— Pues aquí, así son las cosas. ¡Bienvenidos a Snowdin, hogar de los monstruos más salvajes!

— Mmh… ¿Esa es tu gran bienvenida?

— Sip, esa es, ten más cuidado que allá en Las Ruinas, quizá pienses que eres fuerte solo por haber asesinado a uno de los monstruos más importantes del subsuelo, pero no eres más que un egoísta que no puede decidir pensando. En fin, niño, ten un buen día.

Aquello que había dicho Sans los dejó a Flowey y a Frisk pálidos. ¿Cómo sabía él sobre la muerte de Toriel? Parece como si alguien le hubiera dicho, o como si fuera arte de magia. Un parpadeo bastó para que aquel esqueleto desapareciera como si nunca hubiera estado allí, como si hubiese desaparecido sin dejar rastro. Decidieron no prestarle mucha atención y avanzaron por el camino nublado del bosque -Aunque era el único camino-. En la siguiente sala el camino parecía triangular, casi del lado opuesto del “triángulo” había un pequeño cofre/caja. Se acercaron hasta ahí y una de las raíces de Flowey rompió el candado, al abrirlo había un par de guantes, parecidos a unos de boxeo, pero tenían huecos para dedos, y eran bastante distintos.

— Tu que dices Flowey, ¿Me convendría esto o el cuchillo de Toriel?

— Pues, mira Frisk, esto es una zona más peligrosa, y creo que el cuchillo es fuerte pero predecible, aquí necesitamos desquitarnos y ser impredecibles si queremos abrirnos paso entre el dolor y las necesidades. Ponte los guantes y por ahora, guarda el cuchillo para cuando sepas que puedes usarlo, como un as bajo la manga.

— Si, tienes razón.

El humano guardó su cuchillo en una funda que también le había dado Toriel y se puso los guantes, parecían guantes de cuero sin dedos y duros en los nudillos como guantes americanos. Antes de seguir, vió otro camino y que daba a un río, fueron a ver que era y había una caña de pescar, Frisk sacó el gancho y una foto estaba clavada, por alguna razón tenía una foto de quien parecía un rey, probablemente era Asgore, ya que tenía una corona y una capa sostenida por hombreras doradas, solo el saber que era una cabra como Toriel lo demostraba. Él sacó la foto de ahí y se la mostró a Flowey

— ¿Es él?

— Sí, él es el rey de los monstruos, Asgore, vive en la barrera que nos separa del exterior así que tendremos que ir hacia allá para que salgas de este lugar.

— Bueno, entonces, ¿Qué estamos esperando?

Frisk sacó su cuchillo y cortó la foto por la mitad, luego la tiró al río junto a la caña. Volvieron al camino de aquel bosque y siguieron su camino hasta que se encontraron con el par de hermanos. Ambos estaban hablando mientras tapaban el camino, hasta que Papyrus notó la presencia del niño y giró para poder hablarle.

— Que monstruo tan extraño… no te había visto en Snowdin antes.

— No soy un..

Flowey tapó la boca del chico y dijo..

— Es cierto.. somos nuevos, nos mudamos hace poco jiji..

— Ohh, con que es eso, pero he estado aquí desde hace mucho y tu vienes de Las Ruinas… espera un segundo…

Papyrus se dió cuenta de lo que estaba sucediendo y dijo con calma..

— Parece que enserio lo logró.. ¿Dónde está ella ahora, niño?

En ese momento lo único que se escuchaba era la ventisca que movía la bufanda de aquel esqueleto, pero Frisk rompió el silencio diciendo algo que hizo reaccionar a todos, incluso a monstruos que estaban cerca escuchando.

— Yo la maté.

La cara de Papyrus cambió tan rápido como podía.

— ¡¿LA MATASTE?! como.. como puede ser.. por eso ella no respondía ninguna de las cosas que le decíamos ni cuando la llamábamos, no habías escapado, la habías matado.. ahora lo entiendo todo y me empezaste a molestar. Humano, en nombre del EPPH y la líder Toriel, voy a capturarte y a enviarte a Hotland, donde serás asesinado y tu alma será separada de su poder y esencia.

El alto y flaco esqueleto se fué caminando por el lado de donde venían Flowey y Frisk, Sans los miró, los saludó y siguió a su hermano. Siguieron caminando hasta un puesto que olía a humo como un cigarro. Cuando estaban por pasar delante de él un perro con el emblema de Toriel salió de abajo y movió los ojos por todos lados.

— ¿Quién está ahí? Puedo sentirte, no soy tonto.

Él salió del puesto y se puso en frente de Frisk y levantó una de sus espadas, para luego hacerla caer con impulso hacia la cabeza del niño, este esquivaría el ataque y le golpearía en el estómago, lo que lo haría caer al suelo.

— uh… mhh.. ese fue un buen golpe, tendrías que unirte a el EPPH, serías un buen luchador.

Se levantó y su expresión cambió cuando olfateó al humano más detenidamente y notó algo inusual.

— Hueles raro para ser un monstruo.. dime.. ¿Eres humano? Porque en ese caso tendré que llevarte con Papyrus directamente para…

Otro golpe lo hizo caer al suelo, y otros más lo hicieron polvo que voló y se mezcló con la nieve. La cara de Frisk estaba totalmente seria y oscura, los nudillos del guante estaban levemente manchados con alguna sustancia negra, parecía sangre también, ya la había visto antes, pero no estaba seguro. Flowey solo se asustó un poco, pero no dijo nada. Siguieron su camino y en un pequeño lago congelado notaron una desviación parecida a la del camino triangular de antes. Caminaron hacia allí y un muñeco de nieve los vió y empezó a hablar.

— ¿Eres un viajero? Tengo un único sueño y es viajar por todo el subsuelo pero no puedo por cómo nací. ¿Podrías llevar un pedazo de mi contigo para poder recorrer tus pasos?

— Podría.. pero dime, ¿Estás hecho de nieve, verdad?

— Sí, un gran muñeco de nieve está ante tus ojos.

— Dejame intentar algo entonces..

— Espera.. ¿Eres humano?... no.. ya no quiero.. ¡Espera! ¡Sacame tus manos de encima!

Frisk sacó un pedazo de aquel hombre de nieve y lo tragó.

— Mmh~.... Delicioso, y me sacó un poco la sed.

— Espera..¡No me refería a llevarme en tu estómago!

— …

Él niño no paró y finalmente terminó dejando solo un cúmulo de nieve con una zanahoria y dos botones. Flowey parecía asustado, tenía un poco de miedo de aquel humano, parecía violento cuando le convenía y no seguía órdenes de cualquiera. Frisk volvió al camino principal y siguiendo vieron a un vendedor de helados/heladero, no tenían dinero así que solo pasaron de largo. Había otra desviación, quizá encontrarían algo si iban. Al llegar solo vieron dos puestos de vigilancia o de descanso, a juzgar por cómo se veían (Y por el emblema de el EPPH) parecía que habían muchos guardias por esa zona, quizá porque está al lado de Las Ruinas, donde se encontraba Toriel. Decidieron seguir caminando, se detuvieron algunas veces en el camino, algunas para jugar con bolas de nieve, otra al ver un plato con un pancho o “perro caliente” en un plato junto a un horno, y una última vez donde tuvieron que buscar una palanca entre la nieve de un gran lugar, al activarla y bajar los afilados picos de metal, al pasar, dos encapuchados con hachas se acercaron. Una voz masculina y gruesa dice

— ¿Es él? ¿Papyrus tenía razón? No parece un monstruo, no huele como un monstruo, huele raro, se siente raro

Y una voz femenina preguntaba agitada por el sentimiento

— ¿Realmente es él? ¿El asesino? ¿Por qué Papyrus no lo detuvo? ¿Dónde está Doggo?

Frisk los miraba a ellos que estaban en frente de él y Flowey y decidió decir algo en respuesta.

— Doggo, creo que lo he asesinado, a Toriel también, y por desgracia, a ese esqueleto alto y serio no lo he matado aún

Aquellos encapuchados se sacaron la túnica gris que los ocultaba y bajo esta había una pareja de perros con armadura y unas hachas que se veían bastante pesadas y afiladas. Un ataque doble casi hace a Frisk perder la cabeza, literalmente, luego de esquivar le dio un golpe a Dogamy en la nuca, lo hizo caer al suelo, pero no era nada grave, Dogaressa solo parecía más enojada que antes y se movía más rápida y violentamente, un corte rozó la pierna del humano, pero solo le hizo un corte en los pantalones, un pequeño en la rodilla, parecía que el niño se pegó un susto y perdió el equilibrio.

— ¡TE TENGO HUMANO!

Gritó Dogaressa y en un movimiento rápido Frisk lanzó el cuchillo al pecho de aquella monstruo perruna, le dió y la hizo caer al suelo, donde aquella sangre negra salía a montones, Dogamy, quien recién se levantaba, corrió hacia el humano con ambas hachas y un golpe en la pera lo hizo parar, uno en la nariz lo hizo caer otra vez, y una pisoteada lo dejó como Dogaressa, una montaña de polvo.

— Oh.. Frisk, l- logramos ganarles, sigamos nuestro camino o podríamos toparnos con los esqueletos..

— Cierto, Flowey, vamos, ya terminé con estos dos.

Siguieron pasando salas, trampas, algunos puzzles, y algunos monstruos que tuvieron un mal destino. Finalmente llegaron hasta un puente, uno largo y tambaleante. Un pueblo se veía al final, pero una sombra cubría el paso. Ambos aventureros se acercaron y la sombra se desvaneció mostrando a Papyrus, quien sacó un hueso y con un golpe en la frente dejó inconsciente a Frisk, Flowey se hizo el desmayado para que no lo golpearan.

[B][??? horas después]

— Frisk.. despierta, tengo miedo, estoy solo y atormentado, no puedo escapar, por favor….

— Mmmh..

Él solo se retorcía levemente por el golpe, cuando tomó conciencia y se levantó, saludó a Flowey y notó que estaba en algún tipo de cabaña encerrado tras barrotes muy juntos como para pasar entre ellos. Las armas estaban en una caja abierta del otro lado de la pequeña sala.

— No se como vamos a salir de esta Flowey, necesitaremos un milagro.

Un portazo hizo sonido en las paredes y luego se cerró dejando entrar a un monstruo bastante alto y huesudo, una de sus cuencas goteaba sangre negra, y tenía una mirada fría y… extrañamente familiar.

— Papyrus.. tu.. ¡ESQUELETO TONTO! ¿QUE HACES CON ESO?

— Fuí especialmente para buscarlo, y siento tu sangre determinada correr por mi sangre.. es un poder que usaré para asesinarte.

— Ahora mismo.. ¡ALEJA MI OJO DE TUS SUCIO CRANEO!