06. Dear Adela
Me acuerdo de la torpeza que era cuando te pedí salir conmigo. Soltaba palabras al azar y sí, estaba algo drogado, pero es que no me hubiese atrevido a pedírtelo si estaba sobrio. Tu cara fue lo mejor, estaba seguro de que llamarías a alguien para que me alejara de tu lado, y diablos, ojalá lo hubieses hecho, pero me dijiste que lo pensarías si yo me iba a casa, con cuidado. Sabías que no estaba al control de mis facultades mentales.
Adela, aún me sigo preguntando cómo es que los de seguridad nunca me sacaron del edificio, creo que el hecho de que la tienda donde trabajabas estaba justo en la entrada facilitaba todo.
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