Adelyne

Al día siguiente Bastian fue a mi casa sobre la hora de la tarde, cuando terminan las clases.

—Hola Gatita. Espero que estés bien —me saludó sonriente.

—Hola —le devolví la sonrisa.

—¿Por qué no fuiste a la escuela? —me preguntó sentándose en la silla de mi escritorio.

—No quería —me limité a responder.

—Deberías ir a la escuela —me exhortó.

—No sé, no estoy preparada —dije encogiéndome de hombros.

—Pensé que estarías convencida después de haber hablado conmigo ayer.

  No le respondí, pero no hizo falta hacerlo, pues mis mejillas lo hicieron sonrojándose.

—Pero bueno, mi objetivo no es hablar de eso. Realmente quiero ayudarte a averiguar quién fue la persona que puso al descubierto tu secreto.

  ¿Fue por eso? Pensé que venía a verme a mí. ¡Qué desepción!

—Estoy segura que fue Lara —aseguré. 

—¿Eso quiere decir que ya no desconfías de mí? —me preguntó y mi respuesta fue una sonrisa indicándole que había puesto toda mi confianza en él. —Pero y ¿si no fue ella?

—¿Qué dices? —pregunté frunciendo el entrecejo.

—Le pregunté y lo negó —obvió su respuesta.

—Claro. Seguro te va a decir que fue ella —volteé los ojos en blanco dándole vida a mi sarcasmo.

—No sé por qué desconfías de ella, pero no deberías hacerlo, deberías darle el beneficio de la duda —lo que me dijo me molestó.

—¿Qué sabes tú Bastian? —le pregunté indignándome un poco.

—Tienes razón. En realidad no sé nada. ¿Quieres explicarme?

  Entoces decidí decirle el por qué desconfiaba de Lara. Le contaría la historia desde el principio.

—El día que colapsé en la escuela primero fue por el hecho de que todos habían descubierto lo que tanto me esforcé por ocultar desde que llegué aquí. En segundo lugar, la razón que me hizo caer en ese estado fue una escena que había vivido en mi escuela anterior. Algo parecido me había ocurrido.

>>Todos me asechaban y me hacían bullyiing por ser albina. Lara era mi única mejor amiga desde la infancia. En el primer año todo estaba bien, hasta que llegó Claire, una rubia con dos más que se especializaron en molestarme. Me empujaban, me lanzaban la pelota a propósito y me ponían el pie para que tropezara. Incluso, me lanzaron de una piscina sabiendo que no sé nadar.

>>No pude participar en eventos extra escolares porque ellas se encargaban de aparentar que era yo la que me negaba a participar. Me excluyeron y me enviaban mensajes de texto amenazándome. A medida que fue pasando el tiempo, el bullying aumentaba, tanto que no tenía ganas de ir a la escuela y vivía asustada.

>>La única que tenía era a Lara hasta que decidió ponerse de parte de Claire y su clon. Me traicionó dejándome sola. Entonces no pude aguantar más y nos mudamos, cambiándome así de escuela. Por eso es que desconfío de ella.

  Bastian me observó en silencio por unos segundos, comprendiendo y analizando lo que le había contado, hasta que después habló.

—Pero... y ¿si todo fue un malentendido? —me cuestionó.

—Bastian, no seas ingenuo, todo fue a propósito —le dije segura.

—¿Y no sospechas de Sophie?

—Sophie es mi amiga y además no sabía sobre mi condición —alcé un poco la voz.

—Pero... —no lo dejé continuar.

—Que hallas tenido problemas con Sophie no significa que yo debería estar de tu lado. Además, deberías darle el beneficio de la duda ¿no crees? —ironicé.

—Tienes razón. Le daremos el beneficio de la duda a las dos, a Sophie y a Lara —me dio la razón. —Pero, ¿por qué crees que fue Lara? —siguió indagando.

—Es la única que se me ocurre, lo sabe todo de mí. Además ¿no viste las fotos del sitio?

—Sí.

—En una de las fotos estoy con Lara, pero recortaron su rostro. Estoy segura. Sólo ella debe tener esa foto.

—Pero, para todo hay una explicación Gatita. Te prometo que vendré con pruebas sólidas para descubrir la verdad —me sonrió. —¿Vas a la escuela mañana verdad?

—No, no me siento bien para ir —le dije insegura.

—No podrás esconderte para siempre —me expresó tocando mi mano.

—Si pudiera, lo hiciera.

—Para mí eres la chica más hermosa que nunca haya visto, ya lo sabes —me dijo de la nada y estoy segura que me sonrojé ante sus palabras.

—Es que...

—No digas nada, no quiero presionarte. Mejor te enseño una canción. Sabes que es una buena manera de aclarar la mente y no pensar en nada más.

  Encendió su teléfono y demoró unos pocos segundos en buscar la canción. Empezó a sonar una melodía que me estremeció el alma.

"[...]Cuando veo su rostro no existe cosa que quiera cambiar en él.
Porque eres increíble así como eres.
[...]

Si es la perfección lo que buscas te darás cuenta que la encontrarás siendo tú misma.  [...]" 

N/A
Canción del final del capítulo: ver en multimedia: Just the way you are de Bruno Mars