𝐈 ; that smile she liked so much
CAPÍTULO UNO
· • ❝〔 aquella sonrisa que tanto le gusto 〕❞ • ·
una decisión sin remordimientos ; parte I
Cuartel de la Legión de Reconocimiento. Muralla Rose. Año 839.
ÉL ESTABA DE ESPALDAS IGNORÁNDOLA POR completo, haciéndole entender que estaba molesto por la reciente discusión que habían tenido y dándole a entender que la única culpable era ella. Izaro estaba sentada en el borde de la cama de él, acariciando su mejilla y aguantando las lágrimas que querían escapar de sus ojos por la impotencia que sentía en el momento mientras las palabras que él le había dicho resonaban, una y otra vez en su cabeza.
Me estás perdiendo, Xion, y no parece que te importe.
Su primer instinto fue levantarse de la cama y digiriendo sus pasos hasta donde estaban su novio para abrazarlo con fuerza por detrás, presionando sus brazos en el torso del chico mientras sentía la frente de Izaro pegarse en su espalda. Se había vuelto una rutina de ellos semanal, mínimo una vez al día y con reconciliaciones fugaces que, al fin y a cabo, quedaban en vano por las nuevas discusiones que la pareja tenía. Discutir, pelear, reconciliarse... Discutir, pelear, reconciliarse... Discutir, pelear, reconciliarse... era el pan de cada día de ellos dos y siempre había un culpable, según el chico: Izaro.
—Perdón, Erick. —decía ella con la voz temblorosa—. Perdóname, te prometo que no volverá a suceder.
Erick suspiró con desgana, queriendo quitar las manos de la azabache de su cuerpo, pero era imposible por la resistencia que ella hacía—. Pude haberme ido a la Policía Militar sin problema, Xion, haber dejado lo nuestro como algo de jóvenes reclutas. Si decidí venir a la Legión de Reconocimiento fue por ti y no lo valoras, nunca lo valoras.
No había manera de describir las expresiones que Izaro mostró cuando su pareja dijo aquello, negaba con una leve desesperación lo equivocado que él estaba, pero notaba que Erick Mitchell seguía firme con esas palabras -mismas que llevaba repitiendo desde la primera discusión, modificadas desde la graduación-. Hacía todo lo que él le pedía y más, ¿qué más deseaba Erick de ella?
La nueva discusión tenía un contexto, uno que Izaro consideraba irrelevante, pero que le había traído problemas de nuevo y como era habitual, era completamente su culpa.
¿Acaso era su culpa que muchos tuvieran una cierta opinión de Erick Mitchell que no le beneficiaba en nada a su imagen? La gran mayoría cuestionaba cómo consiguió entrar entre los diez mejores soldados de su tropa habiendo otros muchísimo mejores que el rubio, cómo consiguió que alguien como Izaro Xion tuviera un interés romántico en él y lo más importante, por qué tanto presumía que sus logros lo llevarían a la Policía Militar y haya terminado en la Legión de Reconocimiento, el último lugar dentro de las murallas que una persona con la visión de Erick estaría.
No era una persona de alta clase o que tuviera un privilegio alguno, era un chico corriente oriundo de la muralla María, que vivía en un pueblo que para muchos era desconocido y que la vida ahí era miserable si uno decidía quedarse ahí, además de que, para muchos, Erick era despreciable en personalidad.
Erick Mitchell había escuchado esos comentarios una y otra vez de sus compañeros de la Legión, pero ese día verdaderamente se había enfurecido cuando escucho cómo todos lo comparaban con su novia. Eres tan perfecta que me haces quedar mal a mí, ¿entiendes? Para Erick, la única responsable de que él tuviera esa imagen de persona era Izaro, esa era su lógica, aunque Izaro le insistía que ella lo defendía demasiado para que la gente cambiara su manera de pensar sobre el rubio.
La discusión se había prolongado demasiado, llegando a los gritos y hasta insultos de parte de él a ella, pero todo pareció detenerse cuando Izaro comenzó a defenderse y Erick la cacheteó para callarla haciendo que cayera sentada en el borde de la cama con los fuertes deseos de llorar. Nadie se podía imaginar lo agradecido que Erick estaba del pensamiento que los Xion tenían respecto a llorar, eso lo salvó varias veces en el pasado.
—Las cosas que hago contigo son por tu bien, lo sabes, ¿verdad? —preguntó Erick, sintiendo la confirmación callada de Izaro moviendo la cabeza arriba y abajo—. Valorarás y haz que todos dejen de verme como un inútil que sólo tuvo suerte.
Las cosas que él me hace...
—Disculpe, soldado Xion, la he estado buscando. —una voz femenina había aparecido en el radar de ambos, obligando a Erick a tomar una agradable postura para el ojo de la que consideraba intrusa y a Izaro para limpiar levemente sus ojos, haciéndola ver que no estuvo a punto de llorar. Una chica, de cabellos cortos y castaños, abrió la puerta con una mirada de confianza y paz para la azabache—. Perdón que los interrumpa, pero el capitán Erwin quiere hablar contigo en su oficina.
—De acuerdo. Erick, ¿podemos hablar más tarde? —preguntó la joven de ojos rojos, pero el chico la ignoró por completo que se veía en la necesidad de tomar su silencio como una respuesta, aunque la necesidad le generaba un amargo sabor en su interior—. Bueno... te amo.
No dijo nada más, solamente se marchó de la habitación siendo guiada por la soldado que, prácticamente, la salvo del mal rato que llevaba pasando desde los inicios de la discusión de ese día.
—¿Por qué tu mejilla está demasiado roja?
—Oh, no es nada. Erick me pellizco, pero era jugando. Ya sabes, lo que usualmente se hace en pareja...
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Tropa de reclutamiento de la región sur. Año 836.
—¡Oye, pedazo de estúpida! ¡Exijo saber tu nombre!
—¡Señor, Irina Zimmer! ¡Vengo del distrito Karanese para forjar como soldado y dar mi aporte a favor de la humanidad!
Lo único que Izaro Xion, de diecisiete años, llevaba escuchando en todo el día eran los gritos de su instructor y algunos murmullos que había a su alrededor que claramente era sobre ella. Era su primer día y ya era la chica más popular de su tropa, aunque eso ya lo veía venir cuando solamente apareció y sus compañeros se fijaron únicamente en el color de ojos que poseía; nadie más que los Xion portaban ese anormal color en sus ojos.
Cuando comenzó a escuchar las presentaciones, no pudo evitar sentir la curiosidad y se dedicó a mirar a cada soldado que se llevaría el honor de presentarse ante todos sus compañeros bajo la presión de su instructor. La primera era aquella chica, Irina Zimmer, castaña al igual que sus ojos y de alta estatura, probablemente iba a ser una de las chicas más altas de la tropa.
—¡Jovencita, es hora de conocer su nombre!
Estatura baja, probablemente un poco más baja que Izaro, cabello rubio que se dirigía más a ser platinado, lo cual la hacía ver hermosa juntos con sus ojos zafiro que reflejaban bondad y humildad en la chica.
—¡Soy Phoebe Barbrow, señor! ¡Hija del capitán de la Policía Militar ubicada en Stohess, Thomas Barbrow! ¡Provengo de ahí, señor!
¿Thomas Barbrow no era el nombre de la persona con quien iban a casar a la tía Izadora? Qué curioso, si las cosas hubieran sido diferentes, tal vez esa chica y yo seríamos primas.
—¡Tu papi podrá ser capitán, pero aquí quien manda soy yo, cadete! ¡Siguiente fila! —gritaba el instructor dirigiéndose a la fila que habían dado un paso al frente al instante de oír la orden del señor— ¿¡Cuál es tu nombre, imbécil!?
—¡Oscar Starr, señor! ¡Soy del pueblo Daetar en la muralla María!
—¿¡A que carajos viniste, Starr!?
—Porque quería huir de mi asqueroso pueblo y me iré a vivir al interior con su ayuda. —contestó el joven castaño y de altura considerable, antes de oír las sarcásticas carcajadas que lo amargaron por completo.
—Con tu respuesta lo único que te enseñaré es a ser la próxima comida de titán, entre menos estúpidos, mejor, ¿no? —respondió el instructor— ¡Señorita, su nombre!
La mirada de la azabache inmediatamente se dirigió a la figura de una joven rubia alta que se encontraba con los brazos cruzados y una mirada indiferente, que pronto se vería retado por la mirada de quien sería su superior los próximos tres años.
—Ruby. —dijo la chica con sequedad—. Ruby Fitzgerald, vengo del mismo pueblo que él.
—¡Un nombre estúpido digno de una estúpida como usted, joven! —soltó el hombre ganándose una despreciable mirada de parte de la recién nombrada rubia— ¿¡Viniste aquí para hacerme perder el tiempo o que!?
Imbécil. Pensó la rubia—. Vine a ser parte de la Policía Militar.
Sus compañeros se enfocaban en ella, algunos soltando ligeras risas por su manera y otros sorprendidos por la audacia de ella tenían, pero todos comenzaban a generar una opinión sobre Ruby a partir de lo que apenas verían: sería la recluta insoportable que solamente haría reír a sus compañeros por la pena ajena que les provocaba.
—Bueno, no es secreto de nadie que la mayoría de los miembros de ahí son inútiles e ineptos, esperemos que si puedas ingresar. —la respuesta del hombre no genero ninguna simpatía a la chica, quien aniquilaba con la mirada a esos futuros compañeros que tenía frente a ella y ahogaban sus carcajadas para evitar alguna amonestación— ¿Y tú quién eres? ¿Otro idiota como ellos?
La atención de Izaro rápidamente se enfocó en el chico que era intimidado por el instructor, llamando su atención la sonrisa cálida –y agradable en su perspectiva– que presentaba a pesar de tener a su superior casi que encima de él. Rubio, ojos de color café, parecía ser más alto que ella... debía admitir que era un chico atractivo ante sus ojos.
—¡Provengo del mismo pueblo que los dos compañeros, señor! ¡Erick Mitchell! —alzó su voz con mucha confianza, demasiada pensaba la azabache, pero le brindaba un aura tan única al joven que se presentaba— ¡Quiero ser policía militar y brindar seguridad a la sociedad, señor!
—Nada mal, joven, al menos fingió no lucir tan inútil como los otros dos. —comentó el instructor, sorprendentemente para Izaro, el joven rubio no mostró ningún desagrado en el comentario, al contrario, parecía que lo había tomado con tranquilidad— ¡Siguiente fila al frente!
Su fila había sido llamada para sorpresa de la joven azabache, quien inmediatamente acató la orden volteando su cuerpo en dirección a donde se encontraba parado su instructor. Nuevamente, el instructor hizo su rutina de presentar algunos soldados, humillándolos en el proceso con los comentarios que realizaban; varios de sus futuros compañeros se encontraban algo intrigados como el rito de iniciación, incluso había otros que parecían desmotivarse poco a poco al ver el trato que recibirían durante los siguientes tres años.
¿Qué esperaban? ¿Flores y besos en nuestra bienvenida?
Xaiden se lo había mencionado días atrás, la milicia buscaba a los más fuertes y disciplinados para sus tropas, por lo que esa introducción que hacía su instructor no era nada más que el primer trato de muchos que habría en el futuro una vez Izaro concluyera con su entrenamiento y subiera de nivel a una soldado. Debía de agradecer que Xaiden y Melania apenas recibieron la mitad de su primer año de entrenamiento antes del fallecimiento de sus padres, y con ello, el retiro de los Xion que parecía ser definitivo, hasta ahora.
La mirada del instructor invadía el espacio de la chica, después de haber dado su cálida bienvenida a dos reclutas antes de llegar a ella, pero la diferencia entre Izaro Xion y sus demás compañeros llamaba la atención. Para empezar, el turno de Izaro generó el doble de murmullos y miradas, algo que no le molestaba en lo absoluto gracias a la costumbre que tenía en ese ámbito; sin embargo, el impacto de su presencia no solo la tuvo sus compañeros, sino también su instructor, aunque este mantenía su postura firme, aunque Izaro notó como su tono de voz había cambiado con ella.
—Izaro Xion, los rumores no mentían. —fue lo primero que el hombre le dijo—. ¡Ella es Izaro Xion, inútiles! ¡Bisnieta del milagro de la humanidad, Isaac Xion! ¡Su vida es más valiosa e importante que las de todos ustedes, así que espero que mínimo les lleguen a los talones! —gritó el instructor con todas sus fuerzas, ignorando las expresiones de asombro que sus aprendices todavía tenían sobre la joven de ojos rojos—. Cadete Xion, es un honor saber que tengo a un miembro de los Xion en mi tropa.
—Se lo agradezco, instructor, prometo que daré lo mejor de mí. —sonrió Izaro con orgullo, mirando como su maestro desaparecía de su vista para continuar con el rito de iniciación antes de dejarlos descansar ese día como un pequeño presente de bienvenida.
Y como le era de esperar, sus compañeros seguían admirándola y comentando sobre ella. Izaro lo podía intuir sin problema alguno: el asombro de tener a una Xion en la tropa, la confirmación d ellos rumores sobre el regreso de la familia, algunos comentando sobre la belleza física de ella... era un tema de conversación para todos, y estaba agradecida de ello, porque eso era lo que su abuelo mencionó que esperaba del primer día de su nieta. El abuelo estará orgulloso de mí, lo estoy haciendo bien...
Espera, ese chico... me está mirando...
Y vaya que no se equivocaba, Erick Mitchell la miraba con mucho interés, expresando ese sentimiento con una sonrisa atractiva ante la opinión de Izaro y una manera de mirarla de pies a cabeza que la hacía sentir exquisitamente bien. La risa fugaz que la azabache realizó mentalmente fue inesperado para ella, más cuando la causa que la llevó a esa reacción era pensar que apenas llevaba un día y ya le llamaba la atención uno muchacho que simplemente se había presentado con gran confianza.
No dudo en abofetearse mentalmente, recordándose a sí misma que una de las ventajas que tuvo cuando su abuelo aceptó que ella entrara fue la libertad de un compromiso; ya no era necesario buscarle por el momento algún pretendiente ideal, permitiéndose concentrar sus ideas completamente en el entrenamiento militar. Además, ella misma se había impuesto de regla que solamente se concentraría en su formación como soldado, cero intereses en alguien debía tener si quería tener sus pensamientos únicamente en el entrenamiento.
Sin embargo, él la seguía viendo mientras le sonreía y eso le estaba gustando a Izaro.
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Cuartel de la Legión de Reconocimiento. Muralla Rose. Año 839.
—Tu mejilla está roja, ¿lo sabías?
—No te preocupes, un insecto me pico nada más.
La persona que Izaro tenía a su frente era Erwin Smith, aquel soldado convertido en capitán que había conocido en el funeral de sus padres, la misma persona que la ayudó en convencer a su familia de regresar con un discurso que incluía una leve manipulación que les aseguró la aceptación de volver.
¿Era posible mentirle en la cara a un hombre como Erwin Smith? Debías ser un experto para ello e Izaro tenía sus propias dudas si su mentira era perfectamente creíble para convencer al rubio; era una mentirosa experta si no estaba bajo presión, por algo es que muchos creían varias palabras que su lengua soltó, pero viéndolo a él, se sentía expuesta hasta cierto nivel que le era imposible mentirle en la cara.
Tenía un patrón que realizaba cuando les mentía a las demás personas: mirar hacia arriba, balancearse para adelántate y detrás –solamente si estaba parada en un solo lugar–, contestar en un tono indiferente. Ella misma conocía su patrón y se aseguraba de no marcar demasiado esos puntos para que ninguna persona la descubra. Sin embargo, ella descubrió un patrón diferente al habitual que cometía cuando hablaba con el capitán Erwin: mirada fija, postura impresionantemente firme, respuestas rápidas y claras... desde que tiene memoria, la azabache nunca se mostró con miedo a la hora de soltar una mentira, pero vaya inseguridad le causaba soltar una frente al rubio.
Lo mejor que ella podía hacer era cambiar el tema repentinamente para no alargar el tema de la apariencia que tenía su mejilla, después de todo, Izaro estaba convencida que ella provocó eso.
—Me dijeron que me buscabas, ¿necesitas ayuda con el papeleo?
—No, necesito de tu ayuda en otra cosa. —respondió Erwin mientras volvía a revisar la hoja que tenía a mano— ¿Cómo esta tu equipo dimensional?
—Lo había llevado para una revisión y recién me lo devolvieron en perfectas condiciones. —contestó la Xion señalando con su pulgar la puerta principal, haciendo referencia al sitio donde tenía guardado su equipo— ¿Por qué la pregunta?
—Zackly dio autorización para llevar a cabo un asunto que necesito resolver y te necesito ahí, iremos a la capital, específicamente a la Ciudad Subterránea. —mencionó Erwin tranquilamente, encendiendo la curiosidad de la joven tan pronto mencionó la ubicación exacta del "asunto".
Describir la Ciudad Subterránea era sencillo para la joven Xion, prácticamente lo ubicaba como la ciudad donde la anarquía y la violencia gobernaban con furor, donde la corrupción de los oficiales era más tan habitual que los que tenían que vigilar esa zona ni se molestaban en ocultar sus sucias acciones,
Describir la Ciudad Subterránea era sencillo para la joven Xion, prácticamente lo ubicaba como la ciudad donde la anarquía y la violencia gobernaban con furor, donde la corrupción de los oficiales era tan habitual que a veces ni cubrían sus sucias acciones, un lugar inhumano donde la esperanza de una mejor vida era de las cosas menos probables que ocurrirían ahí. Izaro no podía evitar preguntarse qué tenía de especial ese lugar para Erwin, porque para ella, era el último lugar que desearía estar.
Que irónico que pensara ello, si hasta hace unos años atrás era de los lugares que más visitaba junto a su familia, aparte de ser el lugar de nacimiento de su bisabuelo.
—¿Hay algo especial ahí?
—Depende de cómo lo mires. —fue la respuesta del rubio— ¿Podrás ayudarme o quieres quedarte?
Izaro acepto ir.
Aunque sus planes de ese día no incluían ir a un sitio donde probablemente la secuestrarían a cambio de una alta recompensa, pero ya había tenido su discusión habitual con Erick y para adicionar, una cachetada de parte de él que dio por concluida la finalización de la pelea. Tal vez si estaba ausente del lugar le daría el tiempo suficiente para que pudiera calmarse y estar más tranquilo cuando volviera, sería mucho mejor para que él pudiera escucharla con más atención.
Y mejor para ella, tendría tiempo de pensar cuáles palabras utilizar para pedirle perdón. Como siempre.
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INFORMACIÓN ACTUALMENTE DISPONIBLE PARA EL PÚBLICO
Dentro de las murallas, los miembros del linaje Xion son reconocidos por haber sido soldados de élite de la Legión de Reconocimiento por varios años, y a su vez, ser descendientes de Isaac Xion, el primero de la familia y el milagro de la humanidad.
to be continued...
N/A:
PRIMER CAPÍTULO PUBLICADO !
que emoción, les juro que esta versión me gusto bastante, porque quería mostrar mejor la dinámica entre izaro y erick así como el momento exacto en que se conocieron.
perdón, pero es que son same energy
en fin, en el siguiente capítulo veremos al enano, lo prometo, porque ya se llevaron la desgracia de tener que ver a erick. les compensaré el amargo momento con levi bb💕
no olviden votar y comentar que eso me ayuda bastante, además, quien lo haga se gana un beso de parte de levi👀
en fin, feliz año hermosos y hermosas, les deseo un bello inicio de año y muchos buenos deseos✨
con cariño, nicky🌙
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