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|Black Widow|

| Black Widow| Kevedd| OneShot|

¿Creen en la brujería?

¿No?

Pues deberían.

Esta es la historia de cómo un chico aparentemente común tenía una horrible maldición que era simplemente imposible de curar.

A no ser que aquella bruja que lanzó el conjuro decidiera perdonarle y deshacer el "hechizo".

Pero, al igual que ustedes, el protagonista de esta historia no creía en la brujería y sí que terminó lamentando.

Nuestra historia se desarrolla en Cul-de-Sac, mejor conocido como Peach Creek, un vecindario aparentemente tranquilo de Virginia Occidental en Estados Unidos de América.

Kevin Grells no es un adolescente como cualquier otro, él es especial.

Es un chico bastante atractivo, un pelirrojo de bellos ojos verdes, un buen cuerpo debo agregar, digno de un capitán de Futbol Americano, el chico más popular de toda la universidad me atrevería a decir, por lo tanto es un tanto arrogante y creído, ya saben, cosas típicas de los populares, aquellos humanos con mas aire caliente en sus cabezas que pensamientos.

O quizás me este equivocando.

Como decía, Kevin Graells es el chico perfecto a la vista de cualquier.

Tiene todas las características que hace que una chica suspire como una idiota enamorada, y también más de un chico que babeaba por el.

Aquel pelirrojo era mejor conocido por su increíble fama de mujeriego con la que cargaba. El chico está un día con una distinta o inclusive llego a tener urgías, sí que es algo lamentable, siempre hay algún defecto en una persona aparentemente perfecta ¿cierto?

Es una lástima que este era el caso de dicho pelirrojo.

Pero volvamos a nuestra historia, después tendremos tiempo de analizar todo y encontrar los errores de esta situación.

Nuestra afortunada de la noche es la chica más guapa de toda la universidad, la chica rubia de cabello hasta las hombros, de hermosa cara y aparentemente buenos sentimientos, nada más y nada menos que la bella y linda Nazz Van Bartenschmear.

Nazz era aquella bella dama la cual fue ignorada más de una vez por la bicicleta del pelirrojo en su infancia, hasta que esta se convirtió en la capitana del equipo de animadoras de la universidad, hasta ese entonces la rubia paso de ser la amiga de la infancia del pelirrojo a un acoston en potencia, por no decir que sería la diversión y distracción del pelirrojo un buen rato.

Ese mismo día en la mañana Kevin le hizo una propuesta un tanto única a la chica de cabello dorado, la cual evidentemente no rechazó, porque díganme ¿Cada cuánto te viene un sexy pelirrojo a ofrecerte una noche llena de placer? Exactamente, las posibilidades son muy bajas, prácticamente nulas, así que la rubia aceptó sin antes pensárselo dos veces, algo que sin duda todas haríamos.

La rubia sin duda era muy bella ante los ojos de toda la población masculina del colegio, pero lamentablemente el pelirrojo solo la veía como una más en su lista de conquistas, ya que él tenía los ojos puestos en alguien más, solo que él no lo admitiría, o al menos no aún.

Al finalizar las clases, tanto la rubia como el pelirrojo se fueron a sus respectivas actividades de su club, ya que el día de hoy tenían partido y tenían que ganar, y en el caso de la chica, debía apoyar a su pelirrojo amigo con todo para que luego la recompensara, si saben a lo que me refiero.

Esta de más mencionar que en el entrenamiento previo al partido el pelirrojo se exaltó de más y comenzó a exigirles demasiado a sus compañeros, hace bastante que no se le vía tan nervioso.

Y tenía sus razones para encontrase de esa manera ya que los Cobblers se enfrentarían contra un contrincante muy fuerte y con mayor masa muscular que la mayoría de sus compañeros y sin mencionar el que eran sus rivales más cercanos.

El equipo entrenaba de diferentes maneras para que a todos se les pasara un poco el nerviosismo y que pudieran jugar mejor y más relajados, y al parecer aquello sí que dio fruto, ya que afortunadamente ganaron.

Y nuestro pelirrojo se fue a celebrar su victoria con nada más y nada menos que la capitana de animadoras, ahora sí que ambos capitanes habían hecho un buen trabajo y les tocaba celebrarlo y que mejor celebración si no es juntos en una cama, o eso es lo que ambos chicos pensaban.

Al llegar a la casa del pelirrojo, ambos chicos comenzaron a besarse de una manera alocada y desesperada.

Las prendas desaparecían una tras otra, quedándose pronto como dios los trajo al mundo.

Entre caricias y besos sus cuerpos se fundieron en uno solo.

La rubia fue la primera en llegar al limite, puesto que según ella, el pelirrojo la hacía sentir las estrellas con cada estocada que daba, justamente lo mismo que decían todas las anteriores que habían estado entre las sábanas del pelirrojo, que patéticas.

Por parte del pelirrojo, un par de estocadas más fueron suficientes para terminar vaciándose por completo dentro de aquel preservativo, lamentablemente no termino precisamente como la rubia hubiera querido, ya que este soltó un sonoro gemido con el nombre de alguien más en vez del suyo.

Y bueno, todavía si hubiera sido el nombre de alguna chica todo estaría bien, pero lamentablemente no fue así.

- A-Ah Eddward.- soltó en gemido el pelirrojo, dejando perpleja a la rubia la cual se encontraba frente al capitán del equipo de fútbol americano.

Justo en el orgullo ¿cierto?

No puedo ni imaginarme lo que se ha de sentir el que la persona con la que estás teniendo un encuentro carnal suelte un sonoro gemido con el nombre de otra persona y no sólo de otra persona, sino que se trataba del nombre de un chico y no cualquier chico, estamos hablando del chico más lindo y tierno de toda la universidad, y también el más nerd, pero el más lindo a los ojos del pelirrojo.

¿Qué? No me miren así, yo les dije que esto traería giros inesperados.

- ¿Cómo que Eddward?.- cuestionó molesta la rubia.- Yo no soy Eddward.

- Eso ya lo sé.- dijo el pelirrojo de mala gana mientras salía de la retaguardia de la chica.- Por eso lo imaginaba a él mientras lo hacíamos.- soltó un suspiro mientras retiraba el preservativo.- No ha sido tan bueno como pensé.

- ¿Qué estás diciendo?.- dijo notoriamente enfadada la chica.- ¿Cómo que no ha sido tan bueno como esperabas?

- Pues eso.- dijo el pelirrojo mientras se colocaba su bóxer nuevamente.- Pensé que para ser animadora sabrías cómo mover bien tu trasero, pero al parecer no es así, ha sido una gran decepción.

- ¡Kevin!.- exclamó la chica enfadada.

Si tan solo en ese momento el pelirrojo se hubiera girado a verla, podría haberse percatado de que los ojos de la chica se habían vuelto negros y que su rostro se encontraba completamente rojo. Sin duda, aquello sí que le hubiera servido como prueba de que la chica no mentía con lo que se aproximaba.

- Cuando termines de vestirte te vas y cierras la puerta.- dijo con frialdad el pelirrojo.- Ahora tengo que ir a buscar a alguien con quien terminar de bajar este calentón.

Y al terminar de decir aquello salió del baño completamente vestido y con su cabello un tanto alborotado.

- Ti ćeš to sve požaliti, od sada nećete znati šta se com osobi koju voliš.- comenzó a decir aquella chica de cabello dorado en un idioma completamente extraño.- Ako ejakulira u njemu će imati trenutnu smrt.

- ¿Qué tanto dices?.- dijo el pelirrojo mientras tomaba las llaves de su motocicleta.

La rubia bajo por las escaleras ya vestida y cuando pasó aún lado del pelirrojo susurro.

- Te arrepentiras de todo, apartir de ahora no sabras lo que es estar com la persona que amas.- dijo la rubia con una sonrisa que reflejaba maldad pura en su rostro.- Sí eyaculas dentro de el, una muerte instantanea tendrá.

Al decir aquello, el pelirrojo pudo sentir claramente como un pequeño y diminuto piquete en su entrepierna, pero lo dejo pasar, seguro solo se trataba de una nueva erección que se aproximaba y como no, si no dejaba de pensar en tan encantadora sonrisa que tenía el azabache, eso siempre causaba problemas en sus pantalones.

- Que miedo.- hizo una mueca.- Fuera de mi casa loca.

- Estúpido.- dijo la rubia mientras salía de la casa del mayor.

- ¡L-O-C-A!.- gritó el pelirrojo a todo pulmón, recibiendo como respuesta el dedo corazón de parte de la rubia.

¿Quién diría que la rubia sabía hablar Bosnio?

...

Los días pasaban un tras otro después de aquel encuentro carnal con la rubia, y el pelirrojo había decido dar el primer paso y comenzar a hablarle al chico que lo mantenía ocupado por las mañanas, ya saben a lo que me refiero, aquel chico que hacía que necesitara con urgencia de un trabajo manual, y no hablo exactamente de un ensayo.

El pelirrojo al llegar a la universidad se dirigió a paso apresurado hacia su casillero, el cual para su fortuna se encontraba aún lado del casillero de aquel chico con el mar en sus ojos, así las personas no sospecharían que en realidad iba a pedirle una cita, o su equivalente.

Al doblar la esquina visualizo aquella esbelta y medianamente alta figura, la cual se encontraba sacando un par de libros de aquel metálico compartimiento, incrementó un poco más su paso, pero no tanto como para llegar a ser trotes, y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba justo a las espaldas de aquel chico.

- Doble Tonto.- dijo en tono burlón.- Me debes mi tarea de Finanzas.

El azabache al escuchar aquella sonora y fría voz a sus espaldas, sintió como un escalofrío rectoría de punta a punta su cuerpo.

- K-Kevin.- dijo con nerviosismo mientras lo miraba.- Pero si tú no me has pedido que te auxiliará con ninguna tarea.

- Pensé que era obvio.- dijo con frialdad el mayor.- Tu haces mis tareas y yo no te golpeo, así funcionan las cosas.

- P-Pero..- su voz era cortada.- T-Tu no me has dicho que lo hiciera.- dijo dudoso y temeroso de que el capitán de fútbol americano le golpeara.

- Quizás podríamos llegar a un trato.- sonrío de lado mientras sostenía el brazo del chico con fuerza.- Ven conmigo.

Y antes de que el menor pudiera siquiera reaccionar ante aquello, comenzó a jalar de él a paso apresurado para evitar ser visto por la mayor cantidad de alumnos.

Caminaron, prácticamente corrieron, por los largos pasillos de la universidad hasta llegar a un salón completamente vacío. El pelirrojo abrió la puerta y empujó dentro al menor, para posteriormente cerrar la puerta con pestillo.

Aquel azabache temblaba de miedo, al igual que un pequeño perro chihuahua en plena época de frío, se encontraba completamente temeroso por lo que el mayor podría llegar a hacerle.

Temía por su vida y su bienestar, por un momento vio toda su vida pasar frente a sus ojos y se percató de que era un tanto corta y que probablemente le hacía falta un poco de emoción, también recordó el hecho de que aún no había escrito su testamento, aunque en realidad no había mucho que pudiera dejar, más que sus utensilios químicos, sus libros, su telescopio y su queridísimo cactus llamado Jim, de ahí en fuera podrían hacer lo que quisieran con sus cosas, que seguramente el moriría en aquel abandonado salón.

- Se que te gustan los chicos.- dijo sin rodeos el pelirrojo mientras miraba de arriba a abajo al menor.

El azabache al escuchar aquellas palabras salir de la boca del pelirrojo sintió como todo su mundo se venía a abajo, pues él estaba consiente de que el mayor había golpeado a más de uno que había confesado sus sentimientos por el y está de más mencionar que el azabache estaba enamorado del mayor, solo que él se negaba a confesarlo a alguien más que no fueran sus mejores amigos o bien, a Jim.

- P-Pe-Pero que cosas dices.- dijo con nerviosismo.- ¿De dónde has sacado tan ridícula idea?.- cuestionó con miedo.

- ¿No es así?.- cuestionó el pelirrojo mientras se acercaba a paso lento al menor, el cual retrocedía cada vez que el mayor avanzaba.

- P-Para nada.

- ¿Y entonces porque tan nervioso?.- cuestionó cínicamente el mayor.- No es como si te fuera a hacer algo si admites que te gusto.

El azabache a escuchar aquello sintió como un escalofrío le calaba los huesos.

- ¿Q-Quee?.- cuestionó nervioso y exaltado el menor.

- Que admitas que te gusto.- dijo el pelirrojo mientras lo acorralaba contra la pared.- He notado cómo me miras en los entrenamientos y como no te pierdes ninguno de mis partidos.- se mordió el labio inferior.- Se que me deseas.- gruñó en el oído del menor.

- Y-Yo no sé de qué estás hablando Kevin.- negó torpemente el azabache.

- M-Mmh.- gruñó el mayor mientras colocaba su mano en el glúteo del menor.- Di que me deseas Eddward.- se apegó más a él.- Porque yo lo hago.

El azabache al escuchar tan cínica confesión no pudo evitar ponerse aun mas tenso y nervioso que antes, pues cada cuanto el chico mas popular de la universidad, el cínico mujeriego que no tiene respeto por la integridad de las pobres e ingenuas chicas con las que se acuesta, te dice que te desea.

Si, es algo muy poco probable, a no ser que se trate de una historia ficticia escrita por Stephenie Meyer, malditos vampiros y lobos adolescentes que nos hacen creer que algo así nos pudiera pasar a nosotras/os.

El menor de los chicos se encontraba completamente atónito y perplejo ante las palabras que el mayor había citado, y con justa razón, si aquella confesión no era algo que pudiera o debería tomarse a la ligera.

El mayor decidió tomar aquel despiste por parte del chico de hermosos ojos color celeste y en un rápido y preciso movimiento atrapo los labios del azabache, juntandolos de esta manera con los suyos, y fundiéndose en un suave y delicado roce que ambos anhelaban desde hace ya un buen tiempo atrás.

Después de un par de segundos donde aquel ansiado beso se llevaba a cabo, la falta de aire se hizo presente, obligando de esta manera a ambos chicos a separarse de aquel delicado contacto que mantenían.

Ambos chicos se encontraban con la respiración notoriamente agitada, sus labios ligeramente enrojecidos e hinchados y sus ojos brillando de esperanza y posiblemente deseo hacia el contrario.

Con sus frentes unidas y una sonrisa adornando sus rostros, aquellos chicos se limitaron a soltar una leve risa.

¿Quien diría que aquel contacto seria el principio de una "relación", la cual mantendrían en secreto, de ambos chicos?

...

Como dije hace un tiempo, el pelirrojo era un autentico playboy, el se dedicaba a jugar con los sentimientos de las chicas y mas de un chico con tal de satisfacer sus necesidades carnales y es justamente ahí donde nos encontramos ahora mismo.

Como se podrán dar una idea ya, el pelirrojo se había acostado recientemente con un chico de cabellos castaños, tes bronceada, buen físico y unos hermosos ojos color miel; algo que no le gusto para nada al azabache.

A pesar de que aun no habían formalizado su relación, aquellos chicos llevaban poco mas de seis meses saliendo; y por salir me refiero a que unicamenete se habían dado uno que otro beso y nunca había llegado a segunda base, algo que el pelirrojo anhelaba con toda su alma, ya que amaba al chico con gorro, pero al no confesar que en verdad lo amaba o bien que lo quería, el menor pensaba que se trataba de nada mas y nada menos que otro mas en su lista de conquistas, algo que no estaba para nada cerca a las verdaderas intenciones del pelirrojo. Pero, el pelirrojo al quedarse siempre con ese calenton al pasar tiempo con el menor, terminaba saciando su sed de carne con algún desafortunado o afortunado tercero que se cruzaba en su camino; como había sido el caso del chico antes mencionado, pero aquellas acciones por parte del pelirrojo no le gustaban para nada al menor y siempre terminaban en disputa.

Podríamos decir que su situación se describiría a la perfección con aquella canción, de genero quizás no muy agradable para todos, que se encontraba en el top 20, si, en efecto, estamos hablando de aquella canción que te imaginas, Traicionera de Sebastian Yatra, y justamente nos referimos a aquel párrafo en especial donde dice que la chica solo juega con los sentimientos de los demás y que en verdad no ama a nadie, ya saben aquel que dice así:

Si me dices que me amas no te voy a creer.
Tu me dices que me quieres y no puedes ser fiel.

Una vez que los he aterrizado en lo que esta pasando justo ahora, podemos proseguir con la historia.

El pelirrojo se encontraba sentado en su cama de aquella habitación que compartía con el azabache, el mayor miraba con cansancio al menor el cual no dejaba de caminar de un lado a otro en la habitación, con solo mirarlo ya se había cansado.

- Es que no lo entiendo.- dijo por primera vez el menor, aun sin parar de andar por la habitación con sus brazos cruzados.- No te entiendo Kevin.

- Ya te he dicho que necesitaba deshacerme de mi problema que amablemente dejaste y no te hiciste cargo.- bufo el mayor.- Y deja de caminar que ya me has mareado.

El azabache paro en seco frente al pelirrojo y soltó un sonoro bufido mientras fruncía su ceño.

- No es mi culpa que solo te toquen la mejilla y te pongas mas dura que una piedra.- dijo el menor aun serio.- Eres como un adolescente necesitado.

- Tsk.- chasqueo la lengua.- No es mi culpa que tengas el culo mas sexy de toda la universidad y que aun sea virgen por tus estúpidos "principios".- hizo comillas en la ultima palabra mientras se mordía el labio al pensar en los glúteos del menor.

El chico de ojos celestes se sonrojo a mas no poder al escuchar aquello salir de la boca del mayor.

- Deja de decir ese tipo de cosas.- dijo con nerviosismo el del gorro.- No te libraras tan fácilmente esta vez.

- Y que tal si.- se puso de pie y comenzó a caminar hacia el menor.- Te olvidas de Dylan y me das una lección para solo serle fiel a mi nerd.- abrazo al menor por la espalda.- A solo pensar en ti.- beso su cuello.- A solo poder estar contigo de esta manera.- bajo su mano hasta la entrepierna del menor y metió su mano dentro del pantalón del contrario y comenzó a hacer fricción por sobre la tela.- A que solo soy tuyo y que tu solo eres mio.

El menor al sentir como el aliento del mayor chocaba con su cuello sintió como su piel se enchinaba, sus respiración se aceleraba y su corazón se dedicaba a bombear mas sangre de la normal.

Quizás no seria tan mala idea el seguirle el juego al pelirrojo, así descubriría de una vez por todas si lo que el mayor sentía por el era verídico o una simple falacia.

Después de meditarlo un poco, el azabache, decidió hacerle caso a su petición y comenzó a mover sus caderas en círculos, logrando de esta manera que el pelirrojo soltase un leve gruñido al sentir al menor restregar su bien dotado trasero sobre su entrepierna, el pelirrojo al sentir que el contrario movía su trasero y que cedía a sus deseos, coloco ambas manos sobre las caderas del azabache y comenzó a marcar el ritmo del movimiento de estas.

Como respuesta a este contacto ambos chicos, pero principalmente el mayor, soltaban alguno que otro suspiro. Seguramente el menor podía sentir un bulto que se iba endureciendo a medida de que se movía, esa insignificante acción que había logrado despertar al mayor tan rápidamente como ninguno otro. Quizás en otras circunstancias nunca me hubiera imaginado que el pelirrojo se encontrara excitado con algo tan sencillo como un movimiento de caderas, en definitiva, el pelirrojo no estaba hecho para ir a una discotec/antro y perrear con un tercero.

Los labios del mayor se apoderaron del cuello del menor en un rápido movimiento, sus dientes se enterraban poco a poco por la delicada piel de su blanco cuello.

Turnaba entre besos y mordidas, el cuello del menor al igual que todo su cuerpo ardía, el cual se encontraba pintado de un intenso color rojo carmesí de punta a punta, sus labios se posaban de vez en cuando en su oreja y al igual que hacía con su cuello, mordía la oreja haciéndome estremecer  y jadear con cada roce de sus labios.

Por mi cuerpo corría una inmensa curiosidad por ver cualquier tipo de reacción por parte de él de ojos verdes, gire un poco la cabeza para poder observarlo. Su expresión se quedaría de por vida grabada en mi mente, tenía los labios entre abiertos, su característico ceño fruncido y un notable y a mi parecer un adorable sonrojo que cubría por completo sus mejillas, la necesidad de sentir el contacto de sus labios sobre los míos comenzaba a incrementar cada vez más, se podría decir que desesperante deseaba sentir sus labios uniéndose en un delicado y suave o quizás rudo y agresivo beso.

Me atrevería a decir que el azabache se sentía en el paraíso en este mismo instante y eso que apenas habían comenzado, no quiero ni imaginarme como se encontrara cuando ya estén en pleno acto, o quizás si, no lo se.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del mas chico de punta a punta, puesto que la fría mano del pelirrojo se había adentrado, sin permiso alguno, en su camisa, aquella sensación era algo completamente nuevo y único para el menor, esta de mas mencionar que esta seria su primera vez, el pelirrojo dejaba pequeñas caricias por su torso conforme iba avanzando, mientras tanto sus labios aún se encontraban sobre el lóbulo izquierdo del menor. Después de un par de segundos el mayor busco con desesperacion los labios del contrario y una vez que dio con ellos los comenzó a besar con deseo y descesperacion, sus lenguas hacían un baile de boca en boca, sin duda era una cálida sensación para ambos. Sin duda para ambos aquel beso se había convertido en algo completamente excitante y placentero, ya que el mayor había llevado una de las manos del menor hasta su entrepierna y la había dejado sobre esta donde podía sentir su miembro endurecerse cada vez más. El pelirrojo con su mano libre, la que no recorría el torso del mas bajo, se encontraba posada sobre la mano contraria que estaba situada sobre su entrepierna donde poco a poco el comenzaba a hacer cada vez más presión haciendo que este ahogara uno que otro gemido dentro de aquel lascivo beso.

La falta de aire comenzaba a hacerse presente, así que ambos chicos tenían que separarse para poder respirar un poco, sus hinchados labios habían quedaban unidos, los unos con los otros, únicamente por un, casi invisible, hilo de saliva que los mantenía unidos.

El menor acortó nuevamente la distancia que los separaba para que sus labios se juntaran nuevamente, aún con la mano del menor sobre la entrepierna del mayor, el mayor comenzó a mover su cadera simulando embestidas sobre la mano del menor. Sus labios se separaron y los labios del azabache se dirigieron en busca del cuello del pelirrojo de una manera un tanto desesperada, necesitaba saber cómo era la sensación al tocar su piel y comenzo a dar uno que otro pequeño beso por su cuello.

Un quejido de parte del mayor hizo que el menor despegara sus labios de su cuello y lo mirara confundido, el pelirrojo se encontraba con la respiración un tanto agitada, sus ojos emanaban lujuria y tenía los labios entre abiertos.

Aquel momento, sin duda alguna, era digno de una fotografía.

En un rápido movimiento el mayor abrió los ojos, se sentó en la cama con su espalda recargaba sobre la cabecera, le dio un fuerte y firme tirón a el brazo del menor e hizo que me sentara en su regazo, colocó sus manos en el borde de su camisay comenzó a des-abrocharla rápidamente para poder quitarla del camino, una vez que la quito por completo la lanzó por algún lugar de la habitación.

Nuevamente sus labios se juntaron con los contrarios en un lujurioso beso. Sus lenguas comenzaban a recorrer y explorar la cavidad bucal ajena, recorrer cada parte de estas mientras la mano del mayor seguía acariciando a un ritmo un tanto acelerado, dentro del beso se reprimían un par de suspiros, algunos gruñidos y muchos otros gemidos por parte de ambos.

Después de unos cuantos minutos donde su mano marcaba un poco acelerado y torturante ritmo, él mayor despojo al menor de todas sus prendas, dejándolo completamente desnudo e indefenso, sus ojos recorrían descaradamente el cuerpo contrario, causando de esta manera un notorio sonrojo por parte del azabache. Quizás se trato de inercia o que se yo, pero el azabache bajo su mirada encontrándose con las sabanas de la cama del mayor, la mano del mayor subió hasta la barbilla del contrario obligandolo a mirarlo, sus ojos tenían un brillo que nunca nadie había visto, tenía una sonrisa ladina plasmada en su rostro.

Retiro suavemente su mano de su barbilla y llevo ambas manos al borde de su camiseta y comenzó a subirla lentamente, conforme iba levantando su camiseta se podían ver su buen marcado torso, sí que surguia efecto el fuerte y agotador entrenamiento de futbol americano al que era sometido todos los días por mas de cuatro horas y mas rapido de lo que se puede decir "tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal, en un trigal tragaban trigo tres tristes tigres", el pelirrojo se encontraba tan solo en boxers.

El mayor recostó sobre la cama al azabache y mientras lo miraba fijamente a los ojos, abrió sus piernas de par a par y se colocó entre ellas, con algo de fuerza lee dio media vuelta, haciéndolo girar, con sus grandes manos recorría toda la espalda del menor, al llegar a su trasero lo sujeto con mucha fuerza y le proporciono una palmada.

Eddward al sentir su respiración chocar contra su trasero, su piel se erizo completamente. Una sensación húmeda en aquella zona le hizo estremecer, su lengua se paseaba por mi entrada sin pudor alguno, aquella era una extraña y nueva sensación para el chico de ojos celestes, jamás antes había experimentado algo así y el pelirrojo se encargaría de hacerlo pasar una buena primera vez.

Después de unos cuantos minutos haciendo aquello, lo giro nuevamente haciéndolo quedar frente a él.

En un suave movimiento comenzó a entrar en el menor, el cual se comenzó a retorcer por el dolor y eso que aun ni se encontraba la mitad dentro, poco a poco se iba abriendo paso dentro de el azabache, y cada vez dolía más y más. El azabache se sentía incómodo, le dolía, pero el pelirrojo, descaradamente, en ningún momento paro, al contrario, cada vez entro de una manera más rápida, y por fin, de un rápido y firme movimiento entró por completo dentro de chico provocando que este soltase un sonoro gemido de dolor junto con un par de lagrimas como respuesta a tal brutal acción.

El mayor se quedó quieto durante un momento para que el menor se acostumbrará  por completo a aquella nueva sensación, mientras estaba quieto con sus manos daba caricias por sus piernas y el dolor poco a poco fue desapareciendo, y pronto el menor sentía la inmensa necesidad de que comenzara a moverse, aún con un poco de dolor recorriendo su cuerpo movió sus caderas para indicar que podía comenzar a moverse, y así lo hizo.

Comenzó a moverse con un suave vaivén, el azabache podía sentir con claridad cómo salía y entraba lentamente, el placer junto con el dolor incrementaba a cada vaivén que el daba. Por lo que había leído en algunos libros tu primera vez por el mejor de lo casos jamás podría llegar a ser placentera, pero aunque sea en una mínima cantidad aquel acto lo estaba disfrutando, podría no llegar a ser placentero, pero sí que le gustaba la sensación de tenerlo dentro suya y como era penetrado por el capitán de fútbol americano.

Sin duda el azabache se estaba dejando llevar de igual manera que los anteriores ante los encantos natos del pelirrojo.

Sus estocadas iban incrementando a medida de que el tiempo pasaba, los gemidos de dolor se habían transformado en suspiros y jadeos. El pelirrojo por otro lado soltaba alguno que otro gemido de placer, sin duda para el pelirrojo aquello era mejor que cualquier otro polvo que había tenido y esta de mas mencionar que en verdad lo estaba gozando, sin duda había valido la pena el esperar y celebro internamente que aquel chico de ojos miel fuera el detonante para que esta acción se llevara a cabo por fin, después de ser anhelada y haber soñado con ella durante tanto tiempo.

Ambos chicos podían sentir con claridad como loa excitación invadida por completo sus cuerpos, sentían que en cualquier momento iban a llegar a su limite y explotarían de placer, los movimientos del pelirrojo eran cada vez más lentos pero más profundos.

Los únicos sonidos que se escuchaban en la habitación eran gemidos y jadeos por parte de ambos, al igual que el sonido sus nuestras pieles chocar con cada estocada que daba, sin duda la nueva sinfonía favorita del mayor.

El azabache había sido el primero en llegar a su límite, se corrio sobre su torso soltando un sonoro gemido, el pelirrojo aumento el ritmo de sus estocadas, un par de estocadas después eyaculo dentro del menor mientras decía un "Te amo".

El azabache podía sentir con claridad una cálida sustancia en su interior y como salía y escurría por su retaguardia. El mayor salio de el, se levanto de la cama, se colocó su bóxer y auxilio al menor para que se pusiera el suyo, después se recostó a su lado y con la sabana los envolvió a ambos.

Deposito un beso sobre la frente del menor y le abrazo con fuerza. Una sensación de cansancio se apoderó del azabache y sus ojos poco a poco comenzaron a cerrarse.

Kevin Graells tiene una especie de maldición, la cual consiste en que todo hombre que ame y que este en contacto sexualmente con el muere de una hemorragia cerebral.

Vamos, no me miren así, yo nunca dije que esta sería una historia linda.

No es mi culpa que ustedes se hicieran ideas erróneas al leer.

¿Pensaban que el lindo azabache había quedado tan exhausto después del acto que se quedó profundamente dormido?

Lamentablemente no es así.

Al pelirrojo haber eyaculado dentro de aquel azabache lo condenó a una muerte prácticamente instantánea.

Podríamos decir que Eddward Marion murió feliz, pero sin duda la muerte se lo llevó antes de tiempo y todo por tener las hormonas alborotadas y acostarse con el chico que era dueño de todos sus suspiros y el protagonista de cada una de sus fantasías.

El pelirrojo al escuchar aquellas palabras salir de la rubia las hecho en saco roto y ahora estaba lamentando el no haber prestado atención.

Me gustaría decir que esta historia tiene un final feliz, pero les estaría mi entiendo.

¿Qué final feliz puede tener una historia si matas a la personas que amas?

Exactamente, no puede haber un final feliz.

Es por eso que puedo asegurar que no lo tiene.

Y no lo tiene simplemente porque el pelirrojo después de percatarse de lo que había hecho decido seguir los mismos pasos que su amado, solamente que el de una manera mucho más dramática.

El tomo un bote entero de pastillas antidepresivas causándose a sí mismo su propia muerte.

Una manera un tanto lamentable de morir, pero...

¿Quiénes somos nosotros para decidir cómo es que alguien debe de morir?

Pero sin duda sus últimas palabras sí que me han llegado al corazón.

"Triste se encuentra el sol cuando el cielo está nublado y triste me encuentro yo cuando no estás a mi lado."

Y tras decir aquellas palabras, ingirió por completo el bote de aquellas pastillas, y bueno, ya sabemos cuáles fueron las consecuencias, no es necesario que las vuelva a repetir.

Antiguamente la magia benéfica a menudo se realizaba públicamente, era considerada necesaria e incluso existían funcionarios estatales, como los augures romanos, encargados de esta actividad. En cambio, la magia realizada con fines maléficos era perseguida, por esto mismo todas la brujas y brujos del mundo decidieron esconderse de la sociedad y aparentar ser unas personas completamente normales, las cuales no poseían ningún tipo de poder.

Por esta razón la sociedad incrédulamente pensó que estas sectas habían desaparecido y que no existía rastro alguno de ellas más lo que se sabía en ese entonces sobre su existencia y poderes, lo cual quedó guardado en libros, los cuales a menudo leemos en uno que otro cuento de andas, pero me temo informarles que en realidad estás nunca desaparecieron.

Supieron cómo esconderse y adaptarse a la sociedad, viviendo como uno más entre nosotros, pero claramente no lo eran, estos evidente tuvieron descendencia y pasaron su sabiduría y poderes de generación en generación, hasta llegar a la actualidad, donde aparentemente todo funciona gracias a el término medio de Dios y la ciencia.

Donde tanto la creencia en en Dios como creador de todo lo que nos rodea es una idea certera, tanto la idea del Big Bang por parte de la ciencia.

Sin duda lo que el mundo no esperaba, o lo que nuestro pelirrojo no esperaba era que aquellas palabras que la rubia le dijo se hicieran realidad, lo más seguro es que ella fuera descendiente de alguna bruja de la antigua Roma, no lo sé, solo sé que ella sin duda posee algún poder y no dudó en utilizarlo con el pelirrojo como venganza.

Si esta historia nos puede dejar alguna lección sin duda sería la siguiente:

"Ten los ojos bien abiertos y no confíes en nadie."

Pues no sea la de malas de que algo así te suceda a ti también ¿verdad?

Porque si de algo podemos estar seguros es que las brujas/os no son como nos las pintan e los libros infantiles, aquellas de nariz grande, que son feas y con verrugas, que monta sobre una escoba y tiene una peculiar risa que te hace erizar la piel, quizás sean tan hermosas y bellas que jamás sospecharías y eso sin duda sería nuestro error más grande.

Así que mucho cuidado.

Quizás ellos anden entren nosotros.

Que tengan dulces pesadillas.

- THE END -

El día de hoy tenía ganas de hacer algo completamente nuevo y meterme en terreno que nunca antes había pisado y bueno, esto es lo que ha salido después de una dura investigación sobre el tema.

Espero que le haya gustado y si es así no olviden votar y comentarlo, lo cual se les agradece mucho.

Siendo sincera a mí me ha gustado el resultado de este pequeño proyecto y espero que a ustedes igual.

Como había comentado tanto en el capítulo de | You're Mine| Kevedd| Hard| como en el nuevo OneShot de | Kevedd OneShot's|, el día de hoy es mi cumpleaños, al igual que el de mi lindo y sexy hermano, mi OC Chico, Alexander Lawrence, y todas mis actualizaciones como este nuevo OneShot es un regalo de mi para ustedes por estar aquí y apoyarme día a día con sus votos, visitas y comentarios.

¡Muchas gracias!

Nos vemos en la próxima.

Con cariño.

Double-S.

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