Emily se dirigía hacia la casa de los Bridgerton, Anthony había invitado a la joven a dar un paseo, un paseo que la mujer no sabía para qué era.

Cambridge llamó a la puerta un par de veces, hasta que le respondió Hyancith, la menor de los hermanos, motivo del futuro matrimonio de Emily con Anthony.

—¡Emily! Ha pasado mucho tiempo desde que te vi—dice Hyancith.

—Hola Hyancith, ¿Anthony está aquí?—pregunta Emily.

—Está en el jardín—dice la chica, dándole espacio para que pase la mayor, yendo al jardín, la chica encuentra al hombre sentado mirando la fuente de agua, en la que los dos se habían caído el día anterior.

—Hola Lord Bridgerton, ¿Cómo está?—Emily toma a Anthony por sorpresa, dándole un ligero susto.

—Hola Lady Cambridge, me va bien ¿Y usted?—pregunta Anthony, en tono sarcástico.

—Estoy bien, gracias por preguntar—responde la joven.

—¿Estás lista para nuestra caminata?

—Depende de dónde me vayas a llevar—responde Emily.

—Ya estamos aquí, vamos a dar un paseo por el campo de mi casa—dice Anthony, tomando la mano de Emily y tirando de ella para caminar por el hermoso y verde campo de los Bridgerton.

La joven pareja estaba admirando la hermosa vista, pero algo en Emily la intrigaba, ¿Qué quería Anthony de ella?

—Anthony, si no es molestia, ¿Podrías decirme por qué estamos aquí?—pregunta Emily.

—Creo que será mejor que hable...—dice el hombre, dando un largo suspiro— Emily Delancy Cambridge, estoy enamorado de ti, de hecho, desde el día en que apareciste con ese hermoso vestido verde esmeralda frente a mí, fue ahí, en ese momento, cuando descubrí que había encontrado a la mujer de mi vida, aún con todas las peleas, intrigas, provocaciones, te amo y nunca dejaré de amarte, así que, aquí en este magnífico y hermoso jardín, yo, Anthony Bridgerton, estoy proponiendo que te cases conmigo—el hombre hace una pausa dramática y luego continúa—De manera genuina, sin que nadie me obligue.

Emily estaba estática, no sabía qué hacer, solo selló sus labios con los del hombre, en un beso caliente, un beso lleno de sentimientos.

Cuando se separaron, los dos jóvenes enamorados soltaron pequeñas y tontas sonrisas.

—¿Eso sería un sí?—pregunta Anthony.

—¡Sí!—dice Emily, sellando sus labios una vez más sobre Bridgerton.

Luego de su recorrido por la casa Bridgerton, Emily regresa a su casa, yendo directamente a hablar con su tía, su tía se había convertido en su segunda madre en los meses que la joven pasó en el gran Londres, y quería contarle todo lo sucedido. a Antonio.

—¿Tía? ¿Puedo entrar?—dice Emily preguntándole a su tía quién estaba en su oficina.

—Claro—dice la mujer y la más joven entra a la habitación—¿Qué te pasa, querida? ¿Cómo fue tu paseo con Anthony?

—De eso quería hablarte, Anthony se me declaro—dice la chica llamando la atención de su tía, Milicent Wirtlot, ella estaba realmente impactada por lo que decía su sobrina, la mujer sabía de la fama de Anthony—Pero el problema es que estoy nerviosa, ya acepté casarme con él, pero ¿y si estoy tomando la decisión equivocada? ¿Qué pasa si no lo amo como creo que lo amo, y si es solo por la presión del momento?

—Tranquila cariño, si no estás enamorada díselo, no es bueno alimentar un sentimiento que no existe, pero sé que lo es, se complementan, lo sé, yo también he estado enamorada—dice la mujer tomando la mano de Emily acariciándola.

— ¿Y si no estoy realmente enamorada?—dice Emily.

—No puedes vivir sólo en el "¿y si?", vive querida, no te lo preguntes, vive, tu pasión por Anthony existe y lo sabes—dice Milicent—Puedes decirme, te enojas cuando él está con otra mujer que no eres tú, prestas atención a todo lo que hace, te sientes triste cuando no le hablas, te dan escalofríos cuando se acerca a ti, y cuando él está cerca es una sensación de hogar que nunca olvidarás.

Emily se sorprende, porque eso era exactamente lo que sentía por Anthony, la chica se queda cautivada por el recuerdo del día en que Penélope los atrapó a ella y a Anthony, y allí, al lado de su tía, la chica entendió que su pasión por Anthony siempre ha existido. Desde que era pequeña, cuando su familia vino desde Francia a visitar a sus tíos en Londres, la chica recuerda pasar horas espiando a los hermanos Bridgerton, concretamente a Anthony, el chico del que la pequeña Emily estaba enamorada platónica.

La joven también recuerda cuando prometió no volver a enamorarse al ver al libertino de Bridgerton besando a una chica mayor, Emily, quien en ese momento tenía apenas dieciséis años, se disgustó, pues la mujer era mayor que Cambridge y Bridgerton. y allí en ese pasillo la chica prometió no reavivar nunca más esa pasión por Anthony.

Pero ahí estaba ella, contándole a su tía sobre la declaración de amor de Bridgerton hacia ella, el mismo hombre del que la joven prometió nunca volver a enamorarse, lo que ahora sería imposible, porque Emily había estado enamorada de Anthony desde que tenía siete años. años.

Luego de contarle a Milicent todo lo sucedido, Emily va a su habitación encargada de buscar una lista, la lista que ella y Aramina hacían cuando eran niñas, donde las dos pondrían el nombre de cada flechazo que tenían, Cambridge sabía dónde estaba, solo si Aramina se había movido.

Entrando a su habitación, la joven se dirige directamente a una pequeña caja que su madre le había regalado en su décimo cumpleaños, abriendo el pequeño joyero, Emily encuentra el papel, donde estaban todos los nombres, siendo Anthony el primer nombre en la columna de Emily.

Por increíble que parezca, la joven recordaba todos esos nombres, el primero fue Anthony, quien fue su primer amor, cuando la chica tenía apenas seis años.

El segundo fue Oliver Chevalier, hijo del amigo de su padre, los dos crecieron juntos, Oliver era mayor y se había casado con Eleanor Dubois en la temporada anterior.

El tercero fue Frederic Clemonte, su mejor amigo, el príncipe de Francia, los dos se conocieron en una cena que organizó el padre de Frederic e invitó al padre de Emily, desde entonces los dos se han vuelto inseparables.

El cuarto y apellido era George Rosewood, Emily no recordaba cómo conoció al hombre.

Emily se sorprendió, nunca se había dado cuenta de lo pequeña que era su lista en comparación con la de Aramina, y en cuanto la joven notó que su hermana había agregado otro nombre.

Benedict Bridgerton.