—Tanaka —Liu giro en dirección de quien lo llamo. Sakura Ren lucía radiante como cada día; llevaba con seriedad y elegancia su posición como líder —Me han informado que querías verme.

—En efecto, quería despedirme...

—¿Ya partes?

—Sí, mi búsqueda todavía no ha cesado.

—Entiendo. Espero que este viaje sea exitoso, que puedas encontrar lo que buscas. —Se dedicaron una corta mirada antes de que Liu volviera a entonar una despedida y retirarse.

Somnium Vallis les había dado asilo a varios de los habitantes de Fire Land, la gran mayoría personas normales, muy pocos cultivadores. Pero fuera del Clan Sakura era otra historia.

Buscados como los peores criminales, debían esconderse y no mostrarse, sin importar si eran cultivadores o niños o ancianos, les matarían solo por venir de Fire Land.

Tanaka Liu debía viajar con cautela, sus contemporáneos se ocultaban bien, y siempre se mostraban esquivos ante los forasteros, él no conocía a todos los habitantes de Fire Land, y aunque algunos habían escuchado de él, desconocían su apariencia, ganar su confianza era otra hazaña aparte de la de encontrarlos. No eran extremadamente numerosos pero supieron regarse muy apartados unos de otros. Le tomaba días llegar a un asentamiento, se quedaba brindando su ayuda y luego volvía a partir.

No encontraba a Jean ni a Shen, sabía que había muchas posibilidades de que ya no vivieran pero prefería seguir ilusionándose con que los encontraría, a ellos y al pequeño Zen. Pero su búsqueda seguía sin tener éxito.

Llego a las orillas del mar, miro el vasto océano, allá en la distancia su hogar seguía ardiendo envuelto en una pesada nube de resentimiento. Tomó su espada y voló sobre ella hacia Fire Land

El resentimiento había disminuido pero aún no se podía tocar el suelo y la temperatura era muy elevada, tampoco se podía distinguir algo que no fuera cenizas, tierra carbonizada, y ríos de lava, así que un poco decepcionado regreso.

Una figura estaba de pie en la orilla, las olas bañando sus pies, sus túnicas oscuras, y su cabeza cubierta por una ancha capucha que impedía ver su rostro. Liu aterrizo a poca distancia, sentía una fuerte atracción hacia aquella figura que sus pies se movieron solos hacia ella. Al estar más cerca la figura se giró quedando de frente hacia él, y por su voz pudo conocer que era una fémina.

—Tanaka Liu, discípulo superior de Fire Land. Detén tu búsqueda, que hay asuntos más urgentes de los que te debes encargar.

—¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? —Liu no se sorprendía mucho, fantasmas, demonios, Seres Infernales, sabía de su existencia, sabía que había humanos que procuraban el ser misteriosos y ocultar grandes secretos al tiempo que conocían más de lo que uno puede imaginar. Tampoco sentía peligro emanar de la desconocida, así que su guardia se mantenía baja.

—Eso es lo de menos, Fire Land pronto se enfriará, tú y Xian deberán volver a casa, y conducir al pueblo que se ha dispersado hacia su hogar. Esta tierra es buena pero no es la nuestra, Fire Land lo es. Y cuando se asienten y cumplan con vengar a los caídos, encontrarán las respuestas a sus preguntas

—¿Vengar a los caídos? Acabamos de luchar una guerra que ha dejado inhabilitada la isla ¿Y hablas de una segunda? No lo soportaremos

—Te equivocas, pondrán soportarlo, esta vez ningún tercero se interpondrá. Ahí en la isla está su venganza, muchos que no debían morir lo hicieron. Limpien Fire Land, habítenla de nuevo y vivan en la paz que nunca se les debió arrebatar. Yo les ayudare, no estarán solos, y como muestra de mi sinceridad, ten una búsqueda menos.

Una bolsa le fue lanzada

—¿Qué es esto?

—Ve a Somnium Vallis, es el antídoto que necesitan, luego busca a Xian y regresen a la isla, allá nos veremos.

—¿El antídoto...?

Fue por menos de un segundo que Liu bajo la mirada, pero ese poco tiempo bastó para que la figura se esfumara como si nunca hubiese estado ahí. Se sintió confundido ¿Todo había sido un sueño o había sido real? La bolsa en su mano le decía que no fue una alucinación producto de su mente cansada. Aún confundido abrió la bolsa: un diminuto frasco de madera con un líquido que olía horrible, y una cajita, también de madera, con una pastosa mezcla.

Sus conocimientos no encontraron estas sustancias peligrosas, así que pasada la confusión, se volvió con ilusión a Somnium Vallis.

Apenas amanecía cuando llego, los trabajos del día estaban apenas iniciándose, muchos le miraron mal por su insistencia en ver a su líder. Ren tuvo que apresurarse a estar presentable, para recibir a su impaciente visitante

—Has vuelto pronto —fue el saludo que le dio al salir de sus aposentos, pues Liu le esperaba a poca distancia de su puerta.

—Tengo una buena razón para hacerlo, he encontrado el remedio para tu hermana —la bolsa le fue tendida a un estupefacto Ren, quien con manos temblorosas la tomo

—¿Esto...? ¿Es realmente?

—Lo es

—¿Pero cómo lo has conseguido?

—Alguien me lo ha facilitado

—¿De confianza?

—Podría decirse que si

—¿Podría? No pondré el bienestar de mi hermana en un pondría

—Lo entiendo, pero confía en mí, lo revisé y lo encontré seguro, no me ofenderé si también lo sometes a revisión

Ren lo observo en silencio y luego a la bolsa en su mano

—Se lo entregare a Yasuo, él es quien se encarga de todo lo relacionado a mi hermana. Puedes acompañarme si lo deseas.

Liu asintió y espero que el Sakura tomara la delantera, este no se esmeró en ocultar su emoción, la idea de que su hermana estuviera bien, fuera de peligro, lo emocionaba a niveles inimaginables. Aunque rodeados de miles de personas, siempre fueron ellos dos, ella siempre fue su lugar seguro, su ejemplo a seguir, lo había protegido por años, poniendo su bienestar por encima del de ella, era la mejor hermana que alguien podría tener, y verla bien es todo lo que quería.

Sakura Yasuo y los sanadores de confianza revisaron las sustancias, si bien era obvia su procedencia, y palpable la energía oscura, había una gran similitud con lo que deterioraba a la antigua líder, no encontraron nada que pudiera empeorar su condición, por lo que decidieron confiar, fueron en busca de Sakura Aoi, era momento de sacarla de su reclusión para administrarle la cura, en espera de que realmente funcionara.

El periodo de reclusión de Xian se vio reducido, y ya estaban de regreso en la Mansión Hao. Guang caminaba delante con su regular rostro serio, mientras Xian le seguía de cerca todavía viéndose miserable. A su discusión solo le había seguido incomodidad, Xian no sabía cómo deshacerse de esta, y lo peor era que parecía que a Guang no le importara.

Esa molesta voz que se había vuelto parte de él no cesaba en recriminarle su accionar, en recordarle sus culpas y hacerlo sentir usado.

—Guang —la voz de la Señora de Wahi Moe detuvo sus pasos, Guang reverencio a sus padres y él le imito, le seguía debiendo respeto a parte que debía de agradecerles por permitirle su estadía.

—Padre, madre, ya he regresado.

—Supuse que no lo harían por mucho tiempo —a las palabras de Hao Ling le siguió un silencio que se sentía incómodo

—Joven Dark ¿Cómo se encuentra luego de despertar? —Hao Shan terminó aquel silencio mientras su esposa escudriñaba a los dos jóvenes.

—Me encuentro mejor, gracias por su preocupación y por permitirme estar aquí, y perdón por las molestias que les he causado.

—No hay porque agradecer ni porqué disculparse, y en dado caso somos nosotros quienes debemos disculparnos, por no intervenir, por no... —el Líder Hao se calló, no queriendo tocar las fibras que sabía estaban sensibles aún.

—Ustedes no tienen por qué pedir perdón, era nuestro destino, supongo.

—¡Padre, madre! —Jia llegaba casi corriendo a ellos —¡Guang! ¡Xian, es bueno verte bien!

Xian le sonrió cortamente a la segunda maestro Hao.

—¿Por qué estás tan eufórica? ¿No debes guardar reposo? —Ling le cuestiono a su hija

—¡Madre! Me ha llegado una gran noticia, ¡Aoi se ha recuperado! El veneno ha sido curado y ya ha salido de reclusión.

Los ojos de Jia estaban a punto de derramar lágrimas, sus padres y Guang la acompañaron en su emoción, pero no pudieron frenarla en su deseo de ir ya a Somnium Vallis, solo pudieron retrasar su viaje un poco, hasta que Guang y Xian estuvieran listos.

En la habitación del tercer joven maestro Hao, el ambiente estaba tenso, no porque Xian quisiera sino porque Guang le ignoraba, y era imposible para el cultivador demoníaco no recordar cuando estudiaban y se esforzaba por llamar la atención del de blanco, solo logrando que este le ignorara más.

—Guang ¿Por cuánto seguirás sin hablarme?

—No hay de qué hablar

—¿Por qué no puedes comprenderme? Acabo de perderlo todo, siento que si renuncio a mi núcleo oscuro estaré renunciando a sus recuerdos, a mi vida a su lado. Solo quedamos yo y Liu, solos los dos.

—¿Por qué querer que te comprenda cuando no significo nada? No se trata de que estés de luto, se trata de que hiciste una promesa que ya no quieres cumplir cuando lograste lo que querías

Xian quería decirle que era lo contrario, pero Guang no le dio tiempo pues salió de la habitación, dejándolo adolorido y con un núcleo que se agitaba más por su situación emocional, temía el final que encontraría si no lograba un equilibrio pronto.