—Jungkook. —dijo el castaño.

—¿Qué ocurre Jimin? —lo vio.

—¿Por qué no te agrada mi primo? —pregunto.

—No es eso. —respondió.

—Entonces. —lo vio.

—Él. —se quedó callado. —olvídalo.

—¿Es por lo que me contaste? —pregunto.

—Es solo que él me da miedo. —lo vio. —me da escalofríos.

—Tata no es malo. —negó.

—¿Tata? —dijo.

—Dale una oportunidad. —lo vio. —por favor.

—Está bien. —suspiro. —debo irme.

—¿No estarás en la clase? —pregunto.

—Me siento algo mal. —tocó su estómago. —te veré después.

El castaño asintió y se despidió entrando a su salón de baile, tomó su mochila y se puso sus audífonos, cuando iba a salir chocó con alguien, él vio al castaño y se alejó un poco.

—Creí que ya estabas en el salón. — sonrió.

—Yo me siento mal. —lo vio. —no podré estar en clases.

—Claro. —asintió. —Entonces creo que tampoco iré.

—No es necesario. —negó. —deberías ir.

—Soy Taehyung. —sonrió. —pero puedes decirme Tae si gustas.

—Jungkook. —lo vio. —kook si quieres.

—Es un placer. —dijo.

—Debo irme. —habló.

—¿Podemos ir a una heladería de aquí cerca? —dijo. —y así conocernos mejor.

—Claro. —lo vio. —pero debo de pedir permiso.

El castaño asintió y sonrió, luego ambos se dirigieron al lugar, entraron y pidieron sus helados para sentarse en una mesa.

—Háblame de ti Jungkook. —lo vio.

—Pues soy adoptado. —dijo. —Mi tío Hoseok me adoptó luego que mi mamá muriera de cáncer.

—Eso es triste. —susurro. —¿Pero él te trata bien?

—Es bueno. —sonrió. —él me enseñó a bailar y estuvo conmigo siempre.

—¿Y tu verdadero papá? —lo vio. —Claro si no te molesta.

—Él es lo típico, dejó a mi mamá cuando se enteró de su embarazo. —vio el helado.

—Es un idiota. —lo vio. —tu verdadero padre.

—Lo sé. —suspiro.

—¿Y Jungkook tienes novia? — pregunto.

—Tuve una. —respondió. —era muy linda.

—¿Qué pasó? —pregunto.

—Ella y sus padres tuvieron un accidente automovilístico. — respondió. —No sobrevivió nadie.

—Lo siento mucho. —tomó su mano.

El pelinegro vio ese acto y alejó su mano mientras miraba el helado, casi no lo había tocado, suspiro y vio al castaño.

—Eres raro. —habló el pelinegro.

—¿Raro? —susurro.

—Perdón. —dijo. —lo que trato de decir es que eres diferente.

—Diferente. —lo vio.

El pelinegro solo lo vio, desvió la mirada a la ventana y bajó la cabeza, el castaño vio a un grupo de chicos entrar, no dijo nada, solo miro a los chicos que notaron la presencia de la pareja presente.

—Miren es la rata. —se acercó uno.

El pelinegro levantó la vista y vio a los chicos que lo miraban con burla, el suspiro ya tenía muchos problemas y no quería más.

—Woojin no estoy de humor. —habló el pelinegro.

—Sabes un marica como tú, no debería de estar en el equipo. —dijo otro.

El castaño solo los miraba y rio llamando la atención del grupo de chicos los cuales lo vieron.

—¿Y tú quién eres? —preguntó uno.

—Kim Taehyung. —sonrió. —y soy el hijo de Kim Haechan dueño de una de las firmas de abogados más importantes en Corea del Sur y jefe de tu padre.

—Tú. —lo vieron.

—No solamente están molestando a mi amigo, sino a mí también. —frunció su ceño. —y aunque es anti ético, puedo hacer que mi padre despida al tuyo si lo molestas a él.

—No lo harías. —dijo.

—Si puedo. —se levantó y se acercó a uno de los chicos. —Las personas que se creen superiores me caen muy mal.

El pelinegro se levantó y lo tomó del brazo, el castaño lo vio y sonrió miró a los chicos y sonrió con inocencia.

—Piensen muy bien las cosas, chicos. —dijo.

Ambos chicos iban camino a la casa del pelinegro, ninguno decía nada, el pelinegro iba pensando, apenas se conocían y ya eran ¿Amigos?

—¿Por qué los chicos te dijeron marica? —lo vio con duda.

—Oh eso. —hizo una mueca. —pues yo soy. —se quedó callado.

—¿Gay? —dijo.

—Bisexual. —habló. —ellos me vieron con un chico y pues los rumores.

—¿Tu tío sabe? —pregunto. —¿Que eres bisexual?

—Sí. —sonrió. —aunque le costó asimilarlo, me apoya.

—Es asombroso. —sonrió. —no muchas personas reciben el apoyo de su familia.

—Lo sé. —suspiro. —¿Es verdad lo que dijiste?

—¿De despedir a su padre? —dijo. —si es verdad.

—No debiste. —negó.

El castaño sonrió y el pelinegro se sonrojó algo que el otro notó, se acercó un poco poniendo nervioso al chico.

—¿Qué haces hyung? —susurro.

El castaño se alejó, él tampoco sabía qué le pasaba, se sentía cautivado por ese chico que era hermoso, él no era un cisne, ese chico era algo más y no sabía exactamente qué era, él sonrió, sea lo que sea ese chico lo moldearía hasta ser su cisne uno hecho a sus deseos y fantasías.

—Yo debo irme. —dijo. —olvide que tengo tareas y debo hacerlas.

—Claro. —le sonrió el pelinegro.

—Adiós Kookie. —se despidió.

El castaño llegó a su casa con una sonrisa, pero se borró al ver al pálido ahí sentado con los brazos cruzados, él colgó su suéter y caminó hacia el pálido.

—Primo que sorpresa. —sonrió.

—Tus padres no están así que puedes dejar de fingir. —lo vio mientras se levantaba.

—Estoy casado, me iré a dormir. — habló. —Podemos hablar mañana.

El castaño camino seguido del pálido, al llegar a la habitación, el castaño se cambió de ropa siendo observado por el pálido y sonrió.

—Jimin está en la academia de baile si lo buscas. —se sentó en la cama.

—En realidad vine a verte a ti. —se acercó el pálido.

El castaño ya tenía listo algo para su primo, el pálido se acercó quedando muy cerca del castaño, el cual se levantó y lo vio.

—Yo no soy como Jimin primo. — susurro. —Si piensas eso conmigo estás muy equivocado.

—No sé dé que hablas. —negó el pálido.

El castaño sonrió con suma inocencia mientras le daba un beso en la mejilla y se acercaba a su oreja.

—No seré tu sumiso, primo. —rio. —tus amenazas no me asustan, así que conmigo no lo intentes.

El pálido lo tomó del cuello, pero el otro solo sonrió mientras lo miraba profundamente.

—Aléjate de Jimin. —dijo serio.

—Eso no lo decides tú. —se relamió los labios. —será mejor que cuides tu espalda, primo.