Cap. 44 La Caída de Fire Land IV
—Ya no queda ninguno —Lion se acercó a Serena y a Aoi, quienes observaban lo destruida que estaba la entrada a la mansión —la ciudad también está limpia, y se ha reforzado la barrera.
—Muchas gracias por todo —la Líder Sakura miro a los ojos de la castaña a su lado —No quiero ni imaginar lo que habría pasado si no hubiesen llegado. —Sus últimas palabras sonaron forzadas y la tos le impidió seguir hablando.
La heredera Tamer se apresuró a su lado, sobándole la espalda
—Esto no se quedará así, lo que han hecho los demás clanes debe ser castigado. Esto es una prueba clara de abuso de poder
—¡Hermana! —camino apresurado hasta su hermana, revisándola en busca de alguna herida, viendo sus ropas rojizas en la parte del costado. Aoi le sonrió queriendo calmarlo.
Detrás de Ren venían Phoebe y Guang.
—Joven Maestro Hao —saludaron las dos mujeres y Lion, Guang les reverencio rápido y siguió buscando algo con la vista.
—¿Y mis hermanas? —pregunto al no ver rastro de ninguna de las dos, desde hace rato que sentía un mal presentimiento que aumento al ver lo destrozado que estaba Somnium Vallis.
—¿No están en Wahi Moe? —pregunto Serena con un poco de resentimiento, pues aunque algunos cultivadores Hao habían venido a socorrer a Sakura, ni Fei ni Jia dieron la cara.
—Ambas salieron hacia aquí con el primer grupo que se envió. También hubo ataques en la Montaña Nán, por lo que mis padres y yo nos quedamos y ellas vinieron acá.
—¿El primer grupo? Joven Maestro Hao, el único grupo de su clan que vino fue con el que usted llego.
—No, mucho antes salió un grupo mayor liderado por ellas.
Los presentes se miraron confundidos, luego de unos segundos Ren hablo
—El Clan Hao también se opuso al asedio, Fei mostro una postura firme, y el Clan Hao también ha sido atacado aunque en menor medida ¿Puede que las hayan interceptado en su camino hacia aquí?
—Debo de regresar y avisar a mis padres.
—Yo te acompaño —hablo Phoebe rápidamente.
Guang, los discípulos Hao, Phoebe, Lion y algunos discípulos Tamer se dirigieron a Wahi Moe. Guang no encontraba a sus padres, así que pregunto a uno de los discípulos, quienes le informaron que estaban en la enfermería, esa respuesta causo mayor preocupación en Guang.
Al llegar al lugar, los líderes de Hao estaban en presencia de algunos ancianos, Jia sentada sobre una de las camillas, con una venda cubriendo su frente, algunas heridas en su rostro y manos.
—¡Jia! —Guang se aproximó a su hermana, sentándose a su lado en la camilla y tomando sus manos entre las suyas, recibiendo una débil sonrisa que buscaba calmarlo. Guang movió su vista por el lugar, viendo algunas camillas ser ocupadas por discípulos pero no había rastro de su otra hermana —¿Y Fei?
La preocupación se sentía en su voz y esta empeoro al ver la cara de sus padres y como su hermana bajaba la mirada pero alcanzo a ver cómo se mordía el labio evitando sollozar.
—¿Dónde está Fei?
—No te adelantes y pienses lo peor —su madre le hablo al ver la preocupación en sus ojos —Aunque pensar lo peor sería menos doloroso. Tu hermana en este momento debe de estar atacando Fire Land, fue contra nuestra orden y se unió al asedio, llevándose a varios discípulos e hiriendo a los que se opusieron.
Al escuchar la última oración miro a su hermana, concentrándose en su cabeza, más específico en la venda que la cubría, quien al sentir su mirada toco nerviosa la venda.
—¿Ella...?
—Me puse algo difícil, quería detenerla y ella tuvo que actuar, pero sé que no quiso hacerlo.
—Yo... iré a avisarle a mi hermana y a Sakura, debemos hacer algo, no podemos dejar a Xian solo. —Phoebe le dio una rápida mirada a Guang, reverencio, y seguida por quienes le acompañaban se giró para irse cuando la voz de Guang la hizo detenerse.
—¡Espera! Yo también iré —poniéndose de pie, dio unos pasos hacia la pelirroja, al ver el interno de sus padres por hablar, y lo más seguro detenerlo, se apresuró a volver hablar —Fei es mi hermana, así que debo responsabilizarse de sus acciones. Que nuestro clan forme parte de este asedio me hace estar en deuda con ellos, no puedo quedarme aquí viendo como se hace una injusticia.
—Tienes razón, debemos responsabilizarnos —Hao Shan suspiro y observo a los de fuera —Vayan a Somnium Vallis y comiencen a prepararse, igual nosotros prepararemos un grupo que partirá lo más rápido posible, quizás aún podamos hacer algo para evitar una tragedia de grandes magnitudes.
Fire Land
Las horas en Fire Land pasaban lentas, aunque nadie podía darse cuenta de ello. La noche cayó y nadie lo noto, pues los pocos rayos que antes se filtraban habían desaparecido, aun así la oscuridad no era absoluta, pues el rojo vivo del volcán y su lava se hacían presentes al igual que los destellos de energía espiritual que se desprendían al luchar. El silencio también era algo que no tenía cabida en la isla: el sonido de la pelea, de explosiones, de gritos, suplicas de inocentes antes de ser ejecutados, llenaban la isla.
Las personas no eran las únicas que luchaban, algunos demonios al ver la contienda tomaron partido, ofreciéndole tratos a los que tenían la sangre y la energía espiritual más apetecible para ellos.
Pero no todos caían en estos tratos, entre ellos Xian, quien tenía algunas heridas y su ropa llena de cortes, sintiéndola pesada por la sangre suya como por la de sus adversarios; él tenia a Ikari, con quien tocaba melodías de diversas tonalidades y propósitos, entre estos lo de comandar criaturas oscuras y demonios, a quienes les ordenaba pelear.
Hónghé debía de luchar por sí sola, siendo controlada también por Ikari, mientras su amo tocaba su arma espiritual, y otras veces la flauta levitaba tocando sola mientras Xian empuñaba su espada.
La lucha seguía sin signos de parar, y así como el anochecer no fue perceptible tampoco lo fue el amanecer. Y fue al amanecer que quienes esperaban afuera decidieron actual, lanzando fuertes hechizos a la barrera que protegía y ocultaba la isla, esta cedió a los pocos ataques, y realizando otros más se adentraron, listos para eliminar a la Secta Demoniaca para siempre en nombre de la justicia y el equilibrio que profesaban.
La energía resentida actuó de inmediato en contra de los intrusos, los demonios que merodeaban la isla salieron a atacar a los cultivadores divinos, mientras las personas que vivían en la isla luchaban entre sí, ellos defenderían su hogar.
Montaña Nán: Ubicada en el sur del Wahi Moe. Es la montaña de menor altura y anchura, en la parte sureste de la falda de la montaña, está el pequeño pueblo de Nán qún (falda sur en chino); este pueblo está en la entrada hacia Wahi Moe, y se encarga de dar la bienvenida a los visitantes. Fuente: creada para esta historia.
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