En el valle se encontraba un niño corriendo con mucha alegría, llevaba en sus manos una canasta con algo de comida en ella, se dirigía en un lugar en específico. Se detuvo en cuanto llegó a su destinó el cual era una arroyo con flores hermosas en las tierra y años árboles despejados para que la luz del sol iluminará el lugar.

Una brisa de viento movía tanto las hojas de los árboles y las flores del lugar. El niño se sentó junto al arroyo y saco de la canasta una manta para expanderla en el suelo para sentarse e ir sacando la comida y unos vasos.

De los árboles salió un hombre de cabello peli-naranja, ojos morados y una armadura cubriendo su brazo derecho. Sigilosamente se acercó al niño que se encontraba ordenando el lugar.

—Bu~!—. Dijo casi cerca del oído del menor.

—¡Ah!—. El pequeño dio un mini brinco del susto, al que se le cayeron los vasos por eso. Dio medio vuelta con la cabeza para ver al hombre que le había asustado. —¡¡Sol!!—. Una sonrisa se formó en sus labios con un leve sonrojo en sus mejillas al ver al hombre.

—¿Cómo te has encontrado?, Pequeña Dama—. Arturo le sonrió con dulzura al menor y se sentó con las piernas cruzadas al lado del pequeño.

—¿Por qué me sigues llamando "pequeña dama" si sabes perfectamente que no tengo género?—. Pregunto curioso mientras ponía los vasos en su lugar con una de sus cejas arqueada.

Arturo solo dio una risita. —Algun día lo entenderás, pequeña dama—. Tocó la punta de la nariz del menor con su mejilla izquierda recargada en su mano izquierda.

El menor solo hizo un puchero molestó, ante los ojos del mayor se veía lindo.

—Eres una ternura, pequeña dama—. Cargó de la cintura con una amplia sonrisa de felicidad y cariño al pequeño. El niño de ojos miel solo se sorprendió por la acción tan repentina del mayor. —¡Ya no veo la hora en la que crezcas!, ¡Quiero ver en la hermosa Dama que serás!—. Se levantó rápidamente y comenzó a dar vueltas aún cargando de esa forma al más pequeño.

No dijo nada el niño y solo dejó que el más alto lo siguiera cargando. Cuando Arturo se quedó parado, sentó al pequeño en su brazo izquierdo y se quedaron mirando unos segundos, el mayor tenía una sonrisa cariñosa y el menor solo una expresión algo neutra y curiosa.

—Nasiens—. Un susurró repetido se escuchó cuando Arturo dijo el nombre del menor. El pequeño le dio como siempre toda su atención. —¿Sabes que te quiero mucho verdad?—. Junto su frente con la del menor.

El pequeño asintió con una sonrisa dulce. —¡Si!, ¡Yo también quiero mucho a Sol!. ¡Sol es Mi héroe!—. Diría con inocencia cerrando sus ojos sin dejar de sonreír.

—¿Y me seguirías queriendo a pesar de que fuese un villano?—. Esa pregunta borró la sonrisa de Nasiens más no para mal.

—Bueno...—. Al decir eso después sonrió. —Aun que fueras un villano...te seguirá queriendo, Sol!—. Esa respuesta dejó satisfecho al Rey de Camelot, y se veía en su sonrisa.

Arturo cerró los ojos con su sonrisa, sintiendo un gran alivio en su ser y alma, en ese momento fue cuando Nasiens aprovechó y lo beso en la frente tomando por completo desprevenido al Rey quien abrió los ojos sorprendidos.

—¡Te quiero mucho, sol!—. Dijo muy feliz. El mayor cambio su rostro a uno calmado y una sonrisa en sus labios.

Esas palabras fueron como musica para los oídos del Rey de Caos.

........

Un Nasiens de 16 años no podía creer lo que estaba viendo, su cuerpo comenzó a temblar tapándose la boca al ver al hombre que conoció de pequeño.

¿Quién diría que su Sol sería en realidad el mismísimo Arturo Pendragon; Rey de Camelot y el Caos en persona?.

Ahi estaba él, bajando por las escaleras mientras el estaba viendo todo desde el suelo. Quería que todo fuera una simple pesadilla, su Sol no podía ser el Rey Arturo, el hombre que dejó que lastimarán a su abuelo y hermana mayor.

Bajo su mirada con su cuerpo temblando apretando fuertemente sus puños, no sabía que era lo que debería de hacer.

—Te estás volviendo en una bella Dama, pequeña dama—. Dijo Arturo dejando confundidos a la gran mayoría, ¿A quien le debía eso?.

Nasiens solo se cubrió con su sombrero para ocultar su sonrojo de vergüenza y nadie notará que conocía a Arturo.

—Lo lamento mucho, pequeña dama, pero no podré prestarte atención por ahora como en el pasado—. Con cada palabra que debía solo dejaba aún más confundidos a los demás. —Pero te prometo que en el futuro toda mi atención será tuya una vez que cumplas los 18 años—. Nasiens sintió un escalofrío cuando el mayor dijo eso, ¿A qué se refiere con eso?.

—¿Nasiens?—. Percival tocó el brazo de su amigo con preocupación pues había notado que el oji-miel tenía algo.

Arturo al ver qué Percival tocó a Nasiens recordó lo que Baltra había dicho respecto al Caballero de la muerte y Blancaflor, la ira corría por sus venas.

—Pequeña Dama...—. Nasiens dejó de prestarle atención a Percival y miró disimuladamente a Arturo. —Serás mi Reina!—. Dijo seriamente.

........

Despertó de su sueño y se sentó rápidamente en la cama al igual que se quitó las sábanas, su cuerpo estaba sudando y su respiración era agitada, había vuelto a soñar con esos recuerdos otra vez.

Nasiens actualmente tenía 18 años y por fin tenía un género, el género femenino, que logró obtener debido a sus sentimientos por quién es no solo su compañero y amigo, sino también el caballero de muerte, Percival. Salió de su cama y se vió en el espejo, llevaba puesta una pijama de camisa blanca manga larga y unos shorts de algodón cómodos.

Había pasado aproximadamente unos un mes desde que vio a Percival por última vez, el caballero al despertar y vencer a la bruja que había dañado a su familia decidió irse a Britania a reunirse con los reyes de liones, lamentable ella decidió no acompañarle pues quería descubrir más de ella y poder controlar la lanza sagrada.

Miró su cuerpo y era muy notario los cambios que había tenido desde que Percival se fue. Su cuerpo era ya el de toda una mujer, sus pechos habían crecido mucho, eran mucho más grandes que los pechos de sus hermanas, sus caderas eran anchas y tenía una pequeña cintura, y su trasero también había crecido, su cara de por si siempre había sido algo femenina pero ahora era su cara cambiado solo un poco, sus labios era un poco más carnosos y sus pestañas solo crecieron un poco.

Se abrazo así misma con algo de negatividad. '¿Si se veía así le iba a gustar a Percival?'. Fue lo que ella pensó bajando la cabeza desanimada.

El recuerdo de como Percival abrazaba a Anne en el pasado causó una punzada de dolor en su pecho. Era inútil. Aún con el cuerpo cambiado estaba segura que Percival no la vería mujer y seguirían siendo amigos.

¿Acaso alguien llegaría a amarla tal y como era?.

.........

En la nueva Camelot Arturo estaba sentado en su trono con sus ojos cerrados recargando su mejilla derecha en su mano derecha y el codo de ese mismo brazo en el trono.

'Sol~'. Nasiens apareció entre sus recuerdos luciendo ya como toda una mujer. Ella le estaba sonriendo a Arturo.

Abrió sus ojos al recordarla, una sonrisa coqueta se formó en sus labios. Después de dos años Nasiens ya había cumplido 18 años y según la profecía ella ya se volvió una mujer.

Ironside entró al lugar y se arrodilló como de costumbre ante Arturo quién al notar su presencia borró su sonrisa.

—¿Ya está listo todo?—. Volvió a su expresión de una sonrisa falsa y un tono frio sin sentimientos.

—Si, mi Rey—. Respondió. —La habitación de su futura cónyuge está lista, la hicimos tal y como ordenó.

—¿El jardín?.

—Las flores estan más vivas que nunca.

—¿La biblioteca?.

—Agregamos libros nuevos.

—¿Los alimentos?.

—Eliminamos todas las nueces.

—¿Ropa?.

—Vestidos de una digna Reina como ordenó.

—....¿Los regalos?.

—La lista está completa.

Arturo sintió una gran satisfacción al escuchar eso.

—Bien, puedes retirarte—. Y dicho eso Ironside se fue del lugar dejando a Arturo completamente solo.

El Rey hizo aparecer en su "mano" derecha con la armadura una flor blanca, la tomo y la beso delicadamente.

'Al enamorarse del mismísimo caballero de la muerte obtendrá el género femenino'. El recuerdo de Baltra diciendo eso llegó a su mente.

El enojo invadió al Rey quién encapsulo a la flor blanca dentro de una esfera de cristal de poder mágico.

—Él jamás te verá de la forma en que yo lo hago—. Sostuvo la flor entre sus manos con una voz calmada aunque algo seca. —Él jamás te hará sentir como yo te haré sentir—. Un tono algo seductor salió de su voz y sus labios formaron una sonrisa coqueta. —Él jamás te verá como su mujer...—. Acercó la esfera que contenía la flor y la besó. —En cambió yo sí...—. Sus ojos brillaron en un intenso color morado.

En el pasado, esa noche antes de llevarse a la princesa Hada, él fue a matarla sin importarle que fuese una bebé pero...en cuanto cruzó miradas con ella, un sentimiento de cariño nació dentro de él...

Un sentimiento que en un amor enfermizo de convertiría....

El ex Rey Baltra tuvo razón en algo respecto a la profecía de Blancaflor y es que ella si debilitó al Rey Arturo... más de una forma que nadie imagina.

.......

En Liones Percival estaba en su habitación asignada, se encontraba en el balcón de su cuarto viendo el cielo aún que se veía muy desanimado.

'¡Percival, eres mi héroe!'. El recuerdo donde Nasiens se despidió de él llegó a su mente.

Odiaba con su alma estar así...lejos de Nasiens, todo su ser estaba triste pues la princesa hada no estaba con él, lo único que él pedía era verla.

Quería ver su sonrisa, sus labios, su cuello, su cabello, sus ojos...su cuerpo, necesitaba a esa princesa como nunca antes había necesitado a alguien.

Si lo pensaba bien, Nasiens jamás se apartó de su lado, siempre estuvo con él cuidándolo, protegiéndolo con su vida. Recordaba las veces en las que ella lo había protegido, donde ella había recibido el ataque con tal de protegerlo...esos recuerdos le desagradaban, recordar como él no había hecho nada por protegerla causando que ella tuviera heridas y sangrara no le gustaba nada.

En los años donde él estuvo dormido siempre veía a Nasiens trabajando duro para despertarlo, las noches que la princesa se desvelo para traerlo de vuelta....se sentía culpable.

A pesar de no saber el por qué se sentía así...de una cosa si estaba segura...

Nasiens daría su vida por él...

pero...

Él quemaría a todo el mundo por ella...

.......

El mundo actual ya estaba en guerra pero al parecer el rumbó de la razón por esa guerra estaba cambiando, ya nada sería lo mismo.

Dos seres estaban apunto de pelear sin darse cuenta por un dulce corazón ¿Y lo mejor de todo? Es que sería el Rey Arturo y el Caballero Percival quienes pelearían por el amor de la Princesa Heredera de las Hadas Nasiens...o debería llamarla...Blancaflor.

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El primer capítulo ya está publicado, estoy muy emocionado por escribir las acciones de Arturo y Percival para conseguir el corazón de Nasiens.

Amo el drama!.

La verdad me gustaría leer sus teorías respecto a que creen que va a pasar, así que pueden decirla en los comentarios.

Bueno espero y les haya gustado, Holy Music se despide. Adiós!.