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Cap. 43 La Caída de Fire Land III

La pelea que había empezado dentro de la Sala de reuniones salió de esta cuando la puerta fue destrozada por un ataque de un arma espiritual, alertando a los demás. Los discípulos se apresuraron al lugar para proteger a sus líderes, pero eran pocos, la mayoría estaba en la enfermería y en el patio continuo a esta, sufriendo los estragos de diversos envenenamientos.

El sonido de la lucha llego a las ciudades, gran parte de la población se armó y pelearon por lo que cada cual creía correcto, así todo quedaba dividido en tres bandos: los que estaban a favor de los Sue, los que estaban a favor de los Dark, y quienes no tenían un bando definido. Estos últimos se apresuraron a buscar refugio para ponerse a salvo, pero como siempre ocurre en las guerras, había personas desalmadas que aprovechaban los disturbios para realizar sus fechorías sin temor a represarías.

Las calles se tiñeron de sangre, las ciudades se decoraron con cuerpos sin vida, el resentimiento aumento en la isla sumiéndola en una oscuridad más pesada que la que ya tenía, el olor a sangre aromatizo el aire. Vidas inocentes y otras no tanto fueron tomadas.

Xian sintió la pesadez del aire, a él llego el metálico olor de la sangre, sintió como la energía resentida aumento aún más. Se apresuró a regresar al palacio, no fue algo que tuvo fácil pues tuvo que enfrentarse con algunas personas que lo tachaban de traidor, de ser el responsable de la situación actual, de proteger y traer los cultivadores divinos a la isla para su aniquilación.

Al llegar al palacio la vista no era favorable, busco conocidos con la mirada no encontrando a nadie; se dirigió a donde sabia estaba Emei, y donde había dejado a sus dos hermanos. Se sorprendió al ver la cantidad de enemigos dentro del palacio, logro llegar al pasillo que conducía a las habitaciones, este estaba casi despejado, la puerta de la habitación que ocupaba Emei estaba abierta y no había nadie dentro, lo que si había era signos de pelea, la sangre de Xian se enfrió pensando lo peor.

Se apresuró a la enfermería, allí todo era un desorden, algunos heridos habían revuelto todo en busca de algo que curara sus heridas, y aunque encontró a la médico no paso lo mismo con quienes buscaba, pues la mujer había abandonado la habitación minutos antes de que el caos se desatara. A cada segundo que pasaba más crecía el temor en él.

Cerca de la Sala de Reunión se encontró con Liu, quien alivio un poco sus temores: Shen y Jean habían escoltado a Min, Zen, Zhiyu y Emei a lugar seguro; ahora él podría concentrarse de lleno en la batalla sabiendo que sus seres queridos estaban a salvo, excepto por tres de ellos, sus padres y Liu.

¿La conciencia empieza a carcomerte la mente? —Wang Sora se acercó la pelinegra que observa el azulado cielo.

¿Qué haces aquí? ¿No tienen un asedio que planear y ejecutar? —Hao Fei le pregunto a la recién llegaba, quien sonrió antes de responder.

¿No nos ha puesto tu clan un alto? ¿Me pregunto cuando el Clan Hao cayó tan bajo para defender a unos desviados?

No le defendemos, solo no encontramos razón para iniciar una guerra.

¿Qué mejor razón que el ataque que sufrieron?

No hay pruebas de que hayan sido ellos.

Pero es un ataque que vino de la isla oscura ¿Y quienes habitan dicha isla?

Sora, detente, no intentes que cambie de opinión. Aun si todo ha venido de la isla, no todos sus habitantes están involucrados, realizar un ataque sin saber quién es realmente nuestro enemigo es algo estúpido. La guerra solo trae perdidas, y si no hay un motivo valido debemos evita el derramamiento de sangre inocente.

Toda la Secta Demoniaca es nuestra enemiga. Es una pena que un clan tan respetado como el de Hao haya caído en sus garras, pero no temas que le liberaremos.

El cuerpo de Fei de repente se tensó

¿Qué quieres decir con liberarnos?

Los líderes se han reunido, el tema a discutir es el control que ha ejercido la Secta Demoníaca en tres clanes respetables, y quienes nunca pensamos caerían tan bajo, aunque no podríamos tampoco esperar mucho del casi inexistente Clan Sakura; la semilla del mal ha sido sembrada entre nosotros y debemos eliminarla como ha de lugar. Antes de ir a Fire Land limpiaremos las impurezas, separemos el trigo de la cizaña.

Siendo alumbrados por la luna, se encontraban en aquella costa dirigiendo su vista al océano, allá a la distancia se encontraba el hogar de sus enemigos, aquel que de día podía vislumbrarse en alta mar como una niebla negra y que al ser de noche era imposible de distinguir, pero que ellos ahora sabían su ubicación exacta.

¡Ya es hora! Vayamos allá y acabemos de una vez por todas con ese mal que mancha la tierra y pone en peligro el equilibrio del mundo —a estas palabras le siguieron otras cargadas de frases motivadoras.

Entre aquel grupo había algunos que no estaban del todo seguros de seguir, pero debían de hacerlo por su honor, esto era lo correcto. Pero hubo alguien que se escabullo con éxito, yendo al cercano pueblo, tomo uno de los caballos encargados de tirar las carretas, subiéndose en él, galopo con prisa hacia su clan, debía de hablar con sus líderes, ponerlos al tanto de lo que planeaban. Pero no importa que tan rápido fuera cuando las tragedias ya están escritas nada las borrara, quizás puedan postergarse pero tarde o temprano ocurrirán, y mientras más se dilaten más vidas cobrara.

Vestidos con ropas negras que le ayudaban a mezclarse en la negra noche, salieron de entre los árboles. Aún era temprano, por lo que algunas personas seguían despiertas y otras aun en las calles, formando el escenario perfecto para que aquellos llevaran a cabo su misión.

En cuestión de segundos las calles de Somnium Vallis se tiñeron de sangre, los gritos se alzaron en la noche alertando a todos, flechas encendidas se dirigieron a la Mansión del Clan, incendiando el bosque de cerezos que ocultaba el hogar de la familia principal.

A muchos kilómetros, en el Bosque de las Cuatro Estaciones, otro grupo prendía fuego, mientras con algunos hechizos obligaban a aquella barrera hacerse notar, y amenazando con sus ataques el derribarla.

El aviso llego rápido a los líderes, quienes incrédulos se dirigieron al lugar donde nacía la entrada, viendo a través del Espejo de Agua como parecían provocarles al salir.

También pudieron ver gracias a los ojos del Búho Guardián* como en la lejanía, oculto entre los árboles, un centenario hombre miraba con placer, también luciendo ropajes negros que le servían de camuflaje; las llamas no le tocaban pero alumbran momentáneamente su rostro, pintando sombras que lo hacían lucir como un diablo desquiciado.

Por nada del mundo la barrera debe caer, la entrada a Gi Tou Drákon no debe ser revelada. Que mueran todos los que la han encontrado.

Ante las palabras de su líder, todos se armaron, incluso criaturas divinas se prepararon.

En Gi Tou Drákon no eran de guerras pero si estas tocaban su puerta no esperarían a que la tirara y los destruyeran, si caían lo harían con una espada ensangrentada en mano.

Bosque de las Cuatro Estaciones: Bosque donde se encuentra una entrada a Gi Tou Drákon, su nombre se debe a que todo el año en este bosque las cuatro estaciones se mantienen existiendo al mismo tiempo, esto se puede observar en su follaje. Fuente: creada para esta historia.

Espejo de Agua: Pequeño estanque de agua cristalina que se encuentra en Gi Tou Drákon y que les permite ver cualquier lugar que deseen dentro de su territorio. Fuente: creada para esta historia.

Búho Guardián: Criatura mágica guardiana de la entrada a Gi Tou Drákon, su vista está en todo el Bosque de las Cuatro Estaciones, y pocas veces se presenta físicamente. Hace contrato con los líderes para permitirles ver a través de sus ojos, pero algunas veces expone lo que ve en el espejo de agua. Fuente: creada para esta historia.

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