Xian estaba recostado mirando el cielo estrellado, como pocas veces podía verse en Fire Land, el sonido de las olas golpeando las rocas era tan relajante que estaba quedándose dormido. Abrió los ojos, levantando la parte superior de su cuerpo para mirar debajo, pronto por el camino apareció un grupo de personas que le llamaban a viva voz.

—¡Aquí estoy! —les gritó mientras caía frente a ellos —¿Me han extrañado? Apuesto a que sí.

—¡Tonto! —Zhiyu golpeo su hombro —¿Sabes el rato que tenemos buscándote y tú holgazaneando?

—¿Con qué escapando de tus responsabilidades, Xian?

—¡¿Mamá?! ¡Te juro que ya hice lo que debía!

—¿Estás seguro?

—¿Papá? ¿También estás aquí?

—Claro que estoy aquí ¿A dónde estaría si no?

—Nos tenías muy preocupados Xian Xian, ya deja de estarte escapando a cada rato.

La pareja Sotus también se presentó, y al verlos a todos Xian sintió ganas de llorar sin explicación.

—Ya ya, prometo que me comenzaré a portar bien, avisaré cuando quiera venir a relajarme ¿Contentos?

Xier avanzo hasta su hijo, acariciando su mejilla, le sonrió

—Mi Xian ya no es un niño, se ha convertido en todo un hombre.

—Debes volverte un hombre hecho y derecho Xian —Zhiyu se pegó al hombro del pelinegro —conquista a Guang y adopten un par de niños, pero a la niña debes ponerle mi nombre.

—Tu primogénito debe de llevar el nombre de su abuelo, no lo olvides. Aunque ni tu madre ni yo te lo dijimos seguido, eres un orgullo para ambos, te amamos con todo y tus defectos, no podíamos pedir un mejor hijo.

—Perdona a tus padres si te fallamos, si fuimos demasiado duros contigo, solo queríamos prepararte para la dura vida a la que los cultivadores demoníacos estamos condenados.

—¿Por qué nos estamos poniendo tan sentimentales? Mejor vamos a casa ¿Preparas tu rica sopa, verdad tía?

—Cuanto quisiera hacerlo mi niño, pero ya no puedo

—¿Por qué no puedes? No le hagas caso a mi madre, solo está celosa de que cocines mejor que ella.

—¡Xian! Respeta a tu madre —Xier le gritó a su hijo, provocando risas.

—¿Ustedes por qué están tan callados? e incluso a Ming parece que le comieron la lengua.

Ming, Jean y Shen, le sonrieron a Xian, esa sonrisa provoco un pinchazo en su pecho.

—Fuiste un buen hermano, en contadas ocasiones, pero si te esfuerzas puedes mejorar.

—Para nosotros también fuiste un gran amigo. Perdón por dejarte, no nos olvides ¿Si?

—¿Por dejarme? ¿De qué hablan?

Xian miro a las personas frente a él, algo estaba mal.

—Tenemos que irnos Xian, por eso vinimos a buscarte

—¿A dónde iremos mamá?

—Tú a ningún lado.

—¿Qué quieres decir? —Entonces de repente todos empezaron a desaparecer —¡No! ¡Mamá! ¡Zhiyu! ¡No! —intento agarrarles, impedir que desapareciera pero no pudo. Lloro, grito, los llamó con desespero, no quería quedarse solo, no quería estar solo.

Guang abrió con una mano la puerta corrediza, adentrándose a su amplia habitación, dejo la bandeja que llevaba sobre la mesa, coloco a Zhéngyí en su lugar y se disponía a quitarse el calzado cuando unos murmullos empezaron a escucharse, al principio se quedó quieto, analizando lo que escuchaba, y cuando los murmullos pasaron a gritos, se puso de pie rápidamente, llegando a la parte de la habitación donde se encontraba su cama.

—¡Zhiyu! ¡Mamá! No, por favor no, no me dejen, ¡Papá! por favor, no se vayan, no me dejen, no quiero estar solo ¡Por favor! Mamá regresa, regresen todos, no me dejen, Ming, tú no te vayas, ni tu Zhiyu, ¡Por favor no! ¡Vuelvan! regresen ¡Por favor!

Guang se acercó de prisa a la cama donde el pelinegro se removía inquieto, su rostro bañado en lágrimas, clamando con voz rasposa a quienes no responderían su llamado. Debido a su inquietud la energía resentida empezó a acumularse a su alrededor, de forma rápida Guang invoco a Níngjíng, tocando una melodía en la que se había vuelto un experto, pasados algunos segundos la energía resentida comenzó a disminuir hasta desaparecer, dejando a un sudoroso Xian.

Guang lo miro con tristeza antes de acercarse, tomando uno de los paños que se encontraban cerca, se dedicó a limpiar el sudor del otro. Concentrado en su labor, su corazón se detuvo cuando los ojos grises se abrieron y lo miraron fijamente, un atisbo de sonrisa se hizo presente en su rostro.

—¿Guang? —Xian pregunto, luego observo de forma rápida su entorno y sonrió, una sonrisa que le causo dolor al de ojos azules. —Todo ha sido un sueño, ¡pero vaya sueño! Me he desmayado ¿Cierto? No creerías lo que he soñado. —Guang le miraba en silencio mientras le oía parlotear, al notar el silencio del otro, Xian le miro, analizando el tipo de mirada que recibía —Fue un sueño ¿Verdad, Guang? Todo lo soñé, nada fue real.

Pero Guang solo bajo la mirada, apretando el paño en sus manos no dijo nada, pronto las súplicas de Xian volvieron a oírse, llamaba a aquellos que se habían ido, negaba la realidad a la que se debía de enfrentar. La energía resentida aprovechando esto para intentar tomar el control, pero antes de que pasara a mayores, Guang le abrazo, estrechándolo en sus brazos.

No dijo una palabra, solo se dedicó a abrazarlo como lo venía haciendo desde hace días. Después de un rato Xian le apretó más, llorando desconsoladamente en su pecho hasta quedarse dormido otra vez. Guang lo volvió a recostar y le arropo, lo observo un buen rato, su corazón dolía, él amaba a sus padres y hermanas y no podía ni imaginarse una vida sin ellas, por lo que creía entender un poco el sufrimiento al que el otro estaba sometido, nunca lo vio siendo muy cercano a sus padres pero el cariño estaba ahí, casi siempre lo veía al lado de Liu y Zhiyu, y ahora la última no estaba. 

Los potentes rayos de sol llenaron de calor todo a su paso, disipando la oscuridad. Guang camino por los pasillos con su cabello aún humedecido, una bandeja con alimentos variados y ligeros en su mano izquierda, y la derecha detrás de su espalda llevando su espada. 

—¡Gunni! ¡Buen día! —Una chica de cabello castaño claro, llego sonriente al frente de Guang, sus túnicas verdes resaltaban sobre su piel clara.

—Buen día Mei, ¿Cómo has amanecido? —el rostro de Guang era sonriente al hablar con la menor.

—Yo muy bien ¿Y tú? —Guang asintió a modo de respuesta —¿Ya vienes de meditar?

—Así es, también ya estuve en el Panteón de Almas presentando mis respetos, y practique un poco con la espada.

—Te has levantado muy temprano entonces.

—Así es. Tú también pareces haberte levantado temprano y llena de energía ¿Ya has comenzado con tus deberes?

Hao Mei escondió sus manos detrás de su espalda y balanceó su cuerpo en un pie

—En estos días estoy llena de energía... ya sabes por qué; ahora debo correr al Templo para iniciar mi día. —parándose de puntillas e inclinando su cuerpo hacia Guang, le regalo un beso en la mejilla para luego irse corriendo hacia el templo.

Guang movió su cabeza de lado a lado mientras su rostro reflejaba ternura. Después de un rato reanudo su marcha, los alimentos sobre la bandeja aún estaban tibios pero al llegar a la habitación los puso a calentar sobre el fuego, y realizo un poco de limpieza.

Luego se dirigió al área de dormir, tomo un paño húmedo para pasarlo por parte del cuerpo de Xian, alisando un poco los cabellos del frente. Al terminar su labor, volvió a arroparle para luego ponerse de pie y cambiar el incienso.

Concentrado en su labor no se percató del par de orbes grises que le observaron atentamente, no perdiendo detalle de sus movimientos. Observando cómo los músculos de su espalda se contraían al moverse, las túnicas que llevaba eran ligeras y estaban algo ajustadas, permitiendo que sus movimientos se marcaran y pudieran ser observados.

—Gu-Guang —después de un rato observándole en silencio se dignó a llamarle, su voz sonando raposa, molestándole la garganta reseca, como pudo se incorporó al mismo tiempo que Guang se daba la vuelta para acercarse a su lado. Esta vez no había llanto, no había energía resentida acumulándose a su alrededor, lo que avivó la esperanza de Guang de que fuera un despertar definitivo.

Guang se sentó al borde de la cama, le toco la frente para descartar alguna fiebre, Xian le sonrió por esto, veía alivio y preocupación en su mirada, y de alguna forma las ganas de llorar volvieron. Intentando despejar la mente paseo su vista por el lugar, viendo las paredes cubiertas de papel blanco con flores y animales carentes de color. Divisó la pequeña mesa que contenía el incensario de plata, un poco cerca un diván de madera, y cerca del diván, pegado a la pared, un estante repleto de libros.

Había un pequeño pasillo entre el librero y el biombo de un blanco puro y que tenía como diseño en la pantalla central un árbol de magnolia de ramas finas pero repletas de flores rosadas, cuyos pétalos se esparcían por las demás pantallas.

—¿Es esta tu habitación? —su voz sonaba entrecortada y ronca, Guang se puso de pie, al lado de la cama, sobre otra mesita, se encontraba una jarra con agua y un par de tazas a juego, sirvió el agua, pasándosela mientras volvía a sentarse.

—Si —fue su respuesta. Xian tomó la pequeña taza, saciando su sed, de alguna manera el agua le supo amarga.

—¿Qué hago aquí?

—No había a donde ir

—Estaba Fire Land.

Guang se tomó su tiempo para responderle

—Ya no hay Fire Land.

Xian trago seco, tomando valor hizo su pregunta:

—¿Su-sus cuerpos a donde... a donde fueron llevados?

—La isla es inhabitable, ni siquiera es posible acercarse a ella, tampoco ha sido posible rescatar algún cuerpo.

Los ojos de Xian se aguaron, desvió la vista del rostro entristecido de Guang, el biombo no estaba cerrado en su totalidad, permitiéndole ver un poco de la sala exterior mientras unas calientes lágrimas se deslizaban fuera de sus ojos.

El silencio envolvió la habitación por unos eternos minutos hasta que Xian ya no pudo acallar más el dolor de su alma. Gemidos de dolor se escaparon de su garganta y ahora su llanto era acompañado por las lágrimas silenciosas de Guang, quien se acercó a estrecharlo en un abrazo

—¿Por qué? ¿Por qué Guang? Me han dejado solo ¿Qué se supone que haré ahora? Lo he perdido todo, todo ¿Por qué? ¿Por qué me han dejado? Quiero ir con ellos, quiero verlos —Guang lo abrazo más fuerte al escucharlo, su corazón se contrajo al su mente jugarle en contra imaginando a un Xian sin aliento de vida.

Cuando el llanto y las súplicas del de ojos gris cesaron, Guang se separó del abrazo, secándole las lágrimas con una calma y ternura que disiparon un poco la tristeza de Xian, quien cerró los ojos y acercó su mejilla en busca de una caricia que le fue dada.

Pero su momento íntimo fue interrumpido por los golpes en la puerta, como si fuese despertado de una ilusión, Guang se puso de pie, saliendo de la habitación sin mirar atrás, devolviéndole a Xian la poca tristeza quitada. 

El Panteón de Almas: es un monumento funerario donde reposan los huesos de los ancestros Hao, por lo que es un lugar sagrado al que los discípulos del clan van a presentar sus respetos y a reflexionar, solo quienes tienen una posición privilegiada en el clan puedo hacer esto cuando lo deseen. Fuente: Creada para esta historia.

Templo: Edificio o lugar destinado al culto religioso; a menudo está consagrado a una divinidad. Fuente: Google.

Biombo: Mueble formado por dos o más láminas verticales de tela, madera u otro material, que están articuladas entre sí y pueden extenderse o plegarse; se utiliza para establecer una separación dentro de un espacio. Fuente: Google.