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Dentro de aquel cuarto se encontraba Chuuya, los oficiales habían decidido encadenarlo a las sillas antes que dejar entrar a la persona que intentaría razonar con él. Si bien aunque no funcionara traerían mas personas a medida que avance el caso, aunque esta vez decidieron jugar una carta muy baja.
Chuuya estaba mirando el techo de forma desinteresada, el oficial ya estaba harto de intentar hablarle sin recibir ni una sola mirada, por lo que cuando el invitado ingreso, se le escapo una sonrisa triunfadora al ver la expresión del pelirrojo.
—¿Atsushi? —preguntó con una mirada consternada.
—Chuuya-san, yo...—dijo intentando no ver a los ojos al pelirrojo—, intente huir a la agencia, pero la Port Mafia me atrapó.
Chuuya intento guardar la calma, aunque sus puños estuvieran apretados. Algo no calzaba, le dolía su cabeza, así que cerro los ojos y intento recordar ¿Por qué era sospechoso?
Simple, Dazai había trazado un plan donde dejaba a Atsushi fuera del conflicto, a salvo. El pelirrojo estaba consciente de la importancia de el albino en la vida de Dazai, así que, si fuera un plan para mantenerlo a salvo, siendo este el mejor estratega ¿Por qué no funcionaría su plan?
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Chuuya se relajo, abrió los ojos y lo primero que hizo fue mirar de forma amenazadora a Atsushi.
Sabía el porque.
—No me mires con cara de que no has hecho una mierda ¿Quieres? No soy gilipollas. —dijo de forma escueta el pelirrojo.
Atsushi retrocedió tres pasos.
—¿Qué estás diciendo? No sé de que hablas...—dijo rascándose la nuca.
—Oh, por favor, no sabes disimular. Ni lo intentes. —respondió Chuuya.
Atsushi mantuvo su postura, mas adquirió una mirada seria.
—¿Qué querías que hiciera? ¿Dejar que la persona que me rescato se suicidara? ¿Qué clase de persona cercana a él sería? —dijo Atsushi.
—No es tu decisión. Nos jodiste, solo tenías que hacer una cosa, quedarte a salvo, donde nadie te pudiera tocar ¡Carajo! Solo queríamos tener una vida normal ¡Solo pensaste en ti mismo! ¿Acaso pensaste porque decidimos hacerlo? Claro que no. Tú solo no querías sentirte responsable.
Atsushi trago saliva.
—¿Qué clase de pareja eres para estar bien con la idea de que se iba a suicidar? —Atsushi empujo la silla donde estaba Chuuya, para luego poner su pie sobre el estomago de este—. Responde, tú no te preocupaste en buscar otra solución, solo lo aceptaste ¡Por ese comportamiento de perro irracional, Dazai te abandono en la Mafia!
Chuuya lo pateo, al diablo quien necesitaba manos, al diablo que fuera el protegido de Dazai, había tocado un punto débil para él, se sentía humillado, insultado, pero sobre todo; sentía lastima por si mismo, porque sabía que en parte tenía razón.
—Eres una mancha a lo que Dazai quería, él te acogió pensando en su difunto amigo, y tú solo manchaste ese significado, me das asco. —el pelirrojo le escupió, mientras esquivaba los golpes del albino, quien intentaba defenderse de las patadas de Chuuya.
Los oficiales se movilizaron, agarraron a Chuuya por los brazos y piernas junto a la silla. Atsushi solo observaba con una mirada sin arrepentimientos, Chuuya no podía creer como los ojos de alguien que le presentaron de una forma tan inocente, podían cambiar con solo un hecho.
No sabía si reírse por la ironía de la situación o sentirse impotente porque podía ver como el otro volvía a tomar asiento frente a el, haciendo como si nada, como si no le estuvieran inyectando un calmante.
—¿Ahora si quieres hablar? Chuuya-san. —dijo poniendo sus codos en la mesa.
—¿Qué mierda quieres de mi? —respondió.
—Solo quiero que me confirmes un paradero de Dazai —dijo mientras sacaba tres fotos de su bolsillo—. La policía tiene opciones, los últimos momentos antes de desaparecer, como ya sabes junto a ti.
—No me jodas ¿Sospechan de mi? —Chuuya hizo una risa sarcástica— Ya veo, con que piensas que yo lo hice por resentimiento.
Atsushi agarró de la camisa a Chuuya.
—Te advierto que si eres el culpable, no tendré piedad. —dijo de forma amenazante.
Chuuya volvió a escupirle con una sonrisa triunfadora.
—¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a golpear? Nunca mas vas a volver a entrar aquí si lo haces, hazlo, muestra tu doble cara. —dijo con un tono socarrón Chuuya.
Atsushi lo soltó, y volvió a sentarse.
—Te tenía mucho estima, ambos los pensaba como mis mentores, eran mi ejemplo ¿Sabes? —dijo Atsushi—. Cuando conocí a Akutagawa perseguí la idea de crecer hasta ser el duo mas fuerte, y ahora estamos aquí.
Atsushi suspiro.
—No necesito que te inculpes, tampoco que me digas las razones, solo respóndeme algo con sinceridad. —dijo el albino.
—Te escucho. —respondió Chuuya.
—¿Realmente no lo hiciste tú? Tienes razón sobre que no es mi elección, no lo es, pero ¿Podrías intentar entenderme? No sabía que hacer, no quería perder a la gente que quiero, yo no quería. —dijo Atsushi, tapándose la cara con las manos.
A Chuuya se le partía el alma, quería consolarlo, pero luego de lo anterior ¿Sería correcto? Suspiro resignado, después de todo, el chico todavía era un niño incapaz de controlar sus emociones.
—No, amo a Dazai, incluso cuando estábamos preparados para tomar el aliento del otro. Íbamos a trascender en el siguiente plano, tal vez esperando re encontrarnos en otra vida, luego de tanto peligro en esta. Será un gilipollas, pero me complementa ¿Por qué querría acabar con él?
El pelirrojo observó el techo, tal vez esperando recordar la última vez que el castaño le susurro promesas de una nueva vida, hace días no lo veía. Ahora estaba lidiando con su protegido, pero se sentía fuera de lugar. No quería estar ahí.
Atsushi pareció entenderlo, suspiro. Se levanto de la silla, dejándola en su lugar, pero antes de irse por la puerta, observó a Chuuya.
—Creo que Oda-san querría que le ayudará. Así que dejaré de cooperar con la investigación. Gracias por responder con sinceridad, y perdonar mi comportamiento. —Atsushi hizo una inclinación de respeto, y se fue.
Los guardias sacaron a Chuuya del cuarto, a penas Atsushi salió por la puerta. El pelirrojo seguía perdido en sus pensamientos y sobre lo que sabía. La policía tenía posibles ubicaciones, pero ¿Por qué no era capaz de recordarlo con claridad? la memoria era borrosa, podía ver fragmentos rápidos, pero no completos.
Se esforzaba, mas siempre llegaba al mismo final, susurros, caricias, un beso de despedida, y verse caer junto a la persona que mas ama.
Cuando menos lo espero, ya estaba en su "celda", ese pequeño cuarto que lo retenía. Saco un cuaderno que Tachihara le había dado, uso un lápiz que había hurtado de una de las enfermeras, trazó cuatro cuadrados.
Tal vez no lograba recordar los lugares o que sucedió en aquellos, pero si podía ver a las personas que interactuaron con ellos, era como ver una película en blanco y negro, pero solo la silueta de la persona con la que hablas, como si el fondo estuviera desenfocado.
Se dispuso a escribir, cuando escucho los pasos de los guardias acercarse con una "sorpresa", para no olvidar que iba a hacer, escribió las iniciales en aquellos cuadrados, metió el cuaderno bajo el colchón, para luego volver a una posición normal y menos sospechosa.
¿Qué cosa era tan importante para que no pudieran esperar hasta el interrogatorio para mañana?
Tal vez el pelirrojo se habría arrepentido de hacerse esa pregunta cuando se entero.
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¡Hola, lamento la demora! Tuve problemas para hacer calzar cosas como quería, aunque haya sido un capitulo corto, gracias por esperar. @ogaimory <3
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