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[1] Las Ruinas y la guardiana.

Se escuchan ruidos de pasos. Alguien parece haber abierto una puerta. Los pasos hacen eco en las paredes rocosas. Frisk ignoró todas aquellas leyendas, advertencias y reglas sobre el Bosque Ebott las cuales decían y dejaban en claro que no se podía acceder a aquel terreno. Este siguió de igual forma su camino hasta una pequeña cueva cerca de la cumbre de la montaña. Al entrar, simplemente exploró un poco y pasados unos minutos encontró lo que parecía un túnel a un vacío oscuro e interminable, tropezó con algo en el suelo y comenzó a caer por este increíblemente largo pozo. Al menos eso parecía.

Pasaron unas horas luego de que nuestro chico dejara de caer y llegara al fondo.

Frisk --..Que mierda.. ¡Ah!.. ¡Me duele todo el cuerpo!...

El niño miró a su alrededor sobándose la cabeza mientras estaba boca arriba sobre una 'cama' de flores, era una parte del suelo en donde había tantas flores que parecía una alfombra circular, o ciertamente, una cama.

Frisk -- Ugh... esto.. no tenía que suceder.. ¿Qué les diré a ellos ahora?

Volvió a mirar a todos lados algo confundido, empezando a tomar razón y "volviendo a poner los pies sobre la tierra".

Frisk -- En fin, de todas formas no les podría decir nada desde este lugar. Quizá deba buscar alguna manera de salir

Él se levantó del piso, que estaba lleno de las antes nombradas flores, estas tenían un nombre más largo, pero popularmente se les conoce como "Flores Doradas" pues estas tenían pétalos amarillos de un color brillante, y hasta era posible verse un poco reflejado, pero era tan leve que casi no se notaba. El chico no lo notó, pero estas tenían sangre, no eran charcos, pero tenían manchas como si hubiesen sido salpicadas por algo, como si un vaso con líquido se hubiese caído y roto frente a ellas. Al levantarse caminó por un corto pasillo de paredes también rocosas, aunque era obvio, era una cueva o algún lugar subterráneo. Al final de este pasillo, parecía haber otra sala, a la cual Frisk entró. Era bastante grande y oscura, aunque del techo entraba luz por un agujero que había y pegaba en el centro del piso de manera circular. Justo dentro de ese círculo iluminado salió una flor, tiene pétalos dorados también, como las antes vistas.. pero era un poco más grande y tenía los pétalos algo caídos y decolorados, sin mencionar que tenía raspones, rasguños, mordiscos, de todo, se veía maltratada. Esa igualmente pequeña flor también tenía una cara, y parecía reflejar un miedo profundo.

¿Flor? -- ¡P- Por favor!... ¡No me hagas nada!... He sufrido mucho aquí so-

El humano interrumpió.

Frisk -- ¡Cállate!.. por dios, gritas demasiado, me duele la cabeza.. ¿Podrías explicarme con calma dónde estoy?.. ¿Es esto el cielo o algo así? Esto no se ve como el cielo.. y no debo estar vivo si caí por donde creo que caí.

¿Flor? -- L- Lo siento. Este es el subsuelo, los monstruos viven aquí desde hace mucho, pero mucho tiempo por culpa.. ehm.. debido a que los humanos nos desterraron de la superficie tras esa fuerte batalla. Los monstruos exageraban todo, al enojarse, al llorar, al emocionarse, en todo. Eran muy intensos con lo que sentían, y ya que éramos inestables en ese sentido y podría colapsar la pacífica vida que mantenían allí arriba, decidieron entrar en guerra. Al ganarnos nos encerraron en este lugar y los monstruos enloquecieron, cualquiera que sea un estorbo lo atacan y/o matan.. ha pasado tanto tiempo que monstruos como yo no han visto nunca la luz de la superficie nunca..

Frisk -- No puede ser.. realmente estoy aquí.. dime, ¿Hay una salida?

¿Flor? -- Sí, sé cómo puedes salir, queda un poco lejos pero podríamos llegar si emprendemos camino...

Frisk -- Vaya, no me encanta caminar, pero tampoco soy muy paciente, así que podríamos empezar a ir ahora. Por cierto, quiero que me digas antes de comenzar.. estos monstruos enloquecidos.. ¿Son en serio un peligro real?

Una bola de fuego que vino de manera veloz desde la oscuridad rápidamente pegó en el estómago de Frisk, mandándolo a volar unos metros hasta una pared en donde chocó y cayó finalmente al suelo para quedó recostado, pues fue una gran fuerza la del impacto. Dejó marcado el pulover, que llevaba el chico, con una quemadura. De lo que parecía una puerta en esa sala, salió un monstruo, alto, un poco robusto. Llevaba una túnica gris oscura con un corazón grande de color violeta en el pecho que llevaba un logo como de un grupo, clan o algo por ese estilo. Tenía unos cuernos no tan largos que salían de la parte más alta de su cabeza, y unas orejas que partían desde unos centímetros por debajo de los cuernos, hasta la mitad del cuello, parecían orejas de perro. Parecía que tenía un mordisco en una de las orejas en la punta de esta ya que le faltaba parte de ella. Caminó unos pasos, hasta la luz que venía del techo. Parecía ser un monstruo cabra de pelaje blanco, aunque iba en dos patas y era mujer. Al ver a Frisk mostró una expresión de susto, como si lo que acabase de hacer no hubiese pasado y solo hubiera encontrado al niño en el suelo desde el principio. Tapándose la boca con ambas manos, corrió a unos pocos pasos del niño, que estaba en el piso, por suerte la quemadura no llegó a tocarle la piel, pero sí quedó un círculo oscuro en el buzo, aunque este se podía limpiar.

¿Cabra? -- ¡Oh no!..¡Perdóname niño humano!.. Pensé que eras alguien más.. ¿Estás bien?

Dijo ella como si fuera una madre asustada.

Frisk -- Sí, tienes suerte de que esté bien porque si me hubieras hecho un daño mayor me las pagarías en serio. ¿Cual es tu nombre? Yo soy Frisk.

¿Flor? -- ¡Cierto! Olvide presentarme antes, ¡Soy Flowey!

Dijo esa diminuta planta un poco emocionada.

La 'cabra' miró abajo suyo, había una flor, retrocedió unos pasos e hizo contacto visual con ella, aunque la miraba con unos ojos demoníacos, con sus pupilas contraídas como si quisiera masticar y escupir a esa pobre y diminuta criatura.

¿Cabra? -- Oh.. hola Flowey, y hola Frisk, yo me llamo Toriel, me conocen por ser quien cuida Las Ruinas, mi hogar. Este es un lugar construido hace muchos años, al principio de todo el caos por la finalización de la guerra, muchos monstruos vivían aquí, y aunque ahora siga viviendo una cantidad importante de monstruos, no es como lo era antes, actualmente el lugar fue dominado por la suciedad y el desmoronamiento por el poco mantenimiento, mi trabajo es cuidar a los monstruos y uso mucho tiempo intentando hacer que no se maten, no tengo ningun momento para limpiar, así que no me preocupa mucho mientras nada se venga abajo completamente. Muchas cosas aquí pueden estar rotas, polvorientas, o notoriamente desgastadas, pero se vuelve acogedor si uno se acostumbra. Vamos, te daré un tour por los pasillos y salas, incluso, tal vez puedas quedarte en casa y dejarme cuidarte. A mi me parece una buena idea, así que vamos.

Toriel los miró con una cara que parecía ser feliz, aunque sus ojos al abrirse seguían dando terror al verlos.

Flowey -- O- oye Frisk, yo me quedaré por aquí, tal vez luego te vaya a visitar, no sé si tu 'madre' la cabra me quiera cerca de ti por ahora. Supongo que podremos hablar luego, perdoname.. nos vemos después..

Frisk -- ¿Madre?

Flowey sin responder se sumergió bajo tierra como si fuera un topo. Toriel tomó de la mano al chico ayudándolo a levantarse y luego este mismo la soltó cuando ya estaba de pie. En la primera sala de Las Ruinas, subieron unas escaleras, a diferencia de la anterior que era totalmente oscura y negra por la poca luz, esta era algo más colorida, las paredes parecían estar hechas de ladrillos violetas algo oscuros, con tonos grises, mostrando que estaban allí desde hace más tiempo del que Frisk creía. Llegaron hasta otra sala subiendo por esas escaleras. Había unas placas o botones de piedra en el suelo, en la pared una palanca y una puerta que parecía una roca blanca agrietada y sucia, acompañaba el estilo añejo del lugar.

Toriel -- Frisk, supongo que ya te hacías una idea por lo que te dijo esa flor de que a diferencia de la superficie, el subsuelo es algo completamente distinto a como posiblemente sea allá arriba, no alcanza con simple voluntad para sobrevivir en este lugar cruel e injusto. Las Ruinas están repletas de puzles, acertijos y trampas que podrían o no acercarte hasta la muerte, pero tranquilo, yo, como guardiana, voy a ayudarte a superar estos obstáculos mientras vamos a casa. Para empezar, es básico, tienes que tocar las placas y luego accionar la palanca, ¡Prueba!, la puerta se abrirá si lo haces bien.

Frisk -- Huh.. está bien, supongo, debes pensar que tengo 5 años si consideras que me puedo morir con esto.

El humano caminó y bajó la palanca y en ese momento esta lanzo una descarga eléctrica que dejó en el suelo al chico. Toriel dejó salir un par de risas y luego lo vio.

Toriel -- Vamos.. ¿Que no eras un chico grande y que esto era fácil? Dije que primero eran la plac-

Frisk -- ¡Solo fue un pequeño error!.. sé hacerlo.

Él pisó todas las placas de piedra estando un poco molesto. Estas estaban agrietadas, tenían un poco de moho y era notorio que por los años estaban un poco trabadas. Después de pisarlas se acercó a la palanca y la accionó otra vez, bajándola de de nuevo. Toriel, que estaba delante de la puerta, dio unos pasos hasta donde estaba el niño, mostrándole como la puerta bajaba y se abría.

Toriel -- Bien hecho, pequeño, ya podemos seguir adelante.

Frisk -- Bueno... ¡Pero no me digas pequeño!

Toriel no pudo evitar reírse otra vez, para luego darle la mano al chico, quien la soltó al instante pero sin separarse de ella. Pasaron por muchos de los pasillos resolviendo puzzles que variaban de dificultad, el humano empezó a notar que había muchas golpes y marcas de ataques como mordiscos, puñetazos, e incluso quemaduras en muchas partes de las paredes, parecía que las peleas eran constantes en ese lugar, muchos ladrillos estaban caídos, algunos pilares estaban intactos a medias y parecía que el lugar por sus enredaderas, plantas y suciedad pareciera, como decía su nombre, unas ruinas. Pasado un buen tiempo y luego de superar aquellos obstáculos de bastantes salas, llegaron a un lugar con un maniquí relleno con algo muy liviano, suave y esponjoso, parecía ser algodón. Toriel se detuvo en la salida de la sala viendo a Frisk mientras este confundido le devolvía la mirada y luego giraba a ver al maniquí.

Frisk - Eh.. vamos.. ¿Un maniquí?

Toriel - Bueno niño, tendrás que aprender a defenderte en este lugar porque las cosas aquí no son tranquilas, si llegas a molestar un poco a alguien, puede que lance un ataque que si no te mata, te dejará una buena herida. Y si, un maniquí, ten cuidado.

Toriel le sonrió con felicidad, o tranquilidad. Aquel monstruo le entregó un cuchillo, era uno real, no era de plástico o de juguete. El humano se acercó al muñeco y se acomodo un poco para luego, estirar su brazo para atrás y con velocidad su mano comenzó a ir por el aire con el cuchillo, todo para hacer un corte limpio en lo que tendría que ser el cuello de ese saco relleno estaba ahí, pero su expresión inanimada cambió a una que mostraba enojo profundo. Empezó a flotar sobre el suelo, esquivando aquel corte que, por tomar de sorpresa a Frisk, este cayó al suelo. Ambos en poco tiempo empezaron a luchar, volaron cohetes, cuchillos y mucha magia, pero Frisk terminó ganando con mucho esfuerzo, al parecer, el muñeco podía morir, y lo hizo, de una cuchillada seca por parte del chico. Todo esto mientras la cabra aún sonreía como si nada hubiera pasado.

Toriel - ¡Bien hecho niño! No te preocupes por el muñeco, conseguiré otro y ya. Podemos seguir, nos queda un largo camino aún y tu ya pareces saber cosas de combate, así que vamos a seguir hasta casa, ¿Está bien?

Frisk - Uf.. supongo, uh.. que.. esta bien, pero vaya que... estoy cansado...

Siguieron camino con algo más de lentitud por el cansancio de Frisk, resolvieron y superaron algunos acertijos más, y luego llegaron a un muy largo pasillo, extrañamente, al final había una columna. Toriel se dio vuelta y miró al humano, quien no sabía por qué se habían detenido apenas entraron al lugar, simplemente miró a aquella alta mujer, sus ojos parecían los de un gato enfurecido, con pupilas largas y pequeñas.

Toriel - Niño, esta será parte de tu prueba final, tendrás que vencerme en una pelea, si lo logras, consideraré que estás listo para sobrevivir en estas ruinas peligrosas y salvajes.

Frisk - ¿Eh?

Un corazón rojo puro apareció y floto delante del pecho de Frisk, Toriel dio unos pasos para atrás y levantando una parte de su brazo derecho, de una de sus manos salió una gran llama de fuego negro, era peculiar, parecia no quemar a Toriel, la llama estaba sobre su mano, parecía que en el centro de aquella flama, se encontraba un color blanco que se oscurecía y de hacia negro para arriba. Lo miró a los ojos mientras esto sucedía.

Frisk - Oh no..

Toriel - Prepárate, humano.

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