[7] Problema en los huesos
Ya estaban de nuevo sobre el hielo de aquel lago, siguiendo así por el camino que venían haciendo antes. El camino era aburrido, había bastantes desviaciones que según los carteles llevaban a pueblos, pero al parecer uno de ellos era el más grande y el principal, llamado Snowend, antes nombrado por Sans. Luego de largo rato había pasado hasta que después de mucho árbol encontraron una elevación en el terreno que parecía deforestada, y en esa gran zona había una cabaña y a bastantes metros un monstruo con un pequeño puesto de helados. Además de aquel vendedor, había algunos juegos para niños, como de un parque. Allí jugaban monstruos pequeños, uno anaranjado y con cuernos, otro amarillo parecido a un dinosaurio, y un par más, todos con puloveres y ropas de invierno, aunque el amarillo parecía tener uno de esos puloveres pero sin mangas para los brazos, era extraño, parecía tenerlos en el lugar del torso. Frisk se acercó al heladero, quien parecía algo triste. Solo devolvió la mirada que le dió el humano, aunque sin dejar de mostrar aquella pena.
¿Heladero? -- Buenos días.. supongo.
Frisk -- ¿Estás bien?.. te ves bastante decaído.
¿Heladero? -- Bueno, así estoy. Las cosas en Snowend están bastante mal por la llegada de un humano que aparentemente fue visto aquí en Snowdin, por el bosque. Todos están pendientes a si lo ven y los guardias están como locos, mi única escapatoria para relajarme es aquí.. supongo que es más disfrutable que aquel EPPH abusando de su poder.
Frisk -- Suena como la mierda sinceramente, por suerte no vivo allí. Me llamo Frisk.
¿Heladero? -- Frisk.. Frisk.. ese nombre me suena pero no recuerdo de donde. Yo soy Mint, mis padres me pusieron así porque la gente relaciona la menta con lo fresco o frío y bueno, Snowdin es un bosque de nieve.
Frisk -- No sé por qué mis padres me pusieron este nombre realmente, nunca he preguntado.
Mint -- Yo tampoco realmente, pero es mejor esa explicación que la otra posibilidad, que me hayan nombrado así porque les gustaba la menta.
Frisk -- Cierto, cierto.
Mint -- Me has caído bien.. mejor que la mayoría de gente por aquí, al menos. ¿Quieres un helado? No te preocupes por el precio, invito yo.
Frisk -- Lo mismo digo, no he conocido ni un solo monstruo que me haya caído bien hasta ahora..
Mint pensó, pensó en aquellas palabras que salieron de su boca. ¿Ningún monstruo? No sería necesario aclarar si no fuera un humano quien lo decía. Aún así, se hizo como si no se hubiese dado cuenta. Abrió una puerta pequeña de su puesto y sacó un cono, poniendo una bola de helado de crema y luego clavando una pequeña barra de chocolate, finalmente se lo dió al niño.
Frisk -- Gracias, se ve muy bien.
Dijo mientras daba algunas lamidas a su delicioso helado. Pasaron unos minutos, el silencio entre ambos recién conocidos era algo notorio, otra vez solo se escuchaba aquel viento, pero ahora acompañado de los constantes gritos de aquellos chicos. Luego de terminar hasta el último bocado del cono, el chico miró a todos lados y luego finalmente a Mint.
Frisk -- Dame un segundo Mint, tengo que ir al baño.. por allí detrás.
Mint -- Está bien.. eso creo.
Frisk fue corriendo hacia detrás de una roca algo alejada. El heladero se acercó a los chicos, de un poco menos de edad que el humano.
Mint -- Ese chico que acaba de irse es el humano niños, ayudenme con él, tenemos que matarlo. Si lo hacen todos tendrán su helado gratis.
Todos parecían emocionados y algo enojados también, aunque uno de ellos, el amarillo, también había ido a usar una roca como baño, aunque lejos de Frisk. Este último volvió antes, y el heladero ya estaba escondido en un árbol para ese momento. Aquel humano lo buscó un poco hasta notar que el grupo de niños lo estaba mirando, con sus pequeñas pupilas, afiladas garras, y todos en posición de atacar. Frisk ya entendía lo que pasaba, y era una mierda, no quería tener que matar niños tan pequeños, pero estos comenzaron a correr en distintas direcciones hasta rodearlo. Él sacó su cuchillo y cuando el primero comenzó a acercarse este intentó ahuyentarlo pero fue en vano, pues se abalanzó sobre Frisk y sin muchas opciones, este lo agarró y lanzó sobre otro de los 4 pequeños.
Frisk -- ¡Déjenme! ¡No quiero tener que librarme como ustedes me obligan!
¿Niño anaranjado? -- ¡Silencio!.. ¡Tu eres malo, y debes morir por ello!
Frisk -- ¡Callate bolsa de naranjas! ¡Intento salvarte!
¿Niño anaranjado? -- ¡Tu callate!
Este se lanzó igual que su compañero de antes, pero no recibió la suerte que su amigo, en su caso, recibió un golpe, bastante fuerte en la cara, lo que lo dejó sobre la nieve, los dos restantes que no habían sido partícipes del ataque aún, fueron ambos a intentar cortar a Frisk con sus garras, cosa que no lograron, recibiendo ambos un corte en las palmas de sus manos, uno bastante grande, haciendo así que estas se llenaran de sangre, aquella oscura y algo espesa. Los chicos quedaron llorando y retorciéndose en el suelo, menos los dos primeros que, por suerte, no vieron el filo del cuchillo sobre ellos.
Frisk -- ¡Soy capaz de más, solo váyanse, maldita sea!
¿Niño celeste? -- ¡Ahora más que nunca lo mereces, tonto!
Aquel que gritó mostró un arma, un pequeño cuchillo, aunque brillante y bien afilado según su apariencia. Intentó atacar al estómago de Frisk pero se notaba que no sabía usarlo y luego de que el humano esquivara aquel ataque, clavó el cuchillo sobre el pecho del chico, para retirarlo después, dejando a este al lado de los otros dos heridos que parecían estar desangrándose. Finalmente, solo quedaba el de piel naranja, quien retrocedió unos pasos y luego gritó.
¿Niño anaranjado? -- ¡Esto es tu culpa heladero! ¡Nos dijiste que sería fácil! ¡N- no lo fue!
Frisk -- Ese conejo de mierda.. ¡Ven miedoso! ¡Mandas a niños a hacer cosas por ti! ¡Voy a teñirte de negro idiota!
Gritaba Frisk a los árboles, hasta que de uno de ellos apareció Mint, quien saltó sobre el humano y lo tiró al suelo, quedando el monstruo sobre el chico. Puso una de sus manos sobre su cuello y comenzó a apretar con una gran fuerza, la cual parecía potenciada por algún tipo de magia. El humano comenzó a ahogarse por la estrangulación, y con algo de fuerza agarró su cuchillo y lo clavó detrás de la cabeza del conejo, en su nuca, haciéndolo caer sobre el suelo y logrando levantarse, solo para tener que hacer lo mismo con el niño quien aprovechó el momento para lanzarse y rasguñar a Frisk en la mejilla. Al levantarse todo lo que quedaba era la nieve, ahora grisácea por combinarse con el polvo. Pasados unos minutos mientras el chico descansaba sobre una roca, pensando, reflexionando, y angustiandose por aquello, llegó uno de los niños, el de piel amarilla y parecido a un dinosaurio.
¿Niño amarillo? -- ¿Dónde están todos?
Frisk -- Donde.. donde.. están..
Pensó su respuesta, aunque a duras penas podía reaccionar, realmente parecía afectado por esas muertes.
Frisk -- Fueron a sus casas.. en Snowend..
¿Niño amarillo? -- ¡Noo!.. se supone que se irían más tarde… en fin, soy Monsty, ¿Y tu?
Frisk se quedó callado mirando al suelo.
Monsty -- No pareces muy animado a hablar eh.. pues me vuelvo a mi casa, mis padres deben de estar preocupados. ¡Nos vemos!
Y con toda la energía del mundo, echó a correr entre los árboles para desaparecer en pocos segundos. Sans apareció no mucho después de eso y a pocos metros de Frisk se le quedó viendo.
Sans -- “¿Estás bien?.. te ves bastante decaído.”
Frisk -- Ellos.. él me obligó.
Sans -- ¿No dijiste eso antes? Je.
Frisk -- Pero es cierto..
Sans -- Mi hermano y yo a este tipo de cosas le decimos “problema en los huesos”. No existen problemas en los huesos, no sentiré un dolor repentino de la nada, solo es posible por algo externo que lo cause, y tu también, piensas que esto pasa porque sí, que los matas porque así sucede, pero es tu culpa, ellos son el hueso y tu el problema, no pienses que lo mal que hay aquí pasó porque sí. Es tu culpa, je.
Frisk -- No pedí que me dijeras.
Sans -- En cualquier caso, vas a tener un problema en los huesos muy real si no miras detrás tuyo, je.
Frisk -- ¿Eh?
Flowey -- ¡Atrás, Frisk!
El humano recibió un fuerte golpe en la cabeza y todo se volvió oscuro de un instante a otro.
Varias horas después de aquel suceso, Frisk logra despertar.
Miró a todos lados, no veía ni a Flowey ni a su cuchillo, bueno, a este último si, pero estaba colgado en la pared por algunos hilos.
Frisk -- Mierda.. ese esqueleto enano y su hermano.. a todo esto, ¿Que mierda es este lugar?
Mirando a su alrededor, esta vez prestando atención a su entorno, notó que estaba en una cabaña pequeña, aunque dividida en dos por una fila de barrotes puestos a la distancia exacta para que Frisk no pudiese pasar. A su esquina vió un plato con un perro caliente, aunque irónicamente, este estaba frío. El humano lo comió, y tomó el vaso de agua que estaba al lado. La puerta se abrió de golpe unos minutos después de terminar los alimentos. Era Papyrus quien entraba a la cabaña, pero se veía distinto.
Papyrus -- ¿Me veo bien, humano?
Frisk -- Tu.. ¡Sacate eso ahora!
Papyrus -- ¿Qué pasa? ¿Te molesta, verdad? ¿O es que no soportas tu propia pútrida y fría mirada?
Papyrus soltó algunas risas mientras que sangre caía de una de sus cuencas, una que ahora estaba rellena, rellena por un ojo, uno de pupila marrón y que parecía algo apagado, o más bien, como si no perteneciera allí. Frisk estaba molesto, demostrándolo con sus acciones, agarrando los barrotes y golpeandolos o haciendo fuerza para sacarlos mientras miraba al esqueleto con furia.
Papyrus -- Aunque no es mucho, siento la determinación de tu sangre fusionarse con mi cuerpo, me siento más fuerte, más determinado.
Frisk -- ¡Mierda! ¡Eso es mío!
Papyrus -- ¿No me lo prestas? ¡Es perfecto para lo que quiero hacer!
Frisk -- ¡No me importa nada que esté relacionado a ti, estupido psicopata! ¡Sacate mi ojo!
Así como sonaba, Papyrus había encontrado el ojo arrancado de Frisk que Toriel retiró, usando su determinación para nutrir su cuerpo y magia. Aunque los cuerpos de los monstruos suelen rechazar la determinación por su gran potencia, y eso se ve reflejado en la sangre que chorrea como cascada por el ojo del esqueleto. Papyrus abrió la puerta de barrotes y agarró del cuello a Frisk con una gran fuerza, levantándolo y destruyendo la puerta de la cabaña en pedazos al salir. Estaban al final de Snowend, aquel pueblo tan importante. Aquel alto monstruo solo tiró al chico sobre la nieve y luego agarró un hueso bien largo y grueso, tanto como una lanza, parecía un arma. Apuntó al humano con la punta mientras lo miraba tirado en el suelo.
Papyrus -- Voy a dejar tu cabeza como calabaza aplastada en pocos minutos.
Frisk, con algo de miedo intentaba arrastrarse lejos, estaba con el cuerpo adolorido, quizá por algún tipo de magia usada por Papyrus, o por algún daño físico. En cualquier caso, solo podía arrastrarse, aunque el esqueleto caminaba y sin dejar de apuntarlo.
Papyrus -- Inutil, no servirá. Prepara tu alma, gracias a ella vamos a exterminar a tu familia y a cualquier humano vivo sobre la superficie.
Frisk -- ¡N- no! ¡Alejate!
¿Chica? -- ¡Dejalo!
Una voz femenina gritó a lo lejos desde detrás de Papyrus, quien se dió vuelta solo para no ver a nadie y voltear luego a Frisk nuevamente.
Papyrus -- La determinación debe estar haciéndome alucinar, je.
¿Chica? -- ¡Por aquí!
Papyrus -- ¿Qué?
Se dió vuelta y logró ahora distinguir una silueta oscura, pero con un pequeño corazón rosado flotando frente a su pecho, brillaba bastante pero él no lograba distinguir su apariencia, solo notó cómo esta levantaba su brazo apuntandolo a él.
Papyrus -- ¡Identificate!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro