break the ice ✰ winrina.
❝ Cuando Minjeong fue a visitar a su amiga para ver que ocurría con ella no esperaba que terminarían en una situación tan... húmeda. ❞
original: © ksslut
Minjeong nota que su amiga ha estado tensa últimamente, se le veía incómoda siempre, y a veces la trataba con frialdad, no sabía cuál era la razón o si solo era así cuando estaba ella cerca.
Por eso es por lo que ahora se encontraba ahí, en el departamento de su mayor llamando a la puerta, llevaba algunas frituras y bebidas, quería emborracharse un poco junto a Jimin para romper la tensión que sentía con ella estos últimos días, solo esperaba que funcionara su idea.
Solo tuvo que esperar unos cuántos segundos cuando la pelinegra apareció en la entrada abriendo la puerta, vistiendo solo una blusa de resaque y un short algo corto, con el cabello mojado, al parecer se estaba duchando antes de que la menor llegara. Y Minjeong pensó que realmente se veía preciosa, preciosa y sexy para ser más precisa.
"Winter, ¿qué haces aquí?"
No sé había dado cuenta de que estaba viendo a la mayor tan fijamente hasta que esta la llamó.
"Ah, sí, solo vine a visitarte, ¿no puedo?".
"Está bien, pasa, no estaba ocupada de todos modos".
Minjeong no puedo evitar darte un vistazo al cuerpo de su amiga en cuanto esta se dio la vuelta para dejarla pasar. Entró al departamento y, apenas dio unos pasos, el aroma a jabón mezclado con algo dulce de la coreana la envolvió por completo.
"Traje esto." Minjeong levantó las frituras y las bebidas, intentando distraerse del leve mareo que le provocaba estar tan cerca de su amiga. "Pensé que podríamos pasar el rato."
Jimin dejó escapar una risa suave. "¿Pasar el rato? ¿O emborracharnos?" dijo, señalando las botellas con un gesto ligero.
"Ambas cosas, tal vez," respondió Minjeong, forzando una sonrisa mientras trataba de ignorar cómo ese aroma seguía mareándola.
"Está bien, saca los vasos. Yo buscaré alguna otra cosa para comer."
Jimin caminó hacia la cocina, y Minjeong no pudo evitar seguirla con la mirada de nuevo, ni tampoco impedir que sus pensamientos se desviaran. ¿Siempre había sido así de atractiva? No sabía porque su mente se enfocaba demasiado en los detalles sobre Jimin. El cabello húmedo, la blusa que dejaba entrever un hombro, el aroma... todo parecía un golpe directo a su autocontrol.
Cuando Jimin regresó y se sentó en el sofá, Minjeong trató de enfocarse en abrir las botellas. Pero cuando le pasó el vaso, sus dedos se rozaron, y el contacto fue suficiente para que un leve escalofrío recorriera su brazo.
"¿Estás bien?" preguntó Yoo, mirándola con curiosidad por su comportamiento.
"Sí, claro." Minjeong bebió un trago rápido, más para distraerse que por sed. "Solo... tú has estado rara últimamente."
"¿Yo?" Jimin arqueó una ceja. "Tú eres la que actúa rara."
Minjeong suspiró. "Es que siento que conmigo... no sé, me tratas diferente."
Jimin giró el vaso entre sus manos, evitando mirarla. "Es complicado, Minjeong."
"¿Por qué?" insistió, incapaz de contener su curiosidad.
Jimin soltó un suspiro mientras daba un pequeño sorbo a su vaso. "He estado cansada, eso es todo."
"¿Cansada?" Minjeong la miró, levantando una ceja. "¿O es que soy yo quien te pone incómoda?"
"¿Qué?" Jimin se rio, pero la risa sonó más como una defensa. "¿Por qué me pondrías incómoda? No digas tonterías."
"Pues porque lo parece." Minjeong cruzó los brazos, inclinándose un poco hacia ella. "Contigo nunca sé si estás molesta o si solo estás... no sé, evitándome."
Jimin la miró, esta vez con los labios apretados, como si no encontrara las palabras. En lugar de contestar, tomó un trago largo de su vaso y lo dejó sobre la mesa con un pequeño golpe.
"No estoy evitando nada," respondió al final, su voz más firme. "Eres tú la que se imagina cosas."
"¿De verdad?" Minjeong inclinó la cabeza, observándola fijamente. "Entonces, ¿por qué te tensas cada vez que estoy cerca?"
"Porque... Minjeong, no empieces." Jimin frunció el ceño y se levantó del sofá, llevándose el vaso a la cocina.
Minjeong la siguió con la mirada, mordiendo su labio inferior.
"No he dicho nada malo," dijo, apoyándose en el respaldo del sofá mientras la veía de espaldas. "¿O sí?"
Jimin se detuvo un momento antes de girarse, sosteniendo el vaso entre las manos. Sus ojos se encontraron con los de Minjeong, y había algo en su mirada, entre molestia y algo más que la menor no pudo descifrar.
"No." Jimin dio un sorbo a su vaso y lo dejó sobre la mesa. "Solo que contigo a veces no sé cómo reaccionar."
"¿Conmigo?" Minjeong se levantó y acercó un poco, ladeando la cabeza. "¿Por qué?"
Jimin suspiró, apoyándose en el borde de la mesa. "Porque siempre estás cuestionándome, mirándome como si esperaras algo."
"¿Y si lo estoy?"
Las palabras salieron de los labios de Minjeong antes de que pudiera detenerse, y la forma en que Jimin la miró le hizo sentir un pequeño escalofrío.
"Entonces tal vez deberías ser más clara con lo que esperas," respondió Jimin, con un tono que sonaba más como un reto que como una invitación.
Kim sonrió de lado, aunque por dentro sentía que su corazón latía un poco más rápido. Dio un paso hacia ella, reduciendo la distancia. "¿Y si no sé lo que espero? ¿Eso también te molesta?"
Jimin no respondió de inmediato. En su lugar, desvió la mirada, cruzándose de brazos como si eso fuera suficiente para cerrar la conversación. Pero Minjeong no estaba dispuesta a dejarlo ahí.
"Dime algo, Jimin." Su voz era suave, casi un susurro. "¿Por qué te pones tan tensa cuando estoy cerca?"
"Porque tú no sabes lo que haces," murmuró Jimin, finalmente levantando la mirada para enfrentarse a la menor.
"¿Ah, no?" Minjeong arqueó una ceja con diversión en su expresión. "Tal vez deberías decírmelo."
El silencio que siguió fue tan intenso que parecía llenar toda la habitación. Jimin no se movió, pero la forma en que apretó ligeramente los labios y sostuvo la mirada de Minjeong lo decía todo.
Karina dio un paso hacia adelante, rompiendo la distancia entre ambas, pero manteniendo las manos cruzadas frente a ella, como si eso fuera suficiente para mantener la compostura.
"¿De verdad quieres que lo diga?" preguntó, su voz más baja, casi un murmullo.
Minjeong sintió un escalofrío recorrerle la espalda, pero no se apartó. Si acaso, dio otro paso hacia Jimin, hasta quedar a apenas un suspiro de distancia.
"Quiero escucharlo," respondió, sus ojos fijos en los de la mayor.
Jimin la miró por un momento que pareció eterno. Sus labios se entreabrieron, como si fuera a decir algo, pero en lugar de eso desvió la mirada y dejó escapar un suspiro frustrado.
"Eres imposible, Winter."
"¿Por qué?"
"Por no saber cuándo parar."
Minjeong sonrió apenas. Lentamente, levantó una mano y la apoyó en el borde de la mesa detrás de Jimin, acorralándola sin tocarla.
"Tal vez no quiero parar."
Jimin alzó la mirada, sus ojos oscuros clavándose en los de Minjeong. La tensión en el aire era casi palpable, y por un instante, ninguna de las dos dijo nada.
"No deberías jugar con fuego, Winter," dijo Jimin finalmente, su voz apenas un susurro.
"¿Y quién dice que estoy jugando?"
La respuesta de Minjeong fue suficiente para que Jimin cerrara los ojos por un momento, como si intentara controlarse. Pero cuando volvió a abrirlos, había algo diferente en ellos, algo más intenso.
"Esto es una mala idea."
"Entonces dime que me detenga," dijo Minjeong, su voz más baja, más suave.
Pero Jimin no lo dijo. En lugar de eso, dejó caer los brazos a sus costados, relajándose ligeramente, aunque sus ojos seguían fijos en los de la menor.
"Entonces no lo hagas."
Jimin no dijo nada más, pero el hecho de que no se apartara le dio a Minjeong la confianza que necesitaba. Lentamente, se acercó un poco más, hasta que sus cuerpos casi se rozaron. La mayor no se movió, pero su respiración se aceleró ligeramente, y Kim lo notó.
Sin pensarlo mucho más, Minjeong levantó una mano y la apoyó suavemente en el brazo de Jimin.
"¿Estás segura de que no quieres esto?" murmuró, con voz firme pero suave, sintiendo cómo el calor de la mayor se transfería a su piel.
Yoo no contestó de inmediato. Por un momento, sus ojos se entrecerraron como si estuviera luchando consigo misma, pero cuando Minjeong deslizó su mano hacia el cuello de Jimin, sintió que la mayor se tensaba.
"Minjeong..." La voz de Jimin sonó casi como una advertencia, pero no logró apartarse.
La menor, sin pensarlo dos veces, la miró directamente a los ojos y, con un movimiento rápido, acercó su rostro al de ella.
Jimin, finalmente, se rindió, y antes de que pudiera hablar, los labios de Minjeong se posaron sobre los suyos en un beso suave.
El primer contacto fue tímido, casi como si ambas estuvieran buscando la aprobación del otro, pero pronto el beso se profundizó, una sensación de deseo y necesidad envolviendo a ambas. El cuerpo de Jimin cedió lentamente, su respiración entrecortada mientras Minjeong la acercaba más, sus manos ahora deslizándose por su cintura.
El calor se intensificó entre ellas, y Karina no se molestó en resistir más. En cambio, le respondió con el mismo fervor, con las manos moviéndose por la espalda de Minjeong, presionándola más contra su cuerpo.
"Es lo que querías, ¿verdad?" susurró Minjeong contra sus labios.
Jimin, respirando pesadamente, no respondió al principio, pero luego dejó escapar un suspiro de rendición. "Sí... pero esto no cambia nada."
"Lo veremos," dijo Winter con una sonrisa traviesa, antes de acercarse nuevamente, besándola con más intensidad.
Jimin, en un impulso, deslizó sus manos hacia la nuca de Minjeong, tirando suavemente de ella para acercarla más, mientras sus labios se movían con más urgencia, como si no pudieran esperar más.
Minjeong respondió con la misma excitación, sus dedos recorriendo el costado de Karina, sintiendo cómo su piel se erizaba al contacto. La mayor se estremeció ligeramente, pero no se apartó, y eso fue todo lo que Minjeong necesitaba para continuar.
El beso se rompió, y ambas se quedaron allí, respirando pesadamente, sus frentes apoyadas una contra la otra.
Jimin cerró los ojos, su pecho subiendo y bajando rápidamente. "No sé si esto está bien", murmuró, pero sus palabras ya no sonaban tan firmes.
"¿Por qué no?" respondió Minjeong, su voz suave pero llena de confianza.
Yoo la miró entonces.
"No tienes idea de lo que quieres, Kim", dijo, su tono grave, casi en un susurro. "No sabes a lo que te metes."
Minjeong sonrió. "Tal vez lo sé. Tal vez solo quería que tú lo supieras."
Las manos de Jimin se movieron a la cintura de Minjeong, y la menor, sin pensarlo, llevó las suyas hacia la espalda de la mayor.
"No quiero que te detengas", dijo Minjeong contra sus labios.
Jimin se separó un poco. "¿Estás segura de lo que estás pidiendo?"
"Más que segura", respondió Minjeong.
Con una sonrisa, Jimin inclinó la cabeza y, sin decir una palabra más, la atrajo hacia ella una vez más. Lo único que se escuchaba ahora en esa habitación era el chasquido de sus labios junto con sus fuertes respiraciones.
Minjeong, sin pensarlo, dejó que sus dedos se deslicen hacia la cintura de Jimin, apretándola un poco más contra su cuerpo mientras el beso se volvía más apasionado.
Jimin volvió a mover sus manos, esta vez hacia el borde de la blusa de Minjeong, levantándola lentamente, mientras la menor la observaba, completamente atrapada en el momento. Comenzó a recorrer el abdomen de la contraria con sus frías manos, causándole escalofríos.
Sus manos inquietas apretaban su cintura por debajo de la ropa, subiendo hasta el borde de sus pechos. Se separó del beso y en medio de su desesperación subió la blusa de Minjeong, pasándola por sus brazos hasta estar completamente fuera. Ahora estaba completamente expuesta para ella y sus ojos hambrientos, se tomó unos segundos para admirar su cuerpo, su cintura estrecha y su pecho mediano, sus clavículas marcadas y ese delgado cuello que se moría por marcar. Sin poder resistirse un minuto más se acercó a su cuello, chupando desesperadamente y dejando marcas que probablemente no se irían de días.
Las manos de la menor rodearon sus hombros, soltaba gemidos agudos mientras la coreana hacía lo que se le pegaba su gana con ella.
Abrió sus ojos con sorpresa al sentir el broche de su sujetador ser desabrochado, y al instante retirado por las grandes manos de la otra.
Ya no tenía ninguna capa de ropa que cubriera su torso, ahora era la presa de Jimin y se dejaría devorar por ella.
Volvieron a besarse con pasión, con Jimin masajeando los pechos de la menor a su gusto, apretando y pellizcando sus pezones para endurecerlos.
En pasos torpes Karina las guio hacia el sillón y se sentó, atrayendo a la menor a que se sentara a horcajadas sobre su regazo.
Sintiéndose cómoda y en más confianza, sujetó a Minjeong por el culo, tomándola por sorpresa y haciéndola soltar un bonito jadeo. Acercó su rostro a su pecho, inhalando su olor y tomando uno de sus botones entre sus carnosos labios. Chupó y mordió como quiso, teniendo a Winter hecha un mar de gemidos bajos y jadeos.
Guio a la menor a mover sus caderas sobre sus muslos, apretando su trasero con fuerzas mientras aún se comía sus pechos. Hacía movimientos circulares, frotando lo más que podía su intimidad cubierta contra la surcoreana.
Se alejó de Jimin dejándola confundida, pero solo fueron unos segundos en lo que se deshacía de su pantalón.
"Estaba empezando a tener calor" con una sonrisa volvió a acomodarse sobre la pelinegra, esta vez con solo una ligera capa de tela blanca cubriéndola.
Volvieron a besarse, con la menor moviéndose de adelante y atrás sobre sus piernas, manchando su ropa interior de su humedad. Tomó una de las manos de Jimin y la guio a uno de sus pechos, la mayor apretando este inmediatamente, pellizcando su pezón y retorciéndolo entre sus dedos, provocando gemidos en Minjeong que a final de cuentas se ahogaban en el beso que compartían.
Su otra mano estaba posada sobre el muslo de Winter, dando ligeros apretones y subiendo peligrosamente. Rozó con el dorso de sus dedos su intimidad por sobre su ropa, moviendo su mano de arriba hacia abajo y luego ejerciendo presión, teniendo a Kim retorciéndose desesperada y suspirando en su beso.
Sin previo aviso corrió las bragas hacia a un lado, ahora teniendo un contacto directo contra su coño.
"A-ah".
"Ya estás muy húmeda, Winter".
"Lo sé, por favor haz algo ya".
"Como tú quieras".
Recorrió su entrada con sus dedos, moviendo estos de arriba abajo entre sus pliegues, recogiendo su humedad y llevándola a los labios de la contraria.
"Chupa, quiero que te pruebes".
Acatando sus órdenes, Minjeong llevó sus largos dedos a su boca, chupándolos con fervor y cerrando sus ojos mientras lo hacía. Jimin sintió como esta movía su lengua entre sus dedos, humedeciéndolos y soltando sonidos vulgares.
Alejó sus labios de los dedos de Karina, riendo ligeramente al ver su expresión, totalmente hipnotizada.
Con sus dedos completamente lubricados la pelinegra por fin se acercó a la entrada de Minjeong, tanteando antes de empezar a meter uno solo, dejándolo quieto unos segundos.
"¿No es incómodo?".
"N-no, me gusta".
Con esa afirmación de que estaba disfrutando y sin poder aguantarse las ganas de escuchar a la menor gemir, comenzó a mover sus dedos rápidamente de dentro hacia afuera, bombeando y sintiéndola apretar su falange.
Amando el sonido de los gemidos agudos de la otra junto con el chapoteo sucio que había con cada embestida.
"Mete o-otro".
Obedeciendo, metió otro de sus dedos, bombeando con más rapidez, curvando sus dedos para rozar el punto de mayor placer de la menor.
Minjeong no podía concentrarse en otra cosa que no fueran los dedos de su amiga dentro suyo, moviéndose rápidamente a la par que sus desesperadas caderas. Sentía un pitido en sus oídos, y tenía sus ojos fuertemente cerrados por el enorme placer que sentía, gimiendo incoherencias y curvando su espalda deliciosamente a los ojos de Jimin.
"Creo que voy a c-correrme".
"Hazlo, suéltalo todo".
Aumentó la velocidad de los movimientos de sus dedos, agregando su pulgar a su clítoris, agitándolo para hacer más fuerte el orgasmo de su menor.
Después de unos pocos segundos la menor explotó en su clímax, dejando salir un chorro de sus jugos sobre Jimin y gritando en el acto.
Su cuerpo temblaba y sus caderas seguían agitándose, Jimin no se movió, esperando a que la sensibilidad de su menor terminara para poder sacar sus dedos de su interior.
Una vez se recompuso se dejó caer sobre Karina, apoyando su barbilla sobre su cabeza y jadeando del cansancio.
"Perdón por mojar tu ropa...".
"Está bien, valió la pena".
Se vieron a los ojos y no pudieron evitar soltar una risa, abrazándose y sumergiéndose en un cómodo silencio.
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