𝗳𝗼𝘂𝗿𝘁ㅤㅤㅤㅤhassan zyani
CAPÍTULOㅤCUATRO !
hassan zyani
washington dc
decemb. 2, 2022
base militar de
EEUU 10:00 pm
Rassiel
Me ato las agujetas de las botas de combate y me preparo para lo que se avecina en el campo de entrenamiento en dónde se realizará el rutinario de los soldados más valiosos de operaciones especiales. Tanto de la FO 141 como soldados de élite especializados en áreas específicas.
Consta de un circuito de veinticuatro estaciones de ejercicios desde lagartijas hasta dónde escalar un muro con pocas rocas para subir y correro sobre neumáticos, con una duración de cinco minutos en casa una.
Cada soldado, incluyéndome, se encuentra en su asignada estación, preparados para realizar lo que demandan las estaciones y correr a la siguiente pasados los cinco minutos.
Siento una mirada sobre mí, la busco y encuentro los esos ojos azules con pestañas rubias que lleva semanas mirándome como si no me diera cuenta.
Cree que mirándome como lo ha hecho desde que llegué me va a intimidar, pero lo que consigue es que sienta aún más esa necesidad de poner toda mi atención en él.
El teniente Ghost no me dirigió más la palabra desde nuestro encuentro en la segunda planta de la base, pero que siga con los ojos sobre mí como si quisiera asesinarme o besarme me hace pensar cosas que me cuestan creer pero que voy a descubrir.
La bocina que indica el inicio del circuito se manifiesta y empiezo a realizar las lagartijas modo arquero de mi estación, mi cuerpo baja con lentitud con solo uno de mis brazos soportando el peso del mismo mientras la otra se estira. Continúo hasta que los cinco minutos terminan y corro a la siguiente.
Los pulmones me exigen oxígeno pero sigo exigiéndole a mi cuerpo como si mi vida dependiera de ello. Así era la vida en el ejército, y si a los simples soldados los entrenaban como perros, a nosotros nos entrenaban como bestias a las que debían adiestrar físicamente.
─¡Belova, deja eso! ─me ordena el teniente y me detengo─. ¡Todos suban el muro, el último camina a pie el perímetro descalza!
Corro al inmenso muro escaso de piedras para escalar. No hay tirolesa ni cuerdas, y rodear era una salida prohibida. Todos se van contra el muro y más de uno cae fallando en el intento.
Cuando es mi turno tengo todas las miradas en mí, pero no me importa en lo mínimo. Me concentro en agarrar las piedras con las manos y tratar de escalar para que mis pies pudieran sostenerse de las mismas. Las manos me arden y los dedos no soportan mi peso, pero no me detengo.
─¡Cuidado te rompes una uña, muñeca! ─Me gritan desde abajo pero no los volteo a mirar.
Llego a la cima respirando con violencia y con mi ritmo cardíaco latiendo como nunca. Respiro hondo y tan rápido como subo, bajo.
─¡Descansen! ─Anuncian y siento una satisfactoria ola de alivio.
Mi cuerpo, que aunque está más que acostumbrado al esfuerzo físico, exige descanso. Descanso que iba a darle de no ser por un soldado que pronuncia mi apellido.
─Sargento Belova, Laswell te necesita en control de operaciones.
Me detengo y me muerdo el interior de la mejilla para no soltar un sonoro suspiro de cansancio y fastidio.
─¿Ahora?
─Afirmativo, sargento.
Asiento una sola vez. Ahí se fue al carajo mi descanso.
Seco con mi toalla deportiva las capas de sudor que se formaron en mi frente y las gotas que me recorren la mejilla a velocidad.
Kate Laswell, como siempre, con la mirada fija en su dispositivo computador, me saluda y yo solo tomo asiento en una de las sillas que rodean la larga mesa ovalada que caracteriza una sala de inteligencia.
─Localizamos la mano derecha de Ghorbrani, creo que debes saber quién es ─suelta sin rodeos y da la vuelta de su pantalla con la imagen y aspectos generales de un hombre iraní que para mí infortunio, reconozco.
La ira me cala en los huesos de forma instantánea. Flashbacks de todo lo que fue mi vida gracias a ellos aparecen como escenas que se reproducen una miseria de segundo.
Clavo la vista en la imagen de uno de los hombres que más odio en toda mi vida, su cara sigue igual de horrible pero más envejecida debido a que es la primera vez que lo veo desde hace más de una década.
No me percato de que estuve cerrando el puño con demasiada fuerza hasta que siento el dolor agudo que me causan las uñas de mis manos clavándose en mi piel.
─Hassan Zyani ─pronuncio por lo bajo pero sé que Kate pudo escucharme ─¿El general Shepherd permitió un ataque a Irán?
─No está en Irán.
El expediente de Hassan es sustituido por un mapa grabado con cámara satelital donde un punto rojo indica una ubicación.
─¿Qué mierda hace en Al Mazrah? ─entrecierro los ojos con sospecha, me guardo el impulso de preguntar por otro personaje.
─Venganza por lo de Ghorbrani, tomó el liderazgo de la fuerza Quds apoyando al terrorismo ─informa y me recuesto del espaldar de la silla con los brazos cruzados─ solo hay una manera de saber cuáles son sus planes, y es enviando a nuestros mejores soldados.
─Eso me suena a multitud.
─Todo lo que respecta a ellos se han vuelto tu responsabilidad, pero Ghost es el más capacitado para liderar la misión ─hace una pausa─. Te llamé a ti primero porque quiero, o más bien, necesito que te mantengas al margen.
─Yo siempre marcho al ritmo de mis superiores.
─Pero no al ritmo de Ghost ─alega─, ambos son buenos soldados pero estoy al tanto de lo que pasa entre ustedes dos y necesitamos a Hassan con vida aunque la orden especifique que si lo amerita lo eliminen.
─O sea, ¿si lo mato no hay problema? ─siento que hasta se me ilumina la cara con la sola idea de borrar la existencia de ese insecto.
Kate suspira y deja caer su cabeza negando.
─No, Rassiel, pero lo queremos con vida para interrogarlo.
No respondo porque tiene un punto.
Se instala un silencio en el que proceso toda la información dicha por Laswell. ¿Sabrá Hassan Zyani que fue mi DLQ-33 que terminó con la vida de su general?
De todas maneras, si no lo sabe yo me encargaré de decírselo.
Dejo de pensar en todo lo que pueda distraerme del operativo así que, una vez culminada la pequeña reunión me voy a preparar sin decir mucho, Kate ya debió de haber llamado e informado al teniente. Me equipo con lo necesario para una misión de dos días sin dejar de pensar en todas las diferentes formas de asesinar a Hassan de ser necesario.
Ajusto los broches de mi chaleco antibalas mientras entro al ala de armas. Me detengo cuando la gigante e imponente espalda del teniente Ghost aparece en mi campo de visión.
Estamos solos, por primera vez desde que me lanzó la amenaza que me puso los pelos de punta, por un segundo me pierdo en el recuerdo.
─¿Qué? ¿Quieres una foto? ─suelta aún de espaldas a mí.
No respondo, solo le doy la espalda a su espalda para tomar mis Glock 45 y un set de navajas y cuchillos que acomodo estratégicamente por mi uniforme.
─Es una misión de asalto, posible hostilidad en gran manifiesto ─advierte, dejándome en claro que está informado de mi asistencia a la misión─. No te van a servir dos pistolas.
─Así es cómo trabajo ─murmuro, pero sé que me escucha a la perfección.
Tomo la munición y cambio los cartuchos con velocidad.
─Cuando te dejen como rayador de queso no vengas a llorar.
─Bien.
Es una perdida de tiempo preguntarle justo ahora cuál es su problema, así que lo dejo estar.
Por los momentos, porque el maldito Ghost Riley verdaderamente empieza a colmar mi paciencia.
washington dc
decemb. 2, 2022
base militar de
EEUU 11:20 pm
Rassiel
Despegamos en diez minutos y el teniente aún no llega. Aparte de malhumorado, irresponsable.
─No te preocupes ─la voz de Soap me saca de la pequeña distracción en mi mente─. No debe tardar.
─¿Tú qué haces aquí? ─pregunto mirando al soldado de pies a cabeza.
─¿No te lo dijeron? ─Levanto una ceja con un gesto incrédulo─. De última hora. Dirigiré la operación con el teniente, el cuerpo de marines van a asistir también. Mira, les guarde un asiento.
─Santo... ─suelto un suspiro cargado de fastidio y veo a Soap a lo lejos hablando con los marines.
Me siento en la rampa del avión militar con los pies colgando mientras juego con una de mis navajas. La zarandeo entre mis dedos con agilidad mientras mi mente me transporta a cuando tenía dieciocho, a poco tiempo de haber perdido a mis padres a manos de los Iraníes.
Hubiera preferido regresar a Rusia, con mi hermana. Volver a mí hogar y empezar de nuevo, seguir adelante y hacer borrón con cuenta nueva.
Pero tengo tanta sangre enemiga en mis manos que compensa el "si hubiera...".
Prefiero quedarme con la duda de que estuviera haciendo justo ahora de no haber escogido ésta carrera, que quedarme con las ganas de cortar gargantas por todo lo que le hicieron a mi hermana y a mí. Vivo con el rencor todos los días contando las horas para terminar de acabar de raíz todo lo que tenga que ver con la bendita Academia Roja, dónde me hicieron como soy y me enseñaron gran parte de lo que sé.
La orden es detener a Hassan, en captura o pegándole un tiro.
En lo personal, prefiero la última. Pero yo también lo necesito con vida debido a asuntos más personales que los que ustedes ya saben.
La presencia de Ghost me pone alerta y le dedico el debido saludo militar cuando llega a mí, me corresponde con un simple cabeceo y sigue su camino.
Me pongo el radio que nos conecta con los directivos de la base y con el equipo apenas me los hacen llegar.
Nuevamente siento esa sensación en mi nuca, pero ésta vez, no me hago la imbécil. Respondo el avistamiento del teniente y me rehúso a romper el contacto visual, al contrario, levanto el mentón con la mirada altiva y, eso provoca que ahora sea él quién desvíe la mirada a otro lado como quién no quiere la cosa.
literalmente Laswell con la mínima interacción que tienen Ghost y Rassiel:
vol. i ── inspired in nightmare
part one: ㅤ modern warfare ii
70 ㅤvotos ㅤy ㅤ actualizo !
© LOVEYUOALOT, 2023
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