[2] ¿Madre?
Frisk y Toriel se miraban cara a cara, con sus miradas enredadas en el aire, aunque, no eran las mismas miradas. La del monstruo parecía fría como un golpe de un saco de hielo, como si aquello fuese una probada del sadismo que tenía. Ese fuego oscuro que ardía sobre la mano de aquella cabra parecia irreal, ¿Fuego negro? Al decirlo suena imposible, pero así era, y estaba haciendo que el niño retrocediera unos pasos con temor, mientras no apartaba sus ojos de ella, y obvio, sin dejar de agarrar su cuchillo con fuerza, levantandolo y apuntando a su contraria. Esto causó que la sensación en el aire se tornara pesada.
Toriel -- ¿Y bien? ¡Ataca, vamos, te estoy esperando!
Frisk -- ¡Espera! ¡Espera!.. tu.. eh.. ¿No dijiste que me cuidarías o algo así? No creo que quemarme vivo sea una manera de cuidar a un niño.
Todas las palabras que acababa de gritar Frisk con notoria angustia y miedo, hicieron resonar algo en el corazón de Toriel, como si hubiesen sido agujas directas a su cuerpo, simplemente se quedó estática mientras bajaba su brazo a la par que su fuego se extinguía. Sus pupilas se dilataron un poco y aparecieron pequeñas lágrimas en sus ojos. Ambos se quedaron quietos sin decir nada, eventualmente, mientras ella se rompía, cayó al suelo de rodillas mientras miraba al techo.. aunque sus ojos parecían perdidos.
Toriel -- Yo lo maté..
Frisk suspiró, bajando su brazo mientras contemplaba la escena. Él se veía confundido ¿Mató a alguien? ¿A quién?.. esas palabras se repetían mucho de manera consciente en la mente del chico, pues realmente esa declaración no lo sorprendía viniendo de ella, pero el momento, el cambio tan rápido de ambiente lo dejó confundido.
Frisk -- ¿A quién?
Toriel -- Mi hijo.. mi hijo Tamaka..
¿Mató a su hijo? ¿Su hijo se llamaba Tamaka? Eran las nuevas preguntas. Frisk se sentía paralizado, no lo entendía, como que Tamaka era su hijo, eso era imposible. Al no entender la situación solo se alejó unos pasos mientras la miraba. Ambos temblaban por razones distintas, aunque era por las mismas palabras.
Frisk -- ¿P- por qué?..
Toriel cerró sus ojos intentando contener el llanto, mientras que Frisk se mantenía helado por la sorpresa que le habían dado. Esperaba que haya matado a alguien pero, ¿A su hijo? Eso era otro nivel. La boca de aquel monstruo comenzaba a abrirse intentando pronunciar las palabras que quería, y luego de unos segundos lo había logrado.
Toriel -- Ellos.. ellos.. Tamaka... él y Asriel estaban en el comedor de casa y.. nosotros no estábamos.. a mi niño le sucedió algo y de repente me encontraba en la barrera..
Frisk -- ¿Barrera?.. ¿Que.. qué sucedió?
Toriel -- Él estaba en el suelo, intentando moverse, y Asriel.. intentó tomar su alma.
Hubo un pequeño silencio en el que Toriel se puso de pié y se quedó mirando al suelo mientras esperaba unos segundos para seguir contando aquella trágica historia.
Toriel -- Yo lo ataqué para evitar que Tamaka perdiese su alma y terminase de morir.. y él.. Asriel, se protegió con su hermano, quien recibió fuertes ataques de fuego de nosotros y.. terminó de.. de morir, y.. a pesar de eso, nuestro hijo logró arrebatarle el alma y absorberla. Se convirtió en un ser irreconocible, no por su apariencia, si no por su risa.. su oscura y fuerte risa.. parecía confundido, con lágrimas en sus ojos, pero con esa sonrisa en su cara.. sentía que era otra persona.. o.. otro monstruo. Luego de.. eso, atravesó la barrera. "Destruí ese pueblo estupido, mamá, papá, ¡Logré vengarme de quienes dejaron ir a Tamaka!" dijo al volver al subsuelo por donde salió.. y Asgore lo atravesó con su tridente, ambos estábamos asustados por aquello y nos ganó la ira, ira que se traspasó a los demás monstruos...
Año 1577. 12 años luego de la llegada del primer humano al subsuelo, y unos días luego de la muerte de él y Asriel.
Asgore -- Escúchenme, habitantes del subsuelo, aunque tuvimos una dura derrota en batalla frente a nuestros enemigos los humanos, un ángel llegó a nosotros hace unos ahora lejanos 12 años. El príncipe, Tamaka, hermano del también príncipe Asriel, nos dió una luz de esperanza, al caer a este infierno y sobrevivir en Violton (Violton, Violet - Town (Villa/Pueblo Violeta, se le puede decir también Violeton o Violetown). Ahora es conocido como las Ruinas) sin matar o herir a un solo monstruo, un acto no solo bondadoso, pues cualquiera de nosotros no dudariamos en matar para sobrevivir, si no que, fue algo que demostró la determinación de un chico, un chico que estaba decidido a vivir, y aun así, nisiquiera rasguño una mosca. Como saben, Tori, mi esposa, encontró al chico, se había hecho compañero de los monstruos, algo que en el subsuelo nunca nos hubiéramos esperado, y decidimos adoptarlo. Luego de 12 años antes nombrados, que fueron felicidad y prosperidad, nuestro hijo estaba con Asriel en casa, y luego de un suceso que desconocemos, terminó caído y débil, cosa que hizo que su hermano intentara tomar su alma, con éxito en su acción, y logrando escapar del subsuelo. Al volver, supimos que había destruido el pueblo de donde venía Tamaka, quienes dejaron que él se adentrara en este lugar. Asriel si bien logró vengarse de aquellos que dejaron atrás a nuestro hombrecito, esto costó la vida de ambos y finalmente fallecieron frente a la barrera.
La multitud veía a Asgore con tristeza y confusión, todos amaban a Tamaka, por eso la pérdida era un dolor compartido y en conjunto. Asgore se mantenía serio, aunque por dentro estaba dolido, y ocultaba aquel hecho de que él mismo había asesinado a Asriel, y Toriel le había dado el último golpe a Tamaka, pero no podían decirlo, si lo hacían, todo el reino se desmoronaría contra ellos.
Asgore -- Tras esto, solo pudimos aprender que lo bueno, lo que pensamos que es perfecto, lo que puede durar para siempre, que nos es importante, termina, y de manera dolorosa. Gracias a este aprendizaje, mi esposa y yo decidimos que vamos a crear, a base de la vieja guardia real, el "Equipo de Prevención de Problemas y Humanos", o abreviado a EPPH. Este grupo de guardias se dividirá en dos secciones que a su vez tienen más subdivisiones dentro de esos dos grupos. Estos dos grupos dentro del EPPH son, los que se encargaran de los humanos, y los que se encargaran de los problemas internos del subsuelo como lo son los delitos, igual que como hacía antes la Guardia Real. Todas las demás divisiones no son necesarias de explicar ahora, pues lo importante y lo que necesitan saber es eso.
Año 2010, actualidad, alrededor de 400 años luego de la caída del primer humano no registrado.
Toriel -- Luego de ese discurso, Asgore, enfurecido, mandó a los guardias del grupo contra los humanos a patrullar en Violton, que con el tiempo se le conoció como las Ruinas, aunque su nombre completo sería las Ruinas de Violton. Me separé de él porque no estaba de acuerdo con sus decisiones, él estaba cegado por su ira. Me mudé a las Ruinas en aquel entonces y logré sacar a los guardias por ser la reina.
Frisk -- ¿Y los demás humanos? ¿Dónde están los demás humanos que vinieron?
Toriel -- Ellos.. ellos me los arrebataron.. por eso debes quedarte aquí conmigo, no pienso dejar que te lleven.
Ella lo miró, se puso de pie mientras se limpiaba las lágrimas.
Toriel -- ¿Vamos a casa?
Frisk, con algo de temor interno, tomó su mano, habían sido muchas emociones por hoy, e incluso parecía que aún faltaba bastante de camino hasta el hogar de su.. ¿Madre? No, no, no lo era. Luego de unos segundos siguieron su camino hasta la casa de ella, aunque él aun sentía miedo, temor, algo andaba mal con ella, le parecía algo extraño que se mudase aquí sola, nadie puede estar tanto tiempo solo sin volverse loco.. y ella parecía cuerda.. algo así. Su mano estaba calentita, era felpuda, parecía de un oso de tamaño monstruo. El humano a pesar de que seguían en un subsuelo repleto de criaturas con instintos asesinos que estaban constantemente cerca de él, quizá podría tener algo de tiempo para descansar y luego, finalmente irse, pues estar mucho tiempo con Toriel no se veía algo muy prometedor.
Los dos siguieron su camino por los pasillos de las ruinas, Toriel aunque le sostenía la mano, nisiquiera miraba al chico, más bien, estuvo algo seria todo el camino, o eso parecía al menos. Frisk iba con su cuchillo en la mano libre, pues de vez en cuando se topaban con algún monstruo que lo atacaba, aunque por suerte, el filo de su arma se hacía notar cuando el niño defendía, acabando con quien aparezca rápidamente. Siguieron caminando, pasaron trampas, acertijos/pruebas, más monstruos (Que a veces Toriel vencía con una bola de fuego) y finalmente, luego de un viaje estúpidamente agotador, llegaron hasta la puerta de la casa. ¿Toriel hacía ese camino cada que quería ir al agujero de entrada al subsuelo? ¿Y qué tan frecuente iba? Pues es extraño que justo ese día se la haya topado, a menos que ella vaya muchas veces y hoy sea una de esas veces.
Frisk esperó un poco y ella luego de unos segundos abrió la puerta. Ambos entraron. La casa tenía un estilo tranquilizante, con su piso de madera de tono claro y algo amarillento, sus paredes de pinturas lisas y bien cuidadas, muy distinto al salvajismo que manejaban las afueras en las Ruinas, que con sus puzzles, monstruos, aspecto, hacía que uno cayera en el miedo y el estrés si pasaba mucho tiempo solo, perdido o paseando por esos lados. La casa tenía paredes de madera oscura, el piso era de un color parecido al del techo así que hacían una combinación linda para los ojos. La mayor parte de los muebles eran grises oscuros, aunque había algunos que parecían desgastados y eran un gris más claro. En la entrada había unas escaleras que parecían llevar a algún sótano, o un piso subterráneo, no podría decirse con precisión sin bajar a ver. Toriel y Frisk caminaron hasta el comedor, el chico se sentó en una de las sillas y ella fue a la cocina a buscar algo que había cocinado hace ya un rato. En esa sala había un sofá oscuro junto a un gran estante lleno de libros. Había un cuadro en la pared, un cuadro de un humano abrazando a un monstruo cabra, muy parecido a esa mujer.
Frisk -- Uh.. ¿Toriel?
Toriel -- Dime. ¿Sucede algo?
Frisk -- Ese cuadro. ¿Son ellos, son Tamaka y Asriel?
Toriel -- Por.. por qué quieres saber eso..
El silencio llenó toda la casa. Se quedaron sin decir nada por unos minutos, hasta que Toriel entró al comedor con un delantal y unos guantes de cocina que sostenían una bandeja de metal que contenía un pastel, parecía ser calabaza, tenía crema por arriba y una cereza sobre el centro de esa pirámide pequeña de crema. Lo puso en la mesa, luego fue a la cocina, agarró platos y cubiertos, los cuales puso en donde cada uno se sentaría (Que era uno enfrente del otro). Después de sentarse ella cortó una porción para cada uno y las sirvió. Comenzaron a comer, al menos unos pedazos algo pequeños, aunque ella no parecía querer hacerlo.
Toriel parecía perdida dentro de sí misma, mirando a la mesa mientras que una pequeña lágrima aparecía. Frisk la miró de manera neutral, mientras intentaba acercar su mano al hombro para reconfortarla un poco, algo que fue en vano pues unos segundos antes esta se levantó y se fue a su cuarto de manera algo apurada, cerrando la puerta casi de un portazo. Algo extrañado, él terminó su porción de la torta y se levantó para llevar las cosas a la cocina. Luego de eso y sin saber que hacer, se dirigió hacia la puerta y salió de la casa, se fue hasta aquel árbol sin hojas que se encontraba a algunos pasos de la entrada en lo que parecía un pequeño patio. Se sentó sobre las hojas secas y crujientes del suelo, aquellas que le faltaban al árbol en sus ramas. Apoyó su espalda en el tronco y miraba en dirección al pasillo que daba a las Ruinas, teniendo algo de cansancio mientras se mantenía pensativo.
Frisk -- Por cuanto más voy a tener que fingir ser un hijo estupido.. esta mujer va a quemarme vivo a mi tambien.
El chico sacó su cuchillo, aquel que era filoso y reluciente. Inhaló una gran cantidad de aire y luego exhaló. Se sentía un aroma algo dulce, probablemente de aquella tarta que habían comido. Frisk se levantó y comenzó a caminar, adentrándose en aquel conjunto de salas y pasillos, casi a modo de laberinto, con algunas casas o huecos donde parecían vivir aquellos pequeños y furiosos monstruos. Se sentía el miedo a distancia, como cuando estás solo en una sala oscura, totalmente negra, sin salida y sin entrada, solo tú y la oscuridad, se sentía ese tipo de miedo, pues él cada paso que entraba más a las Ruinas, más solo se sentía. Hizo el largo camino hasta el comienzo, donde había caído, sobre la alfombra de flores doradas. Notó la sangre, aunque ya estaba seca, y se había desteñido sobre los pétalos de las flores, haciéndolas de un color rosa amarillento, no todas, pero algunas sí. Se recostó sobre ellas y miró hacia la luz que provenía de arriba de la montaña mientras entrecerraba sus ojos.
Frisk -- Estupido Astor, estoy en esta situación porque tú creaste un subsuelo para encerrarlos, nada de esto hubiera pasado de no ser por este maldito hueco por el que me caí.
Giró su cabeza mientras se acomodaba y se quedó dormido, mientras un ser de tamaño pequeño lo observaba a lo lejos, desde las sombras.
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