Cap. 3Devuelta a la Realidad II
Xian paseó sus dedos por los libros y pergaminos que componían la pequeña biblioteca de Guang, deteniéndose en una pequeña caja rectangular, era de madera y estaba adornada con pequeñas flores reales que se mantenían frescas gracias a un hechizo, miró detrás de él, estaba solo, así que tomo la caja con la curiosidad bullendo dentro.
Al abrirla se encontró con un pequeño pergamino sin una arruga, lo desenvolvió y el rostro de Guang le saludo, era una pintura; Guang estaba parado recto, una mano detrás de su espalda sosteniendo su espada cuya vaina sobresalía un poco, su otra mano al frente sostenía una flor de cinco pétalos rojos, su rostro sonriente y sus ojos con un brillo peculiar, estaba vestido de blanco, su cabellera negra suelta adornada con una pequeña diadema de hojas.
Guang se adentró a la habitación, dejo la bandeja sobre la mesa y camino hacia el interior, deslizando el biombo con suavidad, se congelo al observar la cama vacía y ordenada, recuperando el aliento cuando al observar su costado vio la espalda de Xian.
—He traído algo para comer —su voz fue suave, Xian se tomó su tiempo para responderle.
—Me pregunto ¿quién es el gran artista que ha dibujado tan bella pintura? —Guang se acercó a él, observando el retrato sonrió, al darse cuenta de esto Xian sintió el impulso de incinerarla.
—El nombre de quien lo ha escrito está ahí —Xian se sintió rabiar, ¿No podía él darle la respuesta?
Miró la esquina de la pintura "Para mí adorado Guni, con todo cariño de parte de su Meimei". Las entrañas de Xian se revolvieron y el deseo de vomitar lo hizo hacer una mueca.
—"Guni" "Meimei" ¡Qué apodos ni más ridículos! —envolvió el pergamino para dejarlo en su lugar, pasándole por el lado a Guang que lo observaba confundido por el cambio de ambiente, observo como la energía resentida empezaba a rodearlo y se mantuvo alerta, por su parte Xian salió a la otra parte de la habitación, caminando directo hacia la puerta.
—Espera, Xian ¿A dónde vas?
—¿Qué tiene que ver contigo a dónde voy?
—¿Qué te pasa? ¿Por qué de repente estás molesto?
Xian sonrió con sorna antes de responderle
—¿Encima lo preguntas?
—Yo... no entiendo lo que te sucede o lo que te haya molestado pero no puedes salir, no aún.
—¿Acaso soy tu prisionero, Guang?
—¡No! —Guang se acercó un poco a Xian —Las cosas no están del todo calmas allá afuera, todavía no estás recuperado por completo, por ello es mejor que permanezcas aquí un poco más. Por el bien de todos. —Guang se dirigió a la mesa, sentándose empezó a colocar los alimentos sobre esta —Se sabe que el Clan Sakura ha acogido a algunos habitantes de Fire Land, y que otros han llegado a Wahi Moe, entre ellos tú, pero no pueden comprobar donde te encuentras. Hasta que no estés renovado creo que es mejor que no te muestres.
Xian guardó silencio, tragándose su molestia, porque después de todo ¿Qué razones tenía él para estar celoso? Su relación con Guang no tenía nombre, si es que a esto se lo podía encasillar como relación.
Suspirando con frustración ocupó su lugar en la mesa. Guang le sonrió, y con un movimiento de mano le invitó a comer, pero él permaneció igual, prefiriendo mirar el entorno de la habitación en vez de su anfitrión.
—Has dicho que han acogido a algunos de los sobrevivientes ¿A quiénes? —después de un rato se animó a preguntar —Tú conociste a Zen, lo viste cuando visitaste Fire Land, y a Emei, y a Jean, y a Shen... —la desesperación era notable en su tono. Guang solo pudo bajar la mirada, su corazón también dolía.
—Lo siento... yo... yo no les he visto, solo a Liu pero hay más sobrevivientes allá fuera, dispersos por la tierra...
La risa amarga de Xian le hizo guardar silencio
—No intentes ser piadoso conmigo, si Liu no ha dado con ellos es porque ya no están, se han ido, me han dejado solo.
La vista que Guang tuvo de Xian le hizo dolor aún más su corazón. El antiguo cultivador demoníaco que siempre llevaba la frente en alto se veía tan desolado, demacrado, tan perdido en lo claro
—No estás solo... están Liu, Ren y Phoebe, ellos te aprecian, y... y estoy yo también.
—¿Por cuánto tiempo estarás tú, Guang?
Guang se lo pensó antes de responder, creando ansiedad sin saberlo en Xian
—Yo... estaré por mucho tiempo... por el tiempo que quieras.
Xian sonrió y dejo que el silencio les envolviera por un momento
—Quiero salir, quiero ir a verlo por mí mismo, necesito... de verdad necesito ir a Fire Land, necesito verlo... —Los ojos de Xian estaban aguados, y el nudo en su garganta se hacía más grande a cada segundo. Enterró sus uñas en sus muslos, queriendo distraerse,
—Te acompañaré, pero antes de salir debes recuperarte.
Xian no le respondió, no porque no quisiera, sino porque sus emociones se estaban desbordando, sus ojos ya no soportaron retener sus lágrimas que fluyeron libre por sus mejillas, la energía resentida volvió a incrementarse, y Guang se puso de pie rápidamente, sin pensarlo dos veces, abrazo a Xian, quien respondió con fuerza, escondiendo su rostro en su abdomen, se permitió llorar una vez más ante su nueva realidad.
Bajo las luces del atardecer su figura resplandecía como la de un inmortal, la brisa movía algunas de las rosas hebras, y los cálidos rayos de sol iluminaban su rostro. Su figura recta estaba vestida en túnicas blancas y rosas carentes de diseños, su cabello suelto solo estaba ornamentado por la delgada diadema de plata, su vista fijada a las calmas aguas del lago artificial.
Liu suspiro antes de acortar la distancia, deteniéndose a pocos pasos del Líder Sakura. Solo tenía dieciocho años pero ahora mismo su semblante se veía más maduro de lo que recordaba, como si la adultez le llegase de la noche a la mañana. Lo observo unos pocos segundos, antes de llevar la vista al frente también.
—¿Ha sido satisfactorio su viaje esta vez, Tanaka? —pasado unos minutos en completo silencio, Ren le hablo. Durante la batalla en Fire Land ambos habían luchado uno al lado del otro compartiendo una comadería que no sabían que tenían, pero una vez culminó la batalla Ren volvió a tratarle con los mismos límites que el otro le había impuesto.
—No del todo, pero ha estado mejor. Aún no encuentro a quienes busco pero he notado que las aguas y la misma isla empiezan a enfriarse, eso significa que pronto será asequible.
—¿Y qué esperas encontrar allí?
—Si no los encuentro vivos, espero encontrar sus cuerpos y darles una debida sepultura.
Ren rio de forma breve
—Eso mismo piden las viudas de Mujeog y Jin, una debida sepultura para los suyos. Pero incluso en su dolor reconocen lo difícil que sería recuperar al menos un cuerpo, es por ello por lo que en compensación piden a los habitantes sobrevivientes de Fire Land, en especial al que sería el futuro patriarca y a su mano derecha, quienes fueron vistos por última vez en las costas. Ya llevaron su solicitud al Clan Hao, quienes la rechazaron, pero siguen moviéndose, atacando a inocentes, quienes como siempre son los que pagan por las equivocaciones y la sed de sangre de los demás.
Liu apretó sus puños, dejando salir lentamente el aire de sus pulmones. En su búsqueda se había topado con algunos discípulos Jin y Mujeog, y había tenido que librar a sus contemporáneos de las manos de estos, a la hora de cobrar venganza no miraban la vida que tomarían, importándole poco si eran niños o ancianos.
—¿Nuestras vidas por las de los suyos? ¿No es eso algo estúpido? Para empezar ¿Quién les pidió que fueran a asediarnos? Nosotros también hemos perdido mucho ¿Deberías pedir compensación?
—Hay quienes estamos conscientes de que es impropio su pedido, después de todo fueron ellos los que se metieron en una lucha en la que no tenían nada que ver, el Clan Hao se los hizo saber, perecieron a consecuencia de sus decisiones, nunca debimos de haber entrado a Fire Land, pero ya es tarde, y es imposible volver al pasado, así como es imposible querer entrar en razón a unos corazones tan lastimados que los de ellos, perder a tus seres queridos sin poder decirles adiós como es debido debe ser mortificante. No justificó sus exigencias pero comprendo en parte su dolor.
—¿Y el nuestro, Líder Sakura? Nosotros también hemos perdido mucho, también hemos experimentado el perder a seres queridos sin poder despedirnos y darles sepultura, hemos perdido nuestro hogar y nos ha tocado vivir en medio de nuestros enemigos, temerosos a todas horas que vengan por nosotros. Puede que yo merezca la persecución, ¿Pero sabes cuántas familias que nada tienen que ver con el cultivo espiritual están dispersas y ocultas llenas de temor?
—Me hago una idea, Tanaka. Te recuerdo que aquí en Somnium Vallis hemos acogido a algunas de esas familias, y que hay quienes luchamos en nombre de las que andan dispersas. No soy su enemigo, tampoco lo es Hao, ni Tamer. No todos los de este lado son enemigos, también hay amigos que siempre se niega a ver.
Las palabras de Ren eran dagas para Liu, podía perfectamente notar el reproche en sus oraciones, en el pasado se había negado a la opción de entablar amistad, se negaba a ceder, viéndolo todo meramente un negocio.
—Lo sé, y muchos de nosotros, los sobrevivientes de Fire Land, lo sabemos, y en nombre de ellos les estamos eternamente agradecidos, estando en deuda con ustedes.
—No hay que estar en deuda ni tampoco agradecidos por toda la eternidad, somos amigos, aliados, y de eso se tratan las amistades, estar siempre junto al otro, en las buenas y en las malas.
El silencio le siguió a las palabras de Ren, y se mantuvieron así hasta que ya no hubo un solo rayo de sol sobre la tierra.
—Supongo que pasara la noche aquí.
—Lo haré, ya partiré de nuevo mañana temprano.
—No hay necesidad de que parta tan rápido, puede quedarse a descansar el tiempo que desee.
—Gracias por la oferta pero la tomare en cuenta después, por el momento no puedo permitirme descansar por mucho tiempo.
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