Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐕𝐈 ; everyone thinks that we're perfect


CAPÍTULO SEIS
· • ❝〔 todos piensan que somos perfectos 〕❞ • ·
una decisión sin remordimientos ; parte VI

Distrito Ehrmich. Muralla Sina. Año 835.

LA SALIVA SE ANDABA COMBINANDO CON la sangre que su boca escupía como único método de salida. Aquel golpe propinado por su tío había sido más fuerte que el anterior y, para su desgracia, todavía le faltaban varias horas para finalizar su práctica del día. Un mes atrás había dicho a su familia que sería ella quien traería el legado del cual eran orgullosos y como no había tiempo suficiente para que recibiera por completo todo ese entrenamiento exclusivo de ellos, optaron por darle lo básico para que se acostumbrara un poco a la vida de recluta que tendría.

Danilo se ofreció a ser quien le enseñara, aunque no por interés en ayudar a su sobrina, sino que lo hacía para aprovechar y soltar un poco aquel rencor que sentía sobre, al menos, uno de los hijos de su difunto hermano.

—Levántate. —ordenó el hombre—. Estos golpes no son nada comparados a los que tu padre les daba a tus hermanos. Digamos que estoy siendo considerado contigo.

Izaro, de catorce años, se levantó con dificultad mientras limpiaba la sangre de sus labios con el dorso de su mano. No era nuevo para ella aquel odio que su tío sentía por ella o sus hermanos, tampoco de que hablara de Zachary con un tono tosco en sus palabras. Era muy sabido por la familia que Danilo siempre tuvo envidia pura por su hermano menor, el cual también extendió a su cuñada y sobrinos por haber conseguido continuar con la descendencia de los ojos color sangre.

También odiaba a su mujer y sus hijos que no habían nacido con aquel color exótico que tanto caracterizaba a la familia, llegando a niveles en que deseaba que murieran.

—El abuelo dijo que sólo debes darme lo básico del entrenamiento y ya.

—Y lo estoy haciendo, idiota. Estás aprendiendo a resistir cuando te toque combate cuerpo a cuerpo; créame, esas prácticas básicamente definirán la imagen que las personas tendrán sobre ti como una Xion. —comentó, acercándose de manera amenazante hacía su sobrina menor—. Por ejemplo, si te ven en este estado dirán que no eres fuerte, sino débil. Tu imagen sería de una tonta niña indefensa que no logra darle honor a su legado, una vergüenza completa para la historia que el resto de tu familia se esforzó por crear; es más, estarán agradecidos que tus padres estén muertos porqué así no verán a la fracasada hija que procrearon...

—¡No soy débil!

—¿Ah, no? Entonces, ¿por qué estás llorando? —preguntó su tío con cinismo. Izaro se congeló en cuanto escuchó aquello, rozó con sus dedos su mejilla y, efectivamente, sintió la húmedad en ella. Pidió perdón de inmediato mientras usaba el dorso de su mano para secarse—. Izaro, no trates de negar lo que eres. Dime, ¿me odias?

Ella negó con la cabeza.

—¿Odias al viejo malnacido de tu abuelo? ¿A la estúpida de tu tía? ¿A tus padres o hermanos? ¿A mi esposa o tan siquiera a mis ineptos hijos? ¿Te odias a ti misma?

Volvió a negar, esta vez, mirando al suelo mientras se mordía el labio inferior.

—Ese es el problema, eres débil porqué eres buena de corazón. —dijo cruzando los brazos mientras miraba todo el área en la que se encontraban, los jardines de su respectivo hogar eran lo suficientemente grandes como para hacer entrenamiento sin ningún problema y de hablar sobre algunos temas que deseaban mantener en la privacidad—. Todos en esta familia nos odiamos entre sí; nos queremos muertos y hacemos nuestros días más miserables esperando impacientemente a que los otros estallen. Por algo Izadora se suicidó, porqué ella sabía mejor que nadie la mierda de nuestra familia. Pero a la vez somos la familia perfecta ante los ojos de los demás, todos quieren portar nuestro apellido aún si desconocen el costo de este y tú tienes el privilegio de haber nacido como una Xion de sangre, así que debes comportarte como tal.

Arrugó su pequeña nariz con incomodidad, no le gustaba que los seres que tanto quería –y temía– se trataran de esa manera. Y es que era cierto, no sentía odio por nadie de su familia, se sentía incapaz de hacerlo y sabía que en ellos, no era lo normal los sentimientos que ella sentía.

—Yo hice una promesa a la tumba de mi bisabuelo, le dije que yo seré quien cumpla su deseo y lo haré.

Danilo la miró con frialdad y suspiró con pesadez.

—Izaro, la única forma de que puedas cumplir esa promesa es cambiando ese corazón noble que tienes por uno podrido.

Cuartel de la Legión de Reconocimiento. Muralla Rose. Año 839.

Se mordía levemente su labio inferior mientras se encontraba parada en la entrada del cuartel junto con Erwin Smith. En sus manos, traía una carta que provenía de su hermana mayor, Melania, anunciándole que iría de visita junto con Xaiden y sus dos pequeños sobrinos, Mía y Daniel; le fue entregado tres días atrás, ya había pasado una semana desde que el trío del subterráneo había ingresado a la Legión, por lo que tuvo que prepararse para recibirlos de la mejor manera posible y también preguntarse el motivo de su visita, aunque comenzaba a sospechar cuál podría ser.

—Entonces, ¿tu hermano siente atracción por mí? —preguntaba Erwin alzaba una ceja y tratando de contener una risa de sorpresa, porqué era lo que estaba sintiendo ante la declaración de su subordinada—. Creí que estaba comprometido con esa chica de Stohess.

—Lo sigue estando, pero no siente nada por ella. —comentó la azabache con la mirada al frente—. Igual tiene que casarse con ella. No le digas que te comente su mayor secreto, lo puede meter en problemas con nuestro abuelo.

—Pensé que tenían libertad de escoger con quien casarse.

—Hasta cierto punto. —respondió ella—. Muchos quieren ser parte de nuestra familia, pero la cabeza de los Xion, mi abuelo, es quien elige quienes son los candidatos finales. La persona que más nos interese es quien es nuestro preferido y ahí es cuando nosotros tomamos la decisión final, hay casos donde hay un verdadero interés romántico como el caso de mis padres, pero hay otros, como el de Xaiden, donde eligen porque nos trae un beneficio a la familia.

—¿Y a ti ya te tienen candidatos?

—En su mayoría nobles, dice mi abuelo que mi imagen resaltaría en la nobleza, pero no he querido conocerlos porqué me encuentro en una relación. Y eso que mi familia no aprueba a Erick por no cumplir con las expectativas.

—¿Solamente por eso no lo quieren cerca tuyo? ¿No hay algo más?

Se tensó un poco al oír esas palabras salir de la boca de su capitán.

—Sí, es por eso. —dijo con rapidez, mirándolo directamente a los ojos y enderezando su espalda.

—Izaro...

—¡Tía Iza!

Dos voces infantiles, un niño y una niña, gritaban de felicidad en cuanto vieron a la joven pelinegra. Bajando con velocidad del carruaje en pleno movimiento y corriendo hacías los brazos de su amada tía para que los abrazara con emoción. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que la vieron y saber que visitarían a su tía favorita era algo que les generaba emoción.

—¡Niños! ¡Me alegra tanto verlos! —comentó Izaro con felicidad, alzando al niño mientras la niña jalaba ligeramente su brazo con emoción— ¿Es idea mía o ustedes dos están creciendo?

Ambos mellizos tenían cuatro años, sus nombres eran Mía y Daniel Xion, se trataban de los hijos de Melania y su esposo, el senador William Xion. Apenas eran unos bebés cuando ella se había ido al entrenamiento militar, así que verlos ya un poco más grandes le hacía sentirse algo nostálgica y feliz por ello.

Siguiéndoles, aunque a paso moderado, se encontraban sus dos hermanos mayores. Melania que parecía mirar con cautela a todo lo que le rodeaba mientras tenía sus dos manos entrelazadas y Xaiden, quien estiró sus brazos en el momento que miró a los ojos a su joven hermana menor, sonriéndole de paso debido a la nostalgia que lo invadió cuando intento pensar en la última vez que se vieron.

Parecían una familia tan encantadora.

—No puede ser, ya eres toda una señorita, enana. —mencionó feliz mientras envolvía a Izaro alrededor de sus brazos, recibiendo a la vez al par de niños que también querían compartir el momento— ¿Dónde quedó la niña que disfrutaba jugar fiestas de té con sus muñecas y había que obligarla a que comiera sus verduras?

—También te extrañaba, Xaiden. —sonrió Izaro, antes de separarse un poco para saludar a su hermana mayor—. También me alegra verte, Mel.

Melania hizo una sonrisa fugaz, antes de volver a su mueca sería e introvertida como la que siempre se había mostrado. Era la mayor de los cinco hijos de Zachary y Theodore, quien se había visto obligada a criar a sus otros hermanos menores junto con Xaiden cuando sus padres murieron, principalmente a Izaro quien era la menor de todos y era sólo una niña de ocho años cuando aquel evento ocurrió.

Con el paso del tiempo se había vuelto algo reservada y protectora con sus seres queridos, más aún cuando se casó con aquel senador y tuvo a sus dos hijos. Era complicado verla fuera de su ambiente familiar, por lo que había sorprendido a Izaro saber que ella vendría de visita.

—No nos vamos a quedar por mucho tiempo, los niños quieren ir a visitar el Bosque de los Árboles Gigantes y aprovechamos para ver cómo andabas. —mencionó Melania, acercándose a su hermana para abrazarla, le costaba pensar que la pequeña niña que criaba como si fuera su hija y no hermana menor había crecido—. También, ellos querían verte.

Una mueca estuvo a punto de formularse, pero supo disimularlo cuando Mia estiró sus brazos para pedirle que la alzara e Izaro no desaprovecho el momento. En el fondo, le hubiera gustado que estuvieran ahí principalmente para verla, había pasado mucho tiempo y quería creer que el sentimiento de extrañarla les había ganado.

Eso no iba a pasar. Había segundas y terceras intenciones detrás de la visita.

—Igual me alegra verlos, todo este tiempo estaba algo intranquila de no saber nada de ustedes que no fuera por cartas. —mencionó la joven.

—Tía Iza, ¿podemos il a vel los caballitos? —preguntó Daniel con inocencia, todavía le costaba pronunciar la "R" al punto en que lo reemplazaba con una "L". Aún así, quienes lo rodeaban supieron entenderlo e Izaro no pudo evitar sonreír con ternura.

—Hay que pedirle permiso al capitán Erwin, cielo.

—Capitán, ¿podemos ir? —preguntaba Mia juntando sus manitas como signo de rogación.

Erwin sonrió con suavidad, asintiendo en el proceso.

—Sólo obedezcan a su tía y no se acerquen a los soldados que están entrenando. —dijo antes de escuchar la emoción de los pequeños antes el permiso, no sin antes escuchar las órdenes de su madre y la hora en que debían reunirse en la posada donde dormirían aquella noche.

Izaro le dijo en casi un susurro un pequeño "gracias" a su capitán, tomando las manos de los niños mientras caminaban hacía los establos para contemplar aquellos animales hermosos que todo infante adoraba subirse y andar en ellos.

Todos los soldados que pasaban a su lado miraban con ternura a sus pequeños sobrinos, pero lo que más llamaba la atención era esa dedicación y cariño que Izaro mostraba por esos niños. Era imposible no mirarla sin sentir una vibra de instinto materno ser expulsado de ella, como si la maternidad fuera su mejor habilidad y esos niños jugaban el papel de sus hijos en la imaginación de los que querían verla a ella procrear su propia descendencia.

Y es que era evidente el deseo materno que Izaro inconscientemente soltaba, en especial ahora que ya era una adulta y probablemente debía asumir la responsabilidad de procrear hijos. Porqué la familia Xion veía más el tener hijos como una responsabilidad que un deseo genuino, pero Izaro realmente deseaba de corazón ser madre. Sin embargo, no tenía una planeación en mente por tres razones: la primera, apenas ese año cumpliría sus veinte años y quería aprovechar sus primeros años en el ejército para formarse como buena soldado; la segunda, Erick no era fanático de la idea de ser padre –siendo sinceros, le repugnaban los niños– y no quería presionarlo en eso, menos cuando primero debían de casarse como él la hizo prometer; por último, como tercer punto, sus padres, pero ella no deseaba adentrarse en ello.

A Erick le intimidaba un poco aquella mirada fría e inexpresiva de Levi. La consideraba como la mirada de un muerto en vida, una mirada parecida a la que su madre había adoptado con el paso de los años cuando el rubio era un niño y presenciaba cada golpe que su repudiado padrastro les propinaba sin piedad.

Y es que el principal problema de esa mirada era que los demás desconocían de lo que realmente estaba pensando la persona, no sabían cuáles eran las emociones que este tenía en esos instantes; a Erick no le beneficiaba aquello, tenía que saber qué pensaba el azabache de poca estatura sobre él para evitar que sus planes se vieran estropeados.

Era cierto que no muchos en el cuartel le daban una cálida bienvenida a los jóvenes del subterráneo, pero eran vistos como rufianes ladrones y no como mentirosos, además de que era muy grave una acusación de agresión física y los de la Legión no tardarían en poner bajo protección a su soldado más valioso de la violencia que Erick le llegaba a ejercer.

Estaba jodido, muy jodido.

—Oye, Levi. Me caes bien, ¿sabes? —el mencionado no tardó en torcer los ojos al oír eso. Ese día, les tocaba a él y a su par de amigos entrenar a los novatos, aunque no entendía la necesidad de hacerlo cuando se sentía prácticamente humillado con las habilidades de ese trío, en especial del hombre con quien intentaba entablar conversación. Simplemente no podía esperar más a que Izaro apareciera y le dijera que tomara sus lugares—. Hablo en serio, me caes muy bien y pienso que eres alguien muy talentoso.

El mencionado simplemente torció los ojos ante el comentario.

—Eres rápido, fuerte, muy hábil... —sonrió de lado mientras lo miraba—. Me atrevería a decir que eres incluso mejor que mi novia. ¿Ya te había mencionado que mi novia es...?

¡Tch!

—Una Xion, ya lo sé. —contestó interrumpiéndolo, antes de mirarlo directamente a los ojos con frialdad—. Ve al punto y dime qué quieres.

Erick soltó una risa fugaz, debía de admitir que aquello si le gustaba de Levi. Y mejor, porqué la realidad era que no lo soportaba.

—Hace un par de días te topaste con una escena que posiblemente pudiste malinterpretar y quiero aclarar lo que realmente sucedió.

—¿Qué cosa?

—Mi novia y yo tuvimos una pequeña discusión, como toda pareja enamorada tiene; claro que toda discusión tiene sus niveles y, debo ser honesto, hubo un poco de intensidad en la discusión que teníamos. —decía Erick, aunque sentía que estaba haciendo un poco de rodeo. Debía de no hacerlo o revelaría la agresión que había ejercido sobre la joven—. Apareciste repentinamente y, quisiera preguntar, ¿presenciaste algo en nosotros cuando llegaste? Puedes confiar en mí, te lo prometo.

Levi lo miraba desconfiado, algo le generaba un mal sentimiento con esas palabras; claro que había presenciado algo ese día, el ruido de algo chocando contra la pared, la voz de Erick en un tono enojado, la tensión de la pareja al ser descubierto y, no menos importante, el lenguaje corporal de Izaro que reflejaba miedo y nerviosismo.

¿Y si lo que sospechaba era cierto? ¿Erick le había hecho algo?

Si él hablaba y mencionaba lo que realmente vio, ¿mentiría y después le haría algo a ella? No era como si aquella pelinegra le importara mucho, salvo si en algo le beneficiaba a su trabajo de robar ciertos documentos y matar a Erwin Smith, pero tampoco ignoraría algo tan serio como lo era la violencia ejercida entre pareja. Era cierto que él era de los que pensaba que las cosas se deben de hacer con mano dura, pero también diferenciaba entre ser de mano dura a ser un abusador.

—Los escuché a ambos entablando una conversación nada más, no sentí que haya sucedido algo malo, tan sólo quería terminar con el entrenamiento de ese día.

El rubio internamente suspiró de alivio—. Qué bueno, me tranquiliza oír eso. Temía que hayas pensado que algo paso y tuviera que aclarar lo sucedido.

Levi respondió—. Eso no quita que si discutieron, cuando tú aseguraste que sólo "estaban teniendo un rato de pareja".

Maldición. El rubio no pudo evitar tensarse—. A veces, entre pareja también se disimulan las apariencias.

Y la conversación terminó de golpe, luego de oír las risas de unos pequeños niños que se acercaban al lugar junto con una joven azabache. Ambos varones supieron que se trataba de Izaro con un par de niños iguales a ella, de cabellos negros y ojos color rojo. Los dos inmediatamente supieron que se trataba de los familiares de ella.

—¡Vaya! Los pequeños mellizos ya están grandes, ¿cómo están, pequeños? —saludó Erick con una gran sonrisa mientras se hincaba para estar a una altura medianamente igual a la de ellos; lo que no sabía, es que ambos niños no tuvieron el mismo gesto que él, simplemente sus sonrisas pasaron a muecas de desconfianza y se escondieron detrás de las piernas de Izaro. Esta última sentía cómo las pequeñas manos de sus sobrinos apretaban con fuerza las de ella, como señal de que no querían estar ahí—. Si ellos están aquí, entonces...

—Melania y Xaiden están de paso, aprovecharon para verme e ir a cenar en la tarde.

—¿Sólo a ti? A mí no me invitaron, ¿verdad?

Izaro selló sus labios en respuesta. A Erick no le sorprendía eso, ya sabía que no era bienvenido en esa familia y que los hermanos de su novia, en especial aquellos dos, no lo querían cerca de ella. No podía evitar tensar su mandíbula ante eso, más al pensar que era una oportunidad pérdida para convencer al clan Xion que él era el indicado para Izaro. Ella, por otro lado, sintió temor al ver su expresión, aunque intentó disimular para no asustar a sus sobrinos; pero alguien sí la había visto, Levi notó algo negativo entre ellos dos.

—Bueno, si es lo que ellos quieren. —dijo el rubio cambiando de expresión a una más relajada, acercándose a ella para darle un beso en la mejilla—. Cuídate, manda saludos de mi parte.

Ella asintió antes de irse con los dos niños, sin mirar atrás para evitar notar algún cambio de expresión en su novio. Sólo esperaba que cuando tuviera que volver, él no estuviera de mal humor y discutieran, o peor.

—Tía, ¿estás bien? —preguntó Mía.

—Claro, mi amor, ¿por qué?

—Es que... Él es raro, no nos agrada. —contestó la niña

—¿Te casalás con él? —preguntó Daniel.

Izaro apretó los labios cuando escuchó la pregunta, nunca le había sucedido ello.

—Él sólo es mi novio, chicos, nada más. —dijo ella, aunque no le respondió directamente su pregunta—. Vamos, se hace tarde.

En las calles de Trost se estaba dando un pequeño carnaval donde todos los habitantes estaban presentes y los Xion admiraban desde la ventana del restaurante donde estaban cenando, un piso que se les había dado exclusivamente a ellos para evitar ser molestados. Izaro miraba junto con sus sobrinos desde el balcón a las personas bailar, aunque también aprovechaba el momento para saludar a otras personas que notaban la presencia de ellos y saludaban con emoción a la joven.

—¿Quieren ir abajo a bailar y jugar con los demás niños? —preguntaba Melania acercándose al balcón, sus hijos asintieron con emoción y ella les dedicó una cálida sonrisa—. Los estaré vigilando desde aquí, no se alejen de los oficiales y de aquí. Es una orden.

—Sí, mami. —dijeron al unísono y corrieron hacía abajo con felicidad dejando a los tres adultos solos en la mesa donde estaban cenando, la cual estaba repleta de exquisitos platillos donde su principal ingrediente era la carne, aquel alimento que comenzaba a tener más valor dentro del comercio durante los últimos años.

—El vino aquí es exquisito, aunque no supera los vinos de Sina. —Xaiden soltó un comentario al azar, levantando su copa con el líquido morado que estaba próximo a acabar— ¿Les mencioné que el tío de mi prometida es dueño de un viñedo a las afueras de Stohess? Al menos puedo sacar provecho de ese matrimonio.

Izaro comentó—. Hablando de sacar provecho de algo, ¿para qué vinieron realmente? —ambos hermanos mayores se tensaron al escuchar la pregunta, mirándose al mismo tiempo como si fueran cómplices de algún crimen cometido—. Sé que no aprovecharon el paseo para verme nada más, ¿sucede algo?

Melania suspiró, confirmando a su hermana menor la pequeña sospecha que llevaba dentro.

—Lo primero no es muy importante que digamos, es una cosa que William escuchó en una reunión del Consejo Real y quiere que sepas para que el capitán Erwin tenga precaución. —Izaro frunció el ceño al escuchar el nombre de Erwin salir de la boca de Melania—. La Legión nunca ha sido bien vista por muchas personas y eso lo sabes, en especial por la gente de la nobleza. Incluso cuando la familia era activa en esto, esas personas trataban de que los Xion fuéramos a la Policía Militar; para ellos, la existencia de la Legión es una puñalada en sus bolsillos. Hay un noble que desde hace años busca cerrar la división de la Legión de Reconocimiento, su nombre es Nicholas Lobov.

—¿Desde hace cuántos años, exactamente?

—Digamos que ese tipo busca eliminar la Legión desde antes de que papá y mamá fallecieran. —contestó Xaiden dándole un último sorbo a su vino.

Era bien sabido que la Legión de Reconocimiento no era bien recibida por muchas personas, principalmente por el tema de que la tasa de mortalidad ahí era verdaderamente alarmante; incluso había aumentado su rechazo cuando la noticia de la muerte de Zachary y Theodore en plena expedición había sacudido las murallas. Muchos civiles decían que lo mejor era que desmantelaran aquella división, otros decían que eran la poca esperanza que la humanidad todavía tenía y debían mantenerlos; pero solamente quedaban en opiniones de las personas, al menos de que pertenecieras a la nobleza de las murallas.

La nobleza era un tema complejo y algo misterioso debido a lo distantes que eran con los civiles; les gustaba ignorar los peligros que habían en el exterior, porqué mientras ellos vivieran en los lugares más seguros de las tres murallas, nada les pasaría. Pero como en toda historia que conocemos, sabemos que los que poseen poder sobre un pueblo resultan ser los que más corrompen su mundo y ellos no era la excepción.

Para las expediciones de la Legión se requería de un costo nada barato, aquellos fondos eran tomados de los impuestos que cada pueblo y distrito existente. El problema era que los impuestos eran compartidos con los nobles y, para ellos, la idea de tener que compartir sus riquezas con la Legión era como si tuvieran que compartir con un ladrón. Eran egoístas y no ocultaban su odio hacía aquella rama militar.

—William estaba en una reunión con esas personas cuando escuchó a Victor Hryniv y Vladimir Mischutin sobre este Nicholas Lobov; al parecer el hombre intentó desmantelar la Legión de Reconocimiento, pero el capitán Erwin lo impidió con unos papeles que no desconoce de qué se tratan. Hay muchas cosas que no escuchó con claridad para evitar que Victor y Vladimir lo descubrieran. —siguió Melania hablando, dando pequeñas miradas a la ventana para asegurar que sus hijos siguieran en el lugar donde les indicó.

—¿Y qué más escuchó? —preguntó su hermana menor.

—No es claro si lo que escuchó es cierto por lo mismo que te mencioné, pero dice que Victor mencionó que Nicholas no está feliz con lo que hizo Erwin y tomará represalias por eso. —dijo Melania—. Si te digo esto, es para que estés alerta y también se lo digas al capitán. Debe tener toda precaución y más si tiene de enemigo a un noble, esas personas son capaces de lo que sea con tal de mantener su reputación.

Izaro aceptó, aunque no pensaba que algo malo fuera a suceder y menos si el objetivo se trataba de Erwin Smith. Aquel hombre podía ser un blanco fácil, pero pensar en ello era básicamente confirmar que realmente no conocían nada sobre él. El capitán Erwin Smith siempre estaba un paso adelante que el resto.

—¿Y qué es lo segundo que querían decirme? Dijiste que eso era lo primero.

Las expresiones serías de sus hermanos mayores se transformaron en unas expresiones que reflejaban tensidad; Melania abrió la boca, pero Xaiden inmediatamente la detuvo haciendo un "shhh" en susurró. Se levantó de la mesa y se acercó a la entrada de aquel segundo piso del restaurante para vigilar que verdaderamente estaban solos; la entrada estaba vacía, salvo por las voces de clientes que comían sus respectivos platillos en el primer piso y a los meseros caminando de un extremo a otro.

El muchacho de ojos rojos suspiró de alivio tras confirmar que estaban en completa privacidad, alejándose de las escaleras sin quitarle un ojo hacía ese sitio.

—Nos llegó una noticia que ha provocado tensión en la familia y ten por seguro que están furiosos contigo por no mencionar nada. —comentó él sentándose nuevamente en su respectiva silla— ¿Es cierto que el capitán Erwin trajo gente de la Ciudad Subterránea para ser soldados de la Legión de Reconocimiento?

Maldición. Había olvidado por completo que su familia tenía oídos en todo lado, incluso en aquel sitio. Su cuerpo tembló cuando escuchó la pregunta y sabía que no podía mentirle a ellos cuando ya sabían toda la información.

—Es cierto, me pidió también que lo ayudara a buscarlos. —respondió Izaro—. Pero ellos tres son buenos muchachos.

—¿Cómo estás segura de ello, Izaro? —preguntó Melania con un tono pasivo-agresivo—. No podemos estar completamente seguros de ello y menos tratándose de personas de ese lugar. Dime, ¿te han amenazado o algo? Tienes que respondernos y con la verdad.

—¡No!

—Izaro, esto es grave y lo sabes mejor que nadie. —soltó Xaiden mirándola a los ojos—. Si esas personas saben quienes somos y hablan, toda la familia estará expuesta y estaremos en graves problemas. ¿Quieres que toda la familia esté metida en problemas que van hasta lo legal?

Ella negaba con la cabeza, los nervios se apoderaban de ella como si ese fuera el sentimiento que reinaba cuando se trataba de ese tema. Siendo sinceros, si era un sentimiento que estaba presente, aunque también lo eran el miedo y la desesperación.

—No somos muy precavidos en esos lugares; la exposición ante ser descubiertos es muy grande y ya vivimos en peligro con incluir más personas en este secreto. —mencionó Melania.

—Por eso mismo te niegas a llevar a los niños ahí, ¿verdad? —preguntó Izaro, viendo como su hermana fruncía el ceño. Era normal que en su familia llevaran a los niños a esos niños lugares, pero su hermana mayor parecía que no quería hacer ello y no entendía el por qué, los dos niños habían nacido con ojos rojos, lo que significaba que en un futuro irían con regularidad ahí.

—Tienen cuatro años, ¿cómo voy a exponerlos a esas edades?

Xaiden cruzó los brazos y miró al suelo con seriedad—. A los cuatro años ya era testigo de cómo papá metía prostitutas a nuestro hogar y mamá sólo se quedaba mirando.

Ese comentario simplemente le trajo un recuerdo a la memoria de Izaro, el cual creía haber bloqueado para siempre. Apretó sus manos con fuerza al recordar todo; la noche, el lugar, sus gritos de desesperación al ver a esa otra mujer entrar a la habitación con su padre; su madre simplemente sosteniéndola para que ella no entrara y viera algo que la dejara marcada de por vida.

¡No! ¡No vaya, por favor! ¡Papi, por favor, no lo hagas!

Sacudió su cabeza para olvidar aquello, aunque los temblores en sus manos y piernas se hicieron presentes tras eso.

—Da igual, no me desviaré del tema. —dijo Melania ignorando el comentario de su hermano menor—. Izaro, de esos chicos que trajeron, ¿hay alguno que resalte como el líder?

—Levi... —dijo su nombre en susurro.

—Bien, quiero que hagas esto si comienzan a amenazar con exponernos: habla con el líder de manera pacífica, que vea que venimos en términos de paz; dile que estamos dispuestos a pagar una buena fortuna para que no hable, dinero a cambio de su silencio...

Ellos no parecen ser ese tipo de personas...

—No creo que vayan... —intentó hablar ella, tratando de defender a sus nuevos compañeros sobre aquello, pero la voz de Xaiden se lo impidió.

—Si se niegan a callar, entonces nos avisas. —dijo él con seriedad—. El abuelo dice que ya tiene un plan B por las dudas, pero sólo se debe utilizar si ellos salen con alguna amenaza y no acepten la oferta de dinero.

La gente dentro de las murallas deseaba ser parte de los Xion, ya sea a través del matrimonio o haber nacido como tal. Todos pensaban que eran perfectos, porqué ellos eran la imagen de la perfección familiar. Pobres aquellos que tenían la oportunidad de conocer la verdadera cara de los Xion.

Los minutos pasaron y ya se hacía tarde, Izaro decidió que era hora de irse y se despidió de sus dos hermanos, aunque Xaiden se había ofrecido en acompañarla a la salida del restaurante. La fiesta en el distrito continuaba y muchas personas se emocionaron al ver a los dos Xion salir del restaurante, pero ninguno saludó, simplemente se miraron mutuamente con seriedad para seguir hablando antes de que ella se marchara.

—Hay otra cosa que quiero preguntar. —mencionó el hombre cruzando los brazos—. Todavía sigues con Erick, ¿verdad?

Izaro suspiró asintiendo con la cabeza, sabía a qué rumbo tomaría esa respuesta.

—Sabes que lo amo.

—Eso no quita que el abuelo te prohibiera estar con ese chico.

—En vez de regañarme como si todavía fuera una niña, deberías de apoyarme, Xaiden. —se defendió ella, apretando sus labios con frustración— ¿O acaso no estás resentido con él por tu compromiso casi forzado?

Su hermano inhalo mucho aire, dando un paso adelante para imponer la autoridad que todavía poseía sobre su hermana menor.

—Te apoyaría si Erick fuera un chico de mi agrado y no lo es, Izaro. —dijo molesto—. Él no me da una buena vibra, me da la sensación que sólo está contigo por nuestro apellido y su actitud no colabora demasiado. ¿Acaso olvidaste la rabieta que él hizo frente a toda la familia porqué le dijimos que no es bienvenido? Si te amara, no haría esos berrinches como si lo único que quiere es la bienvenida nuestra; menos simpatía me da sabiendo lo que te ocurrió cuando ustedes se fueron.

Un aire frío recorrió por la espalda de Izaro cuando Xaiden mencionó aquello, y cómo olvidar aquel suceso que había sido la primera vez que Erick le levantó la mano. Aunque le sorprendía que su hermano sacara ese tema a relucir como si fuera algo reciente.

—Ya te dije que él no me hizo nada; tengo entendido que el mismo instructor les informó que mi labio roto fue producto de que me caí de mi caballo. —mintió, sintiéndose segura de que su palabra sería creída.

Pero se equivocó al ver el ceño fruncido del azabache reflejando confusión.

—¿De qué hablas? Izaro, tu instructor dijo que aquello fue porqué te caíste de las escaleras. —la mencionada sintió terror al ver que se había equivocado—. Tú misma le diste ese testimonio y Erick lo confirmó.

—E-Eso fue lo que dije, que me caí de las escaleras.

—Acabas de decir que...

Su voz comenzaba a soñar alterada, pero debía mantener la calma para cambiar su mentira—. Mira, hay mucho ruido en la calle y seguro que escuchaste mal. No importa, solamente te quiero dejar en claro que Erick me ama y yo lo amo. Eso nadie lo va a cambiar y menos ustedes.

Intentó irse, pero el agarre que su hermano hizo sujetándole su brazo la detuvo. Se paralizó por un segundo, recordando que aquello era la manera en cómo Erick la sujetaba cuando peleaban.

—Iza, si él te hace algo, puede confiar en mí. —aseguró Xaiden, cambiando su expresión a una de preocupación—. Eres mi hermanita y jure que te iba a cuidar; pero no puedo cuidarte si no eres abierta sobre tu relación con ese chico.

Ella lo sabía. Era consciente que de sus cuatro hermanos mayores, Xaiden era el que pondría las manos en el fuego por ella. Sabía que su palabra era cierta y era capaz de protegerla hasta de lo más siniestro que existiera en su mundo.

Pero no podía. Debía mantenerse en silencio por el bien de su novio. Se lo había prometido aquella vez.

Esto no saldrá de nosotros, ¿de acuerdo? Dije eso para protegerte, pero necesito que mantengamos una misma versión y no le digas a nadie lo que realmente paso, ni siquiera a Oscar y a Ruby. Por favor, Erick.

Está bien, no lo diré; pero me tienes que perdonar por lo que hice. Te prometo que no lo volveré hacer, es la primera y última vez que lo hago.

Sentía que las ganas de llorar de la rabia quería apoderarse de ella, pero sabía que no podía llorar. Ella era una Xion y no era débil.

—Erick jamás ha sido violento conmigo, así que no te tienes que preocupar. —mintió, agradeciendo internamente que él le había creído—. Ya debería irme, se hace tarde. Disfruten del viaje de mañana. Te amo.

—Yo también te amo, Iza.

Y finalmente se fue. No sin antes echar una última mirada hacia la dirección en donde estaban sus dos sobrinos felices, bailando con emoción; los niños se despidieron de ella sacudiendo sus pequeñas manitas e Izaro copió la misma acción en señal de despedida. Después, regresó hacia el cuartel en carruaje mientras pensaba en las conversaciones que tuvo con Melania y Xaiden, pero principalmente en la última que tuvo donde el tema era aquel hombre que tanto amaba.

Perdón, Xaiden, pero se lo prometí a Erick. Fue lo único que pensó.

INFORMACIÓN ACTUALMENTE DISPONIBLE PARA EL PÚBLICO

Los Xion poseen un entrenamiento privado que recibían antes de entrar a las tropas de reclutamiento. Consiste en una preparación física y mental extrema que la familia mantiene en secreto, esto debido a que algunas actividades no son permitidas por la ley. Izaro Xion es la única miembro de la familia que entró al ejército sin haber completado el entrenamiento, solamente obtuvo lo básico antes de ingresar al reclutamiento.




to be continued...

N/A:

buenOOOOO, yo advertí que erick seguía igual o peor en esta versión, soy mujer de palabra. ahr

primero HOLA CÓMO ESTÁN, segundo perdón por tardar, por un momento no supe escribir lo que quería poner en este capítulo y también, entre de nuevo a clases y hay mucha tarea.

ya estamos viendo que los xion son peor que el 90% de las familias latinoamericanas, es el hijo de dollhouse y the family jewels, así que atentos porque se viene fuerte.

alsoooo, vemos un poco más sobre erick e izaro, no se preocupen ya falta poco para tener izaro y levi pq sé que ya no soportan a erick. ASÍ QUE PREGUNTA DEL DÍA: ¿creen que podrán mantener la mentira de que no hay violencia en su relación o no? los leo !

recuerden que si bien esto es ficción, las relaciones tóxicas y abusivas existen; no es fácil salir de una relación como esas y no podemos juzgar a las víctimas si no conocemos el contexto psicológico del por qué callan o se quedan ahí. es importante tener empatía y guiarl@s a que identifiquen el abuso, además motivarlos a que denuncien.

por mi parte, eso es todo. no olviden votar y comentar que me ayuda bastante. ❤️

con cariño, nicky🌙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro