[24] Fugitivo inesperado
Días después de zarpar de la costa Coreana, la flota de la Marina Real continuaba sin tener idea de dónde podrían estar sus enemigos. La última ubicación exacta que tuvieron fue cerca de la isla donde se encontró a Jimin. Cuando lo dejaron flotando a la deriva, el comodoro sólo tenía la certeza de que el Cisne Negro continuaba navegando hacia el sur.
—Vamos a toda velocidad, señor.
—Bien. —respondió el comodoro. —¿Dónde está el cazador?
—Creo que en sus aposentos.
—Excelente. No le des ninguna información sobre ubicaciones o nuestros planes.Y mantén un ojo en esos salvajes.
—Si, señor.
Obviamente, Choi se refería a los matones contratados por Jackson. Se les asignó alojamiento en la bodega de carga, donde durmieron en hamacas en condiciones de hacinamiento compartidas con los suministros. Por supuesto, estos Alfas no permanecían todo el tiempo en el sofocante sótano, sino que subían a los pisos superiores, donde bebían y festejaban vulgarmente, para desgracia de los marineros. Nadie era capaz de controlarlos excepto el propio Jackson, y a él no le importaba el bienestar de los oficiales de la Marina, dejando que esos bárbaros Alfas hicieran lo que quisieran.
Durante la cena, uno de los oficiales tuvo el coraje de exigirle al cazador que adoptara una postura más firme ante los criminales Alfa.
—¡Trajste un zoalógico a nuestro barco. Bestias asquerosas! —acusó el marinero, mientras el cazador comia tranquilamente. —Controlalos.
Los bandidos Alfas gruñeron pero en presencia de Jackson, no hicieron más que proferir amenazas y maldiciones.
—Ahora entiendo por qué no pudiste recuperar a tu Omega, Comodoro Choi. —Declaró el cazador en tono burlón. —Tus Alfas son débiles, deberían estar en casa horneando galletas y bordando.
Los bandidos gritaban y reían a carcajadas, burlándose de los marineros, mientras éstos amenazaban inútilmente con arrojarlos por la borda.
—¿Y crees que tu vida es mejor que la muestra, cazador? —Jo habló.—Nosotros somos los verdaderamente afortunados. Choi y yo nos casaremos con los hijos del gobernador. Omegas que ni siquiera tendrás la oportunidad de mirar. Quédate en compañia de estos asquerosos bastardos y nosotros conservaremos nuestras bellezas.
—Pobres Omegas... Apuesto a que tienen más virilidad de la que ustedes dos tendrían en diez vidas. —Jackson se levantó y caminó hacía la mesa donde estaban los oficiales. Temerosos, algunos pronto sacaron sus pistolas, y el cazador se detuvo con una sonrisa burlona y levantó las manos. —Si necesitan a un Alfa de verdad en su noche de bodas, estaré encantado de ayudarlos.
Arrojando su plato y su taza en una de las palanganas, el cazador fue el primero en retirarse de la cocina, dejando atrás al teniente Jo, casi burbujeando de rabia.
Pasó un rato en cubierta, observando el cielo nocturno lleno de estrellas, y poco después se retiró a sus aposentos. Tan pronto como se acostó en su cama, recordó al rubio Omega que lo miró con esos ojos asustados y salió corriendo, desapareciendo entre los jardines. Al instante, se sacudió el pensamiento extraño y aleatorio, cerró los ojos y se quedó dormido. Pero no pasó mucho tiempo hasta que lo despertó al escuchar una voz muy extraña presente. Abrió los oios de repente y apuntó con su pistola hacia la puerta. Jackson se rió de sí mismo, creyendo que era una pesadilla y cuando estaba a punto de volver a dormir, escuchó la voz y lo que decía, ahora más claramente:
—iNo! No quiero casarme iNo!
Era la voz de un joven Omega y si sus sentidos no lo enganñaban, estaba debajo de su cama.
Jackson se levantó de la cama y se agachó para mirar debajo. Como habia sospechado realmente había un Omega debajo de su cama, y no era un Omega cualquiera, era el rubio que había visto en la casa del gobernador. Guardó la pistola y fue al borde de la cama, agarró los pies del Omega y lo sacó de su escondite. Con el movimiento repentino, Jisung abrió los ojos asustado y se aterrorizó aún más cuando vio a ese intimidante Alfa mirándolo con los brazos cruzados.
—¿Qué haces aquí? —El chico permaneció en silencio, todo encogido y muerto de miedo. _Vamos, explicate.
—M-mi padre dice que no debería hablar con extraños. —Eso es lo que dijo, encogiéndose de hombros.
El Alfa puso los ojos en blanco.
—Tú eres Park quiensabeque y yo soy Jackson Wang. Estamos presentados. Ahora dime, ¿qué hacías debajo de mi cama? No soy tan paciente como parezco.
—Jisung.
—¿Qué?
—Mi nombre es Jisung.
—Está bien, Jisung. Pero todavía estoy esperando una explicación.
El chico se levantó con una bolsa en la mano.
—Me escapé de casa para encontrar a mi hermano y estar con él.
—Y tenías la intención de hacerlo escondido debajo de mi cama. ¿Cómo te hubieras alimentado? —Jackson miró la bolsa en posesión del Omega y con un tirón brusco se la quitó. —Pan unas galletas, un poco de agua... —Enumeró las pocas cosas que había dentro. —¿Crees que podrías sobrevivir sólo con esto durante semanas en el mar? Eres muy inocente, niño.
—No. Esto es lo que logré llevarme a escondidas.
—¿Y qué comerías cuando te quedaras sin provisiones? ¿las ratas que lograste atrapar debajo de la cama? —Jisung solo frunció los labios y bajó la cabeza. —Te llvaé con tu prometido.
—¡No! Por favor déjame permanecer oculto.
Jackson entendía por qué se escapó, cualquiera lo entendería si estuviera comprometido con el teniente Jo o el comodoro. Quienquiera que fuera su prometido, era una pena.
Pero él no tenía nada que ver con eso. Toda su vida vivió como un lobo solitario, actuando según sus propios deseos y haciendo diferentes tipos de cosas para asegurar su supervivencia. Para mantenerse con vida todo este tiempo, el cazador aprendió a no soportar el dolor de nadie. No le importaba nadie más que él mismo. Entonces, sin ningún peso sobre su conciencia, caminó hacia la puerta y la abrió.
—Vamos.
—¿Por favor?
—¿Vas a salir solo o prefieres que te eche?
Su mirada era inflexible y no habia nada que Jisung pudiera hacer. El final de su viaje había llegado. Regresarían a Corea y cuando su padre se enterase de su vergonzoso comportamiento, lo mantendría encerrado en su habitación hasta que llegara el día de su sentencia; su boda con el teniente Jo.
Con los hombros caídos, salió de la habitación, pasó al Alfa y fue seguido de cerca por él.
En el mismo pasillo, Jackson llamó a la puerta de la primera habitación que vio, y era la del teniente Jo.
—iQué-... Jisung? —el Teniente miró asombrado al Omega y dirigió su atención al cazador. —¿Qué haces con mi prometido?
—Estaba escondido en mi habitación.
—¿Por qué? ¿Cómo logró subir al barco?
—Pregúntale eso.. si me disculpas, hoy tengo la intención de dormir. —Jackson giró sobre sus talones y regresó a su habitaciones, sin siquiera mirar atrás.
Cerró su puerta y dormiría el sueño de los justos. Sin ningún remordimiento.
Jo abrió la puerta y señaló la habitación.
—Entra. —el Omega suspiró e hizo lo que el Teniente le había ordenado. Después de unos pocos pasos dentro de la habitación, escuchó que la puerta se cerraba y se detuvo cuando escuchó los pasos del Alfa justo detrás de él. —Entonces, ¿qué haces en el barco? Oh, no hace falta que respondas, ya lo sé. Estabas tan emocionado como yo de vernos, ¿no?
Jisung no respondió, en cambio, hizo otra pregunta además:
—¿Me vas a llevar de regreso a Corea?
—No. —El Teniente fue directo, devorando el cuerpo del Omega con sus ojos. —Confieso que este maldito viaje saldrá mejor de lo que esperaba. Acuéstate en la cama.
—No tengo sueño.
El Alfa sonrió e inhaló profundamente el leve aroma a lavanda del Omega.
—Obedece a tu prometido. —Ordenó Jo con voz tranquila y paciente, pero con cierto tono autoritario. —Acuéstate.
⚠️
Sin tener el más mínimo conocimiento de lo que pretendía el Alfa, Jisung primero se sentó y poco a poco inclinó su espalda, hasta quedar completamente recostado sobre el colchón. Se alarmó cuando Jo se subió a la cama e intentó levantar su cuerpo, pero el Alfa le dio una palmada en el pecho, haciéndolo acostarse nuevamente, mientras ahora estaba encima de él.
—¿Qué estás haciendo? —cuestionó Jisung, asustado por el ataque del Teniente.
Ya le tenía miedo desde su comportamiento completamente repulsivo durante la cena en casa del gobernador. Ahora tenía miedo de que hiciera algo peor, esta vez no habría nadie que lo ayudara.
—Shh... —EI Teniente inclinó su cuerpo hacia adelante, hasta tener el Omega encajado entre sus brazos. Y aunque Jisung lo empujó con fuerza, Jo permaneció en el mismo lugar, manteniéndolo bajo su control. —Es un regalo de los dioses.
—Por favor no...
—Cállate. —ordenó Jo, haciéndole callar con un dedo en los labios. —Nos vamos a casar de todos modos, tengo ese derecho. No quiero esperar a que un sacerdote me diga cuándo puedo tocar a mi Omega cuando puedo hacerlo ahora.
—Yo no quiero. —Jisung intentó imponerse más agresivamente contra el Alfa, dándole algunos golpes.
Sin ningún esfuerzo. Jo bloqueó sus ataques. Exudaba furia y trataba inútilmente de ocultada, cuando gruñía cada palabra:
—Tsk, tsk, tsk... si peleas será peor. —Cerró los ojos y aspiró nuevamente el aroma de lavanda, y los volvió a abrir cuando escuchó al Omega sollozar suavemente. —Ay, querido, puedes llorar. Así me emociono más...
Cuando el Teniente inclinó su rostro hacia adelante con la intención de besarlo, Jisung giró su rostro hacia un lado, haciendo todo lo posible por escapar de su ataque. EI Teniente apenas tuvo tiempo de reprenderlo cuando escuchó a alguien tocar a su puerta.
—¿Quien es? —rugió lleno de ira.
—Soy yo, señor, Diwon. —se identificó el oficial y prosiguió inmediatamente: —interceptamos un barco mercante, dicen que se les acercó un barco pirata de velas negras, y juran que era la tripulación del Cisne Negro. Señor, a ellos... a ellos... les fatan todos los dientes.
—Dile a Choi que ya voy.
—Sí, señor.
Jo resopló frustrado y dirigió su atención al omega.
—Nos interrumpieron, querido, pero pronto regresaré para que podamos continuar donde lo dejamos. —Acercó sus labios a su oído y advirtió: _Estamos rodeados por el océano, no hay ningún lugar al que puedas ir. Cuando regrese, espero que sigas de la misma manera que te dejé. Si vuelvo aquí y no te encuentro en mi cama haré que te arrepientas, ¿entiendes, mi pequeño fruto?
El Omega solo asintió, sacudiendo la cabeza y manteniendo los ojos cerrados. Jo sonrió satisfecho y se bajó de él, saliendo luego de la habitación. Jisung permaneció quieto en la misma posición en la que estaba, hasta que su respiración se volvió más tranquila, mientras sus pensamientos regresaban a su lugar. El llanto se hizo más fuerte y los sollozos casi incontrolables. Se sentó en la cama y se llevó las manos a la boca, tratando de recomponerse.
¿"Qué haría Jimin"? se cuestionó mentalmente.
La respuesta llegó poco después con sus acciones. Se levantó y se acercó sigilosamente a la puerta, temiendo que en cualquier momento el teniente Jo lo encontrara levantado de la cama. Cuando abrió la puerta y se asomó al pasillo, suspiró aliviado al notar que estaba completamente vacio.
Sin pensar realmente en lo que estaba haciendo, se dirigió de puntillas hacia la habitación del cazador, ya que era el único Alfa en el que el chico no notaba ningún tipo de mirada depravada sobre su cuerpo. Decidiendo negociar la ayuda de Jackson, Jisung llamó a su puerta varias veces pero cuando no recibió respuesta, decidió girar la maniia y entrar.
—¿Señor Jackson? —Llamó suavemente, y pronto descubrió segundos después que el Alfa dueño de esa habitación no estaba allí.
Jisung se detuvo nuevamente hacía la puerta. Aún sin saber qué hacer, miró a su alrededor y decidió sentarse en el suelo, en el rincón entre la pared y una cómoda.
Todavía llorando en silencio, esperó a que el Alfa entrara en la habitación
🐾
A continuación la posición actual de ambos barcos.
Cada vez que camblan de posiclón o aparece otro barco principal, volverá el mapa actualizado.
Flota de la Marina Real- X Azul.
Cisne Negro- X Negra.
🐾
Aiudaa alguien regreseme a la colita de mi mamá. Esta vida de adulta independiente trabajadora y estudiante no me gusta. 😭
Hasta apenas pude librarme de tantos trabajos aaaa
Pero buenoo. Ya estoy más libre por fin. Nos vemos mañana con spoilers y actualizaciones 💓
Pd: Cuál fue la mejor canción de GOLDEN y porque esta :
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