—¡N-N-No! Puedes quedarte, lin... ¡Iza!, puedes quedarte todo lo que quieras —exclamó Farlan nervioso, Levi no pudo evitar alzar las cejas al ver a su compañero más rojo que un tomate y casi soltando baba mientras miraba que Izaro se tranquilizaba.
Le sonrió—. De acuerdo, ya regresó, iré a buscar a mi escuadrón para reunirnos para planear cómo actuaremos mañana.
Isabel y Farlan asintieron con una mirada encantadora ante la chica, ocultando sus sentimientos de sorpresa ante el gesto de su amigo. Posiblemente lo hizo para no levantar ninguna sospecha, por lo que prefirieron volver al tema de Hange.
—Demonios, qué rara es la de lentes, pero... —dijo el rubio mientras miraba a la castaña— ¿No podías contarle sobre algún truco?
Levi agachó un poco la cabeza—. No quiero cargar con la responsabilidad de otra vida más, además de la tuya y la de Isabel —suspiro—. Además, seguro que exagera. No parece que alguien aquí nos prestaba atención, tal vez miraban a ojos raros, ya sabes, niña popular.
Eso decía él, sin embargo, no podía evitar pensar que sí habían miradas sobre él y no precisamente aquellas miradas clasistas que recibió el primer día, sino aquellas de las personas asombradas por su capacidad. Su talento natural. Levi no estaba acostumbrado a la adulación de los demás, a excepción de Isabel, posiblemente era un punto que hacía diferenciar mucho con Izaro, pero debía admitir que sí demostró que era más que un joven criado en la anarquía de la Ciudad Subterránea ese día, y vaya que los callo a todos.
Aunque tampoco era que estaba interesado en ser un ejemplo a seguir para todos.
—Hey, hermanito —llamó Isabel, obteniendo la completa atención del azabache—. No entiendo del todo ese tema de "Regresar la tierra a la humanidad", pero ellos de verdad están dispuestos a morir. Te interesa saber, si estás haciendo lo correcto arriesgando tu vida por la misión, ¿no?
No respondió, pero sí que le dejó pensando, sobre todo la conversación que tuvo que Erwin Smith minutos después de que Izaro se había ido y volvió a quedarse solo en ese pasillo. Aquella conversación que se refería a cómo los soldados de la Legión de Reconocimiento estaban dispuestos a sacrificar sus vidas, como si no importara el dolor que dejarían a sus familias y seres queridos, pero que por ellos mismos buscaban poner fin a la existencia de los titanes.
El dolor era momentáneo, pero la libertad es eterna y eso buscaban los soldados de aquella facción.
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INFORMACIÓN ACTUALMENTE DISPONIBLE PARA EL PÚBLICO
Participar en las expediciones es un acto de pleno orgullo para la familia Xion, por aquella misma razón, la muerte de Zachary y Theodore Xion fue un duro golpe en su orgullo que tomaron la decisión extrema de retirarse como un tipo de castigo a los que seguían con vida dentro de la familia..
to be continued...
N/A:
izaro cuando escuchó que levi la llamo por su nombre:
(como andamos en temporada mundial, habrá memes si salen eh)
FELIZ MES DE DICIEMBRE Y QUEDA POCO PARA FINALIZAR CON EL PRIMER ACTO !
ya vemos que erick tiene un plan de escape y todo depende si sobrevive o no, ¿vivirá? ¿morirá? todo depende de diosito 🤭
DECLARÓ ESTE CAPÍTULO COMO EL INICIO DEL LEVIZARO, nombre del ship, así que pueden comenzar a shipearlos si es que no lo hacían desde antes...👀 fuck todos los hombres, nosotros queremos a levi como el one and only de izita 🫶
en fin, ya saben lo que se avecina así que solo diré que... CADA VOTO Y COMENTARIO AYUDARÁN A QUE ESTA ESCRITORA LES TRAIGA CAPÍTULOS Y SE SIENTA QUERIDA AH, ¡NOS VEMOS PRONTO!
con cariño, nicky🌙
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