LOS PREPARATIVOS PARA OTRO BAILE estaban en pleno apogeo, Emily no estaba nada emocionada por este baile, la chica tendría que bailar con el hombre que más odiaba, el famoso Anthony Bridgerton, si ambos querían que todos creyeran que iban a casarse, tendrían que hacerlo todos juntos.

—Hola cariño, hay una visita para ti —dice Milicent y Anthony entra poco después.

—Tía, ¿Puedes disculparnos un momento?—le pregunta Emily a la chica.

La mujer se va, dejando a los jóvenes solos en la habitación, Emily se levanta de su cama y se dirige hacia la silla de su tocador, sentándose en ella.

—¿Qué quiere, Lord Bridgerton? ¿Me extrañaste cariño?—dice Emily burlonamente

—Emily, Emily, no bromees, cariño—dice Anthony caminando por la habitación.

—No estoy bromeando, sólo estoy hablando, Lord Bridgerton—responde Emily.

La chica se levanta caminando hacia donde estaba Anthony, sin darse cuenta de lo que había en su camino, la chica termina tropezándose con una almohada, cayendo encima de Anthony, quien queda impactado, sin que ninguno de los dos se dé cuenta, Penelope Featherington entra a la habitación, atrapándolos en el acto. 

—Dios mío, lamento molestarlos, te juro que no vi nada—dice Penélope, separando a los dos, yendo a cada lado de la habitación.

—Creo que mejor me voy, adiós Emily, Penélope—dice Anthony saliendo de la habitación, saliendo.

—Entonces, no creo que estés realmente enamorada de Colin—dice Penélope, dándole a Emily una sonrisa pícara.

—Borra esa sonrisa de tu cara Penelope Featherington, Anthony y yo nos odiamos, y siempre nos odiaremos—dice Emily.

—Aja. Oye, puedes decirme cómo te sientes—dice Penélope, poniendo una mano en el hombro de Emily, para consolarla.

—Es extraño, no estoy enamorada de él, lo odio, siempre lo odiaré.—se desahoga Emily apoyando su cabeza en el regazo de Penélope, quien estaba acurrucada en la cama de Emily.

—Cuando sepas lo que sientes, no te sientas presionada, dímelo cuando quieras—dice Penélope acariciando la cabeza de su amiga.

—Pero entonces, ¿A qué viniste aquí?—pregunta Emily.

—Sabes, vine a pedirte algunos consejos, eres cercana a Colin, creo que lo sabes—dice Penélope.

—Será difícil, pero para mí nada es demasiado difícil, tienen que hacerse amigos, tienes que estar cerca de él, así conocerás sus gustos—aconseja Emily.

—Muchas gracias Emy, muchas gracias—dice Penélope levantándose de la cama.

—¿Ya te vas, Penélope?—pregunta Emily.

—Sí, solo pasé a preguntarte, adiós Emy—dice Penélope y se va, dejando atrás a una Emily muy pensativa.

La chica tenía dudas sobre sus sentimientos hacia Anthony, no estaba enamorada, pensaba que podría construir una buena amistad con él, siempre y cuando él no actuara como un idiota con la joven.

Las jóvenes se estaban preparando para otro baile, el vestido de Emily era rosa, con mangas abullonadas y un fajín de seda, lo que lo hacía aún más delicado. Aramina llevaba un vestido azul, con pequeños detalles de encaje. La mayor ayudó a la menor con su cabello, Emily trenzó a Aramina, lo que combinaba perfectamente con la ropa de la niña.

—¿Estan listas?—dice Thomas, asustando a las hermanas, quienes estaban demasiado concentradas y ni siquiera notaron la llegada del hombre.

—Por Dios Thomas, la próxima vez llama a la puerta—dice Aramina con la mano en el corazón.

—Ya estamos terminando—dice Emily—Ahora lárgate—dice Emily, irritada.

Emily termina de peinar a Aramina, las dos chicas bajan a la sala y encuentran a su tía y su hermano esperándolas.

—Queridas, vamos, iremos detrás —dice la tía, apurando a sus sobrinos, que salen corriendo hacia el carruaje.

Y una vez más, Emily pasó todo el camino admirando la vista mientras pasaban, llegando a la residencia que sería el baile, las hermanas separadas de su tía y su hermano, Emily dirigiéndose hacia Colin y Benedict, mientras Aramina iba hacia Eloise y Penélope, quienes hablaban animadamente.

—Hola chicos, ¿Han visto a Daphne?—pregunta Emily a los hermanos mayores de su amiga.

—Creo que estaba en el jardín - dice Benedict, tan pronto como el chico habló, la joven salió hacia el jardín, encontrando a Daphne acompañada por Simon Basset, el duque de Hastings.

La chica tenía demasiada curiosidad como para quedarse escondida allí, ni siquiera podía oír de qué estaban hablando los dos.

—Daphne, te estaba buscando—dice Emily, saliendo de detrás de los arbustos.

— Emy, que bueno verte, hasta luego Simon—dice Daphne despidiéndose de la morena.

— Espera, creo que ella puede saber de nuestro acuerdo, es tu amiga, espero que no se lo cuente a nadie—dice Simon.

—¿Saber qué? Dios mío, ¿se van a casar?—pregunta Emily, sorprendida.

—¡No! Que asco, hagamos como que me va a pedir la mano—dice Daphne.

Emily suelta una pequeña risa al recordar que hizo el mismo trato con el hermano mayor de su amiga.

— ¿Y quieres que te ayude? Yo te ayudaré—dice Emily, quien recibe emocionada un abrazo de su amiga.

—Entonces, ahora es el momento de ir a bailar, para que los demás crean—sugiere el Duque.

—Esta bien, vámonos entonces—dice Daphne, entrelazando su brazo con el del Duque

La pareja sale del jardín oscuro, dejando a Cambridge sola. La chica se sienta en uno de los bancos del jardín, sin siquiera darse cuenta de que estaba acompañada.

—¿Qué haces aquí sola?—pregunta Anthony, sentándose al lado de la mujer.

—Pensando—responde Emily.

—¿Puedes compartir estos pensamientos? Sólo si quieres—dice Anthony.

—Estaba pensando en mis padres, me pregunto si estarían orgullosos de mí—dice Emily, secándose las pequeñas lágrimas que salen de sus ojos.

—¡Oye, tus padres están muy orgullosos de la mujer que eres Emily! Haces todo lo posible para hacer felices a tus hermanos, eres una gran hermana, hija, amiga—dice el hombre, limpiando las lágrimas que rodaron por la delicada piel de la mujer.—No te preocupes, ellos están muy orgullosos de la persona en la que te has convertido— Anthony termina de hablar y Emily lo abraza, un abrazo en el que ambos sintieron una sensación de hogar.

—Muchas gracias, esto es muy importante para mí—dice Emily—Dios debo verme ridícula—dice Emily secándose las lágrimas.

—No... Estas hermosa—dice Anthony, acercándose cada vez más a Emily.

La joven sintió el aliento caliente del hombre cerca de su boca, tenía muchas ganas de besarlo, pero tenía miedo, y ese miedo la estaba matando.

—Creo que será mejor que me vaya—dice Emily, dejando atrás a un Anthony muy confundido.

La chica nunca se arrepentiría tanto de haberse ido.